SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Guerrero registró ayer su tercer día más alto en número de contagios, al sumarse 262 positivos. En lo que va de la apertura, los casos de Covid se han multiplicado en todo el estado, pero particularmente en la franja costera y sus destinos de playa. Cabe recordar que el primer día con más contagios fue el 6 de julio, con 277, siendo apenas el cuarto día de la apertura. El segundo registro fue el 10 de julio con 254 y este martes la cifra llegó a 262.

Es realmente preocupante, sobre todo cuando la gente sigue sin hacer su parte.

Lamentablemente, la sociedad mexicana no estaba preparada para afrontar una pandemia, porque eso implica madurez, responsabilidad y obediencia.

¿Que no se va a detener la pandemia? Eso ya lo sabemos. De otro modo, no estaría en este momento en todos los países del mundo. No sucedió así con el SARS o el MERS, ni tampoco con la influencia AH1N1, pues aunque la OMS los declaró pandemia, no llegaron a esa categoría. El Covid-19, en cambio, en cosa de 3 meses desde su surgimiento en China, ya estaba en nuestro país. Y de ahí fue cuestión de tiempo para que llegara a todo el territorio nacional. En Guerrero, por ejemplo, sólo quedan 3 municipios sin contagios: uno en la Tierra Caliente, otro en Costa Chica y uno más en la Montaña. En el primero, San Miguel Totolapan, porque de plano se blindaron. No dejan pasar ni mercancías sin revisarlas y fumigarlas. En el caso del municipio de la Montaña, podemos decir que se debe a su aislamiento. Y en el caso de Juchitán, municipio de la Costa Chica, se duda que no tenga casos, porque hay testimonios de que la gente acude a los médicos de otros municipios para tratarse y, por lo tanto, hasta ahora el sector salud no ha detectado casos en ese territorio, que por lo demás ya está cercado por el Covid, pues Juchitán era junto con Azoyú, de los que habían resistido los contagios. No obstante, en este último municipio ya figuran 2 casos (uno de ellos deparó en defunción).

De acuerdo con el secretario de Salud, este martes 14 de julio, de los 262 casos detectados en 24 horas, 125 son de Acapulco, 49 de Chilpancingo, 17 en Ometepec, 10 de Zihuatanejo y 7 de Atoyac.  El resto de las cifras se distribuyen en los otros municipios.

Hay que aclarar, sin embargo, que las detecciones no son del día. Sino que se trata del resultado de las pruebas de laboratorio, que apenas este día fueron realizadas. La sobrecarga de trabajo en el laboratorio estatal impide que las muestras se analicen con tiempo, y las están desahogando hasta con 15 días de retraso. De hecho, hay un cierto comportamiento que ya hemos detectado: que a lo largo de varios días, se van desgranando los casos, y en un solo día se suman de golpe 10, 12 o más. Lo grave es que en tanto no se comprueben los casos mediante análisis de laboratorio, no se pueden considerar positivos, sino sospechosos.

Ahora bien, la buena noticia es que, a pesar del incremento de casos positivos, la tasa de mortalidad está disminuyendo, al menos en el puerto de Acapulco, y también se está reduciendo la hospitalización. ¿Por qué? Un médico consultado por este espacio dijo que eso se debe a que tanto los pacientes como los médicos mismos están aprendiendo a detectar y a tratar oportunamente el padecimiento, logrando sanarlos de manera ambulatoria, sin necesidad de ser internados. Al inicio, dijo, todos estábamos apanicados y enviábamos a las salas covid a los casos con mínimas sospechas. Pero actualmente ya estamos dando tratamiento. “En mi caso estoy recetando en los primeros síntomas un coctel de 3 medicinas: un antiviral, un antibiótico y la ivermectina. Si mi paciente no mejora con esto, si la fiebre persiste y la desaturación de oxígeno continúa a la baja, entonces reforzamos el tratamiento con inyectables. Pero si mi paciente baja de 88 por ciento de saturación de oxígeno, de inmediato le recomiendo que vaya a las salas Covid, para que le proporcionen oxígeno y para que, en caso de que se agrave, pueda tener acceso a un ventilador para que les den oxigenación mecánica”, comentó la fuente.

“Se supone -agregó- que muy poca gente debe llegar a este nivel, pero desafortunadamente me consta que la gente acude al doctor cuando ya está muy invadido. Aquí me ha llegado gente con 40, 50 de saturación de oxígeno, o menos. Ya no se puede hacer mucho en esos casos. Por eso en cuanto entran a los hospitales mueren”. Explicó que abajo de 88 por ciento ya es grave. Una saturación normal es de 95 a 99 por ciento. Desaturación leve es de 93 a 95. Desaturación moderada es de 88 a 92. Y menos de 88 por ciento ya es desaturación grave. Ésta es una de las más importantes señales que debe atender la gente para saber si tiene que ir a una sala Covid o no, pero nunca debe cambiar el tratamiento por tes o jugos.

Dijo que mucha gente se está medicando sola, con tés, pero eso no es suficiente. “Aquí vienen a pedirme tanques de oxígeno, que se los rente. Pero estos son para uso interno de la clínica. Además, si vienen por el tanque, eso significa que nadie los está tratando, y pretenden curarlos sólo con oxígeno, lo cual no es prudente”, recalcó. Señaló que habrá personas jóvenes y fuertes que no sufran grandes molestias, y para las cuales los tés son excelentes, pero no es que los hayan curado, sólo les ayudaron a descongestionar las vías aéreas y a reforzar un poco su sistema inmunológico. Eso no sustituye el tratamiento.

SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Este lunes, luego de un lago viaje desde los Estados Unidos a México, el gobierno del estado entregó las cenizas de guerrerenses que murieron víctimas de Covid-19 en el vecino país, donde se desempeñaban como braceros.

La mayoría de las familias que acudieron por las cenizas de los migrantes víctimas de coronavirus, provenían de La Montaña, una de las zonas más vulnerables de Guerrero, siendo Tlapa uno de los municipios de referencia.

En total, fueron 23 urnas con las cenizas de los fallecidos las que fueron entregadas ayer a sus familiares, quienes estuvieron dando sus testimonios de cómo murieron. Algunos solamente estuvieron notificando de cómo se sentían en la fase inicial, y luego que ya estaban graves, pues no olvidar que el Covid-19 tiene una semana de evolución antes de que la persona entre en estado crítico, tras la pérdida de oxígeno en la sangre.

Los familiares ignoran si los migrantes buscaron ayuda médica, o si murieron solos, pues en su calidad de indocumentados la mayoría de ellos, difícilmente acuden a los centros hospitalarios.

Siendo Estados Unidos uno de los países con más casos de Covid-19, y también el que más mexicanos tiene viviendo en su territorio, era prácticamente imposible que no hubiera bajas de este tipo.

Tan sólo en junio, el gobierno reportó la muere de 1,541 mexicanos a causa del covid-19 en el extranjero, de acuerdo con información obtenida vía solicitud de transparencia a la Secretaria de Relaciones Exteriores.

El mayor número de mexicanos fallecidos por el virus, residían en Estados Unidos.

De acuerdo con el reporte de la dependencia, Nueva York es la ciudad con más fallecimientos de paisanos con 728; le sigue California con 204 casos; en Illinois suman 157 decesos, Wisconsin 52, Texas y Arizona 38; Nueva Jersey 33; Colorado y Maryland informaron de 26; Minnesota 23; Washington 22; Carolina del Norte 21; Indiana 17; Georgia 12, mientras que los estados de Nebraska, Utah y Virginia reportan cada uno 11 muertes.

En Michigan se informó de 10, el Distrito de Columbia y en Florida sumaron 7 respectivamente; Massachusetts 6; igual que en Oregón, en Iowa, Kansas, Kentucky y Tennessee 5, en Nevada 4; Missouri y Oklahoma 3; Nuevo México 2 y Delaware 2 y en Arkansas, Dakota del Sur Luisiana, Ohio, y Rhode Island 1 cada.

La dependencia federal señaló, que también se reportaron fallecimientos de connacionales en Canadá, con seis muertes. En Colombia 1; en Francia 1; en Perú 3 y en España 3.

Ahora bien, de los mil 541 mexicanos fallecidos el mes pasado por covid-19 en el extranjero, 418 eran oriundos de Puebla, 160 de Guerrero; 136 de Oaxaca; 78 de la Ciudad de México, 73 de Jalisco, 67 de Veracruz; 62 nacieron en Michoacán; mientras que los Estados de México y Guanajuato eran 60 personas.

De Morelos eran 49; de Tlaxcala 48; de Zacatecas 38; de Durango 24; Baja California y de Hidalgo 21; 17 eran nacidos en Chiapas, 16 en Chihuahua; 15 en Sonora;13 en Sinaloa; 10 de Nayarit; de Aguascalientes y Tamaulipas eran 9; siete casos fueron de México-Americanos; 6 de Nuevo León; 4 de Yucatán; 3 de Colima y de Tabasco, mientras que en 26 casos la Secretaría de Relaciones Exteriores no tuvo información para conocer el lugar de origen de los fallecidos.

Todavía no se dimensiona en su totalidad esta desgracia, pues los migrantes tienen familia en México, que se quedaron muchas de ellas en el desamparo, ya que los que migraron eran precisamente quienes los sostenían. Así construyeron sus hogares, dieron educación a sus hijos, y sólo esperaban el tiempo que se habían programado para volver a su patria.

Lamentablemente, volvieron en cenizas.

SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Vamos para atrás. Mejor dicho, hacia arriba. La pandemia en Guerrero está repuntando, la reactivación económica provocó una grave aceleración de los contagios y, obviamente, de los decesos, al grado de que el estado podría volver al confinamiento.

Nos consta que prestadores de servicios turísticos y los gobiernos locales están haciendo su parte. Lamentablemente, los ciudadanos siguen siendo omisos en cuando a lo que a ellos les corresponde, pues harto se les dijo que estar en el color naranja del semáforo epidemiológico, no equivalía a que ya estaba resuelto el problema, sino que solamente había algunos indicadores que permitían la apertura.

Y para colmo, Zihuatanejo es uno de los municipios turísticos que más preocupa. Como comparativo, el secretario de Salud estatal, Carlos de la Peña Pintos, hizo ayer una presentación con fechas clave de lo que provocó la pandemia en Guerrero, desde la detección del primer caso en la entidad, la primera muerte, la instalación de módulos para la detección de coronavirus, la reactivación económica y otras.

“Vean ustedes la importante diferencia con el incremento al darse la reapertura de la activación económica”, dijo para los municipios de Acapulco, Chilpancingo y Zihuatanejo, auxiliado por imágenes que se proyectaron para cada municipio y en las cuales se muestran los incrementos en los últimos días.

Por ejemplo, en los primeros 10 días de junio, en Zihuatanejo se registraron únicamente 8 casos.

