Editorial

Las memorias incómodas de Tatiana Clouthier

Revisar a agua pasada lo que sucedió en la campaña electoral de 2018 parecería un tanto ocioso. Sobre todo cuando no nos damos abasto para comentar el día a día de una presidencia tan polémica como la de Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, el recuento que ha hecho Tatiana Clouthier de esos meses vertiginosos ofrece claves importantes para entender mejor lo que hoy estamos viviendo.

Juntos Hicimos Historia, el libro publicado por la coordinadora de campaña de AMLO tiene el enorme mérito de hablar las cosas al chile, como podría haber dicho esta norteña claridosa. Eso y la peculiar cualidad de haber sido colocada en el centro mismo de la operación a pesar de ser una extraña a ese círculo íntimo, le permiten una mirada desde adentro a veces de extrañeza frente a los usos y costumbres de las tribus de Morena, en otras ocasiones incluso de reprobación, pero siempre honesta y bien intencionada.

Tatiana Clouthier fue panista buena parte de su vida. Hija y activista en la campaña de Maquío por la presidencia del país en 1988, diputada blanquiazul, candidata y coordinadora en diversas campañas de ese partido. Renunció al PAN en 2005 tras la elección de Manuel Espino a la dirección y dedicó afanes y desvelos a distintas organizaciones y causas de la sociedad civil. Eso la fue llevando poco a poco a buscar un cambio político por otras vías hasta entender que el tabasqueño era la única alternativa para impulsar un México diferente. Hizo trabajo a su favor en la campaña de 2012 y volvió a acercarse para el 2018. Y no fue poca su sorpresa cuando él la invitó a asumir la coordinación de la campaña.

Tatiana describe la manera en que a pesar de sus diferencias le va ganando la admiración y el respeto por López Obrador. Una y otra vez constata la arraigada sencillez y austeridad del candidato que a veces raya en lo absurdo: la modestia de hoteles y fondas que frecuenta, la infatigable manera en que saluda a los humildes y se toma la foto cien del día como si fuese la primera, la calidez del núcleo familiar del ahora presidente. Tatiana tiene una especial predilección por Beatriz Mueller y su texto ofrece ángulos desconocidos de la primera dama, que contrastan con la dura imagen que han proyectado los medios.

Eso no quiere decir que estuviera de acuerdo con todas las posiciones de López Obrador. Le costó trabajo entender la alianza con el PES, el partido de las iglesias evangélicas y más aún la invitación a personas como Napoleón Gómez, el controvertido líder de los mineros o a Manuel Bartlett el hombre que a su juicio había congelado el sistema en la elección en la que compitió su padre. En ambos casos expresó su sentir y ahora lo publica, algo inusitado en una coordinadora de campaña. En otras ocasiones llamó la atención al propio López Obrador sobre aspectos puntuales: “Ya no le digas señora Calderón a Margarita Zavala, son cosas que tienes que cuidar”; deja de hablar de amnistía para los criminales, habla mejor del proceso de paz. Le pidió una y otra vez que no criticara a la sociedad civil como un todo ni se peleara con la iniciativa privada de manera indiscriminada; no todas las organizaciones civiles son malas ni todos los empresarios son mafiosos; muchos están con nosotros. En algunas cosas AMLO le hizo caso en otras no. Si los consejos deveras sirvieran habría fábricas para producirlos, dice Tatiana. A la postre concluyó que el hombre tiene años de experiencia y casi siempre sus intuiciones han mostrado ser correctas.

SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

El PRI se reagrupa. Conocedores de los tiempos políticos, ayer se reunieron todos, sin faltar uno solo (ni siquiera el que se fue), en torno al ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer, padre de muchas generaciones políticas, quien hizo un llamado al trabajo para recuperar espacios, y enfocarse hacia el 2021.

Figueroa dijo que todos tienen una misión en Guerrero y que se debe lograr por las guías que les han enseñado en el PRI y el gobernador: trabajo, honestidad y lealtad, “que creo que son los caminos para llegar a triunfar en la vida política”.

Ahí está macada la apertura del proceso electoral que viene, y que le dará al año 2020 un significado especial, como año pre-electoral, en el que se acomodan todas las piezas del ajedrez político, tanto hacia dentro de los partidos como hacia afuera.

