SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

La presión del gobierno federal en materia económica está en los empresarios, de todos los niveles. La campaña de “Quédate en casa”, como estrategia para desacelerar los contagios por Covid-19, implica que la gente que no desempeña funciones básicas, no acuda a trabajar. Por ahora, porque llegado el momento, una vez que arrecie la epidemia, hasta las funciones básicas podrían ser suprimidas.

¿Pero cuáles son las funciones básicas o las no básicas? Quizás ir de farra a un bar no es básico, como lo es ir a un mercado a vender víveres. Tal vez hacer un viaje de placer no es básico, como sí lo es producir alimentos, o procesarlos para su venta en el mercado, para alimentar a la gente que está en sus casas y que, demostrado está, cuando una persona no trabaja es cuando más come.

En eso estamos de acuerdo. Pero estamos saltando un aspecto de todo este esquema. Que las actividades consideradas “no básicas”, lo son en lo general. Nadie se muere si no sale de vacaciones, eso es cierto. ¿Pero qué pasa con las personas que viven en los lugares turísticos y cuyos ingresos dependen de la llegada de visitantes?

Y no me refiero sólo a los empleados, sino también a las personas que sostienen la economía local, en su mayor parte enfocada al turismo, y que va desde restaurantes, fondas, mercados de artesanías, bares, posadas, hoteles de 1 estrella o menos, ambulantes, taxistas, y un largo etcétera.

Hay negocios que, a pesar de la emergencia, están trabajando porque no tienen opciones, viven al día, comen al día, pagan la nómina con sus ingresos diarios que, para colmo, se les disminuyeron al mínimo. De hecho, ya algunos hoteles en Acapulco anunciaron el cierre temporal, por falta de clientes, y eso implica también despidos de empleos temporales y el descanso de empleos fijos.

Pero el clamor ya se siente a lo largo y ancho del país, hay gente diciendo en sus redes sociales que los despidieron, dándoles solamente el sueldo de la semana, pues si las empresas no tienen dinero para seguir pagando sueldos, menos van a tener para liquidar a los trabajadores conforme a la ley.

Y aunque la Secretaría del Trabajo está informando que los empleados no deben ser despedidos, la postura es simplista, pues aunque el trabajador tiene derecho a un sueldo, el patrón también tiene derecho a pagar sólo por el sueldo que se devenga. Y si el empleado tiene la protección de la ley laboral, el patrón tiene la protección de algunas leyes que le permiten incluso declararse en quiebra, cuando ya de plano no pueda seguir pagando.

Estamos ante un nudo gordiano, entonces, que el gobierno debe atender antes de que se apriete más. Patrones sin ingresos, dueños de micros, pequeñas y medianas empresas, endeudados hasta la coronilla, que todavía tienen que cargar en hombros el destino de sus empleados, por la pandemia de coronavirus, pero sin tener ingresos.

¿Qué sinsentido es ese? El presidente pide solidaridad a los empresarios, pero suponemos que se refiere a los dueños de consorcios, o quizás a los grandes y medianos, que cuentan con activos suficientes. Pero no está pensando en la inmensa mayoría de los negocios de este país, que son los que han sostenido los empleos en medio del vendaval de la violencia, y que a estas alturas están en cueros, endeudados, y despiadadamente esclavizados por un sistema bancario que es a todas luces usurero.

No hay de otra, la gente se tiene que desmovilizar, pero ¿qué pasará con los empleadores? El presidente ha dicho que dará tandas a las personas que se desempeñan en la economía informal. Son montos de 5 mil pesos, y si los pagan puntualmente, podrán acceder a otros 10 mil.

Por la presión de la gente, dijo que también a las Pymes les daría unos bonos de 25 mil pesos, pero con intereses. Sin embargo, aunque se agradece ese gesto, esa cantidad es irrisoria pasara sacar adelante a cualquier negocio pequeño o mediano. Hay algunos que tan sólo esa cantidad se la gastan en su nómina semanal. Otros me comentaban que tendrían que vender terrenos o sus autos para resolver el pago de los sueldos de sus trabajadores, aunque no están laborando.

En lo general, hay quienes tienen deudas con empresas automotrices, bancos, casas de préstamos en general, y no saben si les van a condonar impuestos, o les van a aplazar el cobro de los créditos hipotecarios, automotrices, personales, empresariales.

El viernes, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, anunció que los bancos darán algunas facilidades a los cuentahabientes, para diferir los pagos de sus créditos. Es decir, no se los perdonan, no los anulan, solamente los difieren. Esto significa que los pagos mensuales los van suspender por 4 o 6 meses, pero se los van a cargar en los meses siguientes.

El caso es que ellos no pierden, solamente hacen un paréntesis.

La pregunta es si eso será suficiente para los micro y pequeños empresarios mexicanos.

SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Quédate en casa, es la campaña actual del gobierno, en todos sus niveles, aunque apenas estamos en la fase 2 de la epidemia, la cual dicta “su sana distancia”.

Y la medida se recrudecerá a partir del próximo 19 de abril, cuando entremos a la Fase 3 de la estrategia de contención de la epidemia por coronavirus.

Aclaro: es la Fase 3 de la estrategia, mas no es la Fase 3 de la epidemia, pues ésta se espera hasta el mes de junio y podría abarcar hasta agosto.