Pero ya con la apertura, en los primeros 10 días de julio, se registraron 97 nuevos casos. ¡Casi 100!

Este incremento es de 12.1 veces con respecto a junio.

Y así sucesivamente, el escenario se repite en Acapulco, en Chilpancingo y en todos los municipios de la franja turística.

Acapulco, por ejemplo, pasó de 572 casos en los primeros días de junio, a 1,112 nuevos contagios en los primeros días de julio. Casi 2 veces más ya con el semáforo en naranja.

En Chilpancingo, de 72 casos en junio, se fue a los 150 casos en los primeros días días de julio. Poco más del doble.

¿Qué sucedió? Primero, que aún no estábamos del todo preparados para la apertura, pues la pandemia estaba apenas acelerándose. Esto lo dijeron muchas personas, y se infiere que el gobernador aceptó la apertura porque había ya mucha presión de los empresarios y en general de los prestadores de servicios turísticos.

Pero era de esperarse, pues, que con la apertura y una mayor movilidad de personas, obviamente eso se aceleró aún más.

Aunque, curiosamente, la ocupación hospitalaria bajó o al menos se mantiene. ¿Entonces qué está pasando?

Lo que ya alguna vez comentamos: hay más casos, pero menos hospitalizados. La gente está lidiando sola con la pandemia, desde sus hogares.

Ahora bien, recordemos que el sector salud reporta solamente los casos que conoce, que le llegan a sus centros de salud y hospitales, a sus salas covid. Pero definitivamente no está registrando a los que se atienden en la medicina privada, que podemos apostar que son muchos más que los que llegan a trascender.

Me comentaba un médico local, que en los últimos días ya no llegan pacientes con otras enfermedades a solicitar consultas, sino que los más son casos con síntomas de covid, y que esto ha venido aumentando paulatinamente.

Al comienzo de la pandemia, ni ellos sabían la magnitud del problema. “Lo veíamos en redes sociales, y en los medios, pero no imaginábamos el problema en toda su dimensión”, dijo.

Señaló que lo más pesado de la pandemia, es el temor que hay entre la gente con síntomas y entre sus familiares. Algunos no sabemos cómo se contagiaron. Otros sí. De hecho muchos acuden al médico porque se enteraron que una persona con la que estuvieron platicando hacía días, dio positivo a Covid. En estos casos, se puede comenzar a dar un tratamiento preventivo, y cuando los síntomas fuertes llegan, ya se le ganó tiempo al tiempo.

El problema es cuando la gente se trata en su casa con tecitos, que les recomiendan en redes sociales. Estos ayudan a hacer las infecciones respiratorias menos molestas, pero definitivamente nada pueden hacer ante un virus, y menos uno para el que no se tiene inmunidad natural.

Entonces, esta gente que se cree de los remedios naturales, en lugar de ir al doctor desde un comienzo a que le den tratamiento para reducir la carga viral (algo que está comprobado que sí se logra con los medicamentos que se tienen a la mano, como los antivirales, los antibióticos y los antiinflamatorios, incluso los desparasitantes como la Ivermectina están funcionando bien); en lugar de atenderse correctamente, decíamos, se automedican hasta que llegan en shock a las salas covid, donde poco se puede hacer por ellos, pues para entonces es probable que el daño pulmonar sea grave, y ni siquiera la intubación sea la opción para ellos.

Por lo tanto, estimados lectores, la recomendación es atenderse a tiempo. Entiendan, los médicos a estas alturas ya saben qué hacer. Está médicamente comprobado que si actúan en las primeras 48 horas de que aparecieron los síntomas, el tratamiento es exitoso.

Lo peor es esconderse, aislarse sólo con tes de gengibre, cebolla, limón y esas cosas.

¡Ah!, para los sanos (ojo, como prevención), les paso una recomendación de un experto: Tomar una dosis de Vitamina C y una pastilla de Zink, 3 veces al día, para reforzar el sistema inmunológico. Si no tiene pastilla de Vitamina C, puede usar jugo de limón y de cualquier otra fruta que sea rica en esta vitamina.

Ojo: No es para curar el Covid. Es para que, si se llega a contagiar, su sistema inmunológico esté fortalecido y responda bien. Saludos y afectos, estimados lectores, nunca sabremos cuántos de nosotros podamos coincidir en este espacio, conforme pase la peste.

SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Este jueves se revisó el semáforo epidemiológico respecto de la pandemia por Covid-19, y tal parece que seguiremos en naranja, pues ayer el titular del Instituto de Salud por el Bienestar (Insabi), Juan Antonio Ferrer Aguilar, dijo que Guerrero es una de las 17 entidades del país con los índices más bajos de contagio, entidad que también logró descender a 28.2 por ciento la ocupación hospitalaria.

¡Wow! ¿Cómo explicar eso? Todos sabemos que, tras la apertura de playas, la movilidad se incrementó y, por lo tanto, aumentaron los riesgos. También es un hecho que el número de casos positivos por Covid-19 continúan a la alza, y esta semana tuvimos máximos históricos de más 250, 270 nuevos casos.

Luego entonces, lo único que ha decrecido es la ocupación hospitalaria, y con base en ese indicador es que nos están evaluando.

“Los resultados hoy en Guerrero de 28.2 por ciento de ocupación (hospitalaria) y de digamos de contagios en Guerrero, a nivel nacional es muy significativo. ¿Por qué? Porque hoy, Guerrero es un ejemplo de cómo se puede evitar el contagio del Covid”, expresó el funcionario federal.

