SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Sigue la guerra contra Félix Salgado Macedonio. Ayer se subió a redes sociales un video de mujeres que lo apoyan, en contraposición con el video que la semana pasada postearon artistas y escritoras del país para protestar en contra de su candidatura, pero igualmente los medios locales dieron cuenta de que hay una lista de 150 hombres que se sumaron en contra del precandidato morenista a gobernador por Guerrero.

A una semana de su registro como candidato, según dijera el delegado del CEN, Salomón Jara, los ataques están lejos de acabarse y, al contrario, se incrementan, porque incluso la agencia Quadratin, franquicia propiedad de Luis Walton Aburto, precandidato externo a gobernador por Morena, publicó el testimonio de una reportera quien en 2017 habría sido objeto de propuestas indecorosas de parte de Salgado Macedonio, mismo que entonces era director general de La Jornada Guerrero.

Y aunque no dan el nombre de la mujer, su testimonio es parte de un movimiento internacional que se propaga a través de Facebook y Twitter denominado Me Too, mediante el cual se convoca a las potenciales víctimas de acoso sexual, a denunciarlos con la garantía de la secrecía.

Claro, no es algo que esté llegando a las instancias legales, pero es algo mucho peor, porque en lo mediático el precandidato no podrá defenderse, porque ni siquiera se conocen el nombre de quien lo señala.

Todo esto  nos da una idea clara de que la candidatura de Morena en Guerrero nace envenenada. Y una de dos, o lo catapultan o lo sepultan.

Es preocupante que en la reciente encuesta de Demoscopía, por ejemplo, Félix Salgado bajó 3 puntos, los mismo que subió Mario Moreno Arcos. Y no se necesita ser experto en estadística para entender que la campaña en su contra será atizada por todos los frentes, tanto ahora como cuando ya esté en marcha el proceso constitucional.

Hablado en corto con varios morenistas, estos dicen que el partido no habría nominado a Félix sabiendo que tiene semejante debilidad, y que por lo tanto consideran que es inocente de lo que se le acusa.

El problema no es ese, sino que lo que los líderes del partido saben, no lo sabe el resto de la población, y para mal o para bien, la contra campaña en contra de Salgado Macedonio puede rendir frutos de derrota para Morena, si insisten en callar, pues hasta ahora ni el precandidato ni el propio partido han dicho algo al respecto.

Se espera la investigación de la Comisión de Honestidad y Justicia, que se supone se daría la semana pasada, pero apenas ayer se dio un avance. Puede suceder que el resultado de esa pesquisa le sea favorable, pero la pregunta es si será suficiente para sostener su liderazgo en las encuestas, y garantizar el triunfo.

Independientemente de su culpabilidad o inocencia, algo que solamente las autoridades pueden determinar, lo preocupante es la contracampaña que comenzó desde el seno mismo de Morena, desde noviembre pasado, cuando comenzó el proceso interno, y que la oposición solamente ha aprovechado.

A esto se suma la dilación de la Fiscalía y el protagonismo del ex fiscal, Xavier Olea Peláez, quien pretende ser el abogado de la presunta víctima de violación, cuando en realidad ese hombre debiera estar en la cárcel, no sólo porque confesó que no judicializó la carpeta en su momento, sino porque además la filtró a los medios de comunicación con pelos y señales. 

La Fiscalía estatal no puede permanecer impávida ante esta ominosa señal de politizar un asunto que en su momento no se judicializó, como correspondía, pero que hoy se destapa de manera muy oportuna, justo en medio de un proceso electoral. Alguien solía decir que cuando la política entra por la puerta la justicia sale por la ventana, y así sucedió en este caso.

En medio de todo este caos, Félix calla. Y sus adversarios afirman que quien calla, otorga.

SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Esta semana conoceremos al candidato a gobernador de la alianza PRI-PRD en Guerrero, una vez que las encuestas programadas para medir la popularidad de Mario Moreno Arcos y Evodio Velázquez Aguirre concluyeron el domingo.

Y aunque hubo algunas quejas en el sentido de que los equipos en torno a Moreno Arcos hicieron trampa, distribuyendo dádivas en Acapulco, sobre todo, no creo que eso sea suficiente para cambiar la percepción que se tiene de que el priísta será el candidato.

Ciertamente Evodio pudo haber dado la sorpresa, sino hubiera “amarres” previos que lo constriñeron a una negociación, y se dice que estaría buscando la candidatura de Acapulco para su esposa, la diputada Perla Edith Martínez.

Aunque, claro, eso está todavía dentro del plano de las posibilidades y especulaciones, pues la alianza PRI-PRD no debe andar con contemplaciones a la hora de definir candidaturas.

Se supone que existe el acuerdo en que se elegirá el mejor posicionado, sea del partido que sea, y no se andarán peleando posiciones ni oportunidades que no garanticen el triunfo, o al menos un mínimo de pelea en los cargos a disputarse.

La pregunta es, entonces, qué le toca a Evodio Velázquez, porque para el senador Manuel Añorve habría la posibilidad de postular a su mujer por Acapulco, algo que tampoco es probable, y reenviarla a la diputación local del Distrito 9, jurisdicción que ya representó Julieta Fernández Márquez.

La puja está tan difícil en la alianza, que el líder del PRD en el estado, Alberto Catalán Bastida, jefe del Grupo Aguirre (IPG), declinó ayer su aspiración por la presidencia municipal de Chilpancingo, donde al parecer presentará su reelección Antonio Gaspar Beltrán, aunque su esposa ahora sea morenista y esté peleando el Distrito Federal 02 por el partido lópezobradorista.

Cosas como éstas veremos en esta campaña, pero nada de qué extrañarnos, si consideramos que estamos en la época de la reivindicación femenina en la política. Así, si Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, nieto de uno de los luchadores sociales de Guerrero, don Pablo Sandoval, se casó con una panista y se la llevan “requetebien”, según dijo ella en una entrevista, entonces no vemos por qué la esposa de Toño Gaspar se postule por Morena, mientras su marido pelea continuar en el cargo por el PRD.

