SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Únicamente 269 municipios de todo el país, en 15 estados de la República, están en condiciones de abrir sus economías a partir del próximo domingo. Se trata de los municipios que no registraron casos en ninguna de las 3 fases de la pandemia, y que, además, no tienen vecindad con otros que sí se contagiaron.

Esta categoría solamente la cumplen 12 municipios del estado de Guerrero, ubicados en la Costa Chica, a saber: Juchitán, Azoyú, Cuajinicuilapa, Ometepec, Igualapa, Tlacoachistlahuaca y Xochistlahuaca, así como 5 más de la Montaña que precisamente colindan con esta franja de la Costa Chica.

Bien por estos municipios que, a pesar de tener condiciones de alta vulnerabilidad, no han sufrido hasta ahora ningún contagio. Y decimos hasta ahora, porque mientras el virus esté en el territorio, todavía con altos índices de contagio -aunque ya con la curva descendiendo- nada está dicho.

De acuerdo con el plan de gobierno, en los 269 municipios sin casos y sin vecindad (12 para Guerrero), a partir del lunes 18 de mayo, estará abierta la actividad escolar, el espacio público, el espacio laboral, de personas vulnerables y de las medidas que se tienen que tomar para la salud pública y el trabajo.

Sin embargo, consideramos que la apertura no debe ser total, como parece que se planteó desde el gobierno federal, pues al menos deben conservarse las medidas de sana distancia e higiene constante de manos, así como el monitoreo de tránsito desde los lugares con contagios. Esto es algo que les corresponderá decidir al gobernador Héctor Astudillo Flores, y a los presidentes municipales.

Entonces, se debe considerar la apertura de los negocios no esenciales que fueron cerrados en los días previos a la tercera fase de la pandemia, pero manteniendo medidas preventivas estrictas. Y así hasta que los municipios con contagios estén también en verde. De otro modo, se corre el riesgo de que los ahora llamados “municipios de la esperanza” se contagien y entonces ningún sacrificio habrá valido la pena.

No olvidemos que ningún municipio es autónomo, sino que depende de una intensa interrelación con otros de su misma región, pero sobre todo dependen de lo grandes centros de abasto de productos y servicios, como lo son Acapulco, Chilpancingo, Ciudad de México, incluso Puebla y Guadalajara.

De verdad que, aunque urge la apertura, ésta debe hacerse de manera inteligente y gradual, pues de lo contrario todo lo logrado hasta ahora puede irse por la ruta de la tristeza, o de la muerte que es peor.

Hay otros que en el mapa de Guerrero los vemos en azul, que hasta ayer eran 31, pero estos tienen vecindad con municipios con contagios y no entran en la primera fase. Estos podrán estar en condiciones de abrir a partir del 1 de junio, pero dependerá del comportamiento de la pandemia en los municipios con contagios que, para variar, son los más importantes de la entidad, tomando en cuenta la densidad poblacional y la actividad económica.

Previamente, viene la segunda etapa, que va del 18 de al 31 de mayo. Ésta es una etapa de preparación para los trabajadores, empresas y familias, en la que se capacitará a los empleados de las diferentes compañías del municipio para un ambiente laboral seguro, a través de la adecuación, sanitización e higiene de los espacios laborales.

De entrada, se suspende el retorno a clases por decisión del gobernador Héctor Astudillo. Él escribió ayer en sus redes sociales: “En Guerrero estamos analizando, junto al Secretario de Educación Guerrero, la forma en que podamos concluir el ciclo escolar en el estado, ya que consideramos que en este momento no hay condiciones de regresar a clases”. Su propuesta central es que el ciclo sea concluido de forma virtual, precisamente para evitar repuntes de la enfermedad, y considerando también que el mes de junio será de alto riesgo para la entidad, pues la pandemia no se está moviendo parejo en el país, sino que la oleada viene por regiones.

Ahora bien, pongamos especial cuidado en el plan del gobierno federal, que habla de “la nueva normalidad”. ¿Qué significa esto? Que el mundo enteró estará ante una nueva manera de vivir. Después de la pandemia por Covid-19, nunca más nada será lo mismo. Y mientras no haya medicinas y vacunas contra este nuevo virus, los humanos tendremos que aprender a vivir con esa amenaza latente.

La otra “normalidad”, es que nuestra economía está devastada, pues se pronostica una caída de casi 6 puntos en los índices de desarrollo. Estaremos como a 5 puntos abajo del 0. Eso se llama aguda recesión, con 500 mil empleos formales perdidos.

SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Este miércoles, el presidente de la República nos estará anunciando las medidas pertinentes para abrir los principales sectores económicos del país, entre ellos el turismo. Ayer, miembros del gabinete federal y los gobernadores del país, se enlazaron en una reunión virtual para discutir este tema, y recoger las inquietudes de los mandatarios estatales, quienes están de acuerdo en que urge ya reactivar los sectores de los que dependen miles de familias, aunque obviamente eso no puede hacerse a tontas y locas.

En esa reunión participaron los secretarios de Gobernación, Salud, Educación, Hacienda, Trabajo, Relaciones Exteriores y Economía, así como los gobernadores, gobernadora de Sonora y la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, quienes discutieron el plan de retorno, luego de casi 60 días del plan de Sana Distancia, que se decretó para hacer frente a la pandemia por Covid-19.

El tema es harto importante, y requiere de una muy concienzuda planificación, así como de la colaboración permanente y directa de gobernadores y presidentes municipales.

Obviamente, pasada la crisis sanitaria del Covid-19, lo que sigue es la reactivación económica de los sectores económico, salud, educativo, comercial, turismo, servicios y esparcimiento.