Nadie puede negar el esfuerzo del gobierno estatal y de los gobiernos municipales en la contención de la pandemia. Lo han hecho como han podido, siguiendo recomendaciones de expertos. Otros, incluso, llegaron al despropósito de cerrar sus pueblos (San Miguel Totolapan continúa así), cuando las autoridades de Gobernación advertían que eso no podía hacerse, por ser anticonstitucional, y porque un pueblo no puede vivir encerrado por tiempos prolongados, so riesgo de crear otros problemas.

En resumen, los gobiernos han hecho lo propio, pero eso en realidad no ha evitado que la pandemia pare. Los contagios siguen. Guerrero tendrá que alcanzar en algún momento el máximo de contagios, porque realmente no hemos llegado a eso.

Vimos ya este proceso en la Ciudad de México, que apenas está descendiendo, lo mismo que el Estado de México.

¿Por qué insistimos en esto? Porque la gente no debe pensar que todo está resuelto. Decir que tenemos bajos niveles de contagios, comparados con otras entidades, y que ha sido exitoso el manejo de la pandemia, se puede interpretar entre la gente de a pie con que todo está resuelto.

No es así. Los contagios siguen. Ayer, por ejemplo, el secretario de Salud advirtió que Zihuatanejo es uno de los municipios donde los casos se están disparando. Y los que vivimos en este puerto lo sabemos.

También sabemos que muchos casos se están tratando en casa, porque no quieren ir a los hospitales, toda vez que saben que entrando a una sala Covid-19 es un albur, porque pueden no volver. Y entonces muchos han optado por quedarse en sus hogares, donde están muriendo sin atención, por decisión propia, por temor y por desinformación con respecto a los tratamientos adecuados y oportunos contra la infección.

SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Tremendo regalo le dio el gobierno de los Estados Unidos al presidente AMLO. Justo en el marco de su visita de Estado a Washington, fue detenido en Florida el ex gobernador priísta de Chihuahua, César Duarte, quien fue acusado por su sucesor, el panista Javier Corral, de un desfalco de 6 mil millones de pesos al erario público, así como el desvío de otros 50 millones.

Sobre Duarte (el otro Duarte es Javier, el de Veracruz, también priísta) pesaban unas 10 órdenes de aprehensión, pero como se fue a refugiar a los Estados Unidos, y el gobierno mexicano había enderezado mal la petición de detención y extradición, no se le pudo detener hasta que el actual gobierno volvió a hacer todo el procedimiento.

Así, mientras que el líder nacional del PRI, Alejandro Moreno alias Alito, se llenaba la boca diciendo que el pueblo de México extrañaba a los priístas -por lo cual lo tundieron en redes sociales-, los policías gringos preparaban la detención del ex gobernador chihuahuense.

Luego, Alito se tuvo que desdecir, y señaló que su partido no solapará a nadie que haya traspasado los principios legales que nos rigen.

Alito deben entender que su pasado lo persigue, pues él mismo, como ex gobernador de Campeche, tendrá sus cosas por las cuales responder.

Pero también olvida que el presente no se corrige con discursos, sino con hechos. Si Peña Nieto hubiera permitido, como se lo pidió Manlio Fabio, que se le diera cacería a todos los gobernadores de su camada que se pasaron de lanza, estaríamos contando tal vez otra historia. El PRI entonces podría enarbolar el discurso de apego a la ley.

Sin embargo, es ahora que están como lazo de cochino cuando quisieran retroceder en el tiempo, pero ya es demasiado tarde. La historia juzga a todos, y el tiempo no perdona, es implacable.

En cuanto a la gira del presidente López Obrador por los Estados Unidos, podemos afirmar que le fue de plácemes. No fue un encuentro apoteósico, como a los que estamos acostumbrados, sino al contrario, fue muy modesto y ecuánime.

El presidente durmió en la casa de la Embajada de México en Washington, y ayer tuvo actividades privadas, para al medio día reunirse con el presidente Donald Trump, en la Casa Blanca, en medio de muestras de apoyo de la comunidad chicana-mexicana. Claro, también hubo manifestaciones en contra, pero fueron mínimas, y sin fundamento, pues acusaban a AMLO de comunista, en el marco de la firma de un nuevo tratado de libre comercio con América del Norte.

Pero lo más interesante fue lo que sucedió durante la declaración conjunta y también ya por la noche, en la cena que Trump le ofreció a AMLO, a sus colaboradores y a los empresarios que lo acompañaron.

El discurso de Trump fue ligero, muy preciso, en el que señaló que el presidente AMLO es su amigo, que existe entre ellos una buena colaboración y entendimiento, que están trabajando en asuntos vitales, como la contención de la pandemia por el Covid-19 -Estamos salvado vidas, dijo-, en el combate al narcotráfico, y desde luego en asuntos económicos.

Trump reconoció, sobre todo, el aporte económico de los 36 millones de mexicanos en los Estados Unidos, y dijo que a ambos países los une la familia, la fe, la historia y el comercio. ¿Qué tal?

¡Ah!, y lo más importante es que todo fue aterciopelado, sin las esperadas humillaciones de Trump contra AMLO, sin sacar a relucir el muro fronterizo, ni los asuntos de migración que son cosas que limitan la relación entre ambas naciones.

AMLO, por su parte, se explayó. Le dio a Trump y sus oyentes una lección de historia, una lección de economía hablando de la aportación económica de América del Norte en el mundo, una lección de civismo y buena vecindad, al recordar la buena relación de Juárez con Lincoln, y de Roosevelt con Cárdenas.

