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DEFINICIÓN DEL DESTINO DEL PARTENÓN DE ZIHUATANEJO

OPORTUNIDAD DE LA GOBERNADORA PARA PASAR A LA HISTORIA”

El Partenón de Zihuatanejo, cuya construcción fue ordenada por el ex jefe de la Policía y Tránsito del otrora Distrito Federal, Arturo Durazo Moreno, mejor conocido como “El Negro Durazo”, fue subsidiado con dinero producto de la corrupción durante el período en que José López Portillo (su amigo de infancia)) se desempeñaba como presidente de los Estados Unidos Mexicanos, 1976-1982, y se ubica en una de las montañas que circundan la bahía de Zihuatanejo, a la altura de playa La Ropa.

El edificio que pretendió ser una copia, guardando las proporciones debidas, del Partenón que se levantó en la Acrópolis de Atenas, Grecia, en honor a la deidad femenina Palas Atenea (en la mitología griega representaba guerra, la civilización, la sabiduría, la estrategia en combate, la ciencias, la justicia y la habilidad).

Después de un extenso y complejo litigio sostenido entre el Gobierno del Estado y familiares del ex jefe policíaco, iniciado de forma posterior al fallecimiento de este último, la sentencia definitiva favoreció al Gobierno estatal.

El día miércoles cinco de enero pasado, en entrevista con medios de comunicación, la maestra Evelyn Cecia Salgado Pineda, gobernadora Constitucional del  Estado Libre y Soberano de Guerrero, anunció la venta del Partenón de Zihuatanejo, asegurando que tal determinación está encaminada a generar ingresos, argumentando que éste no tiene ningún uso “político o social”. Tiene razón la gobernadora cuando dice que el edificio “no tiene ningún uso político o social”, pero ignora que para los y las zihuatanejenses sí tiene una utilidad turística, económica y cultural (tan es así que innumerables personas que llegan en calidad de turistas preguntan por él).

Ahora bien, es el momento de demostrar en los hechos aquellas frases que ha pregonado como premisas el líder de la Cuarta Transformación: “amor con amor se paga” y “con el pueblo todo, sin el pueblo nada”, frase ésta última que está sobre la base de la sentencia latina vox populi, vox dei. En ese orden de ideas, aquí cabe precisamente aplicar la figura de consulta popular para determinar el destino del emblemático edificio.

Las propuestas planteadas en el sentido del uso que pudiera dársele al Partenón son diversas y van desde un centro de convenciones, un centro cultural; pasando por una biblioteca, una casa del artista, un museo; hasta un instituto municipal de bellas artes o un atractivo como parte de un tour para visitantes nacionales e internacionales.

Si el cabildo de Zihuatanejo de Azueta asumiera una postura estricta desde el punto de vista legal y sumara únicamente los adeudos del impuesto predial sobre el particular, es posible que exista un saldo a favor del municipio.

Suponiendo que se vendiera, ¿cuántos millones se obtendrían por este acto jurídico?, ¿se dirigirían en su totalidad esos recursos económicos para beneficio de los y las zihuatanejenses?, ¿demolerían las ruinas y construirían de forma privada un hotel, unas villas, unos bungalows? O sea, se obtendría un beneficio raquítico y pasajero, sacrificando derramas pecuniarias permanentes.

En la Administración Pública Estatal inmediata anterior ya se había gestionado y comenzado los trabajos para convertir el sitio como un espacio público alternativo para el esparcimiento para vacacionistas, a grado tal que en el 2019 funcionarios de la Secretaría de Cultura federal se apersonaran en el lugar y declararon que lo convertirían en espacio donde se fomentara la cultura… pero sólo quedó en buenas intenciones.

Urge que el ayuntamiento municipal, asociaciones civiles, gremios turísticos, asociaciones de periodistas, partidos políticos, agrupaciones de artistas, sindicatos magisteriales y de otro tipo de trabajadores, así como la sociedad en general, se organicen, hagan una causa común sobre un bien inmueble que es de carácter común y se pronuncien en desacuerdo con el despojo del mismo.

Hoy, tiene usted, maestra Evelyn, la oportunidad de ser recordada por los habitantes y las habitantes del municipio de Zihuatanejo de Azueta como una gobernante sensible, visionaria, generosa, prudente y solidaria con este noble pueblo costero que hace descansar una de sus fuentes de ingresos en la actividad turística, o en su defecto, como una autoridad que canceló la posibilidad de que esta municipalidad usufructuara el atractivo que ofrece turística, económica y culturalmente el referido inmueble provisto del constante beneficio para la colectividad.

El proceso de desincorporación del patrimonio del Estado de la multicitada propiedad es muy sencillo, sólo es cuestión de que haya voluntad política: se hace el pedimento de donación a favor del municipio de Zihuatanejo de Azueta al Congreso local, éste lo aprueba, se publica el decreto en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado, se formaliza el contrato, y listo.

Sabia virtud de conocer el tiempo.

César Antonio Aguirre Noyola

Investigador en materias política y electoral.

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