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SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Es interesante el proceso de integración que están logrando los alcaldes de Morena, aglutinados en la Coordinadora de Alcaldesas y Alcaldes de Morena en Guerrero (CAAMEG), dirigidos por la alcaldesa de Acapulco, Adela Román.

Primero, avanzaron a nivel nacional pidiendo más recursos para los municipios, que actualmente son el nivel de gobierno más constreñido económicamente hablando, pero sobre el que recae la responsabilidad de dotar de servicios públicos a la población.

En el marco de la discusión del presupuesto de egresos federal para 2020, los alcaldes morenistas lograron sin espavientos ni amenazas, que los diputados les respetaran la inversión para sus municipios, así como rescatar programas de inversión que estaban de hecho eliminados, y un incremento sustancial al fondo de seguridad pública.

No consiguieron que se creara un fondo adicional para municipios, en sustitución del Ramo 28, que fue eliminado por la corrupción a la que lo llevaron los diputados federales, pero en algo avanzaron: por lo menos poner en la agenda nacional la situación de los ayuntamientos del país, incluidos los de Guerrero, que hoy por hoy están en quiebra, arrastrando deudos por diversos conceptos, que les impide tan siquiera desarrollar un plan trienal de desarrollo.

Simplemente, los municipios están sobreviviendo, viendo cómo jugosas partidas se les retienen para pago de laudos, mientras que los agobian deudas con la CFE, Conagua, ISSSTE y el SAT, por citar algunos, al grado de que están pidiendo que se condonen los adeudos de electricidad heredados, en lo que sería un “borrón y cuenta nueva”, aunque la empresa paraestatal ya también se quejó que las carteras vencidas de los ayuntamientos son escandalosas y ponen en riesgo su viabilidad.

Tarde o temprano, el gobierno federal y los gobiernos estatales tendrán que enfrentar este dilema, y definir si apoyar más a los municipios o no.

Y es que de seguir esta tendencia, sobre todo con el modelo de administración centralista que se tiene, en el que la Federación se queda con la mayor parte de los recursos y transfiere a los estados partidas que tampoco son suficientes para resolver los problemas locales, el desarrollo que tanto se busca en municipios y sus comunidades no llegará pronto.

Sobre todo en Guerrero, esto es palpable, porque si ya de por sí era poco lo que se les daba a los municipios, durante 25 años estuvieron financiando el programa de fertilizante hasta en 80 por ciento, desviando para la compra y distribución del insumo dinero de obras públicas.

Durante todo este tiempo, el estado se desembarazó del programa de fertilizante, y sólo aportaba una mínima parte para mantenerlo, aunque en realidad se adjudicaba los logros políticos. El grueso de la inversión se sacaba de las partidas del Ramo 33 que administran los municipios, y que se les descentralizó precisamente con el objetivo de que ejecutaran obras de combate a la pobreza.

Esto fue un albazo al desarrollo municipal y es notorio cuando se viaja a otras entidades, donde de inmediato se ve la diferencia en temas como la urbanización, servicios como luz, agua potable y alcantarilla, educación y salud, así como los accesos.

En Guerrero, hasta hace poco teníamos todavía cabeceras municipales a las que se accedía por caminos de terracería, y puentes hamacas para que la gente cruzara caminando los ríos.

Salvo Acapulco y Zihuatanejo, además, el resto de los municipios carecen de rellenos sanitarios y de plantas tratadoras de aguas residuales. Si acaso llegan a fosas de oxidación, modelo de captación de aguas negras ya obsoleto y altamente contaminante.

Los alcaldes de Morena, decíamos, están ahora dando una pelea a nivel local, para que los diputados reasignen una partida especial para pago de laudos, ya que actualmente estos se pagan con dinero de seguridad y obras públicas, pues los municipios carecen de recursos propios suficientes.

Ayer, por ejemplo, se reunieron con diputados, en busca de atención por parte de los legisladores, quienes desafortunadamente no han atendido como se debe el problema de los laudos.

Los alcaldes involucrados en esta tarea son, además de Adela Román, el de Malinaltepec, Abel Bruno Arriaga; de Coyuca de Benítez, Alberto de los Santos Díaz; de Tecoanapa, Henos Roque; el presidente de Juan R. Escudero, Delfino Terrones Ramírez; la alcaldesa de Cuetzala del Progreso, Elizabeth Mendoza Damasio; el alcalde de Xochistlahuaca, Daniel Sánchez Néstor; y el presidente de Cuajinicuilapa, Oscar Alejandro Marín Mendoza.

Veremos hasta qué punto los diputados se comprometen los legisladores locales, o si dejan  a los municipios de nuevo a su suerte.

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