SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Por fin, los gobernadores están en sintonía para que el Congreso de la Unión se enfoque en una reforma penal profunda, que restituya el derecho a la justicia de las víctimas, evitando la “puerta giratoria” de la que se valen los delincuentes y criminales para evadir la acción de la justicia en su contra.

Desde que el nuevo sistema de justicia penal acusatorio se adoptó en México, muchas han sido las historias en que los infractores de la ley se burlan del sistema. Alegan de todo, hasta porque se difunden sus fotografías en medios, cuando aún se les tiene bajo la presunción de inocencia, o porque no fueron puestos a disposición a la autoridad correspondiente, en el tiempo legal previsto, o porque los detuvieron bajo argumentos distintos a los que se les imputan.

Recordemos el caso reciente de la mamá de El Marro, jefe del Cártel de Santa Rosa de Lima en Guanajuato, a quien la Fiscalía de esa entidad detuvo junto con una veintena de personas cuando pagaban la nómina del cártel. Sí, pero la detención se efectuó “por causalidad”, pues en realidad los agentes se metieron a la finca en busca de un auto robado, auto que no encontraron. Lo que sí hallaron fue a la señora, cuya detención -acusó el propio Marro-, fue para hacerle un favor a sus enemigos, los del Cartel Jalisco Nueva Generación.

Por lo tanto, la defensa de la madre de uno de los capos más violentos del país, se apegó a estos errores de procedimiento y en el término de las 72 horas fue dejada en libertad. La Fiscalía General de la República no atrajo el caso porque el procedimiento estaba viciado de origen, y así se fueron echando la bolita unos con otros, pero el caso es que la señora, siendo que es operadora del cártel que lidera su hijo, libró la cárcel.

Y así por el estilo, los abogados se fueron especializando en este nuevo sistema de justicia, encontrándole no sólo puertas giratorias, sino verdaderos portones por los cuales sus clientes eran puestos de patitas en la calle en menos de que canta un gallo.

En cambio, las autoridades -desde policías municipales, estatales y ministeriales-, tardaron en adaptarse al modelito, que implica una serie de normas y disciplinas a las cuales no estaban acostumbrados. Y así es que a fuerza de cometer errores -por ignorancia o a propósito- han favorecido a los delincuentes y se han convertido en verdaderos obstáculos para la acción de la justicia.

Los gobernadores lo han venido diciendo, pero es hasta ahora que concretan algo para reformar, adicionar y derogar diversas disposiciones del Código Nacional de Procedimientos Penales.

La iniciativa la presentó ayer el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa, ante la Junta de Coordinación Política del Senado de la República.

La propuesta la avalan gobernadores como el de Tlaxcala, Marco Antonio Mena Rodríguez; de Hidalgo, Omar Fayad Meneses, y de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez.

Es una propuesta que reforma, adiciona y deroga diversas disposiciones del Código Nacional de Procedimientos Penales (CNPP), “con el objetivo de construir un nuevo paradigma que le restituya al Estado Mexicano su condición constitucional de garante de la paz y el bienestar desde la legalidad y el acceso efectivo a la justicia”, cita el documento.

Son cinco los ejes que guían la propuesta: 1) El fortalecimiento del sistema procesal penal; 2) el respeto y defensa de los derechos humanos; 3) el enfrentamiento contundente de la impunidad; 4) el fortalecimiento de los derechos de las víctimas y 5) la protección a las instituciones de procuración, administración y aplicación de la justicia de México.

¿Y qué dicen los senadores? El coordinador de la bancada de Morena, Ricardo Monreal, dijo que confía en que se multiplique la colaboración con los representantes de los estados con el fin de institucionalizar las preocupaciones de los mismos.

“No vamos a legislar hasta que los gobernadores den su opinión y puedan avanzar en beneficio de toda la sociedad”, puntualizó.

Luego entonces, conviene que todos los gobernadores se documenten y se sumen a esta iniciativa, que ayudará, entre otras cosas, a rescatar la figura del Ministerio Público, y clarificar muchos conceptos que parecen ambiguos, como la denuncia anónima, la flagrancia y otros.

Como bien dijo Monreal, los gobernadores no pueden estar ausentes en la discusión de este tema, pues son quienes enfrentan de primera mano la violencia y el crimen organizado.

¿Cuántos se suman?

SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

El cambio en la administración portuaria y aduanal del país fue tan radical, que el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, tuvo que renunciar por no estar de acuerdo en lo que él llamó la “militarización” de este sector.

La verdad es que esto no es nuevo, ya se ha hecho en otras épocas, y con muy buenos resultados. Incluso en el gobierno de Peña Nieto la administración portuaria estaba en manos de almirantes de la Marina, y nadie puede negar las fallas, pero actualmente estamos peor.

A un año y medio de su gobierno, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, se dio cuenta que algo andaba mal en este sector, pero no por su titular -démosle el beneficio de la duda- sino por la red de corrupción enquistada en la SCT, algo que es vox populli en este país.

Y como ejemplo de ello tenemos los puertos marítimos nacionales, sobre todo los del Pacífico, que se han convertido en la puerta de entrada del Fentanilo, una droga sintética que por su bajo precio desplazó a la amapola y sus derivados, pero con gravísimos daños a la salud pública, por los efectos adversos en los consumidores.