Lo que está haciendo el gobierno federal, es adelantar los tiempos de contención, para no ir aparejados con el comportamiento de la epidemia, pues en este momento se tiene capacidad de reacción, algo que no sucederá cuando ya se tengan los contagios masivos en puerta, como sucedió en Italia y en España, o como está sucediendo en Estados Unidos, donde comenzar a actuar cuando la curva de contarios se disparó.

Y así, aunque dando tumbos porque los criterios no están homologados, pues mientras el presidente dice una cosa, los gobiernos estatales y municipales hacen otra, de modo que cada araña anda por su hebra, va caminando en México la campaña contra el coronavirus, y la gente se tiene que estar en casa, aunque los casos que se tienen en la entidad estén bien localizados, y aunque en las regiones todavía no se detecten casos.

Hay que cumplir. Los epidemiólogos señalan que si logramos cada uno en sus casas por 4 semanas, podremos aplanar la curva de contagios; es decir, que los contagios vayan más lentos.

Ojo, no es que los contagios se eviten. Eso lo dejó muy claro el subsecretario Hugo López Gatell, sino que solamente lograremos que no se masifiquen, porque de lo contrario colapsaría el sistema sanitario del país, que de por sí está para llorar.

“No hay duda de que México entrará a la fase 3 de emergencia por coronavirus, esto es, el punto más crítico de contagios y el llamado del Sector Salud es enérgico a parar ya la movilización de personas para atenuar el impacto”, recalcó ayer López-Gatell, quien consideró que “este es el momento”, “esta es la oportunidad” de que el país pueda reducir el pronunciamiento de la curva epidemiológica y evitar que colapse el sistema de salud como ha pasado en otros países.

Valga la aclaración para aquellos que piensan que la cuarentena lo resolverá todo, que los contagios se evitarán, que el virus no cundirá en todo el país. Nada de eso. La lógica de los problemas epidemiológicos es que el contagio se frena, hasta que por lo menos el 70 por ciento de la población se enferma, y entonces hay suficiente gente con anticuerpos al agente infeccioso, que permite que éste recule.

Como podemos ver, la estrategia del gobierno federal cambió abruptamente esta semana. El martes apenas estábamos entrando a Fase 2 y este jueves se anunció la Fase 3 de la estrategia.

Y aunque el presidente confiaba en que todo sería por fases, como todos confiábamos, para el vitar el lockdown o apagón del país, parece que no lo evitaremos.

Y esto ocurre cuando ya amplios sectores económicos del estado de Guerrero sufren las consecuencias de la alerta por coronavirus, sobre todo en el sector turístico, donde las pérdidas en este momento son incuantificables.

A nivel mundial, el impacto económico es también irreversible, pero el que más nos incumbe es el del turismo. El World Travel and Tourism Council, que preside Gloria Guevara, extitular de la Sectur, y que agrupa a las más grandes empresas privadas del sector a nivel mundial, actualizó su estimación de pérdidas de empleos, que en sólo siete días aumentó de 50 a 75 millones por la magnitud de la epidemia que ya afecta a más de 400 mil personas en 180 países.

La OMS y otros organismos multilaterales tienen la última semana advirtiendo de la quiebra de las naciones, sobre todo las economías emergentes, que carecen de recursos para enfrentar el “apagón” de amplios sectores por la cuarentena, pero que tampoco tienen dinero para endeudarse más de lo que sus pobres economías soportan.

Y es que aunque ayer el G20, donde se encuentran las principales economías del mundo, haya anunciado la inyección de 5 billones de dólares a la economía mundial, eso no será de gratis. No es que esas naciones tengan el dinero disponible, sino que todo es vía créditos y contratación de deudas. ¿Pero quién los va a prestar? ¡Ah!, ahí está el detalle. Nada más y nada menos que los dueños del dinero en el mundo, que no son ningún país en particular.

Como se dice en los memes: Se tenía que decir, y se dijo.

SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

No hay duda de que en tiempos de crisis, los liderazgos de la sociedad en todo el mundo son probados. Si en China, el presidente Xi Jingping optó por una estrategia militar para controlar a la población de Wuhan y sus alrededores, así como para edificar dos mega hospitales y operarlos, y para controlar a los medios de comunicación, tanto nacionales como extranjeros, en el resto del planeta los líderes de cada nación están reaccionando cada cual a su manera, y conforme a sus capacidades.

No cabe duda de que estos son tiempos de pruebas, y pocos pasarán la prueba del Covid-19.

Pasada la tormenta, veremos quiénes tomaron la mejor decisión. Quiénes guardaron la calma y actuaron con cautela, a pesar de la presión social y política a su alrededor. Y quiénes de plano se apanicaron y metieron a su pueblo en las cuevas, huyendo de un enemigo microscópico.

En estas épocas, los ciudadanos sabremos si realmente nos gobiernan los mejores hombres y mujeres, o si a la hora de depositar nuestros votos en las urnas nos fuimos con la finta, y caímos en la trampa.

En este tiempo, en que la manada se dispersa, se necesita de individuos capaces de construir equipos, y de llevar a la sociedad a seguirlos, respaldarlos y obedecerlos no por la fuerza, sino por convicción.

También se necesita de liderazgos en el plano legislativo, gente que sepa cuál es su papel a desempeñar en este momento histórico, para crear las condiciones que les permitan a los líderes políticos actuar sin obstáculos, pero también sin excesos.

Y, sobre todo, líderes partidistas que reconozcan que la emergencia sanitaria no es algo para que hagan política.

Pero de que los hay, los hay. Y entonces se muestran mezquinos y convenencieros ante el pueblo, que desafortunadamente para ellos está muy proactivo hoy en día, a través de redes sociales, y no perdonan ningún desliz.