Volviendo al tema, esta semana la alianza opositora a Morena elegirá a su candidato, y a partir de ahí comienza la cuenta regresiva. Para finales de febrero, además, se tiene considerado elegir a los candidatos a alcaldes y diputados locales de mayoría relativa, así como a los de representación proporcional, para arrancar el 5 de marzo con la campaña constitucional para gobernador.

Del lado de Morena, por cierto, no habrá cambios. El partido parece decidido a mantener a Félix Salgado Macedonio, y tanto el grupo de Pablo Amílcar Sandoval como el de Luis Walton Aburto ya dieron un paso atrás, para centrarse en la pelea por distritos y municipios, donde no piden que no todo se defina por encuestas, porque eso dará lugar a los advenedizos y oportunistas, que por ser más conocidos tendrán mayores oportunidades de resultar electos.

El domingo feneció el plazo para el registro de los aspirantes a alcaldes, y ayer lunes el de los aspirantes a diputados locales, donde hay sorpresas de todo tipo, buenas y malas, pero también algunas chuscas y otras hasta grotescas, porque se registraron personajes que carecen de las mínimas posibilidades de resultar electos. Están ahí tan sólo por el placer de competir y eso, en parte, es bueno porque de eso se trata la democracia, de que todo aquel que aspire pueda hacerlo sin que se le coarten sus libertades ni se pierdan sus deseos en la maraña de intereses de grupo.

Quiérase que no, Morena está poniendo énfasis en esa libertad, aunque en ello le vayan asuntos tan importantes como la unidad, porque como ya sucedió en el proceso interno para gobernador, hubo quienes pretendían tener patente de corso en el partido y, por lo tanto, reclamaban ese derecho de antigüedad. 

Al contrario, en la alianza PRI-PRD está todo fríamente calculado. Y todo se circunscribe a los acuerdos signados con anterioridad, en el sentido de que las tribus no meterían mano ni agandallarían posiciones, sino que se elegiría a los hombres y mujeres mejor posicionados.

En este sector no veremos muchas sorpresas, salvo algunas caras nuevas, pero también veremos otras ya harto expuestas. 

SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

¿Por qué apostarle sólo al petróleo? México tiene todo para convertirse en potencia productora de energías limpias, las que provienen del viento y del sol. En cambio, desde la semana pasada el Congreso federal dio entrada a una especie de contra-reforma eléctrica, con el pretexto de que el Estado Mexicano retome la rectoría del sector, privilegiando los modos viejos de producir electricidad, y que incluyen el uso de carbón en por lo menos 9 termoeléctricas.

No se discute que se tengan que reformar los esquemas heredados de compra de energía limpia que producen empresas privadas, y que dicen son leoninos, pues los gobiernos anteriores se comprometieron a comprar cierto nivel de energía eléctrica a particulares, aunque la CFE tuviera abasto suficiente. Esto significó, de hecho, que la empresa paraestatal tuviera que reducir su producción, a propósito, para cumplir con los contratos a las particulares, las que -además- usan la red eléctrica nacional para distribuir su fluido sin pagar por ello.

Este paraíso empresarial no existe en ninguna parte del mundo, salvo en México, y eso sí debe regularse. Es algo de lo que mucho se ha hablado, que los gobiernos anteriores que promovieron este tipo de contratos, dejaron con las manos atadas al gobierno federal, no sólo en este rubro, sino también en asuntos como la compra y distribución de gas, y hasta en el caso de las cárceles de alta seguridad que fueron concesionadas a empresas privadas, y por lo cual el gobierno paga por el hospedaje de cada preso como si se tratara de un hotel o una renta.

Recordemos que en el pasado mucho se privilegiaron los esquemas de inversión público-privadas, en los que no solamente hay dinero de particulares, sino también de nosotros, el pueblo, pues de eso se trata este negocio, de invertir en empresas del Estado, que se construyen con inversión bipartita, pero que son administradas de lleno por particulares.

Todo esto nos fue colocando grilletes en varias áreas, y el sector eléctrico no podía quedar fuera, siendo que es uno de los más disputados en el mundo, pues se trata de un sector fundamental para el desarrollo de cualquier nación. De este modo, el que tenga la energía eléctrica y el petróleo, determinará el costo del desarrollo y el rango de ese avance.

Hasta ahí todo correcto. Urge que los contratos leoninos con las productoras de energías verdes se regulen, pues no podemos estar dependiendo de esos caprichos, que sobre todo repercuten en los consumidores; es decir, nosotros todos.

Pero lo más urgente es que la CFE modernice o cierre las plantas que operan con energías sucias, como carbón y combustóleo. Y como ejemplo tenemos en corto la termoeléctrica de Lázaro Cárdenas, cuyos estragos ambientales y en la salud pública son incuantificables y posiblemente irrevesibles.

La Cuarta Transformación debe emparejarse con la tendencia internacional de energías limpias. El nuevo presidente de los Estados Unidos trae ese objetivo y pronto todo va a cambiar, mientras México se rezaga.

Desde hace 10 años, la CFE comenzó a promover los huertos solares entre particulares y gobiernos locales, pero con poco éxito. Los que construyeron estos huertos para dejar de consumir energía eléctrica en sus sistemas de tratamiento de aguas residuales, por ejemplo, los abandonaron. Es inversión tirada y nadie les reconviene por ello.

Todo en materia ecológica es un caos en México, y llegará el tiempo en que los países que no hayan alcanzado el mínimo de desarrollo en sus sistemas de producción, serán sancionados y rezagados. De nada nos servirá el petróleo, ni tener electricidad extraída usando combustóleo o carbón.

¿Qué hacer? Los diputados y senadores, que son los que tienen en sus manos ya esta reforma, deben observar todo esto, y no sólo hacer la tarea que les dicta el presidente. En este periodo ordinario de sesiones, la reforma entró como un asunto de urgente resolución, y ya pasó a comisiones en el Senado. En los próximos meses estaremos oyendo de las condiciones de la reforma y todas sus consecuencias, porque impactará la relación con los socios comerciales, a través del T-MEC, que ya exigen en cláusulas específicas la transición energética.