Para nadie es un secreto que el Fentanilo chorrea desde Asia por los puertos marítimos mexicanos, sobre todo el de Manzanillo, Colima, estado que llegó a ser uno de los más violentos del país, pero obviamente no es el único punto de embarque.

En cada puerto se tiene una Administración Portuaria Integral (API), la cual era manejada por civiles, y se encargan del comercio internacional, que implica el cobro de impuestos, pero también del control del contrabando de todo tipo.

En un ambiente natural, no habría problemas que fuesen civiles los que lo manejaran, expertos en comercio internacional y esas cosas. Pero siempre se ha sabido que los puertos y las aduanas son el talón de Aquiles de la guerra contra el narcotráfico; y, por lo tanto, se requiere de algo más que un administrador y experto comercial en esos puntos; se requiere de la presencia de una policía avezada, entrenada y con experiencia en el modus operandi de los contrabandistas de todo tipo de mercancías, no únicamente drogas.

La Marina hace tiempo que venía pidiendo mayor injerencia en los puertos marítimos, que son su escenario natural de acción. Al contrario, se le mandó a tierra, dejando ese gran portón abierto en los dos litorales, el del Atlántico y el del Pacífico.

Desde la salida de Javier Jiménez Espriú, el presidente comenzó a hacer cambios en las API’s. En Lázaro Cárdenas será el almirante José Luis Cruz Ballardo (quien, paradójicamente, había estado en esa responsabilidad el sexenio pasado, pero fue removido por Jiménez Espriú cuando había comenzado a tener ciertos avances).

En la API de Manzanillo quedará a cargo el almirante Salvador Gómez Meillón.

En el resto, el secretario de la Marina, el almirante Rafael Ojeda Durán, será quien recomiende a los demás encargados de las API’s del país.

Por fortuna, el presidente ha demostrado que es el hombre mejor informado del país, y que está tomando decisiones que, aunque no les gusten a sus subordinados, no pueden aplazarse.

La militarización de las aduanas terrestres también es crucial. Ya ayer se anunció el decomiso de 20 mil cartuchos que una mujer que conducía una camioneta intentó introducir al país. Nótese la descarada actuación de los contrabandistas de armas, y no es casual. Lo cierto es que nada de eso fuera posible si en las aduanas no tuvieran contactos que les permitieran ese tipo de acciones.

Bien por los cambios. Los nuevos administradores tendrán que dar cuentas claras.

SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Iniciamos este domingo la semana epidemiológica número 31 en Guerrero, con 73 nuevos casos confirmados de Covid 19, para un acumulado de 9 mil 952 casos.

Este lunes, seguramente, la entidad rebasará los 10 mil casos, con mil 333 víctimas mortales del virus. Definitivamente, los números no son los esperados, ni a nivel estatal, ni a nivel nacional. Algo estamos haciendo mal todos, como para que esto esté ocurriendo.

Y no nos referimos a los casos de contagios, porque mientras estos se superen, no habría problemas. Al contrario, es bueno que la gente se contagie, para que haya inmunidad entre la población. El problema es que la gente está muriendo en una proporción más elevada de lo previsto.

Por ejemplo, nos decían que a los jóvenes el Covid-19 no los afectaría, sino que sólo a los viejos y enfermos. Pues sí, la premisa se ha cumplido, pero sólo en parte. En Guerrero, por ejemplo, 879 personas del grupo de mayores de 60 años, han muerto; lo cual representa el 66 por ciento del total de muertes. Pero, ¿y entonces quiénes son los que están dentro del otro 34 por ciento?

Lamentablemente, gente madura y todavía en edad productiva. Algunos niños, y otros jóvenes. Tan sólo por este caso, se cae abajo la versión de que el Covid-19 era algo que afectaba únicamente a los viejos.

Estos números son meras cifras frías. La verdad, de tanto decirlas nos hemos ido acostumbrando a ellas. Esto ha venido a ser como los casos de violencia, que nos impactaban al inicio, pero que -a fuerza de ver y oír de crímenes diversos-, nos fuimos acostumbrando, lamentablemente.

Una sociedad que se acopla a su realidad, se resigna, y no promueve cambios. Eso está pasando, desafortunadamente, con el Covid-19. Las conferencias de prensa vespertinas que se diseñaron para informar acerca del Covid-19, se volvieron intrascendentes de algún modo, porque de poco han servido para cambiar la realidad. Al contrario, han servido para su uso político de parte de opositores y retrógradas, que confunden la amnesia con la magnesia, y piensan que todo se puede traducir en votos a favor o en contra.

Con la salud, entonces, nos ha pasado lo mismo que con la pobreza. Las cifras se esconden, se maquillan, pero la realidad supera la ficción. Y la clase política usa sin pudor los números de nuestra vergüenza, para sacar raja.

De muy poco nos sirve conocer cuántos casos de Covid-19 se han registrado en nuestra entidad y en el país, así como la cantidad de personas que han sucumbido ante la enfermedad, si eso no se traduce en cambios en nuestra actitud como individuos, como familias y como sociedad.

Lo que estamos viendo en estos días, alrededor de los festejos religiosos tradicionales en por lo menos 3 regiones de la entidad (Costa Chica, Montaña y Zona Centro), avergüenzan, porque por un lado nos rasgamos las vestiduras y criticamos acremente en redes sociales (ya no hace falta otra cosa), por la mortandad por Covid-19, así como por otras enfermedades que se desencadenaron por el temor a la pandemia, y por otro nos vamos a la pachanga.

