Ruth Tamayo Hernández
A Guerrero lo agitan sismos, incendios y violencia
Mis estimados, al estado de Guerrero lo sacuden sismos, incendios y la violencia. ¿Qué más falta? Que un perro nos orine, pues, dijera el dicho.
Según el Servicio sismológico Nacional (SSN), en las últimas 12 horas se registraron 32 temblores de magnitudes entre 4.2 y 2.9 en diversas regiones de seis estados del país. Asimismo, el organismo del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), reveló que del total de sismos registrados, 18 fueron ocurrieron en diversas zonas de Oaxaca, seis en Guerrero, cinco en Chiapas, tres en Baja California y uno en Jalisco.
Les digo, pues, que nos llueve sobre mojado. Y les recuerdo que vivimos en zona sísmica y las advertencias han sido varias; entonces, vale más prevenir que lamentar.
Pero también en incendios Guerrero ocupa el primer lugar y en esta época que queman las parcelas para sembrar, se incrementan de manera alarmante. Son muchas hectáreas las que son consumidas por el fuego por culpa de la mano del hombre. Y todo quede en pérdidas materiales, lo peor es que estas conflagraciones se han cobrado vidas humanas, gente que queda en medio del fuego y perecen; otros quedan marcados de por vida.
Además de perjudicar el medio ambiente, los incendios forestales son fatales en todos los sentidos. Y no sabemos por qué no han sido regulados, por qué no se mete a la cárcel a quienes queman de manera imprudente los tlacololes de sus cosechas. La recomendación es que no quemen a tontas y locas, sino que sigan los protocolos dictados por las autoridades ambientales. Por ejemplo, se tienen que hacer guarda-rayas, para evitar que el fuego se propague de un terreno a otros y se vuelva incontrolable. Además, se debe quemar tempranito, cuando no hay vientos que dispersen chispas y aticen el fuego.
Por otro lado, en el tema de la inseguridad y violencia la entidad suriana sigue avanzando paso a paso para salir de los ríos de sangre que la asfixian, pero el gobierno de los Estados Unidos continúa con sus alertas. Ahora por secuestros en viajes, incluyó a México.
Y no acaba ahí el martirio para la entidad suriana, ya que Índice de Paz 2019 que publica el Instituto para la Economía, expone que el nivel de paz en el país se deterioró 4.9 por ciento en 2018.
Ellos llevan seis años realizando estudios con datos basados en evidencias que califican a los 32 estados del país, poniéndoles una calificación del más pacífico al menos pacífico, y el estudio arrojó datos que revelan que hubo un retroceso de inseguridad y violencia en 22 estados y sólo mejoró en 10 entidades, entre las que se encuentran, Campeche, Tlaxcala, Hidalgo, Chiapas y Yucatán.
Las menos pacíficas, son Baja California, Guerrero, Colima, Quintana Roo y Chihuahua.
Sin embargo, lo preocupante del artículo, mis estimados, no es si las entidades retrocedieron o no, es el impacto económico que la violencia genera en México, pues se elevó a un 10 por ciento en 2018, alcanzando 5.16 billones de pesos en pérdidas, lo que equivale al 24 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), del país (más o menos 268 mil millones dólares).
A ese ritmo de tiradero de billetes, ¿a dónde vamos a parar los mexicanos? Digo para que le echen pluma, ya que siguen apostando al mismo plan de seguridad.
Y vaya que estoy de acuerdo con el nuevo modelo de seguridad, mediante la Guardia Nacional. Pero no concuerdo con el planteamiento en muchos de sus aspectos, como el de la amnistía, pues es imposible corregir a tanto malvado, esos no se corrigen ni licuándolos. Y si se insiste en liberar a delincuentes, se retrocederá y costará la seguridad al país lo doble de billones de pesos que hoy contamos. Debe haber otra técnica para alcanzar la paz. O pueden regresar y aplicar la destreza de siglos pasados. El consejo ahí está.
Le comento que Índice de Paz coloca ahora a Baja California como el estado menos pacífico de México, superando al estado de Guerrero, y esto no es para tirarnos al suelo de alegría, pues la entidad ya se había encasquillado en los primeros lugares en violencia. Y eso no se discute. Lo cierto, mis estimados, es que disminuyó la violencia en Guerrero en lo que se refiere a homicidios violentos. Aunque muchos no crean, es verdad. Poco, pero se redujo la violencia en la entidad; y no lo digo yo, lo publica Índice de Paz.
Sin embargo, al ver publicaciones de perfiles falsos en redes sociales, en relación a la publicación de Índice de Paz. Esos perfiles deben ser de guerrerenses incómodos a los que les duele el éxito de la entidad suriana, pues publican horrores del estado, tergiversando los datos proporcionados por el organismo, y ponen a Guerrero como lazo de cochino, pues ellos creen que de esa forma exhiben al gobernador Héctor Astudillo Flores, que ha dicho que bajaron los índices delictivos en la entidad, porque es verdad. Pero como en todo existen personas negativas que les incomoda el progreso de Guerrero, y como hoy clausura el exitoso Tianguis Turístico 2019 en Acapulco, aprovecharon para aventar estiércol en las redes.
Guerrero somos todos, no es el Gobernador, y al que le corre sangre guerrerense por sus venas tampoco es pepitón. Sin duda, centenares de guerrerenses agradecemos al cielo que el Tianguis Turístico haya salido bien, no hubo desgracias que lamentar, pero sí buenos convenios que ya compartimos para Ixtapa-Zihuatanejo, así como otros municipios que también pactaron acuerdos con los empresarios hoteleros y compradores.
El Tianguis Turístico 2019 en Acapulco, dijeron funcionarios federales, fue el mejor de México.
En otro tema, mis estimados, lo que hemos dicho en este espacio y que corroboró el sector hotelero en su intervención en el Tianguis Turístico en Acapulco, es que a falta de publicidad del país el turista internacional no volverá a México, van a preferir otros destinos mejor proyectados. Aunque México tiene muchos destinos atractivos a nivel mundial el país se mantiene en declive. Y el gobierno federal sabe, pero están montados en su burra canela, no hay poder humano que haga entrar en razón al secretario de Turismo, Miguel Torruco; sin embargo, esperamos que con los datos otorgados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (INEGI), reaccione el titular de SECTUR, pues el órgano autónomo también remachó que el turismo aporta a México 8.7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Ahí tienen la respuesta. ¿Qué más necesitan para corregir su testarudez los funcionarios? ¡Caray! Bien dice el dicho que nadie escarmienta en cabeza ajena. Sólo esperamos que no sea tarde cuando reaccionen los encargados de promover la industria sin chimenea.
El INEGI asegura que, en febrero del presente año, cayó 4.5 por ciento la afluencia de turistas a nuestro país, tanto de otras naciones como del interior de la República.
En total, viajaron al país 7 millones 662 mil 663 personas; de estos; 3 millones 377 mil 183 fueron turistas internacionales.
Las divisas que ingresan al país por concepto de viajeros internacionales, también se redujeron 7.3 por ciento, según el INEGI. Sin embargo, el INEGI recalca que a pesar de los destinos atractivos que tiene México a nivel mundial, se mantiene a la baja. El mismo secretario de Turismo, Miguel Torruco, reconoció que México bajó un peldaño en el ranking mundial de destinos turísticos, al pasar del lugar 6 al 7, rebasado por Turquía. Entonces, que alguien me explique, porque “mi no entender”, dijera el gringo.