Sobre todo, no perdió la oportunidad de exaltar a las familias migrantes de México en Estados Unidos, gente trabajadora, entusiasta, que soporta en gran manera la economía estadounidense.

AMLO agradeció a Trump su apoyo en la pandemia por Covid 19, y sobre todo que respete a México como una nación independiente y soberana.

Y culminó comuna “¡Viva México!”, tres veces, dijera el del chiste.

Por la noche, en la cena con empresarios, Trump remató lo que parece ser un tórrido y prometedor romance: “Su presidente es el mejor presidente que han tenido. Es duro, audaz. Y quiere mucho a su país”, dijo Trump sobre López Obrador. ¡Zas! ¿Así o se los envuelvo?

AMLO se arriesgó y lo logró. Hoy vuelve a México, con honor y gloria. Y ya puede decir: “Vini vidi vici”.

SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

La Fiscalía Especial del Caso Ayotzinapa está en condiciones de judicializar el caso, tras 15 meses de investigaciones, lo que incluye los datos que aportó la Comisión Especial que encabezó Alejandro Encinas.

Básicamente, la verdad histórica que cifró el gobierno de Enrique Peña Nieto se cae, aunque se conserva una verdad terrible: Los muchachos sí fueron quemados, sólo que los sacrificaron en diferentes partes de la entidad. Y posiblemente durante los días de búsqueda, no en la misma noche de su desaparición.

No fueron quemados en el basurero de Cocula, al menos no todos. Ahí, sí se localizaron restos óseos, pero no hay evidencias de que todos pertenezcan a los estudiantes normalistas.

Al contrario, un nuevo hallazgo revela que a 800 metros del basurero de Cocula, en un lugar identificado como Barranca de la Carnicería (lo cual sugiere que era uno de los sitios favoritos de los sicarios de Guerreros Unidos), también hubo una ejecución e incineración de cadáveres.

En ese punto se encontraron múltiples restos óseos, y uno de ellos es coincidente con las pruebas de ADN del estudiante Christian Alfonso Rodríguez Telumbre, originario de Tixtla. La prueba forense fue realizada en la Universidad de Medicina de Innsbruck, en Austria, y debidamente cotejada por otra institución.

El día 4 de julio se le notificó a los padres de Christian Alfonso Rodríguez Telumbre el deceso de su hijo, y las condiciones en que murió.

Luego, este martes, el fiscal del caso anunció la evidencia, a días de que el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, informó de la solicitud de decenas de órdenes de aprehensión en contra de personas y funcionarios de Guerrero.

Aunque no se dijo cuáles funcionarios estarían involucrados en el caso, estos van desde el nivel municipal, hasta el nivel estatal y federal, incluyendo a los militares.

Se cae con ello también el pacto de silencio y de no agresión que seguramente se hizo durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, para no inmiscuir a más alcaldes, policías, directores de Seguridad Pública, jefes policiacos federales y militares, y desde luego al procurador local, al jefe de la policía ministerial y al jefe de la policía estatal, por mencionar a los que estaban encargados de la seguridad del estado.

El fiscal especial menciona que participaron en la desaparición de los estudiantes las policías de Taxco, Tepecoacuilco, Huitzuco, Iguala y Cocula, con el apoyo de policías federales.

También establece que los muchachos fueron llevados por distintas rutas, divididos en grupos y sacrificados en diversos puntos.

La ruta de Huitzuco, por ejemplo, que ya había establecido el grupo especial internacional que hizo una investigación paralela, se comprueba, pero lo que está por determinarse es silos muchachos llegaron realmente a este municipio, o el convoy de patrullas municipales que los llevaban se desvió a algún punto.

El crimen de los 43 estudiantes de Ayotzinapa fue, a todas luces, un crimen de Estado. Además, es un caso de desaparición forzada y ejecución extrajudicial.

La verdad histórica nunca fue verdad, salvo por el hecho de que los quemaron. Y tampoco fue verdad el hecho de que todo fue un asunto entre bandas criminales, sino que fue una acción orquestada entre criminales y gobernantes.

En resumen, los próximos 3 meses serán cruciales en el esclarecimiento de este caso que enlutó a México, y que colocó al gobierno de la República en una posición escandalosa, como violador de los derechos humanos.

Y una de las principales promesas de campaña del presidente Andrés Manuel López Obrador, se habrá cumplido.

Por el bien de Guerrero, que así sea.

SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

El gobernador Héctor Astudillo eligió Zihuatanejo para hacer su primera gira, después de su cuarentena por Covid-19. El mandatario estatal estuvo 22 días separado de su familia, y dirigiendo los destinos de Guerrero desde una computadora, alejado de todo ser humano, a causa del coronavirus.

Una vez que fue declarado sano, visiblemente enflaquecido retornó a su trabajo, y en este momento está trabajando en varios frentes: la obra pública, la atención sanitaria por la pandemia de Covid-19, y la reactivación económica de la entidad, que se inauguró el 2 de julio, con la reapertura de las playas de la entidad.

No es pequeño el fardo que tiene el gobernador en sus espaldas. Él sabe que desde ahora su gobierno, que ya está en la recta final, tendrá que navegar contra corriente para sacar adelante la tarea.

Por si fuera poco, tiene en ciernes un proceso electoral que está por comenzar, y que trastornará la paz social si no se maneja adecuadamente.

A partir de septiembre, se juntarán el Covid, la influenza, el proceso electoral, que a su vez tiene que ver con la irrupción de grupos delincuenciales que quieren inclinar la balanza en los próximos gobiernos.