Se trata de un conjunto de medidas que se implementarán de manera gradual para reactivar actividades económicas. El plan busca ponerse en marcha a partir del próximo domingo 17 de mayo, en primer lugar, en las regiones donde no se han registrado casos o han sido mínimos, de Covid-19.

Fue el gobernador Héctor Astudillo Flores, gobernador de Guerrero, quien hizo una propuesta harto sensata, que de inmediato fue aceptada por la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y el titular de Turismo, Miguel Torruco Marqués, y esto es que siendo este sector uno de los más importantes para la reactivación económica del país, la reapertura se diseñe a partir de las recomendaciones de un equipo especial.

Y es que lo peor que nos puede suceder es que la pandemia se reactive pasado el pico de los contagios, porque entonces nos iríamos hasta fin de año sin actividad económica en los puertos, sin contar con que la OMS está advirtiendo que los países deben prepararse para una segunda oleada de la pandemia, que en México estaría coincidiendo con la época de frío, que abarca el otoño y el invierno.

Es importante que la apertura turística del país se haga con cuidado; pero, sobre todo, que se revisen las condiciones reales de cada puerto y centro vacacional del país, porque sin duda cada uno tendrá debilidades y fortalezas distintas.

Guerrero, por ejemplo, no puede ser tasado con el mismo rasero que Cancún, pues los mercados turísticos de ambos son distintos. Los quintanarroenses viven más del turismo europeo, mientras que Acapulco e Ixtapa-Zihuatanejo dependen con mucho del flujo turístico de Estados Unidos y Canadá, así como también son destinos turísticos nacionales.

La situación de los turisteros también debe tomarse en cuenta, pues mientras en otros destinos se tienen negocios con mayores fortalezas, en Guerrero se vive al día, por lo cual el desempleo y la amenaza de la quiebra económica son mayores que en cualquier otro lado.

Y conste que estamos hablando de los principales destinos turísticos, como Acapulco, Ixtapa-Zihuatanejo y Taxco, no así del resto de municipios que tienen también vocación turística pero que son estrictamente temporaleros, y donde la gente vive con su propio esfuerzo, sin apoyos gubernamentales de ningún tipo.

De ahí que el gobernador pidió que no se retiren los programas de impulso al empleo, y más bien que se amplifiquen, porque hasta ahora los créditos de 25 mil pesos que otorgó el gobierno federal para micros, pequeños y medianos empresarios no han sido tomados por la mayoría de estos, pues salvo a los micro-changarros, al resto se le pusieron condiciones extremas, como el no haber despedido a ningún empleado, y estar al corriente con el pago de impuestos y de sus declaraciones de impuestos anuales, algo completamente inequitativo, porque a los changarros familiares no se les puso ninguna condición, aunque realmente no generan empleos ni pagan impuestos.

Por lo tanto, como no se dispersaron como se esperaban estos créditos, el IMSS comenzó esta semana a ofrecerlos a las empleadas domésticas dadas de alta ante ese instituto de seguridad social. Y este martes, el titular del instituto, Zoe Robledo, anunció que también tendrán acceso a estos créditos de 25 mil pesos los trabajadores independientes con IMSS.

Entre tanto, nada hay para la empresa, de la que dependen los empleos, pese a que el mismo IMSS tuvo que reconocer ayer que en México a estas alturas se han perdido casi 500 mil puestos de trabajo permanentes.

Turismo, minería y empleo, las preocupaciones del gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo.

SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

El gobierno federal comenzó a revisar este lunes el plan para reaperturar la economía del país. Esto no es prudente en estos momentos, porque la pandemia está en su máximo pico, y porque además el descenso será muy lento, dadas las medidas de sana distancia y quédate en casa que se impusieron desde el nivel federal, y que se están replicando en las entidades federativas.

Siempre se nos dijo que las medidas de confinamiento aplanarían la curva de contagios, pero en cambio alargarían el tiempo de entrada y salida de la pandemia. Y para México esto estaba calculado para el verano o incluso para el mes de septiembre.

Pero se van a arriesgar las autoridades federales a reabrir los sectores primordiales, más que los territorios, porque hay compromisos internacionales que cumplir. Esto en primer lugar, pues no olvidemos que somos un país manufacturero; es decir, que hay cosas que producimos nosotros, que son parte de las cadenas productivas de otras naciones, sobre todo Estados Unidos, y para nadie es un secreto que Donald Trump comenzó a presionar desde la semana pasada para que México reactivar a su planta maquiladora.

No se hizo en su momento, pero se intentará el día 17 de mayo. El plan para la reapertura -que obviamente será gradual-, se presentará a más tardar el jueves de esta semana y se tendrán tres días más para darle tiempo al tiempo, a fin de que el domingo se decrete y el lunes se reinicien actividades.

En segundo lugar, el otro aspecto que se tomará en cuenta es la apertura de los municipios que están libres de casos, y que a nivel nacional suman más de mil jurisdicciones municipales en esta categoría, pero eso se irá achicando conforme la pandemia pase por la provincia.

En este momento, 50 municipios del país concentran la mayoría de los contagios, y podemos decir que en el resto la situación es manejable. Desafortunadamente, los municipios más contagiados son los de mayor importancia económica, es donde se concentra la mayor parte de la industria, las ensambladoras y los centros comerciales y financieros del país.

Obviamente, la gente ya desea que se reabra el país. La gente está cansada del encierro, pero sobre todo está en banca-rota, sin ingresos, sin posibilidades de sobrevivir más allá del mes de junio, que es cuando nos dicen que el pico de la pandemia pasará por Guerrero.