Y a estas alturas ya no es un asunto de política -aunque, claro, nunca una decisión de Estado deja de ser política-; se trata, ante todo, de la salud pública, el rescate ambiental y la reeducación de las nuevas generaciones en el cuidado del planeta.

Dicen los expertos que se necesitan 30 años para cambiar a una generación. Pero los próximos 30 años se avizoran oscuros para la tierra, si continúan los niveles de deforestación, desertificación, consumo de agua y enfermedades. Y el gobierno de México no puede estar ajeno a esta realidad.

SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Morena vive un espejismo. Su corta edad como partido no le ha permitido crear cuadros propios competitivos y por eso en este momento enfrenta el dilema de ungir candidatos a los “fundadores” morenistas, como estos reclama, o recurrir a candidatos externos; léase, de otros partidos o de la sociedad civil.

Esta es una realidad que no han querido asumir los líderes de Morena, quienes desde 2015 a la fecha han venido controlándolo todo, con el garlito de que “no somos iguales”, y con ello han impedido el crecimiento social y político de nuevos cuadros.

Lo vimos durante la pandemia, por ejemplo, cuando se criticaba duramente a quienes distribuyeron ayuda, mayormente de la oposición, mientras los morenistas argumentaban que eso era lucrar con la pobreza; o, en pocas palabras, aprovecharse de la situación.

Eso los dejó enanos, pues la gente que sufrió en carne propia el apagón económico por la pandemia de Covid-19, con el cierre de negocios y la consiguiente pérdida de empleos, aceptaron de buena gana las ayudas, sin fijarse en partidos ni ideologías, porque en estricto sentido era un asunto de humanidad.

Hubo quienes aprovecharon de principio a fin los 3 meses de cierre y podemos apostar que ahí construyeron su candidatura, pero lamentablemente los de Morena no supieron leer los tiempos y las circunstancias, y se quedaron rezagados.

En la campaña de 2018, además, mientras que el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado impuso topes de campaña, reconociendo que ésta no se puede hacer con saliva, sino que hay gastos mínimos que cubrir, los candidatos morenistas en su mayoría se movieron sin recursos, intentando una campaña de concientización casa por casa, a ras de suelo, pero obviamente por ese lado la oposición les comió el mandado.

Claro, esa no fue la única causa, sino que debido al pleito de las 3 tribus que ya estaban perfiladas desde entonces, cuyos líderes se confrontaron durante meses por esos cargos (tal cual sucede hoy), se postularon personas que no cubrían el perfil de popularidad adecuado, y podemos apostar que incluso los morenistas prefirieron dar su voto al candidato de otro partido que al propio, por el nivel de división con el que llegaron a la contienda.

La pregunta es si se repetirá la misma canción o si Morena aprendió su dura lección, que los tiene ahora ante una evidente debilidad en distritos y municipios, aunque el partido en general goce todavía de una buena dosis de confianza entre los guerrerenses.

Si a esto le agregamos que el candidato a la gubernatura, que debe ser factor de cohesión hacia abajo, también enfrenta sus propios fantasmas, podemos decir que Morena está ante uno de sus peores dilemas electorales y tienen este mes de febrero para solucionarlos; de lo contrario, un triunfo que consideran cantado puede caérseles de las manos.

Entre tanto, la alianza PRI-PRD, que se diseñó originalmente para albergar a más partidos, camina aparentemente en unidad. Digo aparentemente, porque como bien dijo ayer Jesús Zambrano Grijalva, en su visita a Acapulco, se duda que los priístas estén realmente cohesionados, al contrario de los perredistas, quienes desde el inicio transitaron en unidad, y cumplieron con un proceso interno impecable.

Al contrario, el PRI esperó hasta enero para definir a su candidato, desperdiciando los 3 meses de precampaña de manera absurda, pues según esperaban a ver qué candidato elegiría Morena.

De paso, la nominación de Mario Moreno Arcos fue sorpresiva para el grupo del senador Manuel Añorve, quien tardó 3 semanas en tomarse la foto con su contrincante, no sin antes lograr algunos acuerdos que aparentemente le favorecen, como condición para sumarse.

No deja de haber preocupación entre los aliancistas, de hecho, porque una cosa es lo que digan los de la cúpula, y otra lo que diga la gente de la base. Los más quisquillosos serían los del PRD, que tendrán que asumir las candidaturas de sus adversarios históricos y promoverlos, porque eso será como darse con la piedra en la boca.

De parte del PRI no hay problema, porque sus bases son dóciles y están acostumbradas de años a alinearse.

Por cierto, que esta semana concluye con el rumor de que Evodio Velázquez adelanta en la encuesta de la alianza. ¿Será?

SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Los esfuerzos de los líderes de Morena para conseguir candidaturas de unidad son extraordinarios, pero dado que para cada puesto hay hasta 15 o 20 aspirantes, eso será algo muy difícil de lograr.

¿Cuál fue el problema de fondo? Que en tratando de aparentar ser un partido democrático (no dudo que la intención sea buena, pero no era el momento), o tal vez para absorber figuras de la oposición con mayor presencia que les garantizara el triunfo al tiempo que desfondaban más al PRD y debilitaban al PRI, los dirigentes abrieron lo registros a militantes y simpatizantes, teniendo como único filtro el no haber sido desechado de su partido previamente. Es decir, que el que llegue a Morena, lo haga porque está convencido de que la Cuarta Transformación es vital para México y porque comulga con este plan de gobierno. De lo contrario, sólo demostrará que busca acceder a un cargo o volver a él, para continuar enriqueciéndose.

Sabemos de perredistas que habiendo apoyado a Morena, estaban dispuestos a volver al partido, pero en cuanto vieron la alianza con el PRI, determinaron no continuar. Y son estos ex militantes del PRD los que comenzaron a buscar espacio en Morena, pero obviamente con la esperanza de que algo les toque.

Hay incluso caso de priístas reconocidos, con una larga trayectoria en ese partido, ya están buscando cargos en el partido guinda.

