(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)
Por fin habló el senador Manuel Añorve Baños. No se va del PRI, pero tampoco está contento con que le hayan arrebatado la candidatura a gobernador, basándose en sus puntos negativos, algo que Morena no hizo contra Félix Salgado Macedonio y, al contrario, el partido lópezobradorista está sosteniendo al de Las Querendas, Pungarabato, contra viento y marea, y aunque cada día le buscan más pulgas a su petate. Tal parece que al Toro sin Cerca mientras más lo acusan, más se afianza.
Pero no fue el caso en el PRI, donde no quisieron arriesgarse con el pasado tormentoso de Añorve, quien tiene 10 años a la fecha tratando de reivindicarse, justo cuando rompió con su primo Ángel Aguirre Rivero, a quien le decía “Jefazo”, para hacer su propia carrera política.
Y es que mientras Añorve dependió de su primo, no fulguró su estrella. Solamente se conocía de él lo negativo, pues mientras que su primo daba cara de bueno, todos los milagritos se le colgaban al famosísimo Chucky, o muñequito diabólico.
Bueno, lástima que el tiempo no le alcanzó al senador para limpiar su imagen y, al contrario, 2 año como legislador en la Cámara Alta tampoco le ayudaron mucho para que su partido respetara su primera posición en las encuestas.
Mario prácticamente ni hizo campaña. Salió de última hora del gobierno, se dejó ver en algunos municipios, donde se reunió con personajes clave, sin llegar a presidir eventos masivos. Nada más.
Pero sí hubo una gran diferencia entre ambos. ¿Cuál? Que Mario se movió en medios tradicionales, de esos que todavía compra la gente de a pie, mientras que el Senador publicaba todo en su red social.
¿Eso marca la diferencia? Para los amantes de las redes sociales -que son gratuitas para ellos- posiblemente no. Pero en los hechos, sí. De modo que pasados dos o tres meses, una encuesta de Massive Caller indicaba que Mario había alcanzado a Añorve. Y hay un dicho entre políticos que indica que “caballo que alcanza, gana”.
¿Qué dijo Añorve? En pocas palabras, que acepta la decisión de su partido, pero no está contento. Que se reserva su derecho a disentir. Que en los próximos días fijará su postura -¿otra?- sobre los últimos acontecimientos.
Dijo: “Al respecto, quienes me conocen saben que soy hombre de una sola pieza, un político serio y de palabra que promueve el diálogo, el entendimiento y los acuerdos. Para mi, la política es una cuestión de fondo y forma, por eso, a la luz de los recientes acontecimientos, por el momento no tengo nada que decir, pero más adelante, cuando considere importante y oportuno, fijaré postura, decisiones y rumbo al interior del instituto político donde he militado toda mi vida. Para que nadie se confunda es importante decir lo siguiente: mi estancia en mi partido no está a discusión, pero usaré mis derechos como priista para manifestar lo que pienso, y lo expresaré de manera respetuosa pero puntual”.
Apenas al inicio de semana, había un fuerte rumor de que los líderes del Verde y el PT le habían ofrecido a Añorve Baños la candidatura a gobernador. Para quienes vivimos de la información, sabemos que los rumores no son tal, sino que son “chivatazos” que lanzan los mismos interesados. Luego entonces, sabemos que cuando el río suena, es por que agua lleva.
Y mientras ese rumor corría, el senador se iba a la Costa Chica a dar láminas y materiales de construcción, sin darse por enterado. ¡Mmmm! También conocemos esa treta de hacerse los occisos, hasta que un iluso reportero llega cuestionándolos de semejante rumor.
Lo abordó una agencia de noticias vía telefónica, en torno al ofrecimiento de la alianza Verde-PT, y él dijo que al día siguiente fijaría su postura. O sea, el martes. Pero no lo hizo.
Fue hasta ayer miércoles que el senador posteó su “comunicado” dirigido “a las y los guerrerenses, al priismo estatal y a todos aquellos que me han manifestado su apoyo, así como compartido comentarios y preocupaciones sobre el escenario social, económico y político que acontece en nuestro Estado”.
Sin embargo, sólo aclara el punto de que no se va del PRI, pero deja entrever que tampoco acepta la candidatura de Mario.
Pensando mal, para acertar, Añorve está estirando la cuerda para negociar posiciones dentro de un eventual gobierno pri-perredista. Sólo esperamos que él no le haga a Mario lo que dijo que Aguirre pretendía en aquel 2010, previo a las elecciones de 2011. ¿Qué? Que quería media administración estatal.