Categoría: Opinion
SOS COSTA GRANDE
(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)
Tenemos buenas noticias los mexicanos que somos contribuyentes; es decir, los que a diferencia de los que evaden impuestos, cumplimos queramos o no con nuestras obligaciones fiscales, mes tras mes y año tras año, mientras que a los mega-ricos de este país, al contrario, se les condonan sus pagos de IVA e ISR y hasta les reintegran grandes porciones de lo que sí pagaron.
El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció ayer que para el próximo año no habrá incremento de impuestos ni creación de nuevos, además de que no aumentará la deuda pública del país por segundo año consecutivo.
Mientras que sus detractores se desgañitan espantándonos con el petate del muerto, anunciando una crisis económica sin precedentes; y mientras que los organismos internacionales que por decenios han estado controlando la riqueza del mundo señalan que México no crecerá lo que se tiene proyectado en este 2019, dentro del país los que sí contribuimos al crecimiento del Producto Interno Bruto mediante la producción de productos y servicios diversos (sin ver desarrollo), y con el agregado de la generación de empleos, estamos esperando que si no nos bajan la carga impositiva, al menos que no la aumenten.
Al contrario, pedimos se simplifique la miscelánea fiscal y que a los contribuyentes se nos permitan mayores facilidades para deducir sobre todo el IVA, así como también que baje el Impuesto Sobre la Renta, con el cual se gravan las utilidades de una empresa y de las personas físicas, que en este momento es de los más altos del mundo. De verdad que es una tortura el pago de impuestos, y que el Servicio de Administración Tributaria no perdona un retraso. Basta que un mes no se pague impuesto, para que el SAT esté enviando avisos de cobro a los correos electrónicos, y en determinado momento desplazan a los inspectores a requerir el pago personalmente con el levantamiento de un acta de multa.
Y estamos hablando solamente de los dos impuestos federales más importantes, pero no son los únicos. Un ciudadano debe pagar también impuestos estatales y municipales, como el impuesto predial, servicios y licencias, refrendos de placas, así como también enfrentamos el cobro ilegal de derechos, que por ser tales no se nos deberían de cobrar; es el caso del Derecho de Alumbrado Público (DAP), que con la anuencia de los presidentes municipales en turno la CFE lo cobra puntualmente en el recibo de luz, a razón de 13 por ciento bimestral. Por lo tanto, los particulares pagamos el alumbrado público, pero a pesar de ello los ayuntamientos reportan grandes adeudos en este rubro.
El impuesto más oneroso fue el que se nos impuso a partir del 1 de enero de 2017, que es el Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS), que antes era para artículos y servicios de lujo, pero que por una ideota del gobierno de Enrique Peña Nieto se le cargó a la gasolina y el diésel, en razón de entre 4 y 6 pesos por litro, con lo cual, de ser un país productor de petróleo, pasamos a pagar por la gasolina más cara del mundo.
Esta es la verdadera crisis que estamos padeciendo, aunque oficialmente no se reconozca. Los organismos internacionales no dijeron ni pío ante este atraco, porque no afectaba intereses empresariales directamente, y vino a vulnerar aún más a un pueblo pobre y saqueado recurrentemente.
Hay una larga lista de acontecimientos desde 1998, año en que Carlos Salinas de Gortari anunció su Plan Nacional de Desarrollo, basado en la venta de las empresas del Estado y la creación de una nueva clase política y empresarial, cuya voracidad ha ido empeorando, mientras que los saldos negativos de ese desmantelamiento del Estado se le cargaron al pueblo a sus espaldas.
El Fobaproa, por ejemplo, que no es otra cosa que la conversión del rescate bancario (deuda de empresarios y banqueros) en deuda social, que hoy asciende a 1 billón 300 millones de pesos, aún lo tenemos en el lomo. Hasta nuestros nietos cargarán con esta deuda de la que hemos pagado 600 mil millones de pesos tan sólo de intereses, en los últimos 15 años.
Y así sucesivamente. Recordemos que teníamos un IVA de 10 por ciento, concesión del viejo régimen priísta. Pero fue el gobierno de Zedillo, tras el “error de diciembre” y la profunda crisis que devino, el que modificó en marzo de 1995 la Ley del Impuesto al Valor Agregado, y lo aumentó a 15 por ciento. Lejos de mejorar, en la era panista ya teníamos todo en contra. Vicente Fox mantuvo el IVA en 15 por ciento; pero su sucesor, Felipe Calderón, ordenó la modificación de la Ley de Ingresos en octubre de 2009, para aumentar el IVA de 15 a 16 por ciento.