Ojo, no estamos hablando de eventos que se celebran dentro de un templo, a donde la gente va a rezar, a presentar alguna ofrenda, y luego vuelve en orden a su casa; si no de los bailongos, procesiones, jaripeos, bailes y beberecuas en torno a ellos. Esto es lo que se conoce como la tradición religiosa de los pueblos, que nada tiene que ver con las celebraciones eucarísticas.

En estos festejos están inmiscuidos tanto los gobiernos locales como las parroquias, como desde antaño se hace. Pues ni uno ni otro sector fueron capaces para contener esa avalancha de gente paseando a sus santos, danzando, y simplemente conviviendo entre sí, en medio de una pavorosa pandemia que ha impedido que el estado pase al semáforo amarillo; y que, al contrario, nos puso en tela de juicio y podríamos volver al rojo.

De aquí a 2 semanas, que es el periodo de aparición de los síntomas y multiplicación de los contagios, estaremos enterándonos de un incremento inusitado de casos. ¿Por qué? Porque la gente salió a festejar a su santo patrón, creyendo que éste los va a blindar contra el Covid-19. Y no, eso no es fe. Eso es tentar a Dios. Por fe sabemos que, si nos contagiamos, el Eterno nos guardará. Pero andar buscando el contagio, es tentarlo, retarlo y verlo como nuestro criado.

Lamentablemente esto es México, un país formado de muchos retazos, y forjado en torno a la tradición heredada. Tanto, que ni una pandemia ha sido suficiente para contener a la gente en sus casas, y salieron a exponerse. La tradición pudo más que la razón.

SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Es definitivo. No habrá regreso a clases en agosto. La decisión la anunció ayer el gobernador del estado, Héctor Astudillo Flores, junto con el secretario de Educación, Arturo Salgado Urióstegui.

Faltando ocho días para el inicio del mes de agosto, y con la pandemia en pleno en regiones y municipios, con la entidad apenas en un forzado semáforo “naranja”, era de esperarse que Guerrero no estaría en condiciones de reanudar las clases presenciales el 10 de agosto, como se anunció de manera tentativa.

Tal y como sucedió con la apertura del 1 de junio, cuando el gobierno federal dio luz verde para que se abrieran actividades no esenciales, y el gobierno de Guerrero determinó seguir su propia ruta, aplazando hasta el 1 de julio esa decisión, en materia educativa sucederá lo mismo.

Para el 10 de agosto, si bien nos va, estaremos tratando de mantenernos en el semáforo amarillo, pues recordemos que aún seguimos en el naranja, color en el que tenemos desde el 1 de julio y que se nos asignó hasta por dos semanas más; es decir, al 1 de agosto.

Pero eso no quiere decir que para esa fecha estaremos pasando la barrera epidemiológica que se requiere para llegar al color amarillo, que implica una ocupación hospitalaria menor a 50 por ciento general, y con casos a la baja mínimo durante 2 semanas, lo cual demostraría una tendencia real de descenso de la pandemia.

Así que el gobernador optó por hacer el anuncio de una vez, justo ayer jueves, en que el gobierno federal hace la revisión del semáforo, que recordemos ya no cambiará cada semana, sino conforme se demuestren los avances.

La decisión de Astudillo es importante, porque eso permitirá al sector educativo, en todos sus niveles, tomar las precauciones correspondientes, así como también reprogramar exámenes de admisión, y comenzar a planificar el retorno a clases de manera virtual, para lo cual todavía no hay fecha.

Esa es una mala noticia para estudiantes y padres de familia, claro, pero no se tiene otra opción. La experiencia que se ha tenido a lo largo de la pandemia es que el aprendizaje es mínimo, pues por un lado los profesores no enseñan, sólo dejan tareas y actividades, mientras que los estudiantes tampoco van más allá en sus consultas, para tratar de incrementar su aprendizaje.

Eso en el mejor de los casos. En el peor, los sistemas de comunicación e interacción que se están usando implican el uso de computadoras, o como mínimo un teléfono inteligente (Smart-phone), para recibir mensajes, audios y videos por Whatsapp, cosas que en Guerrero un gran porcentaje de familias todavía o tiene, sea porque sus recursos no les permiten comprarlos, o sea porque carecen de redes disponibles de telefonía móvil con servicios de datos digitales; o telefonía fija, con red de Internet.

Por lo tanto, no solamente se debe decretar el inicio virtual de las clases para el próximo ciclo, sino también revisar los modelos de comunicación e intercambio de información entre profesores y estudiantes, que garanticen un mínimo de aprovechamiento escolar.

Sobre todo, cuidar que los profesores preparen y cumplan con dar sus clases virtuales, porque realmente no lo han estado haciendo, al menos no todos; y le están dejando la carga a los propios estudiantes y a los padres de familia.

Sí, sabemos que primero está la salud de profesores y estudiantes, pero aún en medio de esta emergencia, hay maneras de resolver los problemas, y estamos llamados a ser creativos.

Los padres de familia, a su vez, tendrán que esforzarse un poco más para que sus hijos se disciplinen y hagan sus tareas, sobre todo en los niveles de primaria y secundaria, que es donde más se reportan anomalías.

SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

El debate político le abona a la formación de los individuos. Pero el agandalle y el tragar ansias, lo único que provoca es desencanto y desesperanza.

Así estamos en Guerrero, con una oposición muy disminuida, pero que está tejiendo fino -y al último aunque tejan burdo, pero tejen-, mientras que Morena, el partido mejor posicionado en Guerrero, se resquebraja, desarticulando lo que se construyó desde la base social, desde 2013 y 2014, cuando los militantes originales se sumaron a un trabajo de plataforma social, para darle vida a Morena.

¿Alguien recuerda los comités del cambio verdadero? Estos se crearon cuando no había partido, sobre la base de lo que fue el Movimiento de Reconstrucción Nacional (Morena), que finalmente pudo conseguir su registro como partido, en lo que fue la escisión política más importante de la izquierda, comparable sólo con la que protagonizó en 1988 Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, y de la cual surgió el PRD, que desafortunadamente bien pronto comenzó a alinearse con el poder en turno.

Llegado el momento, al PRD la historia lo alcanzó también; y hace 6 años comenzó a perder importantes cuadros, comenzando por el mismo Andrés Manuel López Obrador, quien se cansó de la corrupción partidista, que engordaba y crecía a costa de sus campañas presidenciales, pues por el efecto Peje llegaron a ser la primera fuerza en varios estados del país, pero sin llegar a Los Pinos, claro, a fuerza de traiciones de sus líderes a nivel nacional, conocidos como Los Chuchos.

A diferencia de lo que sucedió en el PRI, que fue un proceso repentino, derivado de la candidatura de Carlos Salinas de Gortari -lo que implicaba una voltereta política nacional-, el PRD se fue desangrando poco a poco. Fueron tiempos de sumar y sumar y sumar. Cualquiera que quisiera trabajar, era bienvenido. Se hizo un gran trabajo a ras de suelo, que muchos de los que luego se hicieron de candidaturas y lograron cargos de elección popular, ni siquiera conocen ni entienden la magnitud. En su mayoría, estaban en la comodidad de sus negocios, de sus cargos públicos y privados.

Otros, los que se conciben como la facción mayoritaria del partido en Guerrero, ni siquiera estaban aquí. No se desgastaron y no sufrieron las inclemencias del tiempo, el desgaste de predicar una nueva forma de hacer política y de convencer no sólo a los temerosos, sino también de revitalizar a los que ya estaban cansados de trabajar, habiendo sido tantas veces traicionados.

Estos son los que vinieron a apoderarse del partido, los que vinieron a poner trabas, los que impidieron que ingresaran a Morena tanta y tanta gente que votó por AMLO en 2018 y que lo sigue apoyando, pues en las elecciones internas del año pasado -que afortunadamente se abortaron-, maniobraron para que solamente participara la gente que estaba en el padrón en 2015, desdeñando a todos los que hicieron posible sus triunfos.

Y es que entre menos burros, más olotes. Entre menos gente, mayor control.

Una impugnación de la facción monrealista impidió este atraco, que hubiese sido un mal precedente para Morena, algo simplemente antidemocrático, y es fecha de que el partido no renueva sus dirigencias.

Desafortunadamente, hoy son tiempos de restar, y restar y restar. Hoy se habla de no dar paso a los advenedizos. Hoy son tiempos de patear el pesebre.

Ayer leíamos la reflexión de un columnista estatal: “¿Quién abonará a la unidad de Morena?”

Lamentablemente, entre los morenistas nada más las patadas se oyen. Por eso Luis Walton Aburto está tan seguro de que será el candidato. ¿Acaso será el tercero en discordia? Veremos. Lo que sí es cierto, es que mientras los de dentro no se pongan de acuerdo, los de fuera serán los ganones.

SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Se van agotando las palabras. Cuando pensábamos que la peste sería noble con Zihuatanejo, la realidad nos golpeó en la cara. Mientras estuvimos guardados, siguiendo las indicaciones del gobierno federal, los casos del Covid-19 fueron desgranándose uno a uno, lentamente, como no queriendo, como a propósito. Todo iba bien, todo estaba en orden, el problema era para Acapulco, claro, como todo lo malo es para el puerto de al lado.

Pero como todas las pestes, la del coronavirus nos sorprendió justo cuando comenzábamos la “nueva normalidad”, que para nada puede llamarse normal, aunque sí es algo nuevo para esta generación, pues recordemos que a nuestros abuelos y bisabuelos también les tocaron otros serios problemas, como los de la gripe española, el paludismo, la tosferina, el sarampión y hasta la rabia. Eran terribles las historias de humanos rabiosos, contagiados por esa zoonosis que nos contaban los abuelos. Le decían “el mal”, y por eso a los perros con rabia se les decía “perro del mal”. Bueno, contaban los viejos que la gente se moría hasta de una cortad, por falta de antibióticos, y aunque nuestra medicina herbolaria es muy vasta, no siempre era efectiva en todos los casos, tal cual ahora sucede con el Covid-19, pues mientras unos dicen que se aliviaron con tes de eucalipto, otros dicen que se aliviaron con tres de cebolla, ajo y jengibre, y otros más que se aliviaron haciendo gárgaras de limón con carbonato o vaporizaciones de Vick Vaporrub.

