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SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Un nuevo escándalo vuelve a vincular a las estrellas de la farándula nacional con la clase política y el narco. El nuevo libro de la periodista Anabel Hernández, titulado “Emma y las señoras del narco”, expone un entramado harto conocido entre nosotros porque se puso de moda al grado de que actrices famosas llegaron a ser primeras damas de estados e incluso del país, como Angélica Rivera, alias La Gaviota.

Pero no se trata solamente de un asunto de propaganda política, o algo para ganar elecciones. En realidad, el vínculo de la política con el medio artístico también tiene el trasfondo de lavado de dinero público y el enriquecimieto ilícito de ex gobernadores, senadores y diputados, y en general de ex funcionarios federales, a los que alguna vez se les ocurrió usar a cantantes y conductoras famosas como prestanombres y beneficiarias de sus fortunas.

Si por un lado tenemos a políticos como Enrique Peña Nieto, y los gobernadores Manuel Velasco, de Chiapas, y Omar Fayad Meneses, de Hidalgo, casados con estrellas de telenovela como Anahí y Victoria Rufo (el ex presidente se divorció en cuanto entregó el poder y ahora anda con una modelo), del otro lado también hay políticos y empresarios cercanos a abogados y representantes que les ayudan a lavar dinero y que, a su vez, están vinculados a mujeres de la farándula, como Juan Collado y la actriz Yadira Carillo.

De acuerdo con Anabel Hernández, una de las figuras utilizadas para triangular dinero del crimen organizado ha sido Ninel Conde, actriz y cantante de Televisa, “quien además mantiene relación de amistad cercana con varios personajes de la política mexicana, así como vínculos con miembros del crimen organizado”.

En entrevista con Carmen Aristegui, ayer, la periodista e investigadora Anabel Hernández, afirma que la documentación de su libro es seria y que, por ejemplo, Ninel Conde también estaba vinculada en relaciones amistades con el exsecretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. 

“Hoy mismo ella tiene estas relaciones amistosas [con personajes] como por ejemplo, el senador Ricardo Monreal, que ahora quiere ser Presidente de la República”, indicó la periodista. ¿Qué tal? 

Entre las mujeres mencionadas en el libro figura también la conductora tapatía Galilea Montijo, a quien se relaciona con Aturo, el finado líder del Cártel de los Beltrán Leyva.

A diferencia de Ninel, Galilea sí salió a dar la cara acerca de estos señalamientos y con lágrimas en los ojos pidió que ya no se le siga atacando, tampoco a su esposo, Fernando Reina Iglesias, quien presuntamente ya huyó del país, porque se le vincula con la conductora Inés Gómez Mont y su esposo Víctor Manuel Álvarez Puga, quienes tienen una ficha roja de la Interpol y son buscados en 190 países por presunto lavado de dinero y defraudación fiscal.

“Me duele nombren y afecten tanto a mi esposo, que es un hombre intachable y trabajador, además de ser un gran papá y compañero, por supuesto mi familia a mi círculo social y a la empresa para que la que trabajo y me ha dado tanto”, dijo Galilea.

Y no es para menos, porque la conductora lleva meses lidiando con los señalamientos de que su esposo tiene vínculos con Álvarez Puga, el esposo de Inés Gómez Mont, pero lo más grave es que se le señale como pareja del finado Arturo Beltrán Leyva.

Y, sobre todo, que a estas mujeres se les ubique dentro da una red de corrupción oficial y de lavado de dinero público.

A decir verdad, y confiando en que Anabel Hernández haya hecho un trabajo firme, como siempre lo hace, este entramado no es nuevo en nuestro país, pero sí se ha puesto de moda. ¿Alguien recuerda a Irma Serrano La Tigresa? Los medios de la época la relacionaron con el presidente Gustavo Díaz Ordaz.

En sus memorias, la Tigresa llegó a revelar que conoció a Díaz Ordaz “en una de tantas reuniones de políticos. Aquel personaje era un don nadie pero llegó a ser el gusano mayor para regir los destinos del país durante seis años”.

En su libro La suerte de la consorte, Sara Sefchovich relata que mientras Guadalupe Borja, entonces esposa del que ha sido llamado tirano y asesino, se aislaba de su marido porque no podía soportar las presiones que surgieron tras la masacre estudiantil de Tlatelolco, Díaz Ordaz iniciaba una historia de amor con la chiapaneca Irma Serrano,de mirada felina y figura esbelta voluptuosa, que llamaba la atención del público por su actitud bronca.

Ella también diría: “Descubrí que era más atractivo de lo que me imaginaba, no de su físico del cual han hecho tantas bromas, sino por su intelecto. Tiene una personalidad un tanto especial: es simpático, duro a veces, determinante y necio igual que yo”.

A su vez, el presidente José López Portillo tuvo su debilidad con la actriz Sasha Montenegro. Corrían los años de los 70 y el mandatario estaba aún casado con Carmen Romano. Con ella tuvo dos hijos: Alejandro y Nabila.

En 1995, ya muy anciano y deteriorado, López Portillo se casó con Sasha, sólo para comenzar un largo y duro divorcio y pleitos por su herencia, hasta su muerte a los 83 años el febrero de 2004.

A Carlos Salinas de Gortari se le vinculó con la actriz Adela Noriega, pero poco se supo de este asunto.

Como podemos ver, los vínculos de políticos y artistas no es nada nuevo bajo el sol. Lo nuevo es que antes se trataba de meros adulterios, canitas al aire de los encumbrados barones de la política, mientras que ahora se trata de negocios.

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