Su propuesta era, recordemos, aplicar el IVA a alimentos y medicinas, pero los legisladores tuvieron a bien evitar este nuevo atraco que afectaría de lleno a los más pobres, y sólo autorizaron el incremento al IVA. Desde entonces, esa tarifa permanece, salvo que con la llegada de AMLO se decretó que en las fronteras el impuesto bajara a 8 por ciento, para hacer esa región más competitiva, por su cercanía con Estados Unidos.
El presidente anunció también que no habrá aumentos en los precios de gasolinas, gas y energía eléctrica, en términos reales. Y con eso nos damos por bien servidos.
Palabra de Mujer
Ruth Tamayo Hernández
Morena, contra la protesta social
“Una persona tiene derecho a protestar y el Estado debe protegerle la vida, sea cual fuere la naturaleza de la protesta”: Pablo Milanés
Mis estimados, bien poco está durando el gusto a los mexicanos con el anhelado cambio de la Cuarta Trasformación que prometió el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. Sobre todo con el error del mandatario federal al aceptar violaciones a la Constitución, sólo porque eso conviene a sus intereses.
Son alarmantes las decisiones de los morenistas al aprobar la ley del garrote a la protesta social, como la aprobó la 63 Legislatura de Tabasco (de mayoría morenista).
Los diputados tabasqueños reformaron el Código Penal local, “para que apliquen sanciones a quienes bloqueen el libre tránsito con fines de lucro”; sin embargo, ese cambio prohíbe a los tabasqueños bloquear calles, avenidas, centros comerciales y obras ejecutadas por el gobierno federal, y quien se atreva a hacerlo, aparte de garrotazos, se va a la cárcel hasta por 13 años, por desobediente y rebelde.
¿Quién carajos iba a creer que el presidente Andrés Manuel López Obrador, llegaría a esos límites? Pues él fue rebelde, por todo salía a las calles a bloquear carreteras valiéndole un cacahuate la economía del comerciante. Para el tabasqueño todo era corrupción, toda obra era pudrición, robo, saqueo y un largo etcétera. Pero eso ya se le olvidó al presidente AMLO. También olvidó bien pronto que sólo a gritos escuchan los gobernantes, que la gente sólo manifestándose y bloqueando carreteras y avenidas se hace escuchar ante el poder.
Esto no gustó a la gente y menos a sus paisanos tabasqueños, pues allá en su natal Tabasco comenzó la batalla de la Ley del Garrote. Bien dice el refrán, que para que la acuña apriete tiene que ser del mismo palo.
El mismo mandatario en un video festeja la aprobación de la ley que sanciona las protestas. “No más protestas, ni bloqueos a carreteras, se acabó, pues esos líderes que hacían eso se enriquecen con esos bloqueos, a la gente le dan dádivas, pero se acabó”, dijo. ¿Qué tal?
Bien rápido se escudan los gobernantes para reprender al pueblo. Sin poner en tela de juicio los motivos de la represión a la protesta social, es alarmante -por decir lo menos, lo que está en juego. Y lo que se avecina para los ciudadanos tabasqueños (y también para la población en otros estados y municipios que sin dudarlo van a seguir el ejemplo del Congreso de Tabasco), es un permanente estado de excepción, pues basta que viole uno la Constitución para que lo sigan los demás.
Habría que recordarles que la protesta es un derecho constitucional. Los mexicanos tenemos derecho a la libre manifestación y a la libre organización. Y aunque a los políticos y funcionarios no les gusta que la gente les haga ver sus sinvergüenzadas, la gente -aunque la maten- no va a dejar de protestar. La mejor prueba la tenemos en Guerrero y en la Ciudad de México.
Lo grave, sin embargo, es que el presidente Andrés Manuel López Obrador aprueba esas violaciones a la Constitución y hasta las aplaude; esto es lo que más preocupa, pues el liderazgo del presidente AMLO se impone en los congresos, y no olvide que varios en la República son de mayoría morenista. No dude que todos los congresos locales del país aprueben la ley del garrote contra la protesta social, y entonces sí, vamos a aprender a amar a Dios en tiempos de santos morenistas.