¿Qué acuerdos serían posibles en un ambiente como este? Ya se vivió en el 2018, donde solamente la presidencia de la República, así como las candidaturas a senadores, diputados federales e incuso diputados locales no tuvieron gran oposición. Al contrario, arrasaron y Morena no sólo ganó la presidencia con Andrés Manuel López Obrador, sino también se logró la mayoría en el Congreso federal, algo que no sucedía desde tiempos de Ernesto Zedillo Ponce de León, a quien le favoreció el efecto del luto por la muerte de Colosio, quedando la candidatura presidencial de Cuauhtémoc Cárdenas abortada por segunda vez.

Aquella fue la última vez en que un presidente de la República tuvo mayoría en el Congreso de la Unión, en la primera mitad de su sexenio, y a Zedillo le fue demasiado fácil imponernos el rescate bancario, conocido como Fobaproa.

Desde entonces, 21 años después y 7 legislaturas más, el Congreso federal volvió a tener una sola fuerza con mayoría, cosa que Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, no disfrutaron.

Volviendo al 2018, todo cambió a la hora de definir las candidaturas a presidentes municipales, donde Pablo Amílcar y su camarilla manipularon el proceso, y aunque tuvieron como oposición al finado César Núñez y a Marcial Rodríguez Saldaña, su grupo ya era demasiado fuerte, pues dominaba el partido y él mismo era aspirante primero a una senaduría y luego se adjudicó una diputación plurinominal.

Como pensaron que se trataba de un triunfo cantado, por el efecto Peje, entonces hicieron y deshicieron. Inventaron encuestas, impulsaron candidaturas “de unidad”, que realmente eran favores al mejor postor. En la mayoría de los casos, los favorecidos no fueron morenistas, sino perredistas, panistas y priítas, y podemos revisar caso por caso para comprobarlo.

Hoy se quejan de que hay un ejército de gente de otros partidos siguiendo a Félix Salgado Macedonio, corifeos y advenedizos de la izquierda decrépita que ellos mismos arrimaron, en tratando de ser los fuertes, pues hacia dentro de Morena tenían oposición.

Lo mismo hicieron ahora. Estuvieron convidando a gente de otros partidos, con la oferta de las candidaturas, y les fueron a levantar la mano públicamente, disfrazándolas de “adhesiones”.

De paso, una vez que perdieron la encuesta, porque ni siquiera lograron el segundo lugar, no son capaces de sentarse a dialogar para componer lo que descompusieron.

Esto debería de preocuparles. Se creyeron que Pablo era el favorito de López Obrador, pero podemos apostar que al presidente no le importan las gubernaturas, mucho menos las diputaciones locales o ayuntamientos. No se va a desgastar en querer abarcarlo todo, y a pelearse con las tribus locales. Al mandatario lo que le importa es conservar la mayoría en el Congreso de la Unión, pues se renueva la cámara baja.

Sobre todo, porque contra toda lógica programática, ideológica e histórica, el PRI, el PAN y el PRD pactaron una alianza electoral en más de 200 distritos electorales, apoyados fuertemente por empresarios. 

Eligieron precisamente los distritos donde, de acuerdo a los resultados específicos de 2018 y a lo que registran diversas encuestas, si van juntos pueden derrotar a Morena. 

Sí, estos partidos están muy desprestigiados, pero no olvidemos que todavía tienen 25 gobernadores avezados en las guerras electorales y cuentan con una maquinaria partidista todavía bien aceitada.

Las elecciones de Hidalgo y Coahuila son ejemplo de lo que puede suceder, pues el viejo y desvencijado PRI dio la sorpresa de una resurrección que era impensable en tan poco tiempo.

Así que si los de Morena se siguen peleando, llevarán al despeñadero a la Cuarta Transformación. Para eso se hicieron los caballos de Troya. 

SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Por fin, después de tanto retraso, el gobierno de México a través de la Cofepris, autorizó el uso de emergencia de la vacuna rusa Sputnik V contra covid-19, de la que se comprarán hasta 12 millones de dosis.

Después de la autorización, lo que sigue es el registro de la empresa productora, que es de capital mexicano pero que ya cuenta con un convenio de importación del gobierno ruso.

Se trata de Birmex Biológicos y Reactivos de México S.A. de C.V., empresa financiada por el Fondo Ruso de Inversiones Directas y su compañía de vacunación Human Vaccine para hacer este trámite, explicó ayer el subsecretario de salud en el país, Hugo López Gatell.

Ya podemos afirmar que la vacuna rusa es la opción que se nos dejará a millones de mexicanos, pues aunque también se le están comprando a Pfizer, éstas son en cantidades más limitadas y parece que están siendo reservadas para los médicos y en general el personal de salud.

¿Cuál es la vacuna más eficaz? Veamos:

Pfizer-BioNTech. Eficacia general: 95 por ciento.  

Eficacia en casos graves: 89 por ciento. 

Moderna. Eficacia general: 94 por ciento. 

Eficacia en casos graves: sin información. 

Sputnik V. Eficacia general: 91.4 por ciento. 

Eficacia en casos graves: 100 por ciento. 

Novavax. Eficacia general: 89 por ciento. 

Eficacia en casos graves: sin información. 

AstraZeneca. Eficacia general: 70 por ciento. 

Eficacia en casos graves: sin información. 

Janssen. Eficacia general: 66 por ciento. 

Eficacia en casos graves: 85 por ciento. 

Sinovac. Eficacia general: 50 por ciento. 

Eficacia en casos graves: 50 por ciento.

CanSino Eficacia general: pendiente 

Eficacia en casos graves: pendiente.

Como podemos ver, la vacuna rusa ocupa el tercer lugar en eficacia, por debajo de Pfizer y Moderna, pero es la mejor en caso graves, pues da 100 por ciento de inmunidad, mientras que de las dos anteriores, la primera da 89 por ciento, y la segunda ni siquiera se sabe.