Se les ve nostálgicos a los priístas. Si antes el poder los desunió, ahora la derrota los está acercando una vez más. Y lo que tienen enfrente es un problemón marca llorarás, porque si bien ahora detentan la gubernatura, los números dicen que no les alcanza la cobija para mantenerla, frente a un Morena que aunque se desgarra por dentro, y aunque no tiene por el momento ningún prospecto fuerte, como partido simplemente arrasa.

Falta también que cuajen los programas del gobierno federal, y que la gente comience a saborear el cambio, para que la brecha política entre Morena y los partidos de oposición aumente, aunque actualmente es de 60-30 por ciento de preferencia electoral.

Si lograran los priístas remontar esa diferencia, habrán logrado una gran hazaña. Pero no lo harán solos, y por eso la reunión de ayer es emblemática.

Por eso no deja de intrigar la presencia del ex gobernador Ángel Aguirre en ese lugar, al que ya no pertenece, a menos que él nos diga lo contrario.

Sobre todo que no fue solo, sino acompañado de los líderes de la corriente política que él encabeza en el PRD, la Izquierda Progresista Guerrerense, con la cual ha dicho que fortalecerá al Sol Azteca en el estado, oponiéndose incluso al cambio de nombre del partido que fue sugerido por Los Chuchos, quienes como resultado de una amplia oposición sólo atinaron a crear una plataforma paralela, para atraer a personajes de la derecha, llamado Futuro 21, a donde finalmente pararán si no ven que el partido amarillo se levante.

El ex gobernador hizo algunas aclaraciones en sus redes sociales, indicando que estuvo ahí por cortesía con uno de los hombres que le ayudó en su carrera política, refiriéndose a Rubén Figueroa.

Recordemos que el ex gobernador lanzó hace precisamente un año la noticia de que el PRD iría en alianza con el PRI, porque sólo juntos podrían hacerle frente a Morena.

A quienes se escandalizaron por esa propuesta, simplemente les mostró los números que finalmente confirmaron las encuestas recientes. Si juegan por separado, aunque ganen en fortaleza ideológica e identidad, no tendrán acceso al poder, perderán Casa Guerrero y no hay para cuando regresen.

El PRI sabe de esto. Aguirre también. Cuando el tricolor perdió el poder en 2005, pasaron 10 años para recuperarlo, y eso porque las elecciones para gobernador se tuvieron que empatar con las federales, y el periodo de Aguirre fue de sólo 4 años.

También pudieron recuperar el poder por la tragedia de Iguala, lo que les dio la plataforma ideal para influir en el electorado y demostrar que el partido que decía resolvería todos los problemas de la entidad, realmente los aumentó.

Por lo tanto, el ex mandatario sabe que todos sabemos que en política no hay casualidades, y que lo de ayer fue algo más que una simple cortesía. Fue un reencuentro, la consumación de una reconciliación, y el inicio de un nuevo pacto, en el que se incluye al PRD. Al tiempo.

Palabra de Mujer

Ruth Tamayo Hernández

Mal presagio, la división entre mexicanos

“Todas las cosas que salen de ti regresan a ti, así que no es necesario preocuparse por lo que vas a recibir; mejor preocúpate por lo que vas a dar”: Pedro Amador

Mis estimados, si nos hubieran augurado que en un año de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, habría tanta discordia y pleitos entre mexicanos como los tenemos hoy, de plano nadie hubiera creído que se demolería la fraternidad que caracteriza a los mexicanos.

Pero se rompió y lo peor es que sigue la división, pues nos confrontamos o nos confrontaron por cosas de politiquerías que nunca debieron dividir a los mexicanos, pero nos partieron en grupos que se toman en serio su papel de adeptos a Morena, capaces de amenazarte y hacer verídica la amenaza si te atreves a contradecir al presidente AMLO.

Las benditas redes sociales son excelentes para informar; sin embargo, también para denostar, difamar y hasta amenazar de muerte a las personas. Tristemente ese fenómeno es recurrente en las redes sociales, y ya no sólo lo usan los grupos criminales, sino que ahora también los grupos del poder político usan ese medio para intimidar y enseñar las uñas a quienes le levantan la voz al presidente AMLO.

Esas personas provocan pánico y terror con sus palabras, dicen horrores que con sólo leerlos te atemorizas, y como están las cosas en nuestro país, cualquiera se derrumba y huye.

Millones de mexicanos, hartos de tanta injusticia y corrupción del sistema PRIAN, añoraban que el ahora mandatario federal ganará la Presidencia de México. Millones soñaron con una trasformación del país, que en cierta forma, no nacerá de la noche a la mañana, los cambios tardan y también duelen, pues muchos ciudadanos nos resistimos a cambiar.