Como agregado tenemos el cierre masivo de negocios, la pérdida de empleos, las manifestaciones de los campesinos que se quedaron fuera del reparto de fertilizante, los miles de desempleados que pasarán a engrosar las filas de la pobreza, y para quienes quizá no haya beca que alcanza.

Viene también el inicio de clases, en el mes de agosto, que todavía no sabemos cómo serán, cómo lidiarán los profesores y todo el sistema educativo estatal con el dilema de recibir en las escuelas a miles y miles de niños, jóvenes y adultos, para que continúen con su formación académicamente.

Una cosa es cierta: los estudiantes no pueden seguir con clases en línea, porque simplemente no aprendieron nada. Y no porque no puedan aprender de esa manera, porque los jóvenes de hoy están diseñados para ser autodidactas, son los millenials. Más bien, se debe a que los docentes no están preparados para el uso de tecnologías digitales, se atascaron en eso, no pudieron dar clases por internet, usando herramientas como Google Meeting, o Zoom, entonces solamente enviaban indicaciones por Watsapp, o audios, y daban las asignaciones de tareas, imponiendo tiempos para entregarlas, pero sin hacer la explicación correspondiente.

No digo que todos, porque siempre hay honrosas excepciones, pero la verdad todo fue una pachanga.

Si nos vamos a la educación preescolar y primaria, es la base de todo. Pero en el caso de la preparatoria y universidad, simplemente no podemos jugar con la formación de los futuros profesionistas, y en caso de que no se pudiera volver a las aulas, porque la pandemia se prolongue, la Secretaría de Educación está obligada a diseñar un modelo educativo digital, pero que realmente funcione.

De paso, que no se olvide la supervisión de los profesores, porque definitivamente estuvieron a sus anchas.

Las autoridades educativas nacionales temen que haya una deserción masiva de estudiantes, ante el temor de los padres de que se enfermen por Covid-19.

Entonces tendremos niños y jóvenes en casa, sin estudiar ni trabajar, con lo que se incrementarán otros problemas para los padres de familia, que se reflejará en lo social.

Son tiempos malos, difíciles, impredecibles. El gobernador lo sabe. Viene la pobreza, la hambruna, la carestía.

Y también sabe que todo esto influirá en el ánimo del electorado, donde también todo se tornará difícil, pues las promesas guajiras ya no alcanzarán a convencer a nadie, y tampoco las dádivas. No habrá dinero que alcance para comprar conciencias, aunque la pobreza, claro, sea siempre un terreno fácil de manejar, pues mientras más pobre es la persona, con menos se conforma. Para esa persona, poco es mucho.

En este escenario tan difícil y tétrico, porque las muertes por Covid 19 van a continuar, el gobernador se prepara para cerrar su administración, y mantener el orden y la paz, para que la transición sea pacífica.

SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Esta semana México será, de nuevo, noticia de 8 columnas a nivel internacional, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador se reúna con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en la Casa Blanca, sede del imperio occidental.

Serán dos días en que los mandatarios dialogarán de temas diversos, incluidos los temas de geopolítica y geoeconomía (y es que a ese nivel ya no se puede hablar de asuntos domésticos), y se dejarán ver ante la comunidad internacional como lo que hemos sido ambos países a lo largo de nuestra historia reciente: como parte de un mismo proyecto económico regional, cuyo ensayó real y profundo comenzó en la era del Salinato.

Aquello fue realmente un cambio de rumbo para nuestro país. Y para que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (hoy desplazado por el T-MEC), fuese posible, Carlos Salinas fue enviado desde el imperio para desmantelar al Estado propietario, y dar paso a la economía de mercados regional y global.

Fue bueno ese adelgazamiento, porque había sectores que en manos del Estado simplemente no funcionaban y venían de un pasado caduco. La banca, los ferrocarriles, teléfonos, puertos, ingenios, y un sinfín de sectores estaban acaparados por el gobierno, y aquello era infernalmente opaco, empobrecedor e ineficiente.

Pero algo se hizo mal, que la nacionalización de las empresas del Estado no significó para nada mayor desarrollo para México, entendido éste con un mejor nivel de vida para las familias. Al contrario, ese TLCAN marcó un éxodo de connacionales a los Estados Unidos, mientras que del vecino país ingresaban a nuestro territorio empresas que venían en busca de mano de obra barata, pero también venían en busca de nuestros todavía cuantiosos recursos naturales, amparados -claro-, en leyes hacendarias y ecológicas muy laxas.

Han transcurrido 26 años desde aquella firma. Se dieron 10 años de gracia para sectores primarios, como la agricultura y la ganadería, a fin de que México se actualizara en materia tecnológica. Pero eso tampoco ocurrió. Al contrario, el campo mexicano se desplomó, se empobreció y se despobló, quedando en el medio rural solamente ancianos, mujeres y niños, que conforme iban creciendo se fueron yendo.

En el año 2000, el voto campesino se volcó por Vicente Fox, candidato del PAN, pensando en que este hombre de aspecto campirano, y quien se ocupa él mismo de negocios agrícolas en los valles de Guanajuato, que además era creyente y católico practicante (encabezaba procesiones al Cerro del Cubilete), les haría justicia.

Sí, durante el gobierno de Fox se desplegaron muchos recursos al agro, pero se quedaron en lo que los campesinos llamaban “los fierros”, pues los subsidios para el sector primario se lo quedaron los agroindustriales, dejando a los campesinos de a pie nada más viendo cómo el dinero fluía en su nariz, sin que les tocara nada. Las importaciones nos inundaron. Los mercados locales se desplazaron, la gente ya no podía vivir con lo que producía, y todo se fue haciendo cada vez más difícil, hasta convertirnos en una economía dependiente del exterior, hasta en materia de hidrocarburos.

En electricidad, aunque somos un país que produce suficiente energía eléctrica, modificaron la ley para comprar a particulares “energías limpias”, y entonces la CFE fue mutilada y subutilizada, mientras compraba y distribuía energía limpia, sí, pero muy costosa para el consumidor final.

Han sido casi 30 años de esta aventura que ahora, con el T-MEC, se rectifica, pero a favor del imperio. Donald Trump dio por concluido el TLCAN de manera unilateral, considerando que la balanza comercial le era desfavorable. Recién llegó al poder, en 2017, hizo este anunció y a lo largo de los últimos dos años del gobierno de Peña Nieto, nada más no le avanzaron. Mejor dicho, parece ser que Donald no quiso negociar con nadie del viejo régimen, y esperó el triunfo de AMLO para sentarse a negociar con su equipo de transición.

Fue así que se le dio forma a lo que en lo sucesivo será el nuevo tratado comercial de América del Norte, que entró en vigor el 1 de julio, y por el que el día 8 y 9 los mandatarios de México y Estados Unidos (y posiblemente el de Canadá), se reunirán para festejar, pese a que los adversarios de ambos se oponen a ello, pues el país vecino está en medio de una elección muy competida, en la que Donald Trump pretende reelegirse por otros 4 años.

De ganar Donal Trump la reelección, estará en su segundo periodo gobernando al mismo tiempo que AMLO, y entregarán el poder casi al mismo tiempo. La tentación para ambos es mucha, sobre todo porque se ve que se llevan bien. Mejor dicho se ve y se siente que Donald no le tiene tanta tirria a AMLO, como sí se la tenía a Peña Nieto.

Bueno, dicen que Donald usará a AMLO de chaperón, como antes usó a Peña Nieto, quien lo recibió en Los Pinos cuando apenas era un candidato y no un jefe de Estado. Aquella fue una puesta en escena tramada por Luis Videgaray, el amigo del yerno de Trump.  Pero, ¿qué más da? Nunca nadie estará por encima del imperio; entonces, de lo que se trata es de jugar el juego ganar-ganar. AMLO promete que hará un papel decoroso, que no nos dejará avergonzados. Esperemos que así sea. De lo contrario, que mejor se quede en México, en lugar de ir a hacer un papelón a la Casa Blanca.

SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

En el primer día de apertura en Guerrero, llegaron a la entidad los primeros visitantes, para encontrar playas semivacías, restaurantes despoblados y personal temeroso en hoteles y negocios.

Se espera que este raquítico escenario mejore durante el fin de semana y a lo largo del mes de julio.

Y no es para menos. México está lejos de haber domado a la pandemia por Covid 19. Ayer, la nación traspasó los 29 mil muertos y registró 238 mil 511 casos confirmados acumulados, 6 mil 741 más que este jueves, la mayor cifra hasta ahora.

Recordemos que desde el 1 de junio comenzó en el país la “nueva normalidad”, oficialmente. A lo largo de 30 días, sin embargo, las muertes por Covid-19 crecieron 173% y los casos activos aumentaron 45%. Ayer, por ejemplo, tuvimos un nuevo récord de contagios, si contar los casos bajo sospecha, que aún se mantienen altos.

Y mientras el semáforo que se revisó este jueves permitió que varias entidades pasaran del rojo al naranja, lo cual indica que aún hay “riesgo alto”, en la realidad los contagios siguen acelerándose y las recomendaciones de cuidarse y cuidarnos entre todos, están vigentes.

En Zihuatanejo, por ejemplo, sólo dos restaurantes de Playa La Ropa abrieron sus puertas, con todas las medidas previstas por las autoridades.

Ahí recibieron a turistas nacionales, principalmente, quienes también estaban esperando la apertura de playas, una vez que sus vacaciones de Semana Santa fueron truncadas.

Pero esta “nueva normalidad” dista mucho de ser lo que esperábamos. Se pensaba que una vez que se nos diera luz verde para abrir, habría un grito de júbilo y que la llegada de turistas a nuestros destinos sería masiva.

Nada que ver. Al contrario, es de entender que la gente todavía está temerosa de los contagios por Covid. Y si en la Ciudad de México y otras urbes millones se cuidaron de un contagio, guardando su sana distancia y el quédate en casa, no van a venir a pescar el virus en las playas.

Pero también habrá otros a los que les vale gorro el Covid-19, gente que sea incrédula de la pandemia, y que se venga a las playas a disfrutar, pero sin acatar las medidas de protección necesarias. De estos debemos esperar incluso altercados y connatos de violencia, pues como dice el dicho, de que los hay, los hay.

De hecho, ese riesgo se corre, que los contagios aumenten con la apertura, aunque sea parcial, como sucedió en California, Estados Unidos, donde el gobernador decretó de nuevo el cierre de bares y centros sociales ante el repunte de la pandemia.

Por otro lado, está la baja capacidad económica de los prestadores de servicios turísticos, quienes no están abriendo sus negocios porque están en la lona. 3 meses viviendo sin ingresos, pero con gastos, sería un milagro que a estas alturas tengan suficiente para surtirse de insumos. Y ya ni pensar en la inversión que tendrán que hacer para ajustarse a la nueva normalidad, el constante uso de cubrebocas, caretas, geles, desinfectantes, etcétera.