Ya vimos hasta dónde es capaz de llegar el presidente AMLO. Aprobó en Baja California la Ley Bonilla. Como si nada dio su anuencia a esa irregularidad del Congreso bajacaliforniano. ¿Qué podemos esperar los demás ciudadanos, con la mentada Ley Garrote a la protesta social? Esto va a abrir las puertas de los demás congresos morenistas y también van a criminalizar la protesta social. Quien ejerce la criminalización contra la protesta social, es un gobierno autoritario.
No obstante, mis estimados, si usted ve el tema fríamente, es grave sobre todo porque al gobierno lopezobradorista va comenzando y le falta un largo camino que recorrer, y pueden ocurrir muchas cosas.
Es cierto que a los mexicanos no nos queda de otra más que aguantar vara y garrotazos, paro para ellos con esa actitud de gobierno represor va a ser muy difícil lograr el cambio que prometieron, y reprendiendo al pueblo tampoco van a lograr la anhelada Cuarta Trasformación que sueñan, pues a garrotazos ni los burros andan.
En otro tema, mis estimados, los diputados de Morena en Guerrero no dan pie con bola, para todo miran monos con trinchetes, cargan pleito casado con el gobernador Héctor Astudillo Flores por el Programa Nacional de Fertilizante; incluso, acusaron al gobernador de ser el protagonista de los bloqueos por el insumo, y que priístas, perredista y panistas eran los que incitaban a los campesinos a bloquear carreteras para dejarlos mal parados a ellos. Y es tanto el pleito que cargan los morenos con el gobierno estatal por el retraso en la entrega del fertilizante y los bloqueos en carreteras por los campesinos, que hasta dijeron los diputados de Morena que hay ingobernabilidad en Guerrero.
Lo cierto es que ellos no han cumplido a cabalidad con la entrega del insumo, y eso está generando conflictos con los señores del campo. Y aunque digan que el programa no tiene partido político, lo volvieron en un problema político. Siempre que entran los partidos vuelven en conflicto político esos programas. Y tristemente en eso terminó el programa del fertilizante, en un grave problema. De por sí el estado suriano tiene hartos problemas de toda índole y luego le agregan otro, pues más aprietos para el gobernador.
Y lo peor es que ni siquiera han terminado de entregar el dichoso abono; y negando que hay problemas, menos van a resolverlos.
Los diputados de Morena, en lugar de tomar el toro por los cuernos, culpan otros de sus incapacidades. Para pelear son buenos, pero con pleitos no arreglan nada, y tampoco ayudan al estado peleando con el gobernador.
El mandatario planteó el tema, que con el recurso que ahorró el gobierno del estado con la trasferencia a la federación del Programa del Fertilizante, podían utilizar ese recurso para la construcción del C-5 en Acapulco.
Eso pensó el mandatario estatal para que fuera pronto la construcción del C-5 en Acapulco; sin embargo, la diputada morenista, Norma Otilia Hernández Martínez, dijo que naranjas dulces limón partido, que ese recurso lo van a utilizar para obras en beneficio social de comunidades de alta marginación, que así lo decidió el presidente Andrés Manuel López Obrador, que el acuerdo lo tomaron juntos con el gobierno del estado de Guerrero, que ese recurso era para obras en comunidades marginadas de la entidad y no para temas de seguridad pública. Y advirtió la diputada Hernández Martínez que, en caso que el gobernador quiera salirse con la suya, al destinar los recursos del fertilizante a la construcción del C-5 en Acapulco, “nosotros no aprobaremos la cuenta pública, dado que está incumpliendo con los acuerdos que tuvo el gobierno del estado con el presidente AMLO”.
Pero no se enoje, diputada. Aunque deberían priorizar las cosas de seguridad porque en Acapulco está de la fregada la inseguridad y violencia; y si alcanza ese recurso para la construcción del C-5, no veo por qué el agravio de la diputada. Las comunidades marginadas pueden esperar para las obras, pero la gente en el puerto de Acapulco ya no aguanta tanta maldad. Sí hay que priorizar el C-5, es más urgente su construcción para controlar el azote de la inseguridad y violencia en el Acapulco, pues tomen en cuenta que el destino de playa mantiene a todos los demás municipios del estado.
Digo antes de actuar y usar venganza la diputada morenista, que piense que ella representa en el Congreso a los guerrerenses, no sólo a los marginados.
