Réplica de un fugitivo
Raymundo Riva Palacio
Interpol, por petición de la Procuraduría
General de Justicia de la Ciudad de México, emitió una ficha roja para la detención
preventiva de Gonzalo Gil White y otros cuatro socios de la empresa Oro Negro,
acusados de los presuntos delitos de administración fraudulenta y abuso de
confianza con un daño superior de 750 millones de pesos. El caso en sí mismo es
importante, y el contexto aún más. Gil White es hijo de Francisco Gil Díaz, uno
de los economistas más respetados por toda una generación de expertos y un
secretario de Hacienda tan poderoso en el gobierno de Vicente Fox, que actuaba prácticamente
como vicepresidente para asuntos económicos. Gil White se encuentra prófugo, y
al no ser considerados esos delitos como graves, podría enfrentar su litigio en
libertad.
Gil White considera que la acción de la
procuraduría capitalina es una venganza fabricada para perjudicarlo. “Hemos
sido víctimas de un ataque doloso en una carpeta de investigación que lleva la
Procuraduría de la CDMX repleta de faltas al debido proceso y pruebas
falsificadas”, escribió el empresario en una carta dirigida a esta columna,
como réplica a un texto publicado el 22
de agosto. “Estas pruebas fueron insertadas en información proporcionada por el
SAT a la PGR en violación del artículo 69 del Código Fiscal, y son el
fundamento para el aseguramiento de las cuentas de Oro Negro que acarreó la
quiebra de la empresa y la pérdida de empleos para cientos de trabajadores”.
La columna comparaba la historia de Gil White y Oro Negro a un mapa de
poder y privilegios, de conflictos de interés y protección que se extendió
durante tres gobiernos, a propósito de dos demandas en tribunales de Nueva York
por más de 700 millones de dólares. El empresario precisó que las demandas son
diferentes. Una, la que interpuso, fue contra los tenedores de bonos y “otras
partes” que le causaron un daño a Oro Negro “al confabularse con la
administración anterior de Pemex”. durante la gestión de Emilio Lozoya.
Esa demanda
está relacionada con contratos de arrendamiento de plataformas marinas durante
los primeros años de gestión de Lozoya que le generaron más de mil millones de
dólares. Los términos de los contratos fueron cambiados por el colapso del
mercado petrolero en 2015-2016 que provocó la caída de los precios del crudo en
alrededor del 60%. Oro Negro tenía créditos que no pudo pagar y empezaron sus
problemas insalvables con sus accionistas. Dos fondos extranjeros lo demandaron
por la forma unilateral de tomar decisiones corporativas en detrimento suyo e
ignorar las exigencias de gobierno corporativo en Oro Negro. Los tribunales
mexicanos les dieron la razón y los bonistas le ganaron un concurso mercantil,
por lo que se quedaron con las plataformas. Oro Negro fue declarado en quiebra
el 13 de junio pasado.
Gil White
rechaza los argumentos por los cuales perdió la demanda. “Oro Negro celebró
diversos convenios modificatorios con Pemex para darle alivio presupuestal ante
la caída de los precios del petróleo”, escribió. “A pesar de tener los términos
más favorables para Pemex, fue la única empresa a la que se le suspendió el 40%
de su flota sin pago. Cuando Pemex buscó hacer permanentes las reducciones
temporales, Oro Negro aceptó las condiciones propuestas por Pemex. No obstante,
insólitamente Pemex terminó en forma unilateral e ilegal los contratos cuando Oro
Negro buscó la protección de las cortes para reestructuras sus pasivos”. Esto
es lo que llevó a Gil White a la demanda en la Corte Sur de Nueva York, razón
por la cual, afirma, la Procuraduría de la Ciudad de México actuó en su contra
como represalia.
Gil White
responsabiliza de su quiebra al “esfuerzo coordinado” entre Pemex y el
inversionista David Martínez “para quebrantar la empresa y consolidar sus
activos en la operación de Seamex”, que es una sociedad entre el inversionista
y la empresa Seadrill. En su carta a esta columna no da más detalles de esta
acción supuestamente coordinada en su contra, salvo que, afirma, recibió
contratos “más ventajosos” que los del resto de la industria, mediante
adjudicaciones “sui generis”. Gil White subraya: “Oro Negro nunca participó en
actos de corrupción ni recibió beneficios o un trato preferente por parte de
Pemex”.
Sobre la
segunda demanda referida, Gil White señala que fue interpuesta por los
accionistas estadounidenses de Oro Negro bajo los términos que permite el
Tratado de Libre Comercio de América del Norte “ante el trato discriminatorio
del que fueron objeto por parte de la administración anterior y que resultó en
la expropiación de su inversión”. Esta demanda podría representar un fuerte
daño financiero al gobierno de México, pero Gil White asegura que él no es
parte de este litigio.
P.D. Una pregunta
mentirosa y con dolo le fue hecha en su conferencia de prensa matutina al
presidente Andrés Manuel López Obrador, afirmando que en la columna de este
lunes, quien esto escribe señaló que el presidente estaba enfermo del corazón
“y se iba a morir muy pronto”. Falso totalmente. Al describir la rapidez con la
que avanza su proyecto político, se mencionó en el texto que le urgía
consolidarlo “porque cree que su corazón no le alcanzará para acabar el
sexenio, pese a que no hay ningún
indicio de que esté mal”. El presidente no cayó en esa provocación infame y
reiteró que su salud se encuentra perfecta.