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LA INICIATIVA DE REFORMA POLÍTICA ELECTORAL DE AMLO / parte 3

César Antonio Aguirre Noyola

“ALGUNOS TEMAS ACERTADOS Y OTROS CON DESPROPÓSITO”

Ahora me permitiré analizar punto por punto cada uno de los planteamientos en concreto que contiene la iniciativa de Reforma Política Electoral del licenciado Andrés Manuel López Obrador.

1. La eliminación de las 200 diputaciones federales por el principio de Representación Proporcional. En la actualidad —y desde hace ya varias décadas— la cámara de diputados del Poder Legislativo federal se compone por 500 legisladores y legisladoras: 300 ingresan a través del principio de mayoría relativa (el territorio nacional se organiza en trescientos distritos federales uninominales, donde los partidos políticos y las coaliciones inscriben a sus candidatos y candidatas y, en su ocasiones, se registran también candidaturas independientes, personas que hacen campaña y se someten a la voluntad de ciudadanos y ciudadanos que aparecen en la Lista Nominal de Electores, contienda de la cual sale como ganador o ganadora quien haya tenido más sufragios a favor respecto con los logrados por los y las demás contendientes); los 200 legisladores y legisladoras restantes que integran ese cuerpo colegiado son nombrados a través de listas que presentan los partidos políticos (el país se estructura en cinco circunscripciones electorales plurinominales, y para cada circunscripción los partidos políticos registran hasta cuarenta candidatos y candidatas —que son el número máximo de diputados y diputadas que pueden ingresar por cada una de las referidas circunscripciones, distribuyéndose los espacios conforme con la votación alcanzada por los institutos políticos participantes, considerando las reglas de porcentaje mínimo de asignación, cociente natural y resto mayor). En ese orden de ideas, si una circunscripción aporta 40 diputados y diputadas plurinominales, y aquellas son cinco, entonces tenemos que la operación aritmética donde el factor 40 se multiplica por 5 arroja como resultado la cantidad de 200; por ejemplo la IV Circunscripción Electoral Plurinominal está conformada por los estados de Ciudad de México, Guerrero, Morelos, Puebla y Tlaxcala, y allí pertenecemos nosotros.

La autoría de introducir al sistema de representación política la figura de los diputados y diputadas plurinominales, en su momento llamados “Diputados de Partido” se atribuye al político, intelectual e historiador veracruzano Jesús Reyes Heroles, quien impulso una reforma constitucional en 1977 desde su cargo como secretario de Gobernación en los albores del sexenio donde José López Portillo fungía en calidad de presidente de la República. Era tanta la presión de los partidos políticos de izquierda y el malestar social derivados de un sistema donde el partido hegemónico –Partido Revolucionario Institucional— se llevaba carro completo en las elecciones, soslayando la representación de las minorías, que era urgente evitar que los ánimos de la colectividad se desbordaran, con la consecuente ingobernabilidad. En esa época —a casi medio siglo de distancia— y con esas circunstancias imperantes surge la inclusión del tipo de diputación en comento.

Es menester aclarar que la propuesta de eliminar las referidas 200 curules no es un tema novedoso, o sea, no se está descubriendo el hilo negro y tampoco el agua tibia, es un tema que ya se ha planteado en otros momentos, y precisamente se ha impulsado desde las esferas de quienes detentan el poder de la nación en un determinado momento histórico, sólo que lo han hecho más como una medida de presión o moneda de cambio que con la necesaria seriedad que ello implica.

Si me preguntan a mí si estoy de acuerdo con la propuesta, por supuesto que la respuesta es en sentido afirmativo, aunque se deben hacer ciertas precisiones para evitar retornar a las mayorías aplastantes y absolutas que mucho dañaron al país, y a cuya tentación ningún gobernante desafortunadamente puede sustraerse.

Considero que este renglón existe una sobrerrepresentación respecto con la población que el país tiene, máxime si hacemos un parangón con los creadores del sistema o forma de gobierno federal —Estados Unidos de América— y el cual nosotros adoptamos y lo convertimos en un remedo. Por ejemplo, el país vecino del norte con una población poco más del doble respecto con la que cuenta nuestra nación tiene una cámara de representantes del Congreso General (equivale a la cámara de diputados del Congreso de la Unión en México) con 435, miembros, y funciona a la perfección. Luego entonces, concluyo diciendo que sí tenemos una cámara de diputados federales obesa, que complica los trámites de negociación política, que no responde a la realidad social y que representa un lastre económico para el país. La realidad sólo algunos diputados y diputados se dedican de fondo a su labor (los y las integrantes de la Junta de Coordinación Política, los y las integrantes de la Mesa Directiva, así como las personas que coordinan las fracciones parlamentarias) no obstante la mayoría se reduce a los clásicos y ya conocidos “levantadedos”, “los prófugos de la tribuna” “las rémoras legislativas”, “los diputados y diputadas grises” que pasan sin pena ni gloria en una legislatura porque optaron la intrascendente y patética ruta de llevársela de muertito.

Sabia virtud de conocer el tiempo.

César Antonio Aguirre Noyola

Investigador en materias política y electoral.

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