Por eso decimos que hoy más que nunca la clase política está siendo probada al extremo, y cada acierto les será redituado al ciento por uno; pero cada error les será cobrado también al ciento por uno.

Latinoamérica no está en su mejor momento, México incluido. La pandemia por el Covid-19 nos agarró en cueros, con una fragilidad extrema, tanto en el terreno sanitario, como en el terreno económico. Y, sobre todo, en el terreno social.

Somos una sociedad que viene de 14 años de violencia extrema, y también de 18 años de saqueos extremos. Años en que nuevas generaciones de políticos arribaron al poder sólo para cebarse en nuestros recursos.

Vicente Fox, por ejemplo, malbarató los fondos de los excedentes petroleros, con los cuales se dice que pudimos haber abatido la deuda externa, o modernizado al país. Al contrario, usaron ese dinero para engordar a la burocracia, y lo desviaron vía los canales de corrupción, heredando mayor pobreza.

De Felipe Calderón, ¿qué podemos decir? Un hombre adicto al alcohol, que se enredó en las faldas de una de sus colaboradoras, mandando a Margarita al extranjero. Hoy andan juntos, como esposos, tratando de construir un nuevo partido, pero en realidad todo es a valores entendidos. Calderón no dudó en condenarnos al crimen permanente, y desde entonces México se convirtió en un cementerio.

Peña Nieto fue la cara bonita, junto con su mujer, de un sistema podrido hasta los huesos y manejado desde el exterior, desde donde vía su secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, se le dictó la profundidad de la reforma energética, que hoy es un fiasco.

Pero nada importó mientras todo eso significara dinero contante y sonante para ellos, y he aquí que ya México solicitó la extradición de Emilio Lozoya, ex director de Pemex, y hay también orden de aprehensión en contra del comisionado nacional de seguridad pública, Tomás Zerón, mientras que la ex titular de Sedesol y Sedatu, Rosario Robles Berlanga, va a juicio político desde la cárcel, lo cual significa que al margen de lo que decidan los tribunales por los hurtos que perpetró junto con su equipo cercano de colaboradores, quedará fichada e impedida para participar en política.

En resumen, el presidente López Obrador y su equipo, tiene que enfrentar esta crisis pavorosa tras décadas de abandono y saqueos, magros ingresos fiscales, desmantelamiento de la industria petrolera.

Sobre todo, enfrentar a los saqueadores y tomar acuerdo con empresarios, banqueros, industriales y comerciantes, para que sigan las normas dictadas de no endeudamiento, y sostenimiento de los empleos. Veremos quién gana.

SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Es necesario hablar del contagio en niños por coronavirus, porque eso tiene apanicados a muchos mexicanos y guerrerenses en particular, sobre todo porque este domingo la Secretaría de Salud federal anunció que entre los enfermos por este padecimiento, figuran 3 bebés, uno en Jalisco, y los otros dos en el Estado de México y en Veracruz, así como dos adolescentes.

Pero nada que temer con relación a los pequeños de 0 a 9 años de edad, porque las estadísticas internacionales demuestran que no sólo el nuevo Covid-19, sino que en realidad todos los coronavirus que últimamente se han detectado, no afectan mayormente a los pequeños.

Sí adquieren la infección, aclaramos. No es que no se infecten. Pero lo más importante es que no desarrollan síntomas graves, ni siquiera necesitan hospitalización y mucho menos ser ingresados a terapia intensiva.

Más bien el virus se está cebando en los adultos, sobre todo en los ancianos yen los enfermos, cuyos sistemas inmunológicos están debilitados, sea por enfermedad, sea por una avanzada edad, sea por malnutrición.

De verdad que los científicos están sorprendidos por la selectividad del virus. La sabia naturaleza -si es que el virus realmente fue un accidente natural, al mutar de un animal a los humanos-, hizo que los coronavirus como el SARS o el MERS y ahora el Covid-19, no afecten a los niños.

Pero precisamente este aspecto es lo que ha llevado a muchos científicos a afirmar que el virus fue creado en laboratorios, y soltado no por accidente, sino como un arma biológica para atacar a los ancianos, que ya son muchos en el mundo porque la gente cada vez vive más, y porque los ancianos sobre todo se han convertido en una carga para las naciones, pues se les tiene que pensionar y brindar servicios de salud, justo en la edad en que todas las enfermedades se acumulan para una persona, y cuando ya no son productivos.

De hecho, en el año 2012, se hizo un escándalo cuando la encargada del Fondo Monetario Internacional, Christine Legarde, dijo que “los ancianos viven demasiado”. Lo que en verdad dijo es que la gente vive “más de lo esperado”, y eso acarrea complicaciones financieras para los países, y se le llamó a este fenómeno “riesgo de longevidad”. Es decir, que para los organismos multilaterales, el que una persona amplíe su esperanza de vida, para las naciones es un riesgo, y se recomendaba en ese año aumentar los años para la jubilación de las personas.

“Aiga sido como aiga sido”, Calderón dixit, el Covid-19 está matando a los ancianos. Luego entonces, es a los que debemos de proteger en esta epidemia. ¿Cómo? No llevándoles a los niños para que los cuiden y ni siquiera para que convivan con ellos. En este caso, los niños son un factor de contagio para los ancianos y adultos enfermos, mas no a la inversa. Por lo tanto, fue atinada la suspensión de clases, pero no tanto porque entonces los pequeños estarán más tiempo en sus hogares, y desde luego con los abuelos, porque como los padres trabajan, y debido al cierre de guarderías, entonces lo más lógico es que los dejen con sus padres.

