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Palabra de Mujer

Ruth Tamayo Hernández

Diálogo y no confrontación, en los tres órdenes de gobierno

“Los abusos, aun en el estado más sólido, son minas sordas que tarde o temprano estallan.” Joseph Sanial Dubay

Mis estimados, no sé cómo empezar la entrega. Siento una profunda tristeza por lo que sucede en nuestro México lindo y querido; y más angustia siento al ver cómo varios  gobernantes no pisan suelo, siguen volando alto, desmemoriados, empoderados, pateando traseros de los pervertidos y corruptos que no son limpios como ellos.

Es triste ver a los funcionarios confrontados pelándose, señalándose de ratas y de podridos. Es vergonzoso escuchar barruntos de nuestros representantes en el Congreso. ¡Qué pena dan, señores diputados! No parecen defender a sus representados en ese recinto oficial. Mejor fuera que no estuvieran ahí, porque me avergüenzo de ustedes. Dan pena ajena con los circos que protagonizan, por eso quiero recordarles que ustedes también fueron  electos en las urnas para velar por el bien de sus distritos, no para que se sientan intocables y que nadie los merece, que tienen el poder y por eso pueden agredir a quien ustedes quieran.

Mientras ustedes se embotellan en discordia y discusiones, los ciudadanos en municipios, estados y resto del país se ahogan en ríos de sangre. Nos están matando a nuestros hijos, señores, la sociedad vive con miedo y ustedes son nuestros representantes en el Congreso, son nuestra voz, pero no los escuchamos salvaguardarnos, están callados ante un problema de inseguridad y violencia que azota con furia a la sociedad en general, y ustedes no dicen nada, continúan sumisos a la orden del emperador del Palacio Nacional.

Sabemos que los tiempos son otros y que tampoco ustedes disponen al libre albedrío, que no son autónomos, que también tienen que pedir línea antes de actuar; sin embargo, tampoco pretendo ofenderlos y poner en riesgo su vida. Quiero recordarles, tanto a legisladores como a los gobernantes, el encargo por el que fueron electos en las urnas, ya que hace varios meses no vemos los ciudadanos un pacto y coordinación eficaz entre los tres órdenes de gobierno, cada cual jala la panga para donde mejor le conviene.

El escenario que vive la sociedad en general, es grave; y el gobierno se divisa lejano de los sucesos violentos. Da la idea que se volvió sordo, ciego y mudo ante el dolor de la gente. Que se rasquen con sus uñas los deudos.

Y es que si han cambiado tantas leyes para acomodar su gobierno, ¿por qué no cambian el sistema político podrido que tiene al país sumido en la miseria? No hay políticos limpios de culpa, ni siquiera los de Morena; esos están peor que todos, pues la mayoría vienen del PRD, donde aprendieron puños de mañas; y de la noche a la mañana no se quita la maldad, por eso digo que esos morenos que se sienten poderosos son las peores escorias que tiene el país.

Y no lo digo yo, lo indica una encuesta. Según datos publicados por la revista Campaign & Elections México, los presidentes de Morena son los peores calificados por la ciudadanía. El principal tema a calificar fue el de la inseguridad en los municipios que gobiernan, y reprobaron los munícipes, ni siquiera a panzazos aprobaron.

No obstante -y siendo sinceros- ningún alcalde de los 2 mil 458 municipios han logrado pasar la prueba de la inseguridad y violencia; pero ya vimos por qué, avanzan los ríos de sangre inundando ciudades y municipios completos, porque no hay coordinación entre alcaldes, Presidencia y gobernadores.

Y lo peligroso apenas viene con la afrenta del gas lacrimógeno que se usó contra alcaldes que se manifestaron frente a Palacio Nacional, el pasado martes; sin embargo por el bien del país, esperamos que logren acuerdo los tres órdenes de gobierno.

Les decía que el suceso contra los alcaldes en Palacio Nacional muestra al presidente Andrés Manuel López Obrador, muy frío, casi igual como cuando rechazó que hubiera aprobado impuesto al Agro por el uso del agua. Negó rotundamente el mandatario que haya ordenado ese impuesto. Sin embargo, el Pleno de la Cámara de Diputados aprobó la semana pasada un mayor cobro a los derechos del uso del agua en la Ley Federal de Derechos, la iniciativa fue turnada al Senado.