No obstante, los expertos advierten que todo lo logrado hasta el momento, podría revertirse si caemos en las prisas. En todo caso, la sugerencia es que se reabran los sectores productivos, con limitaciones, como fábricas, negocios, bancos, etcétera. Pero que se mantenga el cierre de playas, de plazas, calles, espacios de recreo y fiestas.

Hay una urgencia económica, demás de la urgencia sanitaria y eso nadie lo puede negar. De paso, carecemos de las fortalezas monetarias de países de primer mundo y además no está en el ánimo del presidente de la República ayudar a los empresarios. Entonces, si no ayuda que tampoco los limite, y les permita reabrir el país, con las precauciones debidas.

La semana pasada resurgió a nivel nacional el debate de la necesaria ayuda a empresarios para reactivarse. Pero el presidente, como Carlos Salinas, ni los ve ni los oye. Y se deja a la gente la impresión generalizada de que los empresarios son gandallas.

Pero empresario es todo el que posee un negocio, así sea micro y pequeño. No todos los empresarios de este país son potentados. Empresario es el que tiene una palapa, un hotelito, una fonda. A ellos se les ubica en el sector de micro, pequeños y medianos empresarios. Los grandes empresarios y las trasnacionales ni sudan ni se abochornan, tienen recursos para solventar dos o tres pandemias, pero no así el 90 por ciento de los negocios de este país, de los que depende la mayoría de los empleos. El problema, es que quienes están queriendo defender a este sector son los grandes empresarios, los que están organizados en sindicatos empresariales y están acostumbrados a que el presidente los escuche. Lo que se necesita entonces es una consulta hacia abajo, a la base social, para que la discusión sea amplia y no se limite a un círculo vicioso de empresarios y el poder.

Eso lo debieran estar impulsando los diputados federales, que son los representantes sociales en sus distritos, y conocen la realidad que estamos viviendo. Desafortunadamente, ellos -como en otras tristes épocas-, están trabajando para el presidente, no para nosotros, los ciudadanos.

SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

El mundo entero está casi detenido y este freno se debe a la aparición de un nuevo coronavirus; y digo nuevo porque ya se sabía de la existencia de por lo menos seis tipos antes de la aparición del SARS-Cov-2, mejor conocido como Coronavirus o Covid-19.

Sólo como antecedente enumeraremos los coronavirus que ya existían antes de diciembre de 2019 y estos son: 229E (alfa coronavirus); NL63 (alfa coronavirus); OC43 (beta coronavirus); HKU1 (beta coronavirus); MERS-CoV (coronavirus del síndrome respiratorio del medio oriente) y SARS-CoV (coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo), con frecuencia causan enfermedades graves.

El origen

Si bien es cierto que no se sabe el origen exacto del SARS-Cov-2 (Covid-19), pues algunos especulan que fue una mutación de un animal (murciélago o pangolín) hacia el hombre; mientras que otros suponen que fue creado por el hombre, en laboratorios chinos o estadounidenses, financiados por los chinos o por los americanos, o en conjunto, para establecer una guerra biológica-comercial, lo cierto es que el Covid-19 existe, está avanzado y está causando estragos a lo largo y ancho del planeta.

Que en algunos países el Covid-19 está causando menos daños que en otros, también es cierto. Y paradójicamente uno de los países menos afectados hablando de mortandad es la mismísima República Popular de China, donde se originó el contagio, con apenas 4 mil 633 muertes registradas; así como Suecia, país en el cual no adoptó la cuarentena de su sociedad, solamente las medidas básicas para evitar el contagio, y que, a pesar de eso, lleva apenas 3 mil 225 muertes.

También es paradójico que, en otros países, sobre todo de primer mundo, con todo y su poderío económico, científico y militar, el Covid-19 está causando tremendas bajas, como es el caso de Estados Unidos, con 79 mil 341 muertes registradas; o como en Reino Unido, con 31 mil 855 muertes registradas; o como en Italia, con 30 mil 560 muertes registradas; o como en España, con 26 mil 621 muertes registradas; o como en Francia, con 26 mil 380 muertes registradas.

El Covid-19

en México

En el resto del mundo no se sabe a ciencia cierta por qué el Covid-19 ha devastado a la población, pero en México sí existe una explicación lógica y científica. El actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), como en muchas ocasiones, tomó una sabia decisión; una vez más aceptó no ser un “todólogo” y convocó a un amplio grupo médico y científico para que se hicieran cargo de la pandemia; y lo hizo, como se dice en el argot de los abogados, “en tiempo y forma”.

La sabia decisión de AMLO y el seguimiento que los científicos le dieron a la pandemia, desde que se filtraron los primeros informes “de un problema de salud en China”, han permitido que en México se haya logrado mitigar el contagio y que esta mitigación esté dando la oportunidad de reconstruir un decadente sistema de salud nacional que fue devastado durante los últimos sexenios. Aclaro que los contagios siguen, pero no en la misma proporción que serían si no se hubieran tomado las medidas necesarias.

Escepticismo vs

Fake news

Por supuesto que este buen manejo de la pandemia en México no les ha gustado a los políticos que hoy están en la banca, porque en sus años de esplendor (de ellos), los desastres de la nación representaban la oportunidad de enriquecerse, ya sea porque se incluían en las listas de damnificados o bien porque desviaban los recursos de ayudas humanitarias, o porque de plano fundaban empresas proveedores de los insumos que se necesitaban en esas emergencias.

