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SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Las “benditas” redes sociales le están dando una lección a los poderosos del mundo, y es una advertencia para los políticos locales, quienes le han apostado todo al espacio cibernético sin considerar que está sumamente centralizado y lo manejan los súpermillonarios del mundo.

Hoy, estos personajes se toparon con pared, mientras se dan cuenta que estaban metidos en la matrix de la tierra, el gran engaño de la aldea global, el mejor instrumento de dominio, que sirve no solamente para divulgar “al instante” lo que sucede en alguna parte del mundo -eso ya se había logrado con la radio y la televisión- sino que además le da a la audiencia la preciosa posibilidad de intervenir en el momento, opinando, compartiendo, etcétera, creando una especie de espejismo de poder del pueblo, al grado de que han sido considerados estos sistemas como la máxima expresión de la democracia.

Lo que es peor, se dieron cuenta que las “benditas” redes sociales sirven lo mismo para informar que para desinformar. Lo mismo para denostar que para ensalsar. Y que lo que antes llevaba días o meses planificar, hoy ocurre en cuestión de horas.

Tras el ¡bum! de las “benditas” redes sociales, sus creadores se preocuparon. En Estados Unidos hace años que los senadores y diputados buscan acotarlas y regularlas. Poco a poco han ido añadiendo elementos de censura, alegando que hay asuntos, palabras y tópicos que van en contra de la “comunidad”.

Esa es la palabra correcta. Las redes sociales son una “comunidad”, gente de todo el mundo conectada al mismo tiempo, bajo los mismos intereses.

Hasta ahora no lo habían logrado, pues siempre había quién defendiera este derecho ya creado de las amplísimas audiencias, que obligaron a los medios de comunicación masiva tradicionales a adaptarse en este nuevo esquema de divulgación. Incluso grandes y centenarias firmas del periodismo cerraron, y dejaron de imprimir sus rotativos, para pasar de lleno a colgarse de la WEB, tomando las redes sociales como el tren más seguro para llega a más y más gente,  superando toda frontera política, religiosa, cultural y física.

Pero, ¡oh!, sorpresa. Sin más que la decisión unilateral de los dueños de las redes, en estos días nos dimos cuenta cuán vulnerables somos, pues incluso fueron capaces de cancelar las redes sociales del presidente del país más poderoso del mundo.

Twitter, Facebook, Instragram, Snatchap, etcétera, cancelaron las cuentas de Donald Trump, alegando que se trata de un asunto de “seguridad nacional”, luego de que se le responsabiliza por la toma del Capitolio, a manos de una turba enardecida por la idea de un fraude electoral, a favor del demócrata Joe Biden.

Fue así que esas plataformas, llamadas “benditas” redes sociales dejaron sin voz al hombre más poderoso del planeta. Y si a eso le agregamos que los medios tradicionales -que también se mueven a través de las redes- hace mucho que lo persiguen y atosigan, Donald Trump está prácticamente silenciado, acorralado, en medio de un juicio político enderezado en su contra por los demócratas y algunos republicanos furibundos, que quieren quitarle el poder antes de que se lo entregue a Biden, e incluso encarcelarlo por la toma del Capitolio.

Eso preocupó a los jerarcas de otros países. Ángela Merkel, de Alemania, es una de las que más ha defendido la apertura de las redes sociales, como garantía de libertad para las audiencias.

El presidente Andrés Manuel López Obrador fue de los primeros en pronunciarse en contra de este perverso control político de las “benditas” redes sociales, que así como le ayudaron a Trump a impulsar su triunfo hace 4 años, ahora lo entierran en los abismos del silencio y la censura.

AMLO indicó que en la próxima reunión del G-20 planteará que se evite la censura en redes sociales, en busca de la libertad de expresión. 

En conferencia mañanera, AMLO expresó: “En la próxima reunión que tengamos del G20 voy a hacer un planteamiento sobre este asunto. No deben usarse las redes para incitar a la violencia, todo eso; pero eso no puede ser motivo de suspender la libertad de expresión, no debe ser usado de excusa. Hay que garantizar la libertad, no a la censura”.

López Obrador aseguró que no puede haber un organismo particular que decida quitar el derecho a la libre manifestación de las ideas, según su conveniencia.

Bueno, me gustaría decirles “se los dije”. Cada vez hay más quejas de personas a las que les suspenden sus cuentas o se las bloquean.

Y cada vez es más notoria la perversión de las redes. Hablando de medios, todos quedamos muy vulnerables, pues basta que alguien reporte alguna publicación, para que Facebook la baje y mande advertencias.

Lo bueno que ya nos dimos cuenta de quiénes son los que controlan a las “benditas” redes sociales, y no tarda y veremos cómo la WEB y sus instrumentos de difusión creados se exponen abiertamente también, sin tapujos, como instrumentos de franco dominio, control y manipulación.

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