¿Qué significan estos porcentajes de eficacia? En el caso de la vacuna rusa, que 9 de cada 100 personas que reciban el biológico no generarán inmunidad. Es decir, será como si no se hubieran vacunado. 

No sabemos si podrán probar con otro biológico o si de plano ya se quedan así.

Lo interesante es que la vacuna rusa ofrece, dicen, 2 años de protección contra el Covid-19. Y aquí se prueba algo que ya habían discutido en foros médicos internacionales, en el sentido de que la inmunidad de estas vacunas nuevas es limitada. Luego entonces,los países estarán gastando de manera permanente en la compra de estas vacunas, por lo cual se les considera el negocio del siglo.

Y si le agregamos a esto que hay nuevas cepas de este mismo Covid-19, ya circulando en unos 20 países, México incluido, el panorama pinta bastante oscuro para los sistemas de salud, que tendrán que depender de varias vacunas, porque la gente estará inmunizada contra una cepa, la que ya se extendió por todo el mundo, pero eso no significa que la gente que se vacune estará protegida de las demás cepas o mutaciones del virus.

Luego entonces, el Covid-19 llegó para quedarse, en todas sus variantes. Y vale más que los países muevan a sus científicos para que desarrollen vacunas permanentes, como sucede con los biológicos que ya existen y que han venido mejorándose al paso de los años, para abarcar quizás en una sola dosis todos los tipos de Covid.

Finalmente, decir que hay mucha desinformación acerca de estas vacunas porque no son propiamente vacunas, dicen, sino genes de cerdo, de los que se usó el ARN, y que se va a insertar en nuestras cadenas de ADN, haciéndonos en automático organismos genéticamente modificados.

Esta es una teoría. La otra es que la gente que se vacuna, sobre todo los adultos ya muy mayores, no aguantan la dosis y muere. Como lo dijo Gatell, al ser vacunas nuevas, van a ir registrando fallas tanto en la eficacia, como también en las reacciones, y va a depender de la edad y la condición física y de salud de las personas. Es decir, en pocas palabras, va a haber daños colaterales, pero no por eso se detendrá la vacunación.

En México, de hecho, ayer inició el registro de los adultos mayores para que reciban su vacuna. Los están registrando vía plataforma de Internet y buscando por teléfono, pero con la novedad de que muchos no contestan las llamadas.

A ver para cuándo se cumplen las metas, porque a los cincuentones nos viene tocando allá por mayo y junio, según el calendario oficial.

SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Trasciende que Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros está pidiendo la candidatura al gobierno de Acapulco por Morena, como condición para retirar su campaña contra Félix Salgado Macedonio y pactar la unidad.

Ese es justamente el camino que siguió el senador priísta Manuel Añorve Baños, quien al ver que no lo eligieron candidato, sino que el partido favoreció a Mario Moreno Arcos, aunque no era el mejor posicionado. Entonces, para pactar la unidad que se dio apenas hace unos días, fue necesario que al menos le prometieran a Añorve la candidatura para su esposa, Julieta Fernández Márquez, candidatura que se dará, claro, cubriendo todos los aspectos formales, entre estos el declarar que por parte de la alianza PRI-PRD, compita una mujer. Con ese solo hecho, quedarían desbancados todos los hombres que aspiran, como Ricardo Taja Ramírez, por el PRI, y de parte del PRD, Víctor Aguirre Alcaide.

La problema, dirían los indígenas, es que las reglas de Morena son específicas y ya se emitieron. Es decir, no hay manera de que haya una candidatura por dedazo, pues para la selección de candidatos a diputados locales y ayuntamientos, se usará también el procedimiento de la encuesta, como ocurrió para definir al candidato a gobernador.

Solamente se podrá obviar la encuesta cuando los aspirantes se pongan de acuerdo y saquen una candidatura de unidad, comprometiéndose, dijo Salomón Jara, el delegado del CEN para Guerrero, a apoyar al elegido.

Pero como Morena es el partido en el poder y el mejor posicionado, hay muchos aspirantes a un mismo cargo y será muy difícil llegar a una candidatura de unidad.

Sin contar que todos hablan y piden unidad, pero para beneficio propio, no para alguien más.

Además, para pactar la unidad los interesados tendrían que ver números, para tomar decisiones atinadamente, así que por lo menos se tendría que hacer un primer sondeo para mostrárselos a los aspirantes y que a partir de ahí le midan el agua a los camotes.

No se descartan las candidaturas de unidad, claro, pero eso será porque alguien tenga el liderazgo suficiente y logre inclinar la balanza a su favor. Habrá también casos en donde alguno de los aspirantes ofrezca más beneficios que otro (por ejemplo, cargos, obras, proveedurías), y eso inclinaría la balanza a su favor, pues de apoyar a alguien que nada ofrece, a alguien que es más generoso, pues mejor a uno que va a repartir el botín y no a uno que se lo quiere comer solo.

El escenario de una eventual candidatura de unidad para Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, es harto difícil, máxime que la alcaldesa Adela Román ya anunció que peleará la reelección.

Claro, también es probable que el partido determine competir en Acapulco con candidato hombre, para darle posibilidades a Amílcar y a muchos otros que pretenden ese cargo, entre ellos el síndico Solorio.

El problema, insisto, sería la unidad. ¿Sería capaz Pablo Amílcar de pactar la unidad con todos los grupos aspirantes? ¿Cómo conciliará su nuevo proyecto con el de los felixistas, que simplemente no lo tragan? ¿O con los waltonistas, que no cejan en su empeño de hacerse de la candidatura a gobernador? ¿O será que ya están apalabrados?

Y la pregunta obligada es: En caso de no resultar electo, ¿hará lo mismo que hizo en la contienda para gobernador? Y no estamos hablando de la ostentosa precampaña, con cientos de anuncios espectaculares diseminados por todo el estado, ni de sus camionetas blindadas, ni nada de eso. Tampoco de las encuestas en noticieros y espacios nacionales, de esos de los caros. Todo esto es lo de menos, aunque fue evidente el derroche y la actitud de quien ya se creía gobernador. 