Y es precisamente la mitigación que ya logró el equipo de científicos mexicanos lo que no les permite meterle mano al presupuesto a estos especuladores de las desgracias; es decir, la opción “a” está completamente descartada, por lo que es necesario recurrir a otras argucias.

Es por ello que las diversas opciones de los opositores a la 4T para minar los logros obtenidos hasta este momento, son las difamaciones extremas; es decir, por un lado, niegan la existencia de contagios por coronavirus, mientras que por el otro lado filtran sumas estratosféricas de decesos. También descalifican las recomendaciones de seguridad, han propagado el rumor que a todos los fallecidos se les está etiquetando como contagiados sin estarlo, y hasta han mandado editar audios y videos donde se asegura que los médicos de los hospitales están matando pacientes a cambio de fuertes sumas de dinero.

Todo esto forma parte de una guerra mediática en contra del gobierno federal, encaminado a provocar el fracaso de AMLO como presidente. El tema es demasiado amplio para explicarse de manera breve; sin embargo, valga la pena este breviario para advertirles a los guerrerenses y a los mexicanos en general: el gobierno federal ya hizo y sigue haciendo un gran parte del trabajo que le corresponde, ahora es tarea de los ciudadanos mantenernos informados y para ello sólo basta estar conscientes de nuestra realidad.

¿Existe el Covid-19? Si existe.

¿Se puede frenar la pandemia? No, no se puede frenar, se tiene que contagiar el 80 por ciento de la población mundial para que se frene el contagio.

¿Todo México está en tercera fase? No, sólo las grandes ciudades están en tercera fase; varias ciudades están en segunda fase y la gran mayoría de México aún está en la primera fase.

¿Entonces para qué sirve el #QuédateEnCasa? Para que los contagios, que son inevitables, se propaguen con mayor lentitud y permita que los contagiados sean atendidos en su totalidad.

A manera de conclusión debemos de saber que a partir de este inicio de semana (11 de mayo de 2020), comenzarán a acelerarse los contagios en todo México, pero la buena noticia es que, en las grandes ciudades, los contagios comenzarán a disminuir, lo que va a permitir que los equipos médicos se vayan desplazando a los lugares donde sean requeridos.

La correcta acción y reacción del Gobierno de México no ha gustado a los que descalifican a AMLO y lo señalan incompetente; sin embargo, el tiempo y los resultados le darán la razón a quien la tenga. Afortunadamente, así son las cosas (El Irlandés dixit).

¿Agradecer, qué?

Dolia Estevez

Sorprendió a propios y extraños el anuncio de Andrés Manuel López Obrador, de que había planteado a Donald Trump la posibilidad de encontrarse en junio o julio para “externarle personalmente nuestro agradecimiento” por el envío de mil ventiladores y “dar testimonio” de la entrada en vigor del T-MEC (Twitter @lopezobrador_ 17 de abril). Algunos se enteraron el día de la llamada el 16 de abril. Otros hasta leer el tuit.

A más de dos semanas, no se ha materializado la invitación. “Algo se comentó sobre dicha visita en la última conversación hace varias semanas”, me dijo un diplomático estadounidense sobre la llamada. No ha habido seguimiento. Fuentes mexicanas corroboraron que el tema no ha sido abordado. Es improbable que Trump quiera ir a México. Siempre ávido de adelantarse a las noticias, esta vez no ha tuiteado nada.

No es la primera vez que eso ocurre. En junio pasado, AMLO dijo que vería a Trump en septiembre. Se especuló que sería en el marco de la Asamblea General de la ONU en Nueva York. Llegó y pasó septiembre y el resto del año, y nada de reunión.

Toda reunión presidencial implica riesgos, más en estos tiempos raros. Ninguno de los motivos esgrimidos para ver a Trump parece justificar la premuera de un encuentro, que se daría a escasos meses de la elección presidencial en Estados Unidos y en medio de la pandemia del coronavirus. México debe sopesar cuidadosamente los pros y contras. Hacer un análisis costo-beneficio antes de proseguir, asumiendo que el tuit no sea ocurrencia.

Debe partirse del hecho de que la reunión sería con un candidato y no con un presidente. La óptica de todo lo que dice y hace Trump, va en un sólo sentido: ganar la elección de noviembre.

¿Quiere AMLO ser usado para abonar en las ambiciones reeleccionistas de Trump? ¿Quiere que su “agradecimiento” sea interpretado como un acto de intervención a favor del precandidato que describe como su “amigo”? ¿Quiere antagonizar a los demócratas cuando las primeras encuestas en estados clave, que van a determinar la elección, dan la ventaja a Joe Biden?

Una reunión con Trump sin otra reunión espejo con Biden, proyectará favoritismo hacia el candidato republicano. AMLO debe postergar el encuentro con Trump para después de que Biden sea ratificado como candidato presidencial en la convención demócrata en agosto y así poder entrevistarse simultáneamente con ambos por separado.

La otra opción es una cumbre trilateral que incluya al Primer Ministro canadiense Justin Trudeau en un lugar neutral, como Canadá, en el marco de la entrada en vigor del T-MEC el 1 de julio. Es la menos arriesgada en el breve menú. Faltando un mes para las elecciones estadounidenses, Carlos Salinas y el primer ministro canadiense Mulroney presenciaron la firma del TLCAN en San Antonio, al lado George Bush padre en octubre de 1992. Bush perdió las elecciones, pero Salinas logró capotear el temporal de criticas en su contra por su abierto favoritismo hacia Bush.