Por lo pronto, conforme a la programación del gobierno federal, este lunes entramos a la fase de “Sana Distancia”, que posiblemente se prolongue durante toda la presente semana o  quizás dos, lo que dependerá del comportamiento de la epidemia en el país, que de paso sea dicho, México es una de las naciones menos afectadas por el Covid-19 hasta hoy, con solamente 3 muertos, a diferencia de otras naciones, como Italia y España, donde se suman por miles, o Estados Unidos, que pasó a ser la tercera nación más afectada por la pandemia.

Hacemos votos desde este espacio porque México sea la excepción a la regla, y que la coordinación entre la Federación, los estados y municipios, nos eviten escenarios catastróficos y apocalípticos como los que se están viviendo en China, pero sin afectar la economía más allá de lo prudente, porque entonces las familias enfrentarán otra epidemia, la peor de todas: La Miseria.

SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

La crisis viene. Aunque México sigue en fase 1, lo mismo que el estado de Guerrero y la mayoría de las entidades del país, y aunque este fin de semana se observó flujo de turistas a los puertos de la entidad, aunque con una caída real de 34 por ciento según la Secretaría de Turismo; aunque por el momento todo parezca normal, al grado de que el coronavirus de Wuhan parece como una mentira, una película de terror tipo Zombies, que podemos disfrutar en cualquier sala de cine, los epidemiólogos alertan que estamos por entrar a la fase 2, cuyo pico mayor la podremos vivir en Semana Santa y de Pascua, mientras que la fase 3 la estaríamos viviendo entre mayo y junio.

Por lo pronto, la iglesia Católica ya decretó la suspensión de sus actividades litúrgicas y de tradición social para recordar la crucifixión de Jesucristo, pero la decisión no se está acatado en todos los municipios y comunidades, donde se siguen realizando las fiestas del pueblo, con cuetes y bandas de chile frito, mientras el mundo se cae a pedazos y los países viven incluso en toque de queda.

Pero la enfermedad parece poca cosa al grado de la crisis económica que ya incubó a nivel internacional, merced a las cuarentenas y cierre de puertos y aeropuertos en varios países del mundo. El último país en sumarse a setas medias fue Cuba, que este fin de semana decretó la cancelación de viajes para todo extranjero, excepto para ciudadanos y residentes, a fin de contener la epidemia, pues ya registra 19 casos.

México aún se resiste al cierre de aeropuertos, asegurando que eso no contendrá la pandemia, pues ya la tenemos en casa. Sin embargo, la decisión es más bien de tipo económico, pues a estas alturas parece más barato curar a los enfermos por coronavirus, que decretar el cierre de amplios sectores económicos, así sea por unas semanas.

El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, aceptó ayer en Oaxaca que viene una severa crisis económica, por la depreciación del petróleo, que a su vez es un efecto colateral de la epidemia por coronavirus, pues el cierre de puertos y aeropuertos, así como la cuarentena en países de Europa y por lo menos 3 entidades de Estados Unidos, impactó en la reducción de consumo de derivados del crudo.

En ese escenario, la OPEP trató a inicios de marzo que los países petroleros contuvieran su producción para no inundar los mercados, pero ni Rusia ni Arabia Saudita aceptaron esa decisión. Los rusos amenazaron con que a partir de abril reducirá sus precios, mientras que Arabia anunció que en esa misma fecha producirá más de lo que debe, para saturar los mercados.

Luego entonces, al ser México un país que vende crudo, y cuyas finanzas en parte dependen de esos ingresos, el impacto económico de la caída del precio del petróleo lo recibiremos de lleno.

Si a eso le agregamos que le compramos gasolina a Estados Unidos, y que nos la vende a precio dólar, moneda que ya supera los 25 pesos por unidad, entonces es fácil entender el dilema que viene.

¿Qué haremos? La verdad no se sabe qué decisión tomará el presidente, porque no se le puede cargar todo al pueblo, ni a los pequeños y medianos empresarios. La alta clase empresarial tendrá que hacer su parte, así como los banqueros.

Por lo tanto, el presidente tiene que convocar a un gran acuerdo nacional para atravesar esta crisis, bajo las mejores condiciones y el menor impacto posible. De no ser así, los mexicanos nos iremos a la cuarentena, pero sólo los empleados del sector público tendrán sus sueldos seguros, no así lo de los negocios locales, que ni de chiste podrían seguir pagando sueldos por 2 o 3 meses.

Otro asunto que debe resolver AMLO es el del Sistema de Administración Tributaria, que en este momento está encima de los contribuyentes por su declaración anual.

Lo conveniente es que todo se pare, incluyendo el pago de servicios públicos, pago de impuestos locales y federales, y desde luego el pago de créditos bancarios.

De otro modo, la recesión prevista se convertirá en una gran crisis económica, pues al no tener dinero, la gente dejará de pagarle a los bancos, estos caerán en bancarrota y pedirán un rescate.

La norma es: O todos coludos, o todos rabones. ¿Será?

SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Aunque Guerrero todavía está en la fase 1 de la epidemia por el coronavirus del Wuhan, el gobierno de Acapulco ya decretó el lockdown del puerto; es decir, el cierre de todos los negocios que impliquen aglomeración de gente, como bares, discotecas y cines.

Sin embargo, no hay un tiempo límite para esta medida, sólo se dice “hasta nuevo aviso”.