No, realmente no nos referimos a eso, pues probablemente se conducirá igual. Si no a su reacción ante una eventual derrota en las encuestas: ¿Aasumirá que perdió,? O asumirá que es el único que merece ser el candidato por ser el heredero de la lucha social de su abuelo y padre, aunque no sea su lucha, claro; o porque afirma que él fue el fundador de Morena, cuando realmente acá ni se le conocía, cuando los morenistas en torno a César Núñez Ramos se gastaron la suela de los zapatos recorriendo el estado para darle forma al partido.

Recuerdo que les decían que estos pejistas estaban loquitos, y justamente esos que despreciaban a Morena, hoy se asumen como auténticos seguidores de AMLO, admiradores desde siempre y convencidos de que la Cuarta Transformación debe llegar a todos los rincones de la patria, sobre todo a los ayuntamientos. 

Y, claro, la 4T no llegará nunca a estos olvidados municipios sin el trabajo de los paladines de la izquierda, aunque ni sean morenistas, ni sean lópezobradoristas. Aunque vengan directo del PRI, como la candidata a goberandora en Nuevo León, y como varios de los que ahora buscan acomodo en el partido guinda.

Una eventual candidatura de Amílcar por Acapulco abre la puerta a un pacto de unidad, pero aún eso no es garantía de nada. Pablo ha demostrado que no es nada confiable y que junto con su ideólogo, Luis Enrique Ríos Saucedo, lo mismo dicen una cosa que dicen otra.

Por ejemplo, Ríos Saucedo acusó que los que fueron a respaldar a Félix Salgado a la reunión de consejeros del domingo, era una horda de petistas, priístas y perredistas. Jojojo. Y lo dice el que ha andado por todo el estado recogiendo precisamente a esas hordas de perredistas, priístas y petistas. 

Ese, por donde se le vea, es el discurso de la Chimoltrufia, que como dice una cosa, dice otra.

SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

La ruptura en Morena es cada vez más evidente, y de ahí que varios grupos políticos se pertrechan en torno al delegado del partido, Salomón Jara, y el secretario general en funciones de presidente, Marcial Rodríguez Saldaña, llevando como precandidato a Félix Salgado Macedonio.

Del otro lado, el boicot del grupo de Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, y además la cada vez más obvia actuación rupturista de Luis Walton Aburto -quien insiste en que a pesar de que estuvo en segundo lugar en las encuestas el triunfo le asiste- revelan posiciones irreconciliables. 

Simplemente ya no hay manera de verlos juntos, máxime que ayer Luis Walton Aburto anunció que creará comités de defensa denominados “Vamos Guerrero”, y está pendiente un pronunciamiento para sus seguidores.

Este domingo, por ejemplo, se realizaría una sesión extraordinaria del Consejo Estatal de Morena, convocada y consensada con los diversos grupos políticos, para realizarse en un salón de Chilpancingo a las 10:00 de la mañana.

Sin embargo, el grupo de Jara olió la celada y con horas de anticipación avisó del cambio de sede al Salón Cuicalli.

Al primer evento, convocado por el diputado local Luis Enrique Ríos Saucedo, el principal impulsor de la candidatura de Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, únicamente llegaron 4 consejeros. Y según el diputado Rubén Cayetano García, no había nada que indicara que ahí habría una reunión de consejo, pues no había nadie que se encargara de los registros, como tampoco entrega de gafetes,ni nada por el estilo. Solamente estaba el propio Ríos Saucedo.

La pregunta es: ¿Por qué no llegaron los consejeros amilcaristas, si la convocatoria indicaba que se daría un informe del proceso interno? Pensando mal para acertar, pero sobre todo porque así trascendió, los amilcaristas tenían todo preparado para boicotear esa sesión. ¿Cómo? Haciendo vacío para que no hubiese quórum legal, pues se decía que al informar del proceso interno, y al darse a conocer al ganador, se daría la ocasión para ratificar la precandidatura de Félix Salgado Macedonio.

Pero Salomón Jara y Marcial Rodríguez Saldaña convocaron en otra sede, también argumentando que por la pandemia no podían estar en un lugar cerrado, y lograron la asistencia de 44 consejeros, de 90 registrados.

En efecto, no se alcanzó el quórum y la sesión se tornó en una reunión informativa. Eso bastó para presentar a Félix Salgado Macedonio como el ganador de la encuesta, y se le permitió incluso dar un mensaje a los consejeros, luego de lo cual se retiró en su “toromóvil”, una vieja combi adornada con cuernos en la parte delantera.

Afuera del Cuicalli había unos 300 de sus seguidores, coreando su nombre. Mejor dicho, su apodo.

Entre tanto, desde la Ciudad de México, el líder de Morena en el país señaló que mientras no haya una sentencia contra Félix Salgado Macedonio, éste era el candidato de Morena en Guerrero, caso contrario a lo que afirma la secretaria general del partido, Citlalli Hernández, para quien aún no hay candidato, y no deja de decir que Félix Salgado no debe ser postulado.

Por supuesto, hubo otras maniobras de grupos feministas, quienes desde temprano lanzaron una campaña en Twitter en contra de Salgado Macedonio. En realidad, las feministas tienen desde el pasado jueves protestando contra el ex alcalde de Acapulco y senador con licencia de la República, para que le sea retirada la candidatura.

Estas fuerzas, las que sostienen a Salgado Macedonio, y las que intentan socavar su candidatura por dos frentes, están por chocar entre sí. Será una carambola política nunca antes vista, o tan sólo comparable con la ruptura de 2010 en el PRI, cuando Ángel Aguirre Rivero dejó a este partido en el que militó 30 años, para oír el canto de las sirenas en el proceloso mar de la izquierda, para abanderar la candidatura de un partido históricamente enemigo, y del que terminó de hecho apoderándose, pues hoy por hoy nada se mueve en el PRD no se pase por el consenso del ex gobernador.