AMLO es el primer mandatario en más de medio siglo en no entrevistarse con su contraparte estadounidense en calidad de presidente electo desde Johnson y Díaz Ordaz en 1964. Peña Nieto fue recibido por Obama, poco después de su triunfo y antes de su toma de posesión. AMLO también es el primero en no salir de México en el primer año y medio de gobierno.

Fiel a su lema de que “la mejor política exterior es una buena política interior”, AMLO informó desde el primer día que no viajará al extranjero a menos que hubiera un anuncio de gran trascendencia que lo justificara. Rechazó ir a la cumbre del G-20 en Osaka, al centenario de la OIT en Ginebra, al Foro de las Nuevas Rutas de la Seda en China, al Foro Económico de Davos y a innumerables tomas de posesión. A principios de año, ratificó su decisión de permanecer en México.

¿Qué querrá agradecerle, además de los ventiladores, como para levantar su propia veda? Los 10 mil millones de dólares de un quimérico plan Marshall para Centroamérica para reducir la migración que no le dio; la anulación del DACA; el cierre de la frontera; las presiones para obligarnos a pagar por el muro; la destrucción de la ecología fronteriza.

O quizá quiera agradecer haberlo forzado a desplegar miles de efectivos de la Guardia Nacional contra los centroamericanos en detrimento de las tareas de seguridad interna; o las presiones para reabrir las maquilas de las trasnacionales al margen de la salud y muertes de miles de trabajadores mexicanos.

O tal vez no usar la fuerza militar estadounidense para combatir la violencia de los carteles que el consumo gringo alienta, o no hacer nada para frenar el flujo de armas, o no imponer ominosos aranceles punitivos a los productos mexicanos porque México cedió ser vertedero de migrantes expulsados o no etiquetar a los carteles como grupos terroristas.

Con la excepción del T-MEC, convenio con claroscuros para México cuya conclusión obedece fundamentalmente a las presiones del gran capital estadounidense, la agenda bilateral ha sido más de negativos que de positivos, de amenazas no cumplidas que de iniciativas cumplidas. Más de no hacer, que de hacer. Por ser el de Trump un gobierno que basa su política exterior en el chantaje y las intimidaciones, y no en los consensos e incentivos, supongo que agradecer negativos es coherente con el “hablar quedito” y “sin balandronadas”.

SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Los empresarios del país buscan de nuevo una reunión con el presidente de la República, para entregarle una serie de propuestas para la reactivación económica del país, en la etapa de la pos-pandemia, que dicho sea de paso no será nada fácil, y es algo que ya el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, reconoció, pues posiblemente las acciones por el control del Covid-19 se prolonguen más de lo debido.

De hecho, así sucede cuando en lugar de dejar que la pandemia siga su curso normal, los epidemiólogos intervienen para “aplanar” la curva de contagios. De un lado, se evita la multiplicación de casos hasta niveles insospechados, pero del otro lado se somete a la población a la cuarentena y al confinamiento, pero no para evitar que la pandemia siga, sino solamente para evitar que se expanda sin control. Por eso es que, a pesar de la desmovilización, los casos siguen sumándose, así como las muertes.

Ahora se habla de que el Covid-19 podría registrar una segunda ronda por el mundo, y que a nosotros podría llegarnos en octubre, cuando comiencen los fríos en el país, y con ello las enfermedades respiratorias.

Sería terrible que apenas estemos saliendo de esta oleada, cuando ya tengamos la otra encima.

Tal vez por eso el presidente de la República está tratando de modificar la Ley de Coordinación Fiscal, para hacer ajustes al presupuesto federal, y reorientarlo de manera equitativa, algo que los gobernadores y los legisladores de oposición se niegan.

Eso, sin embargo, no es nuevo. Los ex presidentes solían modificar los presupuestos de egresos federales a su antojo, incrementando los techos financieros de rubros como Salud, Educación, Campo, aunque eso no se reflejara posteriormente, sino que lo hacían sólo para robárselos.

No debemos desgarrarnos las vestiduras si ahora se hace lo mismo, por la emergencia desatada por la pandemia, sino solamente vigilar que, ahora sí, el dinero se use para lo que se etiquetó.

Recordemos, por ejemplo, cuántas reducciones de su presupuesto tuvo Guerrero en los últimos dos años del gobierno de Enrique Peña Nieto, argumentando una baja recaudación, pues el presupuesto de las entidades depende precisamente de lo que Hacienda recauda.

Seríamos ilusos en pensar que sin una adecuación del presupuesto federal Guerrero va a salir adelante, porque sus ingresos dependen mayoritariamente de lo que recibe de la Federación. Imaginemos cuánto costará reactivar al turismo, pues las empresas no podrán solas. Si acaso los grandes consorcios transnacionales puedan y tengan ya un plan, pero no así los miles de negocios micro, pequeños y medianos, que se quedaron sin ingresos, pero además con gastos. Forzosamente se necesita la acción gubernamental.

Hay entidades pudientes que señalan que sí pueden salirse del pacto federal y administrar sus recursos; de hecho, esa es una tentación que tienen varios gobernadores, pero tampoco es la solución, pues hoy en día las economías están globalizadas y ninguna entidad o país es autosuficiente.

Más nos vale, por lo tanto, que se le permita al presidente meterle mano al presupuesto y reorientarlo.

Es grotesco ver a gobernadores como el de Nuevo León, Tamaulipas, Chihuahua, Coahuila, Jalisco y Michoacán, exigiendo que el gobierno federal les regrese lo que han gastado en la pandemia. La pregunta para ellos es: ¿Acaso no pensaban gastar nada? ¿Acaso piensan que no es su responsabilidad atender las crisis que afectan a sus gobernados? ¿De qué están hechos estos señores? La grilla se les da muy bien.