No es así. Todo eso ayuda, alivia síntomas, trae descanso. La verdadera sanidad ante un virus desconocido, la hace cada cuerpo, según su sistema inmunológico, y según la cepa del virus que le haya tocado en suerte, porque ahora sabemos que el virus ha mutado y tiene hermanos y primos, y hay cepas distintas entre sí, que pueden provocar desde un resfriado insignificante, hasta un colapso gravísimo en que el paciente requiera intubación para darle ventilación mecánica.

La verdad, cada generación ha vivido sus propios problemas, teniendo menos opciones que nosotros, sobre todo desde el punto de vista médico-científico y tecnológico.

Es mentira que antes del Covid-19 estábamos requetebién: se nos olvida el escandaloso incremento del cáncer en todas sus manifestaciones; la diabetes imparable en el país con sus ciegos, amputados y muertes prematuras; se nos olvida ahora que antes las mujeres morían de parto al por mayor, que los niños recién nacidos morían de tétanos neonatal, una enfermedad horrible, que los paralizaba en menos de 24 horas; se nos olvida que la mortalidad infantil era exagerada, merced a la falta de servicios básicos, acceso a agua limpia.

Antes enfermaban por no comer suficiente. Hoy enfermamos por comer de más. Hoy tenemos antibióticos, antivirales, la generación de 50 años ya tuvo acceso a vacunas contra enfermedades terribles como la poliomielitis, el sarampión. Recuerdo que donde comenzaba un enfermo de sarampión, caía toda la familia, y en los adultos esta enfermedad era mortal, la soportaban mejor los niños (como ahora el Covid, que mata a los grandes y respeta a los menores).

En resumen, solamente tenemos una opción ante cualquier enfermedad: la de adoptar una cultura sanitaria distinta a la que teníamos. La poliomielitis, por ejemplo, de la que nuestro país está libre desde los años 90, se debía a que las madres, al cambiar el pañal de sus recién nacidos, no se lavaban bien las manos y los contagiaban, entonces a los nenes se les desarrollaba un síndrome que impedía el crecimiento de sus tendones, y alguna de sus piernas le quedaba corta. Todavía vemos gente usando zapatos de plataforma, para paliar el cojear de la polio.

Cuando estudiamos la lepra, de la cual todavía hay millones de casos en el mundo, incluido México, nos damos cuenta de que es una enfermedad de la pobreza y el hacinamiento, y que es completamente curable con la combinación de 3 antibióticos, suministrados de manera oportuna y rigurosa.

Lo mismo sucede con la peste blanca, la tuberculosis. Es completamente curable, pero en su momento diezmó a la población y a raíz del surgimiento del SIDA, volvió a avivarse en el planeta.

Por lo tanto, tienen un poco de razón los que se quejan de que sólo nos fijamos en el Covid-19. Es porque se trata de un virus nuevo, pero ciertamente no es el único padecimiento que nos debe ocupar.

Ante el Covid, vale una atención oportuna. Si se actúa en las primeras 48 horas de la aparición de los síntomas, aunque se trate de un caso de alto riesgo, las probabilidades de sobrevivir son muy elevadas. Pero hay tanta desinformación, que la gente comienza a automedicarse, y acuden al doctor ya cuando es muy tarde, o cuando poco se puede hacer por ellos.

La pandemia va a pasar. Ninguna pandemia es para siempre. Son rondas que dan los virus por el mundo. Y la buena noticia es que ya tenemos vacuna en ciernes, probada en humanos. Y sólo falta completar algunas fases del proceso, para que comience a distribuirse. Gracias y Dios bendiga a los médicos, pero también a los científicos, a los hombres de ciencia, de ideas y que se ocupan de los problemas, en lugar de estar chacoteando en redes sociales, o viviendo la vida loca. Como siempre, es por un puñado de buenos hombres y mujeres que la humanidad avanza.

SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

¿Se acerca la cura del Covid-19? A pesar de que el subsecretario de Salud en el país, Hugo López Gatell, era pesimista al respecto, ayer dijo que la humanidad se acerca a la obtención de una vacuna segura para evitar los contagios por coronavirus.

Como nunca, en tiempo récord y a marchas forzadas, la comunidad científica de varias naciones trabaja cada una en sus propios prototipos de vacuna, acelerando los procesos de prueba, pues recordemos que para este tipo de biológicos, las pruebas primero se hacen en animales, y posteriormente en humanos.

Las vacunas deben probar que generan anticuerpos contra el Covid-19, pero sobre todo que son seguras; es decir, que no matan, porque entonces nos saldría más caro el remedio que la enfermedad.

Ayer, López Gatell reconoció que el mundo está ante una alta probabilidad de tener una vacuna contra el Covid-19 en el corto plazo.

“En esta última semana salieron tres publicaciones sobre las tres candidatas a vacunas que están en la fase más avanzada de investigación, que es la fase tres de investigación clínica, los tres dan resultados prometedores con distintas características. Yo recomendaría entusiasmo por saber que se acerca el mundo a una o más vacunas”, afirmó.

En efecto, ayer, una empresa británica anunció que su vacuna ya fue probada en humanos y dio resultados positivos.

“La vacuna contra el coronavirus que desarrolla la universidad británica de Oxford resultó segura y ‘entrena’ el sistema inmunológico”, según revelaron los estudios de las primeras fases del estudio, divulgados este lunes.

