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Estado de los ESTADOS

Lilia Arellano

“La popularidad es la cuñadita guarra del prestigio”: Edward Norton

  • Entre el “pues sí, pero no” califican a AMLO
  • Síndrome de Estocolmo aparece entre mexicanos
  • Con 45 mmdd se sacaría al “buey de la barranca”

Ciudad de México .- Es urgente se lleve a cabo un análisis sobre el comportamiento de la sociedad mexicana, los impulsos y objetivos con los cuales considera deberá lograr el retorno de su salud física y mental, sus pensamientos sobre el bienestar, la vida, la dignidad, los valores, la conservación de costumbres, el respeto a la idiosincrasia, la responsabilidad, los límites existentes para respetar el pensamiento y las opiniones de otros y hasta donde se puede mantener una actitud impávida ante las mentiras, las tomaduras de pelo, la excesiva y demostrada corrupción y si los efectos de la inseguridad, la incertidumbre laboral, las crisis económicas traducidas a graves conflictos familiares, la mal salud de quienes conforman su entorno, son los factores de la parálisis ciudadana. Ahondar en el ¿por qué se acepta permanezca y crezca un panorama tan funesto como el actual?; ¿por qué se califica en el extranjero como de gran tragedia a muchos de los acontecimientos presentes en México, y quienes aquí habitamos simplemente nos empezamos a familiarizar con estos sucesos?. Aclarar ese ¿por qué? no será fácil, pero es muy necesario.

Los últimos sondeos de opinión sobre el desempeño del presidente López Obrador revelan sigue manteniendo una aprobación de más del 60 por ciento entre el electorado, pero son altamente cuestionados los desempeños en los principales rubros de su administración como seguridad pública, estancamiento económico, desarrollo social, y especialmente el rubro de salud. Los ciudadanos mexicanos le siguen creyendo al inquilino de Palacio Nacional a pesar de marcar todos los indicadores será en el final de este gobierno cuando habrá más pobres, más desigualdad, más inseguridad, más violencia y mayor deterioro de las instituciones para el bienestar. Además, debe sumarse la profundización de la desconfianza y el descrédito de las instituciones y prácticas políticas de la democracia. Hasta la libertad de expresión en el país ha sufrido el embate del crimen organizado ante la mirada complaciente de la 4T, quien también arremete contra los comunicadores. 

Contra lo esperado, rumbo a la elección presidencial del 2024, el mandatario dejará un buen piso de respaldo al candidato de Morena a la Presidencia de la República, y más cuando los partidos de oposición, PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano, carecen de personajes entre los cuales pudiera surgir un candidato único con posibilidades de ganar los comicios. Da risa pensar en un candidato presidencial como el desprestigiado Alejandro Moreno, o la chapulina Lilly Téllez, o repetir con Ricardo Anaya, refugiado en el extranjero, pues los exgobernadores panistas con posibilidades no han dicho “aquí estoy”. Así, mientras Morena tiene candidatos a los cuales placea: Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal, activos y en plena precampaña electoral,  la oposición carece de estos movimientos y sigue arrastrando el desprestigio de los mandatos de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón Hinojosa.

Las campañas electorales de este año están en la recta final y los partidos políticos concentran sus baterías en los seis estados en donde el 5 de junio irán a las urnas para renovar sus gubernaturas. En estos comicios, Morena y sus aliados buscan continuar con la racha iniciada en 2018, triunfos con los cuales ha llegado a gobernar más de la mitad del territorio nacional. En estos cuatro años, AMLO borró del mapa al PRD, redujo el PRI a su mínima presencia territorial y ha ganado más gubernaturas de las que pudo ganar el PAN en 12 años al frente de la Presidencia de la República.

En el peor de los escenarios, Morena ganaría sólo dos gubernaturas y perdería en Aguascalientes, Durango y Tamaulipas; el Partido Verde, como en el proceso del 2021 obtendría una gubernatura, la de Quintana Roo, entidad a la cual aspiró encabezar por los negocios y las inversiones multimillonarias albergadas, independientemente de ser una plaza a la cual hasta las autoridades estatales y municipales actuales, le reconocen su valía como centro de operaciones y distribución de narcóticos.