La discusión de las modificaciones a la Ley de Coordinación Fiscal se aplazó para dentro de 15 días, argumentando la crisis por el pico de la pandemia, pero tarde o temprano se tendrá que retomar. Si se le impide al presidente reorientar los recursos, con la pena, pero el mandatario tendrá que hacer uso de sus atribuciones constitucionales, que las tiene. Es sólo que quiere que todo sea por la vía legal. Pero si eso va a servir para que lo acusen de ser un dictador, que lo sea. Y curiosamente quienes más le han pegado son el ex gobernador René Juárez Cisneros y el senador Manuel Añorve Baños. Que nos digan entonces estos señores, cómo se va a levantar Guerrero de la crisis económica. Digo, tal vez ellos tengan la varita mágica que en este momento se necesita.

SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

El día de las madres, festejo tradicional en México, caerá este año el próximo domingo, justo durante el pico de contagios por Covid-19. Por lo tanto, el gobernador anunció este martes que todos los panteones de la entidad estarán cerrados, para evitar que la gente visite a las madres que ya pasaron a mejor vida.

Eso golpea de lleno a los negocios que venden flores y coronas, y que cada año en estas fechas se surten de mercancía, con la esperanza de tener ganancias extras. Bueno, será una mancha más al tigre, pues de por sí toda la entidad está tirada, las dos costas y Acapulco están como nunca, sin vida económica, dependiendo de los apoyos alimenticios que reciben, tanto de los gobiernos municipales como del gobierno estatal.

Pero la realidad es que, aunque podamos controlar las visitas a los panteones, simplemente cerrándolos, no será lo mismo con los festejos a las madres vivas, quienes de paso estarán en sus hogares esperando la visita de sus hijos y nietos.

Y éste, más que los panteones, constituye el verdadero riesgo de contagios, pues los hijos y nueras se desplazan con sus nietos desde otras entidades, incluso; a lo sumo desde otras colonias, para ir a visitar a las abuelas.

El gobierno debe advertir, por tanto, que por este año se supriman las visitas a los abuelos, que generalmente son gente ya grande, máxime cuando estos tienen alguna enfermedad de riesgo, como obesidad, hipertensión, diabetes y otros padecimientos propios de la edad.

O Simplemente por el hecho de ser gente mayor, los padres están demasiado expuestos y vulnerables, pues sus capacidades ya no son como cuando eran jóvenes.

Afortunadamente, los números a nivel nacional son alentadores, y a todo mundo sorprende el manejo de la pandemia por parte del gobierno federal, pues para estas fechas en otras partes del mundo, incluido Estados Unidos, los sistemas de salud estaban ya colapsados y los muertos se contaban por miles.

En cambio, en México, se dice que la curva se pudo aplanar -aunque eso también prolongó la fase de emergencia-, hasta en un 75 por ciento en el Valle de México; y, por ende, en las entidades federativas.

Ayer por la noche, se nos informó de 2 mil 507 muertes por Covid 19, acumuladas hasta la fecha, 236 más que este lunes.

En conferencia de prensa desde Palacio Nacional, José Luis Alomía Zegarra añadió que nuestro país registra 26 mil 25 casos confirmados acumulados y 6 mil 708 confirmados activos.

A 44 días del inicio de la Jornada Nacional de Sana Distancia, el director General de Epidemiología agregó que son 16 mil 99 casos sospechosos, 63 mil 540 negativos y 105 mil 664 personas examinadas.

En el estado, anoche, la Secretaría de Salud federal informó que en 24 horas Guerrero pasó de 54 a 58 muertos, mientras que los casos confirmados llegaron a 388, ocho más que los informados por el estado al mediodía.

De acuerdo con las cifras publicadas por el gobierno federal en su portal coronavirus.gob.mx, Acapulco continúa como el epicentro de la epidemia, pues en un día pasó de 183 a 196 contagiados, y en decesos de 13 a 17, siendo las víctimas mortales 14 hombres y tres mujeres.

De entre los municipios con contagios se suma Mártir de Cuilapan con dos casos, uno más que lo reportado por el secretario de Salud estatal, Carlos de la Peña Pintos, al mediodía de este martes.

Coyuca de Benítez con ocho, La Unión con cinco, Zihuatanejo y Huamuxtitlán con cuatro; Pungarabato, Tixtla, San Marcos y Ayutla con tres.

Atoyac, Ahuacuotzingo y Tepecoacuilco con dos casos cada uno.

Cocula, Atenango del Río, Quechultenango, Xalpatláhuac, Copala, Cutzamala, Cuetzala, Buenavista de Cuéllar, Olinalá, Teloloapan, Eduardo Neri y Coyuca de Catalán siguieron con un caso cada uno.

Esta semana será crucial para la entidad, pues aunque en el Valle de México parece que la situación está controlándose, no podemos cantar victoria en los estados, y el objetivo debe ser mantener las medidas de prevención.

¿Que la crisis arrecia? Sí. Pero ya aguantamos 44 días con resultados alentadores a nivel nacional.

SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Para quienes nos vamos con la finta de que solamente los casos de Covid-19 que nos informan cada tarde son los que existen, pues habría que recordar que el subregistro de hasta 10 o 12 casos positivos que no han llegado a las estadísticas nacionales.

En este tenor, el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, tuvo que reconocer que en realidad, en México podría haber 104 mil 562 personas que han presentado casos leves de Covid 19 y que no han sido notificados en alguno de los sistemas de monitoreo con los que cuenta la dependencia.

¿Qué tal?