El futuro inmediato de Morena es incierto y el tiempo juega en contra del partido lópezobradorista. Ya se tiene encima el tiempo de los registros para candidatos a diputados locales y ayuntamientos, los cuales también será electos por encuesta, mientras que las plurinominales serán por “insaculación”; es decir, que reeditarán la tómbola de candidaturas, para dejarle a la suerte una decisión que debieran tomar los grupos políticos.

En un escenario tan intrincado, ni el más avezado analista político podría dar pie con bola en esta historia de amores perros…..o debo decir, ¿amores toros?

SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)


El diablo está en los detalles, dice un dicho popular, es por eso que el mimo de México, Mario Moreno (a) Cantinflas, que no el candidato del PRI, decía: “Ahí está el detalle chato, ahí está el detalle; porque no es lo mismo llevar un chango de Tapachula a Tampico, que tápate el… no hay que ser chato, eso si que es falta de filosofía cognoscitiva”.

Y ya con este necesario breviario cultural, existe un gran detalle con don Galdino Nava Díaz, un “afanoso” militante del Morena que hasta hace poco era un perfecto desconocido, pero que de unos días para acá, como dice Pepe Ramos, no hay fuste que le acomode ni gamarra que lo detenga.

Hoy por hoy Don Galdino Nava anda mas alebrestado que el COVID-19 en todo el estado de Guerrero dizque realizando asambleas informativas, asambleas de estructuras; pero, sobre todo, tomando protestas a los incautos que se dejan engañar asegurándoles que ya son precandidatos del Morena a los distintos puestos de elección popular.

Aquí lo malo no es que don Galdino ande hiperactivo por encima de las estructuras formales del Morena; aquí la pregunta es ¿cuál es el motivo, razón o circunstancia que mueven al interfecto?, ¿quién lo está financiando?, ¿por qué se está brincando las trancas y no toma en cuenta ni al delegado nacional del Morena, Salomón Jara Cruz?. Porque seguramente de a gratis no lo está haciendo, por supuesto que algo quiere y puede ser dinero, pero también poder.

Tantos dolores de cabeza le está causando al partido el pleito por la candidatura a la gubernatura que el delegado nacional del Morena ya perdió toda forma y de plano emitió un documento dirigido a la opinión pública, a la ciudadanía en general y a los militantes y simpatizantes del partido guinda, donde aclara que todos los actos que financia, organiza y presida Galdino Nava Díaz, carecen de legalidad, en concreto, no serán reconocidos por los Comités Ejecutivos Estatal y Nacional.

Y es que “a partido revuelto, ganancia de trepadores”, y don Galdino Nava es un trepador a todas luces, hasta la facha tiene, pues nadie se traga el cuento de que sus asambleas las está haciendo por amor a la cuarta transformación, ¿ahora resulta que todo mundo se enamoró de la cuarta!
Por supuesto que el amor que todos estos grillos (incluidos los del Morena y los pro Amlovers) le profesan a la 4T es un discurso de merolicos de feria, esperando que los clientes caigan en sus garlitos de siempre.

No es amor a la 4T, es ambición al poder y al dinero lo que hace que los grillos de Guerrero pierdan el decoro y se anden placeando como mujeres de moral distraída, buscando clientes que les compren caro su amor; y en esa pasarela vemos a morenistas convenencieros, a emecistas traidores, a perredistas cuiteros, y hasta priistas raros tratando de “amacollar” las candidaturas que los mercaderes chilangos, traídos al son de PAS, les están ofreciendo a cambio de dinero y prebendas en los futuros periodos de gobierno.

Apenas este miércoles el diputado local Luis Enrique Ríos Saucedo publicó una fotografía con el ex presidente de San Luis Acatlán y ex diputado local, con quien habló -dijo- de asuntos políticos. Lo cierto es que no sólo hablaron, sino que se comprometieron a que Morena le entregaría al priísta (no se sabe que haya renunciado) la candidatura de ese partido a la presidencia municipal sanluiseca.

Los de PAS así han venido haciendo, de hecho. Han estado recogiendo a perredistas, priísas y panistas, tal cual lo hicieron en 2018, para vender la idea de que son el grupo fuerte, y obviamente para meter cuña para los propios morenistas en estados y municipios.Y todavía aclaró Ríos Saucedo que mientras otros destruyen al partido, ellos le abonan.

No cabe duda que los neoliberales, los fifis tienen razón: Andrés Manuel López obrador se parece al Mesías, a Jesucristo, pero porque está siendo crucificado y rodeado de ladrones, comenzando con varios súper delegados y muchos cuatreros que andan como la desgracia, recorriendo todos los rincones del estado de Guerrero ofreciendo la luna y las estrellas a cambio de votos. ¿Verdad Don Galdino?

Catorce Caldos

Alejandro Páez Varela

Ahora sí lo puedo contar. Abres el correo y allí está: el virus se ha metido en casa. Es la confirmación de lo que sospechábamos. No soy yo, pero como si lo fuera. No soy yo porque lo dice el papel pero creo que sí, que también soy yo. Vienen los días más difíciles, las horas más complicadas. Así como el cuerpo reacciona al virus con una tormenta de citocinas, así el cerebro tiene su propia tormenta: qué hicimos mal, si nos mantenemos encerrados; dónde estuvo la falla. Vas de regreso, sobre tus huellas. Te ves las manos, como si fuera posible advertir al bicho a simple vista. ¿Qué hicimos mal? Cero fiestas, cero contacto con nadie. Yo ni familia tengo en México, aunque ella sí; pero nada. Nada de contacto con nadie. Abres el correo y dice lo que dice: que ella es positivo, que yo no. Pero no me la creo.

Primero lo primero: hay que salir adelante. Vivimos los dos en el departamento; a dividir todo, a marcar zonas seguras con lo que hay, que son las tétricas bolsas negras. A asumir las tareas que me tocan, que serán casi todas. A sellar la puerta. A buscar teléfonos de médicos que, dicen, escasean. A contar los días y todo a contrarreloj: me armo con un bloc de postits para anotar lo inmediato. En uno pongo: “Abajo de 92 oxigenación, emergencia”; en otro: “arriba de 37.5 de temperatura, emergencia”. Lo inmediato es ver el refrigerador y la alacena para que la comida y el agua de beber no falten. Salí negativo pero creo que en la segunda prueba saldré positivo. Según mis cálculos, tendré unos 5 días para preparar todo antes de que en un cuarto esté ella y en otro esté yo, ambos en crisis.