Editorial
Las mujeres
En un día de discursos y loas políticamente correctas a las mujeres, persisten las amenazas en su contra. Ahí están las propuestas para eliminar los subsidios a las estancias infantiles y a los refugios para mujeres golpeadas, o la ley de Nuevo León para encarcelar a las que aborten Hay que añadir los agravios de siempre, como las leyes que no las protegen en caso de abandono o las que supuestamente buscan defenderlas, pero las castigan por prostituirse o realizar bailes eróticos.
Los políticos quieren hacernos creer que lo que necesitan las mujeres son curules y puestos públicos. Es el año de la equidad de género, pregona el Congreso. Siempre habrá algunas mujeres con ambiciones políticas, pero la mayoría necesita simplemente un trato justo y un lugar para el cuidado de sus hijos.
Millones de mujeres necesitan o quieren trabajar, pero la enorme mayoría no puede hacerlo sin guarderías. En los países escandinavos, la verdadera liberación de la mujer vino de la mano de un amplio y eficaz sistema de guarderías. En México, las instituciones oficiales, como el IMSS y el ISSSTE, no tienen capacidad para cubrir la demanda, mientras que las estancias infantiles, viviendas particulares en que amas de casa prestan el servicio, han cuidado a más de 300 mil niños a un mejor precio y con mejores resultados. Si bien López Obrador se comprometió en campaña a continuar el servicio, y el presupuesto fue aprobado por el Congreso, pronto se echó para atrás y ahora afirma que dará una parte de los recursos directamente a las familias, para que estas decidan si pagan las estancias o si mejor piden a los abuelos que cuiden a los niños.
En los refugios para mujeres violentadas, y como parte del rechazo a las organizaciones de la sociedad, López Obrador decidió suspender los recursos a las asociaciones que los han manejado durante años. Tras las protestas, anunció que no cerraría los refugios, pero que los pondría “bajo la rectoría del Estado”. No ha habido ninguna prueba de los supuestos actos de corrupción ni de las estancias ni de los refugios.
En otros temas se aplican también políticas contra las mujeres. La persecución de quienes ejercen la prostitución o realizan bailes eróticos ha afectado a miles y cerrado mucha fuentes de empleo. La falta de disposición de los tribunales y las autoridades para obligar a los hombres a cumplir con las pensiones alimentarias afecta a muchas más. Una nueva ley en Nuevo León pretende sancionar a las mujeres con cárcel por abortar. Es más fácil que una mujer sea encarcelada por abortar que un hombre por violarla.
La sociedad debe proteger a las mujeres y garantizarles un trato equitativo bajo la ley. Las cuotas para cargos públicos o legislativos no sirven para eso. Contar con una red de guarderías que realmente satisfaga la demanda de servicios es indispensable. Lo es también tener refugios para mujeres golpeadas y sus hijos. Hay que contar con un sistema de justicia que realmente castigue la violencia contra las mujeres y proteja a las víctimas. Las autoridades y los tribunales deben dejar de lavarse las manos ante los padres que dejan de cumplir con sus obligaciones financieras o que retienen o secuestran a sus propios hijos.
Los discursos políticamente correctos no sirven para nada. Tampoco repartir curules o puestos públicos. Hay que acercarse a las mujeres para escuchar qué necesitan. No piden mucho y lo que exigen es justo.
Ley garrote…
SOS Costa Grande
(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)
En efecto, no son tiempos de grilla barata. El gobernador Héctor Astudillo Flores dijo que no hará eco de las recientes declaraciones de los diputados de Morena, en relación al retraso en la entrega del fertilizante, que a todas luces es un asunto con problemas de origen.
A estas alturas, a nadie le beneficia que la clase política esté aprovechando el momento para acarrear agua a su molino. Hay un problema general, en el que están involucrados tanto el gobierno federal, como el gobierno estatal, los campesinos y las organizaciones de productores, y a estas alturas ya ni llorar es bueno, como dice la canción.
Un verdadero representante popular, un verdadero gobernante, electo por voto popular, tiene como principal tarea la solución de los problemas, no su perpetuidad y mucho menos aprovecha de ellos para ensalzarse.
Terrible es cuando los políticos aprovechan los errores del adversario para venderse como buenos, cuando no es así. Lo vemos a nivel nacional, por ejemplo, con el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, quien está aprovechando todos los errores del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pero no porque sea un gran estadista, ni un gran demócrata, mucho menos un progresista. O porque México le importe tanto. Al contrario, lo que quiere es capitalizar la inconformidad que está surgiendo en la base social y sobre todo en el sector empresarial por los cambios impulsados por el gobierno federal, para darle vida a su partido “México Libre”, que junto con su esposa y auspiciado obviamente por fuerzas de derecha, está impulsando con la parte que se llevaron del panismo nacional.