Estos 104 mil 562 casos son adicionales a los 23 mil 471 casos confirmados acumulados que fueron sometidos a pruebas de laboratorio hasta este domingo 3 de mayo.

Gatell nunca mintió. Siempre dejó en claro que el gobierno estaba basándose en un programa epidemiológico denominado “Centinela”, que sólo va tomando en cuenta los casos que llegan a consulta.

En lo personal, siempre consideré que los números del “Centinela” del gobierno (según los expertos) eran insostenibles desde el principio. Pero no creí que terminarían matando “su método”.

Inútil, absolutamente inútil resulta estar al pendiente de la conferencia de las 7:00 de la noche, si el gobierno nos va a negar el instrumento fundamental, que tanto en países europeos, como Canadá e incluso las universidades en EEUU sí dan: Una medición transparente y sólida (matemáticamente) de la epidemia del Covid-19.

No sabemos efectivamente cuál es el número real de contagios en el país -no el número que se nos pide asumir por fe religiosa en lo que dice el gobierno-, el que surge de la metodología científica como dato confiable, pues para empezar no cuentan con un método de muestreo claro.

No sabremos la verdad, por ejemplo, del momento en que “estemos en la fase de crecimiento vertical”, que nos dicen es esta semana. Que nos digan la verdad, no la que los políticos nos quieran decir.

¿Cuántos casos podría haber en México realmente?

¿Acaso Donald Trump sabe más que nosotros, y por eso dijo ayer que México estaba en serios aprietos por la pandemia de Covid-19? ¿A quién creerle?

Insistimos que merecemos saber la verdad. Que no nos tutelen. Que no nos decidan por nosotros, que nos hablen con la verdad.

Siempre ha parecido sospechoso que mientras en otras partes del mundo los casos se desataron, al grado de colapsar el sistema de salud de países tan poderosos como Estados Unidos e Inglaterra (salvo Alemania, que parece que es el que mejor ha manejado la crisis), en México estemos en la calma chicha, y que se nos diga que todo ha sido por el adecuado manejo de la pandemia, mandándonos a la cuarentena hasta con 2 semanas de anticipación en cada fase.

No es que la pandemia se haya detenido. Simplemente, los casos no están siendo registrados en ninguna parte. Así de sencillo.

Entonces, en ese contexto todos estamos bajo un riesgo constante y permanente. Y de ahí la insistencia de las autoridades para que todos tomemos las debidas precauciones.

Al contrario, los ciudadanos -siendo que son tan quejumbrosos- se llenan la boca diciendo que no creen en el Covid-19, que es mentira, que es una puesta en escena. Cuando enferman, y por desgracia llegan a morir, entonces su familia niega que hayan sido víctimas de la epidemia, y hasta amenazan a los médicos, como sucedió recientemente en Ecatepec, Estado de México, a donde llegó enfermo un ex presidiario, que fue liberado de manera anticipada para que no enfermera de Covid en la prisión.

Pues resulta que ese joven se puso una guarapeta en un fiestón marca llorarás, donde estuvieron sus familiares, los mismos que luego se metieron al anfiteatro del hospital donde murió, para reclamar su cuerpo y acusar a los médicos de haberlo matado.

Así nos las gastamos los mexicanos.

Esta es la semana de mayor riesgo, según el gobierno. Cada quien que decida si se protege, o le juega al valiente.

SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Estamos en el día 42 de la pandemia por Covid en México, y la suma hasta ayer era de 23 mil 471 casos confirmados acumulados, de los cuales 6 mil 933 eran activos.

Del resto, 2 mil 154 han muerto (93 más que el sábado) y los demás se han recuperado, lo cual también es una buena noticia.

Afortunadamente, hasta ahora no hemos visto en México las crisis que la pandemia causó en países como Italia, Estados Unidos y España, donde los muertos sumaban miles por día, lo mismo que los contagios.

Claro que nada está dicho, y por eso la gran necesidad de mantener las reglas de higiene, sana distancia y protección para quienes todavía estén en la calle, desempeñando actividades esenciales.

De acuerdo con el presidente AMLO, y el subsecretario Hugo López Gatell, el pico de la pandemia será del 6 al 10 de mayo. Es decir, de este próximo miércoles, al próximo domingo, y desafortunadamente coincidirá con el día de las madres, festejo que dará tentación para que las familias se reúnan, e incluso que vayan a visitar sus tumbas, como es costumbre.

Si queremos pasar airosos esta etapa, y evitar que los hospitales se saturen -como ya ocurre en algunos de la Ciudad de México y en el municipio de Iguala-, debemos guardarnos. Ya falta poco.

El caso de Iguala es terrible, porque en ese municipio que es el principal de la Zona Norte del estado, ya suman 12 los muertos, y más de 70 casos positivos. Ahí destaca el caso de un supermercado donde 39 de sus empleados dieron positivo a Covid-19, quienes estuvieron atendiendo a la población sin protección. Además, están cerca del mercado central de la ciudad, y ya podemos imaginar la crisis que se desató en ese municipio, donde el alcalde afirma que están viviendo un conflicto grave.

Urge, por lo tanto, que el gobierno del estado y el gobierno federal recurran para ayudar. Sea que los enfermos sean trasladados a otros hospitales con capacidad para recibirlos, o sea que se refuerce en Iguala la infraestructura sanitaria, porque esa fue la promesa, que conforme se fuera necesitando, sea ampliarían las instalaciones, con la ayuda del Ejército y la Marina, mediante el Plan DNIII.