Ella es joven y es mujer. Me meto a una calculadora de riesgos por COVID: sale muy abajo. Entonces, calculo, tendré que atenderla con fiebre y cuando ella vaya saliendo, yo estaré entrando en la fase crítica. Trato de acomodar racionalmente la fase que llamo “crítica”: los dos noqueados, pero ella saliendo y yo cayendo al abismo. Calculo 7 días muy difíciles. Los dos necesitaremos caldos de verduras con pollo, con res y con pescado. Rápido empiezo a cocinar: siete días, raciones dobles. Catorce calditos listos; sólo hay que descongelar y calentar. Cualquiera de los dos tendrá fuerza para hacerlo. Apunto en postits y los acomodo en un lugar visible: teléfonos de emergencia, un hospital, un especialista en pulmones.

Le escribo a cuatro amigos, tratando de no alarmar ni de mostrarme alarmado. Les advierto que quizás vienen días complicados para mí, que tendré que arreglar cosas. Uno me ayuda a sacar cita por adelantado con el especialista en pulmón (casi lloro de contento) y me dice que tiene idea de cómo conseguir oxígeno –él y su madre padecieron el bicho–. Otro ve con una notaría y me manda un formato a llenar que podemos acelerar para que sea una especie de testamento: “no quiero dejarla desprotegida”, le digo. A otros dos los advierto que quizás deban asumir ciertos tramos de mis obligaciones “mientras me recupero”.

Primer médico, primera videollamada. Estamos los tres. Todo se concentra en ella, como debe ser. El médico es muy práctico o es un patán: qué más –repite–, qué más. Le digo que yo salí negativo y que he sido fumador; que espero poder hacerme una segunda prueba porque es casi seguro que estoy contagiado. Le digo que si quiere pago de una vez una consulta. Me responde casi como si tuviera lepra: “Usted sí se va a complicar. Cuál consulta, hablamos luego”. Un balde de agua con hielos. Mi mente: algo vio. Mi mente: ni siquiera nos quiere cobrar una consulta; quizás cuando hablemos, que es luego, me va a mandar derecho a un hospital. Mi mente: pues estoy en el desahucio. Mi mente: pinche doctor ojete. (Mi mente y yo nos daríamos cuenta que, en efecto, pinche doctor ojete). A ella, dos medicamentos y Peptobismol. No le digo a ella que esos dos medicamentos juntos son totalmente experimentales; sólo le digo que si me enfermo, de inmediato me consiga esos mismos medicamentos. Son experimentales pero no son dióxido de cloro e hidroxicloroquina. Había leído que juntos, estos dos medicamentos habían resultado buenos. No le digo nada a ella pero el doctor ojete está apostando y quizás gane. Y ganó: ella se recupera bien, pronto.

Catorce caldos listos, para siete días complicados: de res, de atún y de pollo. Yo no como pollo, cerdo o camarones. A veces camarones. Mi papá decía que son cucarachas de mar, no soy fan. Pues ahora se me antoja una bolsa de chicharrones. No tengo sobrepeso y soporto unos chicharrones, pienso. Pero no, no, no como cerdo desde hace muchos, muchos años. No voy a empezar ahora. Menos cuando tengo tanto por hacer. Atiendo a las mujeres de mi casa: a ella, que está en cama y evoluciona bien, y a Simone, de 14 años, que es demandante. Aunque siempre será mi cachorrita, Simone es ya una mascota madura, una perrita madura. A veces se hace pipí y hay que bañarla, limpiarla y limpiar pisos. No me importa limpiar pisos de su pipí: sé que es incontinente por la edad y ya. Si se tiene que hacer pipí que se haga. Total, que para eso me tiene; total, que hemos sino felices tantos años, ¿cómo no voy a limpiar su pipí ahora que es vieja? Para mí será siempre una cachorra y punto. Me necesita más ahora y punto.

Escucho, palpo y siento mi cuerpo. Cualquier señal me puede advertir, antes de la prueba, que sí me contagié. He lavado y lavado los pisos y los platos a diario, obsesivamente y pues siento adoloridos los brazos. Escucho mis pulmones. He estado leyendo todo sobre el SARS-CoV-2 y sobre la COVID y no quiero leer más. Me asusta leer en estos momentos. Pienso: lo que sé y ya. Con eso debo estar consciente de que soy, si no del grupo de mayor riesgo, sí de riesgo mediano. Pienso en la ruta que recorreré como enfermo pero no quiero enfermar. Duermo en alerta. Pego la oreja a la puerta de ella para ver si está bien. Le marco, nos marcamos. Nos medimos los dos. ¿Estás bien?, me pregunta. Yo lo mismo. Gotas de gordo aceite son mis días, como dice Guillén. Y es cierto: pasan tan lentamente que no pasan.

Por fin, llegan a hacerme la prueba. Viernes largo. Sábado largo. Y llega el resultado: negativo. Me hinco sobre las rodillas y doy gracias a Dios. Le había pedido misericordia y la tuvo; le doy las gracias. Negativo. Ella está contenta y recuperándose, y Simone parece no enterare aunque, creo, lo está: todo este tiempo no se hizo pipí una sola vez. Supo aguantarse. Pudo aguantarse.

Yo me tomo todo esto como un ensayo por si en algún momento salgo positivo. Me cuido mucho, pero nunca se sabe. No sabemos, por ejemplo, cómo se metió el virus a casa. Saco dos caldos de atún con papa para celebrar. Empiezo a descongelar dos caldos diarios; catorce caldos, siete días. Eran para los días más complicados. Los días que, por fortuna, no llegaron. Los días que otras familias están sufriendo ahora mismo, mientras escribo.

Vacunas, vacunas, mi reino por las vacunas. ¿Cuándo terminará todo esto?

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