Ayer vimos el primer despido masivo de trabajadores, en el Hotel Calinda de Acapulco, donde 40 empleados llegaron esperanzados a su primer día de trabajo, pero se toparon con la noticia de que estaban despedidos y serían liquidados conforme a derecho.

Es decir, que esperaron más de 100 días para reiniciar con sus labores, y la nueva normalidad para ellos será el desempleo.

De hoy en adelante, seremos testigos de estos actos, pues no se puede obligar a los propietarios a mantener empleados a los que no les pueden pagar ni sueldos, ni prestaciones. Máxime que la apertura es limitada al 30 por ciento de la capacidad de los hoteles y restaurantes, y en general todo tipo de negocios tendrán que acatar estas medidas.

Poner a funcionar un hotel, para sólo ocupar 30 por ciento de sus habitaciones, en diferentes pisos, por lógica no alcanzará para cubrir los gastos. A muchos les convendrá mejor seguir cerrados que pagar limpieza, luz, agua, lavandería y empleados.

Sin ser pesimistas, pero sí realistas, bienvenidos a la “nueva normalidad”. No olviden que el semáforo está en naranja, lo cual implica riesgo alto de enfermar de Covid-19.

SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Ya abrimos. Los protocolos de seguridad e higiene serán muy estrictos, y sólo se espera que este jueves Guerrero logre pasar del semáforo rojo al naranja, para que a partir de mañana viernes cada quien haga lo que le corresponde.

Sin embargo, no todas son buenas noticias. En Acapulco habrá unos 500 negocios que no abrirán por que están quebrados. Son negocios que necesitan financiamiento; de lo contrario, ya no se levantarán y con ello se perderán los empleos que generaban.

No estamos hablando de poca cosa, porque de la recuperación de empleos dependerá, también, la recuperación del estado.

Este miércoles, el secretario de Trabajo y Previsión Social de Guerrero, Óscar Rangel Miravete, informó que de acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) existen alrededor de 15 mil trabajadores que dejaron de percibir su seguro social durante esta contingencia sanitaria.

¡15 mil! ¿Cuántos de estos dependían del seguro para sufragar sus servicios médicos? Conozco personas que están ante el dilema de suspender el servicio de hemodiálisis a su familiar enfermo, porque dejaron de cotizar al IMSS. ¿Qué harán estas personas? Se dice fácil: esperar a conseguir otro empleo, que esté regularizado ante el Instituto Mexicano del Seguro Social. Pero eso es un sueño guajiro, porque si de casualidad llegaran a crearse nuevos negocios, lo harán en la informalidad, porque no estamos en tiempos de bonanza.

Tampoco se puede aspirar a que los negocios que abran, den más empleo de los que ya estuvieron soportando a lo largo d estos meses de cuarentena. Y si a esto le agregamos que la apertura es parcial, de apenas 30 por ciento de la capacidad de los negocios, pues será en realidad como una aspirina para tan grande enfermedad.

Rangel Miravete dijo que se prevé “la reapertura de la actividad turísticas en un 80 por ciento”. Quedará un 20 por ciento cerrado, no por falta de ganas, sino por falta de ingresos. Sin embargo, el funcionario no dio alternativas para los rezagados. Al contrario, dijo, pese a lo que informaron los empresarios organizados, que hasta el momento ninguna empresa ha informado sobre el cierre total de su negocio.

Aunque, cabe decir, que sí hay negocios que decidieron esperar un tiempo más, dado que la pandemia por Covid-19 está en su apogeo, y no quieren arriesgarse ni arriesgar a sus familiares al contagio. Pero esto se está dando sobre todo en los municipios donde el turismo no es tan extensivo, como sucede en Acapulco y Zihuatanejo.

Entre tanto, el fantasma del Covid-19 no se ha ido. Es urgente que esto se divulgue y que la gente sepa a ciencia cierta a qué atenerse. Abrimos porque es necesario, porque ya hay mucha presión social de los empresarios, que no aguantan más el estar con gastos y sin ingresos. Abrimos porque es necesario mover la economía local, so riesgo de perder este nuevo periodo vacacional de verano, que arranca el 6 de julio y hasta mediados de agosto.

Abrimos, en resumen, porque no tenemos otra opción. Y también porque tarde o temprano tendríamos que hacerlo, no podemos continuar encerrados.

Pero la gente que está en riesgo de morir, debe cuidarse. Harto se ha dicho que 71 de cada 100 muertes en este país, no son por el virus propiamente, sino porque los pacientes están tan deteriorados, que no resisten.

Corren especial riesgo los pacientes con hipertensión, diabetes y obesidad, en ese orden, pero hay personas que tienen todo esto junto, o dos. Para estos, lamentamos decirles, sólo hay una opción: cuidarse.

También hay otros padecimientos que agravan el problema de contagios por Covid-19:  tabaquismo, insuficiencia renal crónica, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), algún padecimiento cardiovascular, inmunosupresión, asma o VIH.

Por ejemplo, de las 27,121 personas que han fallecido en este país, 19,341 tenían diagnóstico con alguna de estas enfermedades. Una gran mayoría.

desglosándolas, 42.02% tenían hipertensión, 36.87% diabetes y 25.03% obesidad, de acuerdo con los datos presentados en el informe diario sobre el coronavirus.

Luego entonces, los hipertensos deben evitar el contagio, y sobre todo mantener su presión arterial controlada.

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