De hecho, ya se tienen espacios adicionales en varias partes del país, como el Centro Banamex, a donde se están trasladando a pacientes que ya no tienen cabida en los hospitales públicos.

Se sumaron también mediante un acuerdo los hospitales privados, que por cierto en Guerrero todavía no sabemos cuáles están participando, y está por montarse otro espacio de atención en el autódromo Hermanos Rodríguez, que se pondrá en operación el 13 de mayo.

Se tiene también en Guadalajara un espacio prestado por el Club Chivas.

Se trata de ir abriendo espacios de atención para personas que tengan la enfermedad, pero no estén graves, que no requieran terapia intensiva, pero que tampoco puedan volver a sus hogares, para estar bajo observación médica.

En el autódromo Hermanos Rodríguez se tendrán disponibles 192 camas y 26 de cuidados intensivos. La construcción de los módulos comenzó hace una semana.

Lamentablemente, pese a todas las recomendaciones, la gente sigue reuniéndose y desplazándose, y parece que se ha generalizado la hipótesis de que todo es una mentira alrededor del Covid-19. Incluso el viernes pasado, familiares de un enfermo irrumpieron en un hospital hasta el anfiteatro, donde estuvieron manipulando cadáveres y acusando a los médicos de matar a los enfermos, para simular que fue por Covid.

Decía mi padre que el que obedece no se equivoca. En lo personal no estoy de acuerdo en el cierre total de los pueblos y ciudades, pues bastaría seguir las reglas de higiene y protección. Pero debido a que no somos disciplinados -y eso lo vemos en mercados y en la calle-, es que los gobiernos decidieron limitar las actividades comerciales.

En Acapulco, por ejemplo, se impuso el Hoy no Circula a pesar de las protestas de los transportistas. En contraparte, se permitió la instalación de un tianguis tradicional en la colonia Zapata, donde la agente se aglomeró.

Estos son los extremos de esta pandemia.

Esta semana, preparémonos para pasar el pico de la pandemia.

SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Conforme se acerca la Fase 3 de la pandemia por Covid 19, el incremento de los contagios ya se resiente por todos lados, pues mientras en las principales ciudades de la entidad los casos se multiplican, en las cabeceras municipales pequeñas, aún las que están blindadas desde hace semanas, los casos brotan.

Poco a poco, el mapa de Guerrero que comenzó a finales de marzo con un punto rojo en Acapulco, fue modificándose. Hoy, quedan muy pocas zonas libres de la enfermedad, y aunque todavía se tienen muchos municipios libres de contagios, su cercanía e interacción con otros que ya lo registran los hace vulnerables.

Inexorablemente, el Covid fue tiñendo de rojo la entidad. Pese a ello, todavía hay gente que duda que la pandemia sea verdad. Es horrible, tenebroso, ver cómo reacciona en redes sociales los que poseen un teléfono inteligente y se pasean por Facebook y otros sitios a la espera de cualquier noticia de esta naturaleza para atacar no al gobierno, no a las autoridades, sino a los medios de comunicación.

Quizás creen que nos alegra difundir malas noticias. Todo lo contrario, quienes estamos al tanto de manera permanente ante la información que van emitiendo las diversas fuentes, somos los que más sometidos estamos al estrés que está generando esta pandemia.

Y el conflicto es doble, porque una vez que se hace pública la información, los miles de internautas que se mueven por pasiones y no por convicciones, comienzan a atacar, no a la fuente de información, sino al medio.

Y nos preguntamos, qué sería de la sociedad sin sus medios de comunicación formales, y todo estuviera a cargo de las redes sociales, porque como dicen en mi tierra, aunque el suelo está parejo, hay diferentes estaturas.

Creo que esta pandemia está colocando a todos en su lugar. A los que llevamos años en el oficio de informar, preparándonos para hacer el mejor papel que podamos, y a los medios improvisados. Periódicos de una sola persona, que están resolviéndolo todo desde un teléfono, pero sin sufrir por mantener un equipo de trabajo activo, investigando, preguntando, indagando, redactando, filmando, y ahora también compartido en redes, porque es la moda, pensando en que la gente agradecerá la noticia.

Pero también están siendo probados los lectores, porque están demostrando que el pertenecer a una red social no necesariamente los hace más sabios ni más prudentes. Todo lo contrario, el exceso de información improvisada en las redes está causando un efecto boomerang entre la población, que a estas alturas cree y no cree que el Covid-19 exista.

Las propias autoridades se están enfrentando a esta realidad, y quizás por eso el gobernador de Michoacán tuvo que imponer un toque de queda, aunque fue acusado de violar las garantías constitucionales.

Este jueves, comienza en Acapulco el programa hoy no circula, copia del que está vigente en la Ciudad de México, para reducir la movilidad en la ciudad que es la que registra la mitad de todos los casos de esta entidad.

Llegará un momento, incluso, en que se tenga que recurrir a la fuerza pública para obligar a la gente a quedarse en casa, pues vienen dos o tres semanas de contagios masivos.

Se considera, por ejemplo, que para el 15 de mayo Guerrero podrá tener hasta 1,200 casos positivos, y las muertes que corresponden al 9 o 10 por ciento de letalidad (120).

Volviendo al tema, la incredulidad de la población es abrumadora. La peste viene desde China, pasando por Europa y Estados Unidos, pero no dan crédito en que en este país puede suceder algo parecido.

A estas alturas, la gente ya no aguanta los cierres de negocios y el encierro, y comienza a haber manifestaciones en busca de apoyo.

En resumen, viene un periodo de mucha oscuridad. Habrá muchos contagios y muchas muertes. De nosotros depende que ese impacto sea menor.

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