Se agrega en el análisis que la fórmula denominada AZD1222, está siendo elaborada por AstraZeneca en colaboración con científicos de la Universidad de Oxford, y no presentó ningún efecto colateral grave en los 1.077 voluntarios, adultos sanos de entre 18 y 55 años, que produjeron respuestas inmunes de anticuerpos y células T que pueden combatir el virus, según los resultados del ensayo publicados en la revista médica The Lancet.

Amable lector, estas son noticias maravillosas, luego de 7 meses de que la humanidad vive una de las pandemias más devastadoras que ha sufrido a lo largo de su historia.

Y aunque también hay avances en la mezcla de medicamentos para evitar muertes, éstas no se han podido evitar, y en nuestro medio la mortalidad es muy elevada, merced a enfermedades concomitantes, como la hipertensión, obesidad y diabetes, en ese orden.

Nótese que uno pensaría que un diabético es más vulnerable que una persona hipertensa u obesa, pero no es así. Demostrado está que la hipertensión y la obesidad están matando a más personas con Covid-19, que la misma diabetes, siendo ésta que es una enfermedad que vulnera mucho a las personas. Luego entonces, es peor la obesidad, de la cual se deriva la hipertensión. De ahí que López Gatell señalara que la Coca-Cola concretamente, y todas las bebidas azucaradas, son venenos para los mexicanos.

En efecto, en esta pandemia hemos sido desnudados de muchas maneras, y sólo esperemos que las muertes que se han registrado hasta ahora, y aun las que faltan, no sean en vano. Que el gobierno -como ya lo prometió el presidente Andrés Manuel López Obrador-, se profundice en la reforma de salud, para que la industria alimenticia -si es que se le puede llamar así-, sea obligada a dejar de engañar a los consumidores, y que estos a su vez sean reeducados y volvamos a la alimentación original, la que por muchos años nos dio resistencia contra muchos padecimientos, incluidos el cáncer de mama, que antes era menor entre las mujeres de México mientras diezmaba a las de Estados Unidos, pero que hoy figura entre las primeras causas de muerte.

Volviendo al tema, el pronto desarrollo de una vacuna contra el Covid-19, es una excelente noticia. Trae mucha esperanza a un mundo condenado a sufrir y morir por un nuevo virus, para el cual la humanidad no tiene inmunidad.

Pero en el fondo, los países tienen que revisar sus procesos alimenticios, porque somos una sociedad enferma ya de antemano.

Afortunadamente, en México 63.5 de cada 100 enfermos se han recuperado. Pero esa cifra debió ser mayor. Se nos había dicho que el 80 por ciento pasaría sin problemas el contagio, y que una mínima parte perecería. No es así. Estamos con cifras muy altas de mortalidad, que nadie puede ocultar.

Y entre tanto se prueban las vacunas, se autorizan, se registran y se producen, pasarán muchos meses, en los cuales, estamos obligados a seguir cuidándonos. Esa es la única medicina por ahora, para evitar el contagio.

SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

En medio de tanto dolor y malas noticias (no hay día que no sepamos de que alguien está enfermo, o que murió, o que se agravó la enfermedad que ya padecía por el nivel de temor al que ha estado sometido), resulta hasta chocante enterarnos de que a los políticos nada los detiene.

Caminan en medio de cadáveres, rumbo a su meta, como caballos apocalípticos. Lo más desagradable es que caminan poniendo buena cara, caras dolientes, sufrientes y fraternales. Eso me recuerda al cuento de caperucita roja y el lobo feroz, que se disfraza de la bondadosa abuelita para tragársela.

Así nos sentimos más de alguno en la base social, como caperucita a punto de ser tragados por el lobo disfrazado de abuelita buena gente.

Si la política estaba desacreditada antes de la pandemia por Covid-19, ahora lo está más. Los muertos y los enfermos se han vuelto una cifra más. Números fríos mostrados en tablas y estadísticas. Pero abajo, en la base social, el dolor repta. Las lágrimas corren. La orfandad se siente, se palpa. Hay mucho dolor.

Ayer, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, hizo un humilde homenaje a las víctimas de Covid-19, que ayer ya sumaban en nuestro país 39 mil 184, y anunció apoyos a los familiares de los muertos, como becas, créditos y pensiones.

Y decíamos que mientras la peste sigue rampante, muy lejos de ser domada; y mientras que el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, sigue presentando cifras y cifras, que sólo muestran el acumulado de casos, defunciones, sospechosos y casos activos (aún con la enfermedad), ejercicio que ya parece ocioso, pues lo que necesitamos es saber si hay mejoría, la clase política tiene un ojo en el gato y otro en el garabato.

Por un lado, dicen ser sensibles a la pandemia. Pero por otro, se desbocan en pos de los cargos de elección popular que se disputarán a partir de septiembre próximo, fecha que inicia formalmente el proceso electoral que desembocará en las elecciones de julio de 2021, cuando la mitad de los estados harán sus comicios locales, pero donde todo el país tendrá que votar por una nueva Cámara de Diputados.

No es poca cosa lo que está en juego. En los estados los partidos tradicionales buscan conservar el poder, porque de ello depende también su permanencia como institutos políticos. 2021 es para ellos una prueba de fuego. Entre tanto, el partido lópezobradorista busca avanzar en los estados, donde aún está corto, lo mismo que en municipios y distritos electorales.

