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SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Algo está dando un giro en la política nacional. Parece que el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, se cansó de fajarse con priístas y panistas, y en esta segunda etapa de su gobierno reacomodó piezas para impulsar una muy obvia política de reconciliación con sus adversarios, los neoliberales.

Por ejemplo, sorprendió antier que el nuevo titular de Gobernación, Adán Augusto López, se haya acercado al gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, contra quien la Fiscalía General de la República tiene abierta una investigación por enriquecimiento ilícito, lo cual incluye el delito de delincuencia organizada para robar bienes del estado tamaulipeco.

Por este asunto Cabeza de Vaca fue desaforado en el mes de abril de este año por los diputados federales, dejándolo a merced de la Fiscalía para ser enjuiciado.

Ante la embestida de la Federación, Cabeza de Vaca se pertrechó en su entidad y obligó a los diputados de su partido, el PAN, que son mayoría en el Congreso local, para hacer modificaciones legales que se opusieron al desafuero del gobernador, con fundamento en la soberanía que la Constitución concede a los estados confederados.

Incluso, como el año próximo entregará el poder a quien resulte electo, Cabeza de Vaca promovió una reforma legal que le permitirá tener protección policial pagada por el gobierno “de por vida”. ¿Qué tal? ¿Así o más chipocludo?

Y no estamos hablando de dos o tres guardaespaldas, sino de seguridad de alto nivel, usando incluso vehículos y agentes policiales especializados que en esta ocasión lo rodearon en su casa e impidieron su detención.

Debido a todos estos antecedentes, sorprendió muchísimo a propios y extraños el acercamiento del titular de Gobernación con Cabeza de Vaca, y sobre todo la noticia de que hablaron de diálogo y acercamientos políticos.

Dicen los sabios que ante circunstancias inexplicables nunca debemos preguntar ¿por qué, si no ¿para qué? Siguiendo esta lógica, ¿para qué golpear por un lado a un gobernador en funciones, incluso judicialmente, si por otro lado lo vas a ir a apapachar mandando un ominoso mensaje a la nación?

No tarda entonces y veremos a AMLO reunido con su acérrimo acusador, Silvano Aureoles Conejo, gobernador de Michoacán, quien este jueves estará en las oficinas de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), para denunciar que está siendo perseguido políticamente por el gobierno federal, como antes acudió a la FGR y a la Organización de Estados Americanos para denunciar que en México priva un narcogobierno, de lo cual los líderes del PRI, PAN y PRD (Alito, Cortés y Zambrano) se encargaron de presentar pruebas de la más reciente elección ante el titular de la OEA, José Luis Almagro.

No quisiéramos pensar que esa denuncia le movió el tapete al presidente y está tratando de apagar los fuegos que él mismo encendió. Digo, es que ese giro tan brusco en su política interna realmente es preocupante.

Aureoles, como antes Cabeza de Vaca, está desesperado por un acercamiento con el presidente, o de perdida, con alguno de sus subordinados.

Y no se necesita mucho para saber qué es lo que buscan los gobernadores salientes, que ante el inevitable avance de Morena se quedaron sin aliados con lo cuales pactar la transición.

¿Pero la transición se pacta? ¿Qué no es suficiente el voto en las urnas? Tradicionalmente, el voto en las urnas es para darle el triunfo a alguien, del partido que sea, o incluso independiente. Pero tanto el que gana, como el que pierde, se ven obligados a tomar “acuerdos” en los que ya no interviene el pueblo, porque se trata, en el caso del que llega, de garantizar la gobernabilidad y un comienzo menos infartado que de costumbre. Y en el caso del que se va, lo que busca generalmente es que no se les esculquen sus cuentas y le saquen a relucir los prietitos en el arroz de su administración, que siempre los hay.

Esto no lo ha logrado Aureoles y está a punto de quedarse sin fuero constitucional. Su adversario, el gobernador electo de Morena, Alfredo Ramírez, ha anunciado ya que hará justicia al pueblo michoacano por los excesos de su antecesor. Lo más reciente fue la intentona de vender bienes estatales a precio de ganga, para tratar de tapar el gigantesco hoyo financiero por un presunto desfalco imputable a Silvano.

Por su parte, ya acorralado, aunque con más tiempo para negociar, el tamaulipeco Cabeza de Vaca aprovechará al máximo la apertura del gobierno de AMLO para hacer lo que se le pida. ¿Qué? Lo primero es no meterse en la elección de 2022, donde Morena tiene asegurado el triunfo, pues en este 2021 ya ganó la mayoría en el Congreso local.

¿Por qué tanto rigor contra Cabeza de Vaca? Recordemos que fue delos panistas que encabezó el Grupo de Gobernadores de Acción Nacional (GOAN), al que también se aliaron el perredista Silvano Aureoles y el emecista de Jalisco, Enrique Alfaro. Desde esta plataforma, alterna a la Comisión Nacional de Gobernadores (Conago), se pusieron como meta reventar al presidente en casi todas sus iniciativas. 

Por ejemplo, se opusieron a la extinción del Seguro Popular y la creación del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), y con la llegada de la pandemia amenazaron con comprar las vacunas por su cuenta, y por lo cual exigían que se les transfirieran a sus tesorerías el dinero que les correspondía de ese sector.

El presidente no cedió a tales chantajes y cuando todo parecía que iba viento en popa, la Fiscalía destapó la cloaca en Tamaulipas, donde Cabeza de Vaca construyó -lo mismo que otros gobernadores- una red de robo de recursos públicos a través de empresas familiares y de fachada, para apoderarse del dinero de los tamaulipecos.

De paso, está involucrado en el Caso Odebretch, donde tanto él como Ricardo Anaya y el gobernador de Querétaro, pues en sus tiempos de senadores de la República recibieron millonarias partidas para garantizar el voto de los panistas en la reforma energética.

No sabemos hasta dónde AMLO pueda intervenir para frenar la querella contra Cabeza de Vaca, sobre todo luego de tanto escándalo, pero si lo hiciese, sería más que obvio que la justicia en este país se negocia, por un lado. Por el otro, veríamos que el fiscal Carlos Gertz Manero, para nada es un fiscal independiente, sino un “fiscal carnal”, que hace lo que el presiente le ordena.

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