Él mismo se jactó de que su proyecto va viento en popa, y obviamente está aplicando teorías conspiracionistas de derecha, basadas en una guerra mediática de baja intensidad, y de ahí que estén usando rede sociales profusamente, incluso provocando noticias, para ir minando la credibilidad y la popularidad del gobierno. Incluso se habla de que tienen planes para bajar del gobierno a López Obrador antes de que cumpla la primera mitad de su periodo, para obligar a la convocatoria de nuevas elecciones.
Mientras que los priístas no se levantan de golpe tras golpe que la Fiscalía General de la República les viene dando (ahora van por la artífice de la Estafa Maestra, Rosario Robles Berlanba), Felipe está enfocado en la repesca.
A nivel estatal sucede algo parecido. A su llegada al Poder Legislativo, con Pablo Amílcar Sandoval a la cabeza, la poderosa bancada de Morena llegó rompiendo madres. Pensaban que harían que Astudillo bailara al son que le tocaran. No imaginaron que el gobernador sabría moverse en dos bandos: de un lado, les ha respondido de frente. Del otro, se ha plegado a los proyectos del gobierno de López Obrador, como cuando se trató de sustentar el plan de la Guardia Nacional, demostrando con ello que su interés va más allá que una rencilla doméstica. Y que la oposición, a la hora de ejercer el gobierno, no debe ser visceral, como lo exhiben los primerizos diputados morenistas.
Hay que ser selectivos en las guerras que se pelean, elegir aquellas que realmente valgan la pena y le aporten algo al proyecto, pero desechando las que sean simples peleas de comadres, pleitos de lavadero y de vecindad, que lo único que hacen es rebajar la política a su nivel más bajo.
Los morenistas, con todo respeto que nos merecen, se han hecho sus infiernitos y se han metido en ellos. En lugar de avanzar en la parte legislativa, tienen un tiradero y muchas iniciativas en la congeladora, y usan la tribuna para lanzar piedras y quitarse agravios.
Nada más desesperante que esto. El tiempo se los traga y ni cuenta se dan. Les preocupan más sus respectivos proyectos políticos que la agenda legislativa que prometieron, y si siguen así a la postre resultarán un soberano fraude electoral.
Entre tanto, el tiempo pasa…y contando.
Palabra de Mujer
Ruth Tamayo Hernández
Congreso local planea impulsar el Consejo de Promoción Turística de Guerrero
“El progreso y el desarrollo son imposibles si uno sigue haciendo las cosas tal como siempre las ha hecho”: Wayne W Dyer.
Mis estimados, al fin despertaron de sus dulces sueños los 46 diputados de la 62 Legislatura del Congreso del Estado de Guerrero, pues la Comisión de Turismo propuso nueva Ley para que se cree un organismo que promueva los destinos del estado.
Ellos proponen que ese organismo sea el Consejo de Promoción Turística de Guerrero (CPTG), que haga el papel de promotor turístico que hacía el Consejo de Promoción Turística de México (CPTM).
El tema parece difícil. Sin embargo, los miembros de la Comisión de Turismo en el Congreso del Estado de Guerrero, proponen una nueva Ley de Turismo, para dar cabida precisamente a dicho organismo, que funcionaría con el impuesto al hospedaje que actualmente obtienen los Fideicomisos de los principales destinos turísticos del estado, con el objetivo de que se haga la labor publicitaria a nivel mundial de los puertos turísticos de Guerrero, labor que antes hacía el Consejo de Promoción Turística de México (CPTM), y que desapareció la SECTUR, que dirige Miguel Torruco Marqués, pues dejó a los destinos guerrerenses en completa orfandad, en cuanto a publicidad se refiere.
La iniciativa propuesta por la Comisión de Turismo del Congreso es genial, ya que la aprobarán, dijeran los costeños.
Definitivamente los diputados duermen en sus laureles; no han sacado la cara por los guerrerenses, y ni porque son mayoría los diputados de Morena en el Congreso local, nomás no dan buenas noticias los legisladores, se han hecho ojo de hormigas prieta ante tantos problemas que aquejan al estado suriano.