A nivel nacional, el voto de Morena sigue decantándose en la figura del presidente de la República, pero en los estados es otro gallo el que canta. La gente no está conforme con las figuras que se están arropando en la bandera guinda, aunque sin duda apoyan a Morena.

A eso se atienen los que buscan el poder en todos los niveles. Ya ni se preocupan por cuidar el discurso, ni tampoco por mejorar sus propuestas. Saben que en medio de la pandemia, todo lo que digan y prometan se queda pequeño. Es como hablar de bonanza en medio de un naufragio, o como contar chistes de muertos en medio de un velorio.

Pero eso no les importa. La apuesta inmediata es por la candidatura de Morena. Ese es el paso difícil. Cualquiera que la logre, sabe que lo demás es mero trámite, y que a los rebeldes y disolutos, AMLO se encargará de llamarlos al orden.

Por eso se espera un choque de trenes, entre amilcaristas, felixistas, adelistas, y, obviamente, los externos: los waltonistas y beatricistas, más los que se acumulen, porque se dice que se desatará una jauría, para ir cribándose de manera natural, al más puro estilo de los viejos cacicagos, que solían lanzar a sus “gallos”, para luego hacerlos declinar por “el bueno”, pero con la intención de negociar espacios.

Lástima. Preparémonos para ese pobre espectáculo que este sufrido pueblo no merece.

Entre tanto, prepárese también para los peores momentos de la pandemia, porque epidemiológicamente hablando se dice que vienen las semanas más críticas para Guerrero, en materia de contagios. La pandemia estará llegado a su tercer estadío, el de los contagios masivos, lo cual implica que debemos redoblar los cuidados.

SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Con Emilio Lozoya en camino desde España, el nerviosismo comenzó a sentirse entre la clase política. Cuando estas líneas estén siendo leídas, este viernes, seguramente ya estará el revuelo en pleno en el país, pues el ex director de Pemex llegaría a México a media noche, proveniente de la Madre Patria, a donde se fue a refugiar huyendo de las denuncias por corrupción desde Pemex, hasta que negoció con este nuevo gobierno

Pero Emilio trae todo un arsenal en contra de todo mundo. Se está acogiendo a los beneficios del nuevo sistema de justicia penal, en donde el imputado colabora, y se entiende directamente con su parte acusadora, sin necesidad de sus abogados.

¿Cómo y de qué forma estará colaborando Lozoya? Por lo que declararon sus abogados, que ya dejaron la defensa, inconformes con los tratos de la familia con la Fiscalía, el ex director de Pemex va a revelar todo el entramado de corrupción que creó el ex presidente Enrique Peña Nieto, junto con el ex secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso.

Es verdaderamente un plato fuerte, y están de por medio gente de todos los partidos y de todos los niveles. Ex diputados y ex senadores, dos de los cuales ahora son gobernadores.

Con lo que Lozoya diga, se va a desentrañar la manera en que se pactó la reforma energética. Por ejemplo, el presidente AMLO ya reveló que el gobierno de Peña Nieto disparó cañonazos de 1 millón 200 mil pesos por curul (son 500 diputados y 200 senadores), para sacar adelante la reforma, que en esa ocasión no tuvo el voto total del PRD, pues al ver este partid la dimensión de los cambios fraguados al seno del Pacto por México, decidió zafarse y no cargar con semejante lastre en su haber político.

Esa reforma se votó contra viento y marea, recordemos. Ante los plantones y bloqueos en San Lázaro, los diputados entraron por atajos e incluso algunos se saltaron las bardas, literalmente, para ir a votar, ante el júbilo de panistas, priístas y verde-ecologistas.

Bueno, pero Lozoya no sólo sabe de esas cosas que en el fondo todos de alguna manera conocemos, aunque siempre será muy rico conocer detalle por detalle de esa truculenta historia que marcó para siempre a nuestra nación.

Realmente Lozoya se convertirá en el sismo que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador necesitaba, para reventar al viejo régimen de Enrique Peña Nieto, y lo hará por varios frentes: Odebretch, lo reforma energética, las obras fraudulentas, el financiamiento de campañas políticas, y un largo etcétera.

Es más, parte de ese material ya lo tiene la Fiscalía General de la República, aunque obviamente el ex amigo de Enrique Peña Nieto se reservó lo mejor, para negociar su propia libertad, o al menos una menor condena.

Los corrillos políticos afirman que trae hasta videograbaciones, documentos y pruebas contundentes no sólo en contra del ex secretario de Hacienda, Luis Videgaray, sino del mismísimo ex presidente, Enrique Peña Nieto y todo su círculo rojo.

Por ejemplo, la senadora Vanesa Rubio, quien fue subsecretaria de Hacienda en el sexenio pasado, solicitó ayer licencia para dejar el cargo, para viajar a Canadá, donde irá a refugiarse en espera de que todo esto pase, y con la esperanza, quizás, de que no se le vincule con algún escándalo.

Lozoya no está dispuesto a irse solo al pozo. Asesorado por su padre, quien también ha sido hombre de poder, está apostándole a salvar el pellejo, aunque hunda a sus ex amigos, particularmente al ex presidente y a Videgaray.

En cuanto a éste, pues parece que también ya se le terminó la impunidad, pues presumía ser amigo del yerno de Donald Trump. Ya se dio cuenta que en la política no hay amigos, hay intereses. Para nada los Trump meterán la mano por semejante renacuajo.

SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)


La pandemia por Covid-19 en México no cede, y desde ahora está comprometida la temporada turística de invierno, advirtió ayer el titular de la Secretaría de Turismo, Miguel Torruco Marqués.

Señaló que, si el país no logra bajar al color amarillo, la última fase del semáforo epidemiológico diseñado por la Secretaría de Salud, lo cual implica un mínimo de contagios en todo el territorio nacional, podremos afirmar que desde ahora las reservaciones serán escasas y la temporada invernal estará perdida, con la consiguiente y multimillonaria pérdida de ingresos para el país, siendo la industria sin chimenea la segunda fuente de riqueza para México, después de las remesas de los migrantes y por encima de Pemex, que más bien ya representa más gastos que beneficios, de tan desvencijada que la dejaron.

A estas fechas, en otros años, ya los vuelos y los cuartos de hotel estaban agotándose. Para septiembre, era prácticamente imposible hallar hospedaje en los mejores hoteles, y el cliente tenía que ir bajando de categoría, o bien entrar en una lista de espera, por si alguien cancelaba.

No sólo Acapulco y Zihuatanejo podrían predecir desde el inicio del segundo semestre del año, si la temporada invernal sería exitosa, a partir de las reservaciones, sino también los destinos pequeños, los menos desarrollados, ya tenían sus previsiones para diciembre y enero.

En esta ocasión, sin embargo, a pesar de que ya estamos en la tercera semana de la reapertura en Guerrero, la presencia de turistas ha sido escasa, ni siquiera la desea, y en cambio esa movilización ha venido a repuntar el número de contagios en nuestra entidad, acelerando la pandemia.

Eso es una buena noticia, si no estuviera de por medio el riesgo de morir. Porque mientras más rápido la gente se contagie, menos margen de acción tiene el virus, hasta que por sí mismo llega a un pico y comienza a descender por sí solo.

Ese es el comportamiento de una pandemia, aunque no nos guste. Así se comportan los virus, como depredadores microscópicos.

Entonces, la premisa de la Sectur es que, si el semáforo baja al amarillo, se salvará la temporada invernal de turismo; de lo contrario no.

Pero hasta ahorita, 4 meses después de la llegada de la pandemia a México, y a mes y medio de que se declaró la nueva normalidad, no hemos bajado ni al naranja, pues hay entidades todavía en rojo, y las que lograron bajar al naranja recularon, y las que siguen en naranja corren el riesgo de volver a subir al rojo. Todo un lío hay en el país por la pandemia, y ya huele a desastre.

El caos es generalizado, y los partidos políticos no están perdiendo la oportunidad de trabar al presidente de la República, así como a su secretario de Salud y al vocero para el caso, Hugo López Gatell, de quien los panistas piden su cabeza, y los perredistas piden su comparecencia ante la máxima representación nacional.

La meta es que México logre bajar al semáforo amarillo para octubre. Con 3 meses de ventaja, la temporada invernal podría salvarse. Por lo tanto, tenemos de plazo lo que resta del mes de julio y todo el mes de septiembre, para domar a la pandemia de Covid-19, lo cual puede suceder de dos maneras: que haya contagios generalizados, para que la pandemia alcance su ciclo de manera natural, y lo cual no sólo no es deseable por inhumano, sino que tampoco es políticamente correcto. Y, dos, que los cuidados que tomemos sean tan extremos, que los casos disminuyan al mínimo por esta vía.

El gobierno le está apostando al segundo método y por eso el llamado constante para que la gente extreme precauciones. Y, sobre todo, que asuma cada quien su responsabilidad en esta tarea, porque no sólo es un asunto del gobierno municipal, estatal o federal, sino sobre todo de nosotros mismos.

Es vital el uso del cubrebocas. Quien quiera que diga lo contrario, miente. Sin el cubrebocas estamos por demás expuestos. No usen cubrebocas calientes ni de moda, pues recuerden que los elaborados para usos clínicos tienen los filtros necesarios y, además, son cómodos y ventilados.

Sigue también la sana distancia, y el lavado constante de manos.

En los hogares, salga quien salga a la calle, al entrar debe desinfectarse de pies a cabeza, usando los tapetes desinfectantes para pies, el lavado de manos -de preferencia con jabón de uso quirúrgico aunque la verdad cualquier jabón funciona-, y se recomienda una aspersión con alcohol, o usando el antibenzil, el producto que se usa en duchas vaginales, que no daña la piel ni la ropa, y que es que se está usando en los Semefos para desinfecciones.

Reforzar el sistema inmunológico de la familia tomando vitamina C y Zink, algo que pueden encontrar a bajo precio en las farmacias similares, tres tomas por día, mínimo dos.

La gente tiene que invertir un poco en su salud, porque la vida no tiene precio.

Y llegado el momento, en caso de que alguien adquiera el virus, por favor atiéndase, no se automedique ni quiera quitase el virus con tes. Esos ayudan durante el proceso, pero no bajan la carga viral. Sobre todo, acuda al médico si es mayor, si tiene obesidad, hipertensión, cáncer, diabetes, y cualquier otra enfermedad que lo inmunodeprima, acuda a su centro de salud, a su médico personal, pero no vaya a las salas Covid cuando ya se esté muriendo. Haga ese favor.

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