Sin embargo, llegó la desilusión de muchos mexicanos, pero no por la trasformación del país, esa no será pronto; la decepción fue por el crecimiento infernal de la inseguridad y violencia en México, pues los mexicanos, cansados del dolor y llanto, vieron en López Obrador un hombre de carácter firme que había recorrido todo el país, municipio por municipio, pueblo por pueblo, durante casi 18 años, y conocía bien el dolor de millones de mexicanos. Pero bien pronto se desanimaron muchas personas, pues no vieron resultados en materia de seguridad.

Y mientras trascurría el tiempo del gobierno del presidente AMLO, la situación económica, política y de seguridad en México, se agravó a una dimensión exagerada, empeoró horrible, pues los matados ya no eran entre criminales nada más, sino que comenzaron a caer los hijos de maestros, doctores, empresarios, ecologistas, guardabosques y un largo etcétera, a tal grado que los números de homicidios son altísimos y desgarradores.

Algunas veces en este espacio comenté, mis estimados, acerca de esta situación. Lo recuerdo porque han pasado muchas cosas feas en el puerto, ya que les han arrebatado la vida a jóvenes con mucho futuro en su vida profesional y dejaron a sus padres con un dolor inmenso en su corazón.

También esos sucesos han marcado al destino de playa; sin embargo, lo que pretendo decir, mis estimados, es que aunque seamos pobres, que estemos en extrema pobreza, que seamos miserables, pero que estemos todos juntos en casa, en familia, que no nos falte el hijo, o papá, mamá, tío o hermano, porque los mataron, o los secuestraron, o lo desaparecieron.

Eso lo que pretendo decir. Muchos preferimos pobreza, pero estar juntos en casa y no violentados, huyendo como animales salvajes.

Y tristemente este tema ha divorciado a muchos ciudadanos del actual gobierno, porque tuvieron que dejar sus pueblos para salvar su pellejo por la violencia que azota las comunidades serranas. Esa gente y muchos más depositaron las esperanzas de un país sin violencia en el presidente AMLO; había una efervescencia grande por un cambio en México, que tarda en llegar.

Sin embargo, aclaro, antes que se pongan creativos conmigo, falta mucho para vaticinar que falló el gobierno de AMLO. Hablamos de la seguridad: En este sector el mandatario federal quedó a deber mucho este año, tema por cierto que nos tiene muy divididos a los mexicanos, pues un gran sector no acepta críticas contra el presidente, olvidando que es una figura pública, sujeta al escrutinio público, como él mismo lo acepta. Al grado de que promovió el derecho a la consulta y la revocación de mandato.

Pese a ello, quien se atreve hacer un señalamiento contra el presidente AMLO, es hombre difamando y hasta violentado en las redes sociales. Hemos llegado a tal grado de difamarnos groseramente, entre buenos y malos.

Hoy ya no nos divide la situación religiosa o económica. Ahora es la política lo que nos tiene divididos a los mexicanos y confrontados, situación que se torna oscura conforme pasa el tiempo. Gris es poco, más bien comienza a cubrir al país una nube negra que no permitirá que nos veamos a la cara.

Entonces no sigan rivalizando al pueblo con el pueblo. Antes que prosperen con mayor fuerza las desgracias, sería bueno unirnos para afrontarlas, al igual la crisis económica que se avecina al México lindo y querido.

Sólo unidos podremos prevalecer, y no crean que esas desgracias y crisis económica solo va arrastrar a los ricos también se van los pobres y además los más pobres.

Por eso, mis estimados políticos y funcionarios en turno, dejen de dividir a los mexicanos con cuentos guajiros, mejor busquen cómo unirlos para cuando se necesite la fuerza, porque finalmente son ustedes los políticos los que dividen; entonces encárguense de pegar lo que rompieron.

Recuerden la ley de causa y efecto, todas las cosas que salen de ti, regresan para ti.

Y ya encarrerados con esto de la causa y efecto, les cuento que me sorprendió en lo particular la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, por su postura ante el fallo que dio el juez Federico Mosco, en el caso de Abril Pérez, mujer asesinada a balazos en la cabeza en pleno 25 de noviembre, fecha en que se festeja el Dia Internacional de la no Violencia

Expuso Sánchez Cordero que había sido fatal la decisión del juez, para cambiar el delito de intento de feminicidio por el de violencia intrafamiliar. Señalando que el sujeto no quiso matar a Abril con un bat, porque un bat no es un arma, sino un juguete.