Los diputados se la llevan de a muertito, no han aterrizado con ninguna iniciativa, todas las que han propuesto se quedan en promesas, no han cumplido en nada. Hace varios meses que se notificó por parte de SECTUR que se finiquitaría el CPTM y los diputados -incluidos los de la Comisión de Turismo local-, no dijeron esta boca es mía, no actuaron de inmediato buscando soluciones para promover los destinos de playa de la entidad.
Hasta ahora que están considerando presentar una ley de turismo, para sustentar la creación de un organismo que haga la promoción. Bien dice el dicho, nunca es tarde para empezar.
El coordinador de la bancad de Morena, Antonio Helguera Jiménez, aseguró que muchos diputados se han esforzado para dar lo mejor de ellos; no obstante, no es de esforzarse su labor en el Congreso, su labor es aprobar leyes para resolver los problemas sociales de la entidad, no es estar desgreñándose con sus homólogos de oposición.
Deben ponerse las pilas y sacar la cara por los guerrerenses, pues los 46 diputados saben que el turismo en nuestro estado de Guerrero es uno de los principales motores de desarrollo económico y de centenares de empleos directos e indirectos. El turismo es sustento de cientos de familias guerrerenses, entonces ¿por qué carajos no entienden que deben dirigir su vista a este sector e invertir en los más de 40 municipios con vocación turística que tiene el estado? Estas playas son vírgenes, no hay inversión de ninguna cualidad, ni servicios básicos, ni infraestructura para atender a la gente que nos visita. Se practica un turismo casero, en palapas que la gente levanta con su propio esfuerzo.
Al solucionar esto, se le darían herramientas a la gente para tenga que comer y no mendigando al gobierno.
En junio pasado, los diputados planearon presentar el tema al titular de la Secretaría de Turismo del Gobierno federal, Miguel Torruco Marqués, y al gobernador del estado, Héctor Astudillo Flores, para que juntos coordinen los programas de promoción y desarrollo a más municipios de Guerrero con vocación turística.
La problema, dijera el indito, es que la Federación no soltará un peso para promoción turística. Lo dijo claro y fuerte, Torruco Marqués, que cada quien haga su propia publicidad e inversión en sus destinos turísticos.
Y entonces aquí tuerce la puerca el rabo, porque los únicos puertos que pueden sobrevivir con esta política son Acapulco e Ixtapa-Zihuatanejo, y el colonial Pueblo Mágico, Taxco de Alarcón. Los demás, que se los coma el perro, y si es que tiene hambre.
Hace meses la presidenta de la Comisión de Turismo en el Congreso, Guadalupe González, diputada por el Partido Acción Nacional (PAN), visitó Bahías de Papanoa. Se fue encantada la legisladora de ese destino turístico, y prometió buscar apoyos para el sector de ese lugar; sin embargo, no se han avisto resultados por parte de la legisladora panista, pese a que ella es la presidenta de la Comisión de Turismo, y conoce el sector, sabe que hace falta un organismo que promueva los destinos
La promoción de los puertos turísticos de Guerrero en el extranjero es algo urgente; sin embargo, los legisladores -incluida la presidenta de la Comisión de Turismo- no se ocuparon del tema de inmediato, apenas se activaron y propusieron la nueva ley de turismo, que esperamos la aterricen pronto y la prueben, pues son los diputados los que tienen que actuar en esa iniciativa, para activar la promoción de los destinos en la entidad y la inversión de los mismos.
La diputada Guadalupe González pidió a sus homólogos que continúen trabajando en esta nueva ley de Turismo, ya que necesitan conjugar esfuerzos entre los empresarios del ramo, y los gobiernos, para concretar este proyecto.
Pero es necesario que esa ley contemple a todos los destinos de Guerrero; que sea obligatorio que todos entren a la promoción, y no nada más los principales destinos como son Acapulco e Ixtapa-Zihuatanejo, que junto con Taxco son el Triángulo del Sol.
Lo cierto, mis estimados, es que sin el apoyo oficial ningún destino de playa avanza. Se requiere del respaldo del gobierno estatal y federal, para que combinado con una estrategia integral de promoción, los destinos puedan crecer y por ende que haya una mayor derrama económica.
Esperamos que los diputados aprueben la nueva ley de turismo.
Cabe hacer mención, mis estimados, que los diputados guerrerenses andan de la greña. Los de oposición cargan como monitos de trapo a los de Morena, pues les reprochan que no saben nada de leyes, y por eso está estancado el trabajo en el Congreso local de Guerrero. No hay trabajo por parte de los diputados de Morena, los acusan, y son muchos los problemas sociales, de inseguridad, violencia de género y políticos en la entidad.