¿Qué significa esto? Desempleo. Pobreza. Aumento de la criminalidad.

Veamos los números que presentó ayer el presidente de la Comisión de Desarrollo Económico del Congreso de Guerrero, Arturo López Sugía, quien dijo en entrevista que de aproximadamente 1 millón y medio de la población ocupada en el estado, más de medio millón son trabajadores por cuenta propia, más de 161 mil viven de propinas y 62 mil 544 son empleadores, “y menos de la mitad son asalariados; hablamos de unas 709 mil personas, de las cuales la mayor parte están en Acapulco”, donde ya el Ayuntamiento ordenó el cierre de negocios, sin tomar en cuenta para nada a los empresarios.

Y todo por 3 casos de coronavirus detectados, de los cuales no se conocen mayores detalles, más que del primero, que es una ciudadana argentina que estuvo previamente en la Ciudad de México, y que una vez en el puerto comenzó a presentar los síntomas de la enfermedad, y por lo cual fue cuarentenada en su hotel. Tan tan.

¿Quiénes son los otros dos? ¿Cómo contrajeron la enfermedad? ¿Tienen relación con el primer caso? ¿Cuál ha sido su rango de movilización en el puerto? ¿Cuáles son los “casos sospechosos” y dónde están?

Creo sinceramente que nos estamos ahogando en un vaso de agua, y que la presión internacional y local es de tal modo tan agresiva y golpeadora, que el gobierno federal y los gobiernos locales se están apresurando a tomar medidas que todavía no corresponden a la fase que estamos cursando.

Apenas este jueves, de manera amenazante, la Organización Mundial de la Salud instó a todas las naciones a decretar cuarentenas generales. Esto implica cierre de puertos, aeropuertos y fronteras. Pero, ¿con qué bases? Porque ciertamente se habla del mismo virus, pero los países son distintos. El caso de Italia no necesariamente se debe replicar en todos lados, sino analizarse por separado.

El protocolo epidemiológico dicta otra cosa. Las epidemias se manifiestan por fases, y los expertos afirman que seguimos en la Fase 1, donde sólo se tienen brotes individuales y familiares. Ni siquiera podemos hablar de brotes comunitarios.

Por lo tanto, cerrar en este momento el país, cuando tenemos hasta la noche del miércoles 118 casos y solamente un muerto -contra los cerca de 269 por influenza de diciembre a la fecha y 5,127 contagiados- sería como hacernos el harakiri.

Si -como quieren los enemigos de México, que están dentro y fuera de nuestras fronteras-, la economía se paraliza, nadie podrá resistirlo, ni siquiera los grandes consorcios, pues se estiman 20 semanas críticas y 2 años de fuerte prevalencia del virus en el mundo.

Tan sólo en Acapulco hay 40 mil negocios afectados por el cierre parcial decretado por el gobierno municipal, que además carece de opciones para apoyarlos en el pago de nóminas y servicios.

Es obvio que medición del impacto por este padecimiento va más allá, porque la crisis del coronavirus es ante todo una amenaza para la salud pública, pero también es, y cada vez más, una amenaza económica.

Por lo tanto, hoy más que nunca se demanda de las autoridades locales que actúen en coordinación con el gobierno federal, y que eviten tomar decisiones que a la larga resultarán contraproducentes.

Por ejemplo, se sabe que el virus es potencialmente agresivo contra los inmunodeprimidos, y eso tiene que ver con la alimentación. Y nadie ignora que amplios sectores sociales, incluso los que viven del turismo, perciben sueldos tan raquíticos que no les alcanza para una canasta básica completa. Por lo tanto, ya de por sí están malnutridos, como para además quitarles el sustento.

Mucho ojo con esto. Lo que deben hacer los gobiernos locales es invertir en este momento en la infraestructura sanitaria, porque la verdad que está en cueros: no hay respiradores, no hay áreas de aislamiento, son limitadas las áreas de terapia intensiva, etcétera.

En este momento no se le tiene miedo al virus, sino a la pobre y raquítica infraestructura de salud que tenemos. Y eso no se va a resolver cerrando negocios por adelantado.

SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

En medio de la continencia por la epidemia de coronavirus, y mientras el país se debate entre el pánico al Covid-19 y el temor a una recesión económica, con el dólar por las nubes, y con la mayoría de la gente en la pobreza, los diputados federales votaron ayer ala malagueña y por la vía fast-track (sin análisis ni discusión), una reforma constitucional para que tanto diputados como senadores puedan reelegirse.

¡Ah!, de paso también aprobaron por la vía fast-track un fondo de contingencias por 180 mil millones de pesos, para que el gobierno federal disponga de esos recursos en caso de necesitarse por la emergencia sanitaria.

¿De dónde agarraron tanto dinero? ¡No!, no hay. Sólo aprobaron el fondo, y aprobaron que se saque dinero hasta por debajo de las piedras, usando incluso los subejercicios de los partidos políticos.

El pleno camaral avaló una iniciativa, que ni siquiera pasó por comisiones, sino que se le dispensaron todos los trámites, con la que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, y de la Ley General de Partidos Políticos, en materia de elección continua de legisladores federales.

¿Qué tal? ¿Así o más bragados? Bien dice el dicho: a río revuelto, ganancia de pescadores…de cargos públicos.