Aún así, los abanderados morenistas gobernarían más de 20 entidades. Pero no es lo mismo ganar una elección a gobernar; sus mandatarios han dejado mucho que desear a la hora de administrar una entidad. Son los casos de Cuitláhuac García en Veracruz; Rutilo Escandón en Chiapas y Cuauhtémoc Blanco en Morena, donde se multiplican los problemas de inseguridad, violencia y los escándalos políticos. Incluso en la Ciudad de México, la ciudadanía emitió un voto de castigo al gobierno de Claudia Sheinbaum, y la alianza PAN-PRI-PRD recuperó alcaldías, distritos locales y diputaciones federales. Otros estados donde los gobernadores no cumplen ni seis meses, ya enfrentan serios problemas y cuestionamientos, como Zacatecas, Michoacán, Sonora y Guerrero. Colima y Baja California, con féminas a la cabeza atraviesan por sus peores momentos.

De acuerdo con la encuesta dada a conocer ayer por el diario capitalino El Universal, tras casi tres años y medio de gobierno, la administración de AMLO mantiene su aprobación entre seis de cada 10 personas. Al corte de mayo, la gestión del tabasqueño es aprobada por 63% de la ciudadanía, indica la medición elaborada por la empresa Buendía&Márquez. En comparación con el corte previo, correspondiente a febrero, la cifra representa una disminución de dos puntos, de 65% a 63%. En tanto, el porcentaje de personas que desaprueban el trabajo del presidente se mantiene en 33%. Aunque llama la atención el reporte de respaldo renglón por renglón. En ellos, en seguridad, economía, educación, salud, bienestar, el tabasqueño reprueba y es como “opinión generalizada” la aprobación recibida. Es decir, la ciudadanía está consciente de no ser López Obrador el presidente con las facultades suficientes para resolver problemas pero, si es  con quien se entienden de alguna manera y permanecen a la espera de un milagro, de un cambio surgido por voluntad divina, considerando, pese a las pruebas presentadas, difundidas, está combatiendo la corrupción y la impunidad, aún y cuando tal acción no exista, sino sea otra gran mentira.

A los ciudadanos mexicanos les sigue preocupando la inseguridad pública y la ola de violencia en el país, contándose  más de 120 mil homicidios dolosos y más de 100 mil desaparecidos; las actividades criminales se multiplican y se acrecenta el porcentaje de impunidad, la cual sigue estando en los niveles casi totales, del 99 por ciento de los delitos cometidos, aunque no todos denunciados ante la desconfianza ciudadana en los aparatos de administración y procuración de justicia. Ante esto, el régimen de la 4T se afana en difundir están a la baja los delitos de alto impacto y los homicidios en niveles no creíbles de 12 por ciento, con respecto al año pasado, aunque la realidad desmienta estas cifras optimistas difundidas por el gabinete de seguridad. El fin de semana se registraron dos masacres, una de ellas en Chiapas eliminando a los 8 miembros de una familia. El asesinato al estilo colombiano de la activista defensora de derechos humanos Cecilia Monzón, la desaparición de once jovencitas en diferentes entidades, son los hechos ante los cuales se enfrenta el discurso mentiroso de la mañanera.

De acuerdo con la medición de B&M, el porcentaje de gente cierta de la mala actuación del gobierno en materia de seguridad subió de febrero a mayo de 39% a 51%. En contraste, el porcentaje de personas opinando esta labor está haciéndose bien bajó de 60% a 46%. Desde su conferencia mañanera, ayer López Obrador insistió en el avance de su administración contra la inseguridad y afirmó terminará 2024 con “buenos resultados”, constituyendo lo dicho como otra más de sus mentiras. Al mismo tiempo, la titular de la Secretaría de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, reportó que entre enero y abril de 2022, el homicidio doloso disminuyó 12.3%, en comparación con el mismo periodo del año pasado. Aún siendo cierto, es tal el volúmen de cadáveres que no puede sentirse ningún alivio, menos aún si se ha llegado al grado de hablar solamente de números, de porcentajes evitando el nombre de tantas víctimas.