Con todo, los diputados continúan indolentes. Incluso, su homólogo del PRI, Héctor Apreza Patrón, les dejó ir una pedrada a la cabeza a los legisladores de Morena asegurando que esa la Legislatura era la más improductiva de todas.
Los diputados morenos repararon como chivos de sierra. Antonio Helguera Jiménez le contestó al legislador tricolor, que aunque no estaba de acuerdo con lo dicho por Apreza Patrón, respetaba su opinión; sin embargo, recalcó el diputado que quienes evaluarán al final el trabajo de los legisladores son los guerrerenses; “ellos van a decidir si hay compromiso de nosotros hacia la sociedad o no”, dijo.
No obstante, los legisladores mantienen en el congelador iniciativas que debieron aprobar desde hace algunos meses.
Por eso, insisto que la nueva ley de turismo propuesta por la comisión legislativa del ramo se apruebe pronto y no quede en promesa de los legisladores, pues son varios los destinos que están en completo abandono, que necesitan urgentemente de publicidad e inversión, como es el caso de los de la Costa Grande y Costa Chica, que necesitan infraestructura para crecer y promoción para darse a conocer.
Editorial
Nueva reforma
Mucha de la discusión sobre la reforma educativa constitucional que debe ser votada hoy en el Senado, si la CNTE lo permite, ha sido ideológica. Poco se conoce el detalle. El tema de las evaluaciones es, sin duda, el más importante. La reforma cancela las “evaluaciones punitivas y obligatorias” y elimina “cualquier liga” entre la evaluación y la permanencia en el empleo. Pero hay otros elementos que deben conocerse.
La nueva reforma subraya la protección de los derechos laborales de los maestros y les aplica el apartado B del artículo 123 de la Constitución. Esto significa que los ascensos se darán por “derecho de escalafón” y que los maestros solo podrán ser “suspendidos o cesados por causa justificada”. La calidad o falta de calidad de los maestros no podrá llevar ni a despidos ni a ascensos. Veremos una inevitable burocratización del servicio magisterial.
Se elimina el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, el cual será reemplazado por un Sistema Nacional de Mejora Continua de la Educación, que no tendrá autonomía, pero sí un “consejo técnico” integrado por maestros y especialistas. Se cancela también el actual Servicio Profesional Docente. La promoción de los maestros estará asociada con sus conocimientos, aptitudes y experiencia y no con exámenes estandarizados; pero no se señala cómo se medirán estos elementos.
La educación superior pasará a ser obligatoria. No lo es en ningún país del mundo. Ni siquiera las naciones más ricas alcanzan coberturas de 100 por ciento en la universidad. No parece la mejor decisión para una sociedad que necesita una población con habilidades diversas para construir una mayor prosperidad. Viola, además, el principio liberal que permite al individuo escoger su educación o su profesión. No todos quieren o pueden ser licenciados o ingenieros.
Los especialistas señalan que es mucho más importante fortalecer la educación preescolar que desperdiciar recursos en una instrucción superior que, en caso de volverse universal, generaría un creciente ejército de desempleados y subempleados con título. La reforma propone también alcanzar una “tasa cero de rechazo” en las instituciones de educación superior. Es lógico si la universidad va a ser obligatoria, pero el resultado inevitable será reducir la calidad.
Otro aspecto debatible de la nueva reforma es que busca crear una educación distinta para las diferentes regiones del país. El texto señala que la instrucción debe ser “pertinente”, lo cual es inobjetable, pero añade que debe tener contenidos y políticas definidos por regiones. Esto abre las puertas a una educación de menor calidad para los estudiantes de las regiones más atrasadas. La medida, lejos de ser progresista, condenaría a los niños de estados como Oaxaca, Chiapas y Guerrero a una instrucción inferior. El resultado sería profundizar las ya enormes desigualdades del país.
Como ocurrió con la reforma educativa de Enrique Peña Nieto, muchas de las reglas prácticas de la contrarreforma se definirán en las leyes secundarias. Por lo pronto, sin embargo, tendremos disposiciones constitucionales que eliminan la posibilidad de usar evaluaciones para filtrar a los maestros de mejor calidad, que vuelven obligatoria la educación superior y que burocratizan la carrera magisterial. Me parece un retroceso y no un paso hacia adelante.