Y aquí tuerce la puerca el rabo, mis estimados, ya que son preocupante las declaraciones del presidente AMLO. Dijo que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público le había presentado un proyecto de aumento de impuestos, de ajustes, pero que él les había dado la instrucción de que se debía cumplir con el compromiso de no aumentar impuestos.

Y ahí no para la cosa. El mandatario da vuelta al tema y repite lo mismo desde que llegó al cargo. La izquierda pensaba que era poca la recaudación y que tenían que aumentar los impuestos, que había que llevar a la práctica lo de la progresividad que marca la Constitución, que el que tiene más, contribuya más; y sí, es un asunto de justicia, y se debe revisar.

Con todo, coreó el mismo discurso de siempre: “Nosotros los gobernantes tenemos que poner el ejemplo de eficacia, honestidad, de austeridad, no es posible aumentar impuestos si el gobierno malgasta, si hay corrupción, si hay derroche, esa es la diferencia de criterios y es la diferencia con los que se fueron”; es decir, que según el criterio del presidente AMLO, siempre van a ser las administraciones anteriores las responsables del caos que vivimos. Y bajita las tenazas, incremento el precio de gasolina al menos un 12 por ciento y el gas doméstico un 8 por ciento y la economía estancada, cero crecimientos y el mandatario del aumento de los impuestos se salió por la tangente y también encontró culpable.

Algo similar ocurrió con el caso de los alcaldes que fueron al Palacio Nacional para verlo. Los presidentes municipales panistas y perredistas debieron se recibidos, aunque sea por el secretario de Presidencia, y darles el lugar que merecen como autoridades municipales; sin embargo, más bien fueron corridos como delincuentes con gases lacrimógenos. ¡Qué terrible mensaje de partidos confrontados!

Pero no acaba ahí la afrenta a los alcaldes. El presidente AMLO, lejos de pedir una disculpa por la actuación de sus personal de seguridad, justificó los hechos disolutamente, diciendo que había el temor que entraran por la fuerza; “además se equivocaron de ventanilla, no era en Palacio Nacional donde debieron venir a reclamar, tenían que ir al la Cámara de Diputados, porque yo no soy el que apruebo el Presupuesto de Egresos, además tengo información que los alcaldes hacen mal uso del recurso”.

¡Qué manera de buscar pleito! Con razón estamos como estamos en incidencia delictiva, pues mientras los tres órdenes de gobierno no se coordinen, difícilmente van a tranquilizar y parar los ríos de sangre en estados y municipios.

Lejos de estar riñendo entre ustedes, deben unirse.

El Ejecutivo ocupa de los presidentes municipales, pues lo más cercano que tiene la gente es al presidente de su municipio; aunque sea improvisado y flojo, es el alcalde al que busca la gente y le pide obras, vivienda, medicina agua y un largo etcétera.

En el tema de la inseguridad y violencia, si no se coordinan Federación y estados con los alcaldes, nunca van a apaciguar el avispero; ellos tienen herramientas para lograr muchas cosas, pues están muy cerca de las familias; ellos pueden aportar mucho para que se paren los ríos de sangre en los municipios que gobiernan, pues sean como sean, y “haiga sido como haiga sido”, son presidentes.

Fue grosero el recibimiento que les dieron en Palacio Nacional, pero nunca es tarde para corregir, pero corrijan antes que se ensucie más el agua.

Entiendan, carajo, ¿por qué pues son tan testarudos los funcionarios? Bien que saben que deben unirse los tres órdenes de gobierno, del color de camisa que sea, y trabajar coordinados para el bien de los mexicanos. No esperen que se levante el pueblo en una rebelión, como ya está sucediendo en otros países. No se confíen que tienen controlada la grey, la gente cambia y actúa agresiva; no esperen, procedan, el panorama se calentó fuerte y el horno en varios estados y municipios no está para bollos. Es mejor que los tres órdenes de gobierno se reúnan, dialoguen y tomen acuerdos como autoridades que son.

¡Caray!, ¿por qué enfrentan a los presidentes municipales? Va, son del mismo bando, cojean del mismo pie. En ese círculo nadie es puro y santo, todos se ofertan al mejor postor. Si lo dudan, volteen a ver el cochinero que hay en Morena. De esto luego les cuento en otra entrega.

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