Todo esto sucedió en ausencia de las bancadas del PRI, PAN y PRD, quienes se pusieron dignos porque no se ha cerrado el Congreso de la Unión por el Covid-19 y entonces les comieron el mandado los morenos y sus aliados, quienes se hicieron un traje a la medida, pues cualquiera que desee repetir en el cargo que ostenta, podrá hacerlo sin siquiera pedir licencia al cargo que en este momento ya tiene.

Lo sentimos por los querreques de todos los partidos políticos, incluidos los de Morena, que están esperando la elección de 2021, para aunque sea ser candidatos a diputados federales, pues no contaban con la astucia de los que ya están en sus poltronas en San Lázaro. Y como ni siquiera tendrán la obligación de pedir licencia al cargo, significa que andarán chiflando y tragando pinole, sin dejar que los suplentes coman aunque sea un poquito.

“Las y los legisladores federales que pretendan ser electos para el mismo cargo por un periodo consecutivo, pueden participar en el proceso electoral sin separarse del cargo, para lo cual deberán observar estrictamente las disposiciones legales y normativas dirigidas a preservar la equidad en las contiendas políticas, así como el uso eficiente, eficaz, honrado, transparente e imparcial de los recursos públicos”, establece la propuesta.

Pero espere y le cuento algo más: los legisladores federales podrán reelegirse por la coalición que los haya postulado, aunque su partido haya perdido el registro e incluso por un partido distinto y por el mismo distrito.

¿Así o más bonito este traje?

Y con ello, obviamente, están premiando a aquellos que fueron postulados por el Partido Encuentro Social, que fue uno de los aliados de Morena en la elección pasada, pero que perdió el registro, está fuera de cancha, y se anda registrando ahora con otro nombre, pero con las mismas intenciones.

Los morenistas, orondos, anunciaron su chulada de reforma, como si fuera algo de lo cual pudieran sentirse orgullosos. No entienden que eso los pone de cuerpo entero como viles ambiciosos, frente a un electorado al que le mintieron con aquello de no robar, no mentir y no traicionar. Sepan, pues, que de este slogan sólo queda lo del robo, y eso porque les concedemos el beneficio de la duda, porque la mentira y la traición ya están hechas.

Cualquier cosa parecida con la realidad de lo que sucedió en Baja California es mera coincidencia.

¡Ah!, la reforma incluye a los senadores, quienes podrán repetir sexenio en 2024 y hasta 2030.

Esto significa que los diputados actuales pueden irse de corrido todo el sexenio de AMLO, y los senadores podrán reelegirse para el siguiente sexenio, sumando 12 años en la Cámara Alta.

Quizás ahora sí el viejito Porfirio Muñoz Ledo, se infarte o de plano renuncie a Morena.

SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Todavía recordamos la emergencia de la influencia AH1N1, en 2009, que surgió en México del contacto entre hombres y cerdos. Eso se dijo. Fueron momentos muy difíciles para el país. Gobernaba el panista Felipe Calderón, y lo único que se hizo fue repartir gel antitbacterial, usar cubrebocas, sanitizar las escuelas, y se nos instruyó a lavarnos constantemente las manos, a estornudar de manera adecuada, y a no visitar lugares concurridos.

Nada de declarar cuarentenas prolongadas, cerrar aeropuertos ni paralizar a ningún sector de la población, ni siquiera escuelas, que solamente descansaron para que los padres sanitizaran los planteles. Y conste que se dio en un periodo similar al de hoy, con las vacaciones de primavera de por medio.

El brote, cuyos primeros casos se detectaron el 11 de abril de 2009 en el estado de Veracruz, fue ubicado en las granjas del municipio de Perote, Veracruz. Al mes, la pandemia se había diseminado por varios estados de México, Estados Unidos y Canadá, para propagarse posteriormente a otras naciones. Luego de 14 meses de haberse declarado como pandemia desde el 11 de junio de 2009 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la gripe A (H1N1) había cobrado la vida al menos ¡19 mil personas en el planeta!

Y nadie se escandalizó por ello.

En el caso de México, según datos de las autoridades sanitarias, en esa emergencia hubo un estimado de 70 mil 715 personas infectadas y alrededor de 1,172 personas muertas por esta causa, en los primeros meses del padecimiento, pero siguen sumándose casos.

El brote

Para el 29 de abril de 2009, la OMS clasificó el brote de gripe A (H1N1) como nivel de alerta cinco, es decir, pandemia inminente dada su extensión geográfica; poco después se elevaría a nivel de alerta 6.

Desde el 24 de abril de ese año, las escuelas, bibliotecas, museos, recintos para conciertos y cualquier lugar para reunirse fueron cerrados por el gobierno de la Ciudad de México. El 25 de abril del 2009 el presidente Felipe Calderón declaró una emergencia que le concedió la facultad de suspender los actos públicos y declarar estado de cuarentena.

Pese a ello, todo fue menos drástico que ahora, no obstante que los virus son parecidos, registran síntomas parecidos y tienen un nivel de mortalidad parecido.

Lo que es más, la AH1N1 aún sigue registrando casos en el país, a 11 años de la contingencia, y aunque ya existe una vacuna, no toda la gente la usa.

Veamos las estadísticas del invierno 2018-2019, tiempo en que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador tomó el poder: 5,000 casos positivos a influenza: 4,188 de AH1N1; 503 de B; 201 de influenza A y 108 de AH3N2. Se notificaron 514 defunciones por influenza: 466 por AH1N1; 30 por influenza A; 17 por influenza B y 1 por AH3N2.

Las defunciones acumuladas sumaron 514 (94.4 de pacientes que fallecieron no estaban vacunados; 33.1 tenían diabetes mellitus; 32.3 % con presión arterial y 31.3 % con obesidad.

