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EL FIDEICOMISO BAHÍA DE ZIHUATANEJO “MUY DISTANTE DE SU OBJETIVO, MÁS CERCA DE SU COLAPSO”

César Antonio Aguirre Noyola

“MUY DISTANTE DE SU OBJETIVO, MÁS CERCA DE SU COLAPSO”

PRIMERA PARTE

El municipio de Zihuatanejo de Azueta se erige oficialmente el día 1 de enero de 1954, sirviendo de base legal los decretos expedidos por el titular del Ejecutivo del Estado de fecha 23 y 30 de diciembre de 1953. El nombre original fuel el de José Azueta, se integró con 67 comunidades segregadas de La Unión de Isidoro Montes de Oca, y se designó como cabecera al puerto de Zihuatanejo.

Los fundamentos legales primigenios del Fideicomiso Bahía de Zihuatanejo, FIBAZI fueron los actos expropiatorios que firmó el día 29 de noviembre de 1972 el presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Lic. Luís Echeverría Álvarez, respecto de los ejidos de Agua de Correa, de El Rincón y de Zihuatanejo, cuyas publicaciones aparecieron en el Diario Oficial de la Federación los días jueves 1 y viernes 2 de febrero de 1973. Ahora bien, los cuatro decretos de expropiación contienen respectivamente en el resolutivo tercero, en forma de estribillo, la siguiente redacción: “TERCERO.- Para el cumplimiento de los fines que motivaron el presente decreto y de las obligaciones que le resultaron con motivo del mismo, el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos, S.A., con la intervención de las Secretarías de Hacienda y Crédito Público, del Patrimonio Nacional y del Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización, constituirá un fideicomiso traslativo de dominio, de cuyo Comité Técnico formará parte el ejido de…”.

Con la intervención de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, de la Secretaría del Patrimonio Nacional, del Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización y del Fondo Nacional de Fomento Ejidal; en calidad de fideicomitente el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos, S.A.; y como fiduciaria Nacional Financiera, S.A., el 8 de agosto de 1974 se celebró el contrato que originó un fideicomiso irrevocable traslativo de dominio de duración indefinida, constituyéndose formalmente lo que a partir de un año después se identificaría como Fideicomiso Bahía de Zihuatanejo, cuyos fines consisten, entre otros: 1.- Proceda a la urbanización, lotificación y fraccionamiento de los terrenos fideicomitidos; 2.- Obtenga financiamientos destinados al incremento o mejoramiento de los inmuebles del patrimonio fiduciario; 3.- Efectúe la venta o arrendamiento de lotes urbanizados, así como de las construcciones que sobre ellos se realicen y;  4.- Forme empresas turísticas y negocios conexos en los terrenos fideicomitidos, realizando en ellos las construcciones que estime necesarias.

En días pasados la maestra Evelyn Cecia Salgado Pineda, gobernadora Constitucional del Estado Libre y Soberano de Guerrero propuso al Ing. Sergio Legorreta Soberanis como titular del Fideicomiso Bahía de Zihuatanejo (FIBAZI). Ex perredista que se ha desempeñado como funcionario público municipal en dos administraciones perredistas que gobernaron Zihuatanejo de Azueta (Amador Campos Aburto y Silvano Blanco Deaquino), así como en una morenista en el municipio de Acapulco de Juárez (Adela Román Ocampo).

Ligado a Maricarmen Cabrera Lagunas, ex diputada local por el PRD, diputada federal por el PES, candidata del MORENA frustrada en el intento por dirigir los destinos de los zihuatanejenses y de las zihuatanejenses en la elección de 2021 y actual Secretaría del Bienestar en el Gobierno del Estado, Sergio Legorreta Soberanis desde que arribó al FIBAZI comenzó a designar indebidamente funcionarios a diestras y siniestras. Indebidamente porque su nombramiento debe ser validado en una sesión extraordinaria del Comité Técnico del propio fideicomiso (cuerpo colegiado que representa la máxima autoridad de la institución).

La secretaria del Bienestar estatal está viendo al FIBAZI como un botín que pretende repartir entre familiares, incondicionales y aliados. Esta lectura se confirma con las propuestas de jefes de área que el director del FIBAZI de forma ilegal realizó hace unos días (todas identificadas con Maricarmen Cabrera Lagunas) y, por si quedara duda y con la intención de marcar territorio, hace unos días ella llevó a cabo la entrega de beneficios sociales desde del auditorio del organismo público descentralizado.

El director del FIBAZI se está equivocando de manera reiterada, pues el fideicomiso no es una extensión o una filial de la Coalición de Organizaciones Democráticas, Urbanas y Campesinas (CODUC) —pues él ha dicho muchas veces que está allí por esa organización— es una dependencia de la Administración Pública Estatal, y él un servidor público cuyo salario se obtiene a través de los impuestos que pagamos los guerrerenses y las guerrerenses, y propuesto por la gobernadora del Estado para que fortalezca el proyecto de la Cuarta Transformación y no a un grupúsculo que toda la vida se ha dedicado a medrar con el erario.

Sabia virtud de conocer el tiempo.

César Antonio Aguirre Noyola

Investigador en materias política y electoral.

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