El demócrata…
SOS COSTA GRANDE
(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)
Hablemos ahora de Morena, partido que también va por el cambio de su dirigencia nacional, actualmente bajo la enagua de Yeidkol Polevnsky, quien ya tiene rato que anda de la greña con el senador Ricardo Monreal, y a quien le arrebató la candidatura para el gobierno de Puebla.
Por decisión del Consejo Político Nacional, el partido lópezobradorista ordenó el cambio de dirigencias mediante un proceso interno democrático.
¿Cómo será? La convocatoria se lanzará hasta el 18 de agosto; y, sin embargo, los aspirantes a la presidencia nacional ya asomaron la cara. Incluso, ya están en campaña mediante redes sociales. Tal es el caso del diputado federal Mario Delgado, quien este domingo puso en marcha su precampaña a escala nacional, con un llamado a la unidad, a finalizar las rencillas internas entre facciones, y a trabajar para hacer realidad el proyecto de la Cuarta Transformación del país, que enarbola el presidente de la República.
Diría José José, “lo dudo”.
Morena está en un peligroso momento no sólo a escala nacional, sino sobre todo en los estados y municipios, donde ya se decantan cacicazgos tanto o más dañinos que los que vimos con el PRD y con el PRI. ¿Por qué? Porque por alguna razón son mucho más reactivos y virulentos, cobijados con el halo de incorruptos. “No mentir, no robar y no traicionar”, es su bandera. Pero sobre todo comenzaron por traicionarse entre sí; y si eso hacen dentro, ¿qué podemos esperar los de fuera?
En Costa Grande, por ejemplo, fuimos testigos del nacimiento del PRD y el levantamiento de sus liderazgos, a los cuales la sociedad respaldó. Pero cuando llegaron al poder, realmente resultaron insufribles: muy chicharroneros (por aquello de que aquí nomás mis chicharrones truenan), altamente sensibles a la crítica, vengativos, políticos boxeadores (propensos a subirse al ring ante cualquier provocación). Comenzaron igual que los morenos, a traicionarse, robarse y mentirse entre ellos, y se daban hasta con la cubeta. Formaron grupos, llamadas tribus, que usaron para perpetuarse en el poder, saltaban de un cargo a otro, sin permitirle a la base ascender. Y así hasta entregar el partido a intereses espurios, y se lo tragaron.
Habiéndose formado en el escenario de la denuncia y la confrontación de la oposición, a los perredistas se les olvidó que una vez llegados al poder su comportamiento debía ser otro, pero se convirtieron en la perra brava del pueblo, que siendo tan brava desconoció hasta los de casa.
En aquellos años de finales de los 90 y principios de este milenio, la clase política surgida del PRD tardó en darse cuenta que una cosa es estar del lado de la oposición social, y otra cosa ser gobierno.
Dice Paco Ignacio Taibo II, que Morena se está perredizando. Pero en el caso de Morena, la cosa apunta a algo mucho peor. Lo decimos en serio. Basta ver las rebatingas, pleitos y enemistades irreconciliables entre los morenistas de Guerrero, para darnos cuenta de que el hombre como ser político es un caso perdido. No hubo ni un momento de luna de miel entre ellos. Si a los del PRD les duró poco el gusto, con los de Morena el gusto ni siquiera comenzó. Todo fue un vil acomodo de intereses, que ahora ya están muy bien definidos.
Realmente nos están quitando un tipo de cacicazgo para ponernos otro, pero mucho más sensible y rijoso. Mucho más duro y peligroso. Mucho más desconfiado y vengativo. Y también mucho más propenso a la corrupción.
Veamos si no el caso del fertilizante, donde se tuvo el descaro de contratar a Agrogen, la empresa que los Figueroa se mandaron a hacer como traje a la medida, cuando se inventaron el programa del fertilizante gratuito. Así fue cómo este clan absorbió los recursos públicos del estado y municipios durante 25 años.
Pero el cambio de gobierno no los afectó. La denuncia ahora es que no hubo cambios, sino que se reanudó el trato con los creadores del programa. Y, sobre todo, que se trajeron abonos importados de países asiáticos de muy baja calidad, para ahorrarse unos 60 millones de pesos en conjunto, pese a que gastaron más que lo que normalmente se gastaba.
Conclusión: Morena no es López Obrador. Al contrario, el partido puede tragarse al presidente y desbarrancar la Cuarta Transformación, si la elección interna que están convocando no surte el efecto deseado. Al tiempo.