¡5 mil casos y más de 500 muertos, que todavía se registran a 10 años de la emergencia por este virus! Y nadie puso el grito en el cielo. Nadie exhibió al gobierno de Calderón de inepto. Nadie pidió el cierre de fronteras, puertos y aeropuertos, ni nada por el estilo.

Los síntomas eran los mismos que los del Covid-19: Aumento de secreción nasal, tos, dolor de garganta, fiebre alta (mayor a 38º C), malestar general, pérdida del apetito, dolor en los músculos, dolor en las articulaciones, vómitos, diarrea y, en casos de mala evolución, desorientación y pérdida de la conciencia.

A diferencia del Covid-19, la AH1N1 sí atacaba severamente a los niños y jóvenes, y mujeres embarazadas; y desde luego a las personas inmunodeprimidas. Su nivel de letalidad era del 2.2 por ciento; es decir, de cada 100 personas que se enfermaban, 2 morían.

Resultados oficiales: Una proporción de 51% correspondió a mujeres y 49% a varones (al contrario, el Covid está atacando más a hombres). Hasta 45.1% ocurrió entre los 20 y 39 años (Covid-19 afecta más a ancianos).

La letalidad general fue de 2.2% y varió entre 0.3% en el grupo de 10 a 19 años y 6.3% en el de 50 a 59.

Sólo 17% recibió atención hospitalaria en las primeras 72 horas, y 42% falleció en las primeras 72 horas de hospitalización. En 58.2% de los fallecidos había algún padecimiento asociado.

Durante dos meses se le dejó crecer en el país, y era diagnosticada como influenza común, hasta que el gobierno de Estados Unidos detectó casos en su propio territorio y determinó que se trataba de una nueva cepa, ubicando como reservorio de la enfermedad a los cerdos.

Entonces la OMS decretó la alerta mundial y determinó las medidas a seguir, que fuero menos drásticas de lo que ahora sucede con el coronavirus de Wuhan. ¿Por qué?

SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Con el mensaje del gobernador Héctor Astudillo Flores, ayer al mediodía, relativo a las medidas de control por la epidemia del coronavirus que apenas está en ciernes en el país, pero que ya llegó a Guerrero, podemos deducir que las vacaciones de Semana Santa quedan anuladas.

El sector turístico debe tomar las precauciones debidas, para mitigar el efecto económico que esto traerá; o ponerse de acuerdo para proponer alternativas al gobierno, a fin de que la desmovilización de la gente los golpee lo menos posible, aunque a decir verdad eso se observa irremediable.

Todavía este fin de semana vimos los dos puertos de la entidad atiborrados de gente, pero no podemos dejar de preguntarnos si precisamente por ello es que el Covid-19 nos sorprendió con un caso precisamente en el puerto de Acapulco, que se anunció como algo probado la noche del domingo, y otro ayer por la mañana en Chilpancingo.

El de Chilpancingo es un caso importado (el paciente viajó a otro país), pero el de Acapulco es una persona originaria de Argentina, sí, pero que habría estado en contacto con un enfermo en la Ciudad de México, por lo cual ya puede considerarse un caso doméstico.

Y es precisamente este último detalle que nos ubica en el hecho de que la epidemia está comenzando a expandirse en México, pues hasta hace dos semanas se tenían casos importados, y sólo algunos sospechosos.

Al contrario, ahora ya los tenemos en casi todos los estados, y algunos -como Nuevo León, donde ya se tienen 12 casos comprobados-, concentran el mayor número de contagios, pero podemos apostar que las zonas turísticas tendrán su propia historia que contar, simplemente por la constante movilización de gente nacional y de otros países que registran.

En este sentido, México no se puede dar el lujo de permitir que el periodo vacacional de Semana Santa, y antes de éste el periodo de vacaciones de los spring breakers (jóvenes estudiantes que suelen viajar a México en sus vacaciones de primavera), se desarrollen sin cambios.

Desafortunadamente, la emergencia llegó a México antes de lo esperado, y eso se debió precisamente a que la gente fue y vino a Europa. Nosotros nos cuidábamos de los chinos, pero la infección nos llegó vía Italia, donde suman ya cerca de 2 mil muertos, por una simple razón: la gente no creyó lo que se estaba reportando desde China, no acató la orden de quedarse en casa, quisieron aprovechar la llegada de la primavera para disfrutar, y ahora están ante el torbellino de la enfermedad, que de todos modos hubiera ocurrido, porque así son las epidemias, pero se habría ganado tiempo al tiempo, reduciendo el ritmo de los contagios.

En España se tiene el mismo problema, y ayer el gobierno español decretó el cierre de fronteras, así como también impuso multas para quienes violen la prohibición de salir. Las calles de las principales ciudades españolas e italianas lucen desiertas, las familias ven pasar el día por las ventanas de casas y edificios, mientras los militares vigilan las calles.

Estados Unidos también está aplicando medidas drásticas y prohibió todos los vuelos provenientes de Europa, decretando también hacia el interior la emergencia nacional, que incluye la activación de los militares en apoyo de la población, algo que posiblemente México tenga que hacer, vía el Plan DNIII.

