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Acapulco, otra vez un Huracán lo deja devastado

Trinidad Zamacona López

“Guerrero, ha resistido, tormentas, huracanes, ciclones, así como temblores, en todas las categorías, Otis deja devastado al Puerto de Acapulco, estamos de pie, pero heridos, no dudo que el pueblo de México de nuevo se volverá a solidarizar con el puerto más bonito del mundo”.

Sabía Usted, ¿Quién le pone los nombres a los Huracanes? “La institución encargada de la denominación de estos fenómenos meteorológicos es la Organización Meteorológica Mundial, con sede en Ginebra, que sigue un procedimiento estricto. La lista del Atlántico cuenta con una relación anual de 21 nombres masculinos y femeninos que van alternándose”. Eso es lo que nos lleva a conocer los nombres de los huracanes.

Los “huracán de categoría 1 es de intensidad mínima; categoría 3 o más se considera un huracán intenso por su gran potencial de destrucción; y una categoría 5 es el más violento por su capacidad de destrucción”. Nuestra entidad por estar cerca del Océano Pacifico, tiene desde una pequeña llovizna, hasta los huracanes de categorías 5, el día de ayer por la madrugada el Huracán Otis, entró por la madrugada, como lo fue el “Paulina” este huracán, presentó, la categoría 4 en la escala de Saffir-Simpson (extremadamente peligroso). Entró también por la madrugada y agarró a los Acapulqueños dormidos, a diferencia de Otis, que se alertó desde muy temprana hora, por la Gobernadora Evelyn Salgado Pineda, por lo que suspendieron clases, se activó junto con la Marina y el Ejército Nacional el Plan DN-III-E, significa “El Plan de Auxilio a la Población Civil en Casos de Desastre conocido también como Plan DN-III-E, es un operativo militar de la Secretaría de la Defensa Nacional de México para que el Ejército y Fuerza Aérea mexicanos realicen actividades de auxilio a la población civil afectada por cualquier tipo de desastre”.

Ahora nos preguntaremos ¿porque el nombre de Saffir-Simpson?, “Herbert Saffir (Nueva York, 29 de marzo de 1917 – Miami, 21 de noviembre de 2007) fue un ingeniero civil estadounidense, graduado en la Universidad de Georgia Tech que, junto al meteorólogo Robert “Bob” Simpson, estableció la que se conoce como Escala de huracanes de Saffir-Simpson para medir la fuerza de dichos fenómenos atmosféricos”. Saffir desarrolló la mayoría de los estudios sobre el impacto de los vientos en las estructuras construidas por el hombre, mientras que Simpson atendió al efecto de las mareas. A ellos se les debe que los Huracanes se les diga de acuerdo a la escala de Saffir-Simpson, según lo que encontramos en la enciclopedia informativa.

Los huracanes tienen cinco categorías, “De todos los huracanes de categoría 5 del Pacífico, los únicos que tocaron tierra con mucha intensidad fueron el huracán Kenna, el huracán Rick, el huracán Patricia y el huracán Willa”. Estos han sido desbastadores, Otis obtuvo la máxima categoría 5, escala de Saffir-Simpson, por eso fue devastador para Acapulco entrara por donde entrara.

Todos los desastres naturales, nos han dejado lecciones, la primera que salva vidas, la prevención, el gobierno del Estado, hizo su trabajo, “Alertó” del huracán Otis con anticipación, pero aún nos falla la cultura, obedecer a las indicaciones, si la ciudadanía no atiende eso, como una cultura de salvar vidas, estamos fritos; no existe en el mundo gobierno que los pueda evitar, pero si prevenir que el desastre sea mayor, los Acapulqueños lo saben, el huracán “Paulina” fue categoría 4, en aquel entonces no había nada de tecnología avanzada, la política de prevención era nula, pero existía el FONDEN, “El Fonden era un mecanismo financiero que operaba en el marco del Sistema Nacional de Protección Civil, y tenía como objetivo atenuar las consecuencias provocadas por fenómenos naturales en la infraestructura de comunicaciones, agua, energía, educación, salud, desarrollo urbano, viviendas y turismo”. Ahora se apoya de forma directa, quizás pueda estar ahí el fallo.

El desastre natural es mayúsculo, los hoteles que están en el Puerto de Acapulco, no se prepararon, no les dio tiempo para proteger sus instalaciones, es mas no tienen ni idea de cómo en otros países se preparan para este tipo de huracanes, nos falta esa cultura empresarial de tomar de ejemplos otros países.

El gobierno del Estado, preparó los albergues temporales, el Plan DN-III-E, funcionó bien, la Gobernadora lleva dos eventos en donde ha salido bien librada, la tormenta “Max” y el huracán “Otis”, ahora viene la otra parte, poner a Acapulco de pie, y lo tiene que hacer rápido, con el apoyo de todo México, y del apoyo internacional, la temporada de diciembre ya está a 60 días, las reservaciones hechas en esos hoteles no se deben de cancelar, la industria de la construcción debe  de ponerse las pilas para poder dejar al puerto en óptimas condiciones para esperar a quienes ya tienen o tenían asegurados un cuarto de hotel, vamos a apoyar Acapulco es de todos, vamos a demostrar que somos capaces de volverlo a poner de pie, como lo hicimos con el “Paulina” es tiempo de unidad, dejar atrás el odio, el rencor, el resentimiento, la venganza, Acapulco nos necesita.

No hay fallecidos, y eso es ganancia, es bueno saberlo, pero también es bueno saber que todos podemos ayudar, Guerrero es tierra de hombres y mujeres nobles, demostremos que queremos a Acapulco, lo que pongas se convertirá en belleza, es momento de decir, ¡yo quiero a Acapulco!

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