La alta aprobación del presidente puede explicarse por dos factores: la incesante comunicación política desde las conferencias mañaneras, en donde el mandatario, dueño de la narrativa, miente sin ninguna consecuencia, pues se le han registrado más de 75 mil falsedades durante su tiempo de gestión gubernamental. Esto mantiene apabullada a la oposición, incapaz no sólo de responder a la mala gestión del tabasqueño, sino también adolece de  incapacidad para construir un proyecto alternativo de gobierno al de la 4T y sigue acorralada por el desprestigio de los corruptos mandatos de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón Hinojosa. AMLO, de acuerdo con analistas, tiene un discurso político muy simple, de buenos y malos, de conservadores y liberales, de los fifís y el pueblo bueno. Con esa narrativa, crea un mundo paralelo manteniendo a la gente con  esperanza y a la expectativa de un cambio. El mandatario tiene su propio instrumento de comunicación, no requiere de medios, y no depende de ellos.

Otro factor es el reparto de dinero a las clases populares a través de los programas sociales de la 4T, operado como un eficaz instrumento electoral. Para el 2022, el gobierno federal ejerce un presupuesto social de 3.4 billones de pesos, para “atender” a los más necesitados y vulnerables, incluyendo personas indígenas, afroamericanas y mujeres, señaló Javier May Rodríguez, secretario del Bienestar, en noviembre pasado, cuando todavía se desempeñaba en ese cargo del cual, por cierto, no ha entregado ninguna cuenta efectiva y comprobable, según ha denunciado la Auditoría Superior de la Federación. Las dádivas, la compra de votos alcanza volúmenes extraordinarios y sigue permitiendo crezca el número de pobres, de miserables, de desempleados. Esa, le han dicho incansable número de veces al tabasqueño, no es la fórmula para sacar al país de la crisis.

O la ciudadanía abre los ojos, deja de soñar, de aceptar dádivas quienes tienen otras opciones, o no será necesario nos manden al carajo o a la chingada, solitos tomaremos el camino llevándonos entre las patas el futuro de toda nuestra descendencia.

DE LOS PASILLOS

Para la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), los países que conforman la región de Centroamérica requieren de una inversión de 45 mil millones de dólares en los próximos cinco años para poder mejorar las condiciones de vida de sus habitantes. De acuerdo al estudio “Plan de Desarrollo Integral para El Salvador, Guatemala, Honduras y el sur sureste de México”, para Centroamérica la inversión requerida deberá enfocarse en los siguientes rubros: 31 mil 200 millones de dólares en proyectos de desarrollo económico; 10 mil millones de dólares en proyectos de bienestar social; tres mil 300 millones de dólares en iniciativas de sostenibilidad ambiental; y 500 millones de dólares para atender el ciclo migratorio. Además de los países centroamericanos, dicho plan incluye a nueve entidades federativas de México: Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán…Una noticia buena que podrá ser muy buena cuando aterrice en la realidad: La Suprema Corte de Justicia de la Nación y el Consejo de la Judicatura Federal resultaron ganadores del “Premio Interamericano a las Buenas Prácticas para el Liderazgo de las Mujeres”, con el que se reconoce al Poder Judicial de la Federación como la Institución con las mejores políticas públicas para el liderazgo de las mujeres en el continente. Este premio, otorgado por la Organización de Estados Americanos a través de la Comisión Interamericana de Mujeres, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y otras organizaciones internacionales y de la sociedad civil, busca reconocer y ampliar las políticas públicas que empoderan a las mujeres y que incrementan su representación en posiciones de liderazgo. ¿Y si estas empoderadas empiezan por poner orden y justicia en sus congéneres tras las rejas?…

¿Qué quiso decir o a quien salvó o a quien hundió el presidente al hablar del caso Scherer-Gertz? De entrada, negó se pudiera desgastar la imagen de Alejandro Gertz como titular de FGR, “para nada, hay desgaste cuando no se actúa bien, cuando hay corrupción, impunidad, nosotros tenemos que buscar eso, desterrar la corrupción y acabar con la impunidad…” También dejó en claro que “no intervenimos en esos asuntos ni tampoco me puedo estar ocupando de esos casos…” ¿Y si se podrá ser claros, porque ambos nombramientos son su total y absoluta responsabilidad y, al parecer, los agarrones… también.

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