Ahora bien, es muy normal que a Guerrero le haya llegado el coronavirus vía la ruta turística. Así se esperaba y así fue. Por lo tanto, cobra especial relevancia la decisión del gobernador Héctor Astudillo para suprimir la llegada de dos cruceros que ya están en alta mar, y se está negociando la cancelación de dos más que están en ruta hacia Acapulco.  Eso evitará mayor riesgo, tanto para los locales como para los viajeros, quienes a su vez podrán volver a casa sin convertirse en diseminadores del padecimiento.

Además, ordenó que a partir de mañana 18 de marzo, los empleados del gobierno estatal comiencen a irse a sus casas de manera escalonada.

Reiteramos que ninguna medida evitará que el virus se propague. Sólo se puede desacelerar el ritmo de los contagios, para que el sistema de salud esté en condiciones de atender a la gente que tenga mayor riesgo. De lo contrario, tal y como está sucediendo en Italia, podeos estar seguros que veremos morir gente. Por lo tanto, acatar la prohibición de salir es crucial y depende de nosotros los ciudadanos que esta medida tenga éxito; de lo contrario, será contraproducente sacar a los jóvenes de la escuela, para que vayan a hacer su vida social como si nada sucediera.

Y una última cosa: evitemos desinformar y, sobre todo, usar la desgracia de muchos en este planeta para hacer política. En este momento, ni la expansión del coronavirus, ni la devaluación del peso, es algo que ningún gobierno puede resolver, porque se trata lo primero de un asunto de la naturaleza; y lo segundo de una disputa entre dos gigantes de la industria petrolera global. En medio quedan los demás países, viendo cómo cae el precio del petróleo y se reduce el valor de nuestra moneda.

Razón de más para actuar y hacer nuestra parte. De lo contrario, las consecuencias económicas serán más graves que las consecuencias médico-biológicas.

SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

México espera que la segunda fase de la epidemia por coronavirus se dé a partir del día 20 de marzo, de acuerdo con los cálculos de los epidemiólogos, que señalaron que se tenían 3 semanas a partir de la detección del primer caso, para que el país entrara a la fase dos, que es cuando se dan contagios locales o domésticos; es decir, de gente que no viajó al extranjero ni provino de algunos de los países afectados por la pandemia del Covid-19.

El Tianguis Turístico 2020 que se celebrará en Mérida, Yucatán, se pospone (que no se cancela como lo estuvieron informando los medios nacionales y estatales), por la emergencia.

El Tianguis Turístico, en el que participarían personalidades de varios países, estaba previsto para del 22 al 25 de marzo, pero se reprogramó para el próximo 19 al 22 de septiembre.

Éste es el primer gran evento masivo que se cancela en México. A Dios gracias, la Convención Nacional Bancaria que comenzó ayer en Acapulco, en donde por 3 días se reunirán los banqueros del país para debatir la situación del sector y hacer propuestas, sí alcanzó a realizarse, sobre todo porque en Guerrero aún no se detecta ningún caso del padecimiento, ya que el caso sospechoso de Iguala resultó negativo al Covid-19.

Lo que sí es cierto, que la decisión que tomó el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, desató otra tormenta financiera en el mundo, y tuvimos otro “jueves negro”.

En menos de tres días, el mundillo financiero internacional sufrió estragos, y el precio del crudo bajó todavía más, poniendo a los países productores y exportadores de petróleo contra la pared.

Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador señaló que no hay alarma, que tenemos seguros de cobertura, tanto para el precio del petróleo como para el peso, en caso de prolongarse esta crisis, seguramente se tendrán que tomar otras medidas compensatorias, pues México sigue siendo una economía petrolizada, aunque ya no en la misma proporción que antes.

Ahora, por desgracia, hay más ingresos por las remesas de los migrantes, que por los activos petroleros, porque Pemex es la empresa en su tipo más endeudad en el mundo, y lo que produce se ha estado usando para el pago de deuda, y eso porque el presidente AMLO se dispuso a recuperar el sector, en lugar de venderlo como cascarón viejo, como pretendían sus antecesores del PRI y del PAN.

El presidente dijo ayer algo importante: que ante la caída del precio del crudo, lo que queda es refinarlo en el país, para producir la gasolina que consumismos. De ahí la importancia de la refinería Dos Bocas, que se construye en el Sureste, y la recuperación de las refinerías que ya se tienen, pero que también están para llorar.

Afirmó que tampoco se incrementarán los precios de la luz ni el gas, para evitar una crisis económica interna.

Bueno, aunque los analistas digan que vamos rumbo al vacío económico mundial, ante una nueva y gran recesión, el presidente AMLO tiene otros datos, y sólo esperemos que no nos estén dando atole con el dedo, que nos hablen con la verdad para al menos tomar precauciones en caso de una recesión mundial, como ya la están anunciando los articulistas financieros.

De hecho, afirman que de darse otra recesión con el coronavirus rampante por todo el mundo, será peor que la de 2008, que se originó a raíz de la caída de la industria de la construcción en Estados Unidos, y que golpeó a casi todo el mundo, mucho más a México, pues nuestra economía está junto con pegado con la de estados unidos, y por eso dicen que si allá les da catarro, acá nos da neumonía.

Preparémonos, pues, para la expansión del Covid-19 en el país. Recuerden que la higiene es la clave, así como evitar los eventos masivos y las fiestas por puro gusto. Lo siento por aquellos que les gusta andar de guateque en guateque.

Finalmente, falta que nos digan qué pasará con las vacaciones de Semana Santa. Si habrá impacto o no. Si se cancelan los viajes o no. La industria turística de Guerrero está a la expectativa.

Creo que las autoridades van por partes, como Jack El Destripador, para no meternos miedo antes de tiempo.

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