“En su argumento toral para reclasificar el delito, el juez de procesos, para decir que no era tentativa de feminicidio (estaba privado de la libertad con tentativa de feminicidio, obviamente por ser grave su conducta), pues resultó que la clasifica y dice ‘no tentativa de feminicidio, sino violencia intrafamiliar’, y entonces con eso sale el imputado para enfrentar el proceso en libertad; y ahí el argumento toral del juez fue primeramente insostenible”.

Agregó la Sánchez Cordero: “No sé si recibió dinero el juez por emitir el fallo que dejó en libertad a Juan Carlos N”; lo que sí sé, es que estamos revisando los expedientes y el argumento no tiene sustento, tú inmediatamente vez la solidez de los argumentos de los juzgadores para tomar la decisión, y si los argumentos no son sólidos, como en este caso no fueron sólidos, simplemente reclasificó para que saliera

¿Y qué espera secretaria de Gobernación, Sánchez Cordero, para actuar contra el maniático presunto asesino Juan Carlos García? Porque es señalado por su propia hija de ser el asesino intelectual de su mamá, Abril Pérez. ¿O qué esperan que el malnacido vaya y mate a la jovencita, o a la familia de Abril que exige justicia?

No esperen que haya más muertos, busquen al asesino y refúndanlo en la cárcel.

Además, también al juez que lo liberó, quítenlo del cargo y mándenlo a la cárcel por corrupto. Pero háganle un favor, resguárdenlo, no sea que el asesino vaya y lo mate para que borre las evidencias.

Ustedes bien que saben dónde está ese malnacido, pues ya mandó una carta diciendo que es inocente, pero su propia hija dice que es buen actor. Además, tiene dinero para comprar conciencias.

Están advertidos, señores funcionarios federales. Un asesino peligrosísimo anda suelto, atrápenlo de inmediato, o les va a crear graves consecuencias.

Esos tipos psicópatas, maniáticos, no deben andar en las calles. Les recuerdo, mataron de manera cobarde frente a sus hijos a una mujer que pidió ayuda y no se la dieron. Asesinaron a Abril Pérez y eso duele, no se vale, todas somos Abril, exigimos justicia. 

Editorial

Un año después

¿Qué tan distinto es el Andrés Manuel del primer año al que imaginamos? Cada uno tenía una expectativa diferente, hace un año todos esperábamos ciertas cosas y temíamos otras, había agoreros del desastre y pregoneros de la gloria y pocos, muy pocos moderados. ¿Ha sido un buen año?

Sigo pensando que lo mejor de López Obrador fue haber ganado la elección, esto es, que su triunfo generó una esperanza que rompió la inercia creciente de descontento y mal humor social y que de no haberse dado estaríamos muy probablemente en una situación muy similar a la de Chile.

Los pobres, la justicia social y la austeridad del sector público ganaron en apenas 52 semana un espacio en la agenda del país que nunca habían tenido. Si hoy hay empresarios discutiendo el salario, si hoy los pobres tienen lugar en el Palacio y en la agenda del Presidente y si a ningún servidor público se le ocurre hacer el más mínimo gesto de ostentación económica es porque la presidencia impuso una forma distinta de entender el ejercicio del poder.

Un año después resulta aún más insoportable de lo que ya era el moralismo del Presidente, esta tan falsa como absurda dicotomía entre buenos y malos. Saca ronchas la victimización y la prepotencia del grupo gobernante, la falta de autocrítica y el desprecio de la técnica. Nada hay políticamente más peligroso que el purismo y la pretendida superioridad moral de un grupo, el que sea y por las razones que sean. El revanchismo es la tumba de todas las revoluciones.

Las mañaneras han resultado un ejercicio desgastante y desgastado. Un ejercicio que comunica mucho, pero informa poco, que banaliza lo importante y da un espacio exageradamente grande a lo banal. Gobernar no es tirar netas sino resolver problemas, y las mañaneras se han convertido en el púlpito desde el que el Tlatoani nos sermonea cada mañana y combate a la realidad con otros datos.

No se puede decir que es un buen año cuando la economía no crece y la inseguridad no baja, cuando el empleo cae y el crimen organizado anda a sus anchas por el territorio nacional, cuando, en palabras del Presidente, los criminales le hacen una guerra de cuatro horas al Estado y, eso no lo dijo el Presidente, pero sí sucedió, el Estado sale derrotado. Estamos lejos, muy lