Ruth Tamayo Hernández
En municipios se
focaliza la inseguridad, expertos
Los
diversos problemas que vive nuestro México lindo y querido, mis estimados, y
que han desequilibrado al país de manera drástica en su economía, sin duda son los
relacionados con la inseguridad y violencia; a tal grado, que no se logra
controlar el flagelo con ninguna estrategia trazada por el gobierno federal.
Expertos
y más expertos en seguridad exponen su técnica en esa materia y revelan sus
puntos de vista, pero esta vez fueron más específicos los profesionistas y
señalaron que los problemas de inseguridad y violencia se focalizan en los
municipios; estos son responsables directos de los altos índices de inseguridad
y violencia del país.
Al
menos 2 mil 458 son los municipios que integran la República, y tal vez tienen
razón los profesionistas, pues hace varias lunas que se rompió el puente de la
comunicación entre gobierno y pueblo. Existe una desigualdad en el país muy
grande, inclusive, entre ricos con ricos y pobres muy pobres.
Esa
discrepancia entre sociedad y gobierno tiene a México con sus mexicanos
hundidos en un pozo, un tema muy espinoso y difícil de resolver, pues volver a unir
esos puentes se divisa imposible.
El
gobierno federal -y no me refiero a la nueva administración, sino en general-
tiene frente a sí un reto enorme para reconstruir al país. Gobiernos anteriores
se alejaron de la gente, la descuidaron y cuando quisieron reaccionar, la gente
había cambiado de forma de vida. Ya se habían acostumbrado a matar para vivir,
como lo hacen los animales salvajes, que sobreviven en los montes y cerros. Por
eso se torna difícil controlar el flagelo de la inseguridad y violencia.
Y
es cierto lo que refieren los profesionistas en seguridad, que es en los
municipios en donde se focaliza la inseguridad. Y por eso, los expertos en esa
materia piden que el plan de la Guardia Nacional funcione precisamente en los
municipios, mismos que deben contar con una policía confiable.
¡Y
vuelve la burra al trigo! Ningún municipio tiene policías capacitados para ese
encargo. Es cierto que los alcaldes tienen una responsabilidad muy grande en
este tema de seguridad, pero también es verdad que se les fue de las manos el
asunto, y esto sucedió hace años, no es reciente, para que no se les esponje el
bigote.
Se
han planteado muchos métodos para controlar la inseguridad y violencia. Entre
esos se planeó echar mano de la educación y cultura. Sin embargo, el gobierno
hace las cosas a revés: disminuyen los recursos a las universidades y abrogaron
una reforma educativa ya avanzada. Además, agregan puntos a la ley laboral que
convenga a sus intereses partidistas y a los grandes empresarios mientras el
país sigue produciendo pobres.
No
hay congruencia, pues. El gobierno sabe bien que los jóvenes son los pies de
los criminales y eso no se lo tienen que venir a enseñar expertos en seguridad
de otros países; ellos lo saben y conocen bien el porcentaje de chico a los que
sus padres les fueron arrebatados por balas, son huérfanos, y ahora buscan
venganza. Son miles de muchachos en esta situación. Son frutos de la violencia
que hoy deambulan en las calles, matando, extorsionando, violando y robando,
secuestrando, actuando como tratantes de blancas y un largo etcétera.
En
México hace más de 14 años que se agravó la violencia; había pequeñines de
siete años que ahora son peligrosos homicidas. Otros de escasos 13 o 15 años
igualmente huérfanos de padres, están peleando una guerra que nunca buscaron, y
así nos preguntamos por qué hay tanto malvado en las calles. Por qué los descuidaron.
Por qué no hubo esmero que los integrara a la sociedad, tanto de parte del
gobierno como de nosotros los ciudadanos, que también nos descuidamos; y me cuento
porque soy parte de la sociedad.
Y
para desconsuelo de nosotros, la inseguridad y violencia, no se va a acabar con
el plan de la Guardia Nacional, porque la terea de este operativo es totalmente
diferente a lo que pensamos los ciudadanos, y así lo manifestaron los expertos
en seguridad. Por eso piden a los alcaldes de cada municipio que tomen el rol
que les corresponde en esa materia, que es el de tener mejores policías
municipales, que los controlen, que estos agentes no tengan nada que ver con
los criminales, que para eso les paguen buenos sueldos, bla, bla, bla….la misma
cantaleta.
Pero
eso es un chiste, ningún alcalde -al menos en esta entidad- puede hacer
semejante actividad, por obvias razones. Los alcaldes son lo más cercano que
tiene la gente; cualquier problema que tienen los ciudadanos, recurren a su
presidente; pero los ediles son también los más sufridos, por no decir otra
cosa, ya ustedes entienden. Varios conocen cómo masca la iguana en cuestión de
inseguridad en sus municipios y no van a arriesgarse ni a arriesgar a sus familias. Ya han matado
a muchos alcaldes a lo largo y ancho del país, y todo apunta que seguirá la
raya chueca. Imposible que los alcaldes se hagan responsables de la parte que
les corresponde en materia de inseguridad y violencia, con la finalidad de que
funcione en los municipios la Guardia Nacional.
El
tema, insisto, es delicado. Por más respaldo que tenga el alcalde con su gente,
ellos no podrán a estas alturas tomar esa papa caliente, pues en primer lugar
necesitan un respaldo oficial muy fuerte. Y pues, como dice el dicho, cada quien habla como le va en la feria.
Y
les hablo del estado de Guerrero; en esta entidad el horno no está para bollos,
y cada municipio tiene sus problemas de inseguridad; algunos más fuertes que
otros, pero igual de graves. Anhelamos que esto cambie con el nuevo plan de
seguridad Guardia Nacional; lo deseamos con el alma; sin embargo, como lo
plantean los expertos, en el sentido de que los presidentes municipales tomen
el control, pues son ellos los que pueden aportar mucho para alcanzar la
seguridad y que la gente denuncie a los criminales, eso no sucederá. Ni los
ediles ni la sociedad van a opinar, pues como les dije antes, el horno no está
para bollos y nadie querrá meterse en camisa de once varas, y menos los ediles que
han visto cómo han venadeado a otros ediles; y de tontos se meten a la mazmorra
de los lobos.
Además,
el gobierno no puede establecer métodos o técnicas de otro país en México,
porque simplemente, como México no hay dos. Incluso, en cada municipio,
comunidad y sierra en Guerrero, la gente es diferente, y todos se cuecen bien
aparte, hay que tocarlos pinzas.
Los
expertos en seguridad plantean que en el municipio de Acapulco disminuyeron los
homicidios dolosos, pero que crecieron los delitos de extorsión, secuestros,
robo a casa habitación y negocios. E insisten en que no habría ninguna
autoridad que pueda ayudar a los municipios en control contra la inseguridad y
violencia, si la gente acepta los hechos delictivos como naturales. Dicen que
la gente debe ser más responsable y denunciar.
Pero
el tema de la violencia es tan doloroso por el hedor a muerte, que nadie en sus
cinco sentidos puede acostumbre a esa fetidez. Sin ir muy lejos, en las redes
publican a niños que están siendo enrolados en Jalisco por criminales, los
traen cargando semejante rifles más grandes que los menores. Sus caritas los
delatan, están muertos de miedo. ¿Con qué finalidad suben a estos niños a la
red los malvados? Los hacen parecer como malos. ¿Qué nos pasa, señores? Por ahí
es donde deben comenzar su plan los Derechos Humanos. Los menores están siendo
raptados por estos malvados, y no sólo ocurre en esa entidad, sucede en todos
los estados del país.
La
cosa es, mis estimados, que la inseguridad, por más que le busquen el gobierno,
no logra atenuarse. Fue tanto el abandono en esa materia en gobiernos
anteriores, que hoy es muy difícil erradicar o controlar el problema, pues
algunos de estos malandros quedaron solos y se agruparon con otros, y es esa
pedacera la que anda haciendo tantos males. Con decirles que una familia
completa en Ixtapa, traía billetes de 500 pesos falsos, comprando en el mercado
de artesanías, comiendo tacos y bebiendo en bares, donde pagaban con esos billetes
falsos y recibían con cinismo el cambio. Cuando los comerciantes se dieron
cuenta, ya los habían estafado, y ni sus luces de los dichosos estafadores.
¡Qué
terrible! Pero lo más triste es que esa gente eran una familia, padres e hijos
metidos a delincuentes. ¿Pueden creer semejante acción?
Ahora
vayan comprendiendo cómo andan los extorsionadores aquí en Zihuatanejo. Los locatarios
dicen que son chilangos, entonces póngase buzos. Ya les dije, evítense el susto,
no contenten las llamadas de números que no conocen. Si es su familia, ya le
avisará mediante un mensaje; y si es un amigo que lo quiere localizar, igualmente
le mandará un mensaje. Afortunadamente hay varias formas de localizarnos ahora.
La
nueva forma de extorsionar por parte de los malvados es que se dicen ser
integrantes de un grupo del crimen organizado, y piden cierta cantidad de dinero
para protegerte. Primero te hablan bien, y si te niegas o les cuelgas, te
siguen llamando y te mandan mensajes aterradores. Por eso les digo que no
contesten.
Según
comerciantes afectados en el puerto de Zihuatanejo, esas llamadas ya se habían
calmado, pero volvieron; y dicen ellos que son chilangos, que seguramente no
tienen dinero para regresarse y por eso extorsionan, y que aunque el acento los
delata, dicen ser del crimen organizado.
Pues
que se cuiden bien esos canijos, porque ya les dije que por estos rumbos el horno
no está para bollos; los cocodrilos en Playa Linda siempre tienen hambre, y un
manjar de esos oreados le caería muy bien.