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El Año Nuevo y sus fuegos Pirotécnicos. 

/ Nayeli Rubí Pérez Ochoa.

El año nuevo llegó, la gran mayoría disfrutamos en compañía de nuestros seres queridos, nos alegramos unos a otros y compartimos lo poco o mucho que tengamos, cómo cada año, se nos otorga una nueva oportunidad para comenzar desde cero con las metas que no se lograron o que quedaron inconclusas, es un nuevo aliciente para cambiar lo que no nos haya gustado y para probar nuevas cosas.

También, cómo todo lo que representa la vida contemporánea en este México mágico, significa un riesgo, el que no sólo recae en el gobierno y sus múltiples e inútiles organismos (no todos), sino que se posa sobre los hombros de un sinnúmero de personas, entre jóvenes y adultos, que se congratulan celebrando estas bonitas fechas con juegos pirotécnicos sin tomar las debidas precauciones, obteniendo el mismo resultado de siempre, niños lesionados e incendios por el mal manejo de estos dispositivos.

Porque, a contrario de como piensa el grueso de la población, existen protocolos a seguir para la quema de pirotecnia, en especial para algunos que resultan sumamente peligrosos como las “palomas” o “R-15”, el “huevo de codorniz”, la “garra de tigre” o “cara de Diablo” y el “cohetón de vara”, así también, se deben solicitar permiso a la Secretaría de Defensa Nacional y en su caso a las autoridades estatales o municipales para realizar la venta de aquella, con las limitaciones establecidas en cuando a la cantidad y lugar de almacenamiento, el cual deberá satisfacer los requisitos de seguridad.

Esto se encuentra debidamente reglamentado en la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, la que además, ante la inobservancia de lo allí dispuesto, establece las sanciones que se aplicarán en caso de realizar manejos incorrectos, sin olvidar hacer mención de las que pudiesen resultar por las acciones civiles y penales que en su caso tomen los particulares.

Pero como el grueso de la población ha normalizado el uso de estos peligrosos artefactos, las ventas masivas en este periodo vacacional son evidentes, las cuales incluso se realizan ante la vista de los funcionarios de los tres niveles de gobierno, quienes seguramente hacen lo propio en sus respectivos hogares, alegrando sus noches con juegos pirotécnicos, cómo si no hubiese mejores y más sanas formas de divertirse.

Y es que estos fuegos pirotécnicos no sólo son potencialmente peligrosos para los usuarios, sino también para todos aquellos que se encuentran cerca, e incluso para los que no, pues en variadas ocasiones, se han incendiado casas por motivo del uso incorrecto.

Esto sin contar las lesiones que frecuentemente se presentan en infantes, pues a pesar de las múltiples campañas que año con año se observan en televisióny en redes sociales, los padres siguen siendo omisos en el correcto cuidado de sus hijos, quienes lamentablemente, son los que sufren las hórridas consecuencias de la pasividad de sus progenitores.

Claro, sin omitir mencionar las afectaciones en el medio ambiente, cosa grave que a todos debe preocupar y ocupar, la mayor representación de esto pudo observarse en la Ciudad y Estado de México, donde el primero de enero se presentaron niveles altísimos de contaminación, por consiguiente se activó la contingencia ambiental fase 1 por la presencia de partículas PM2,5, las que pueden provocar infecciones y enfermedades respiratorias, cuadro asmáticos y disminuyen la función pulmonar, afectando principalmente a niños, mujeres embarazadas y adultos mayores.

Parecerá muy lejano lo que sucede en el centro del País, en el Estado de Guerrero no existen tantos factores contaminantes como fábricas y transporte, pero aquello no significa que no debe preocuparnos, el Planeta Tierra es uno sólo, debemos protegerlo de acciones como estas que otorgan placeres visuales efímeros a costa del sufrimiento de quienes padecen alguna enfermedad, sean personas o animalitos de compañía.

Así las cosas, se inicia con la misma irresponsabilidad de siempre, seguramente todos esperamos que las cosas mejoren en el transcurso del año, pero mientras tanto, cambiemos, mejoremos nosotros, al final es para beneficio propio y de los nuestros, Feliz y Bendecido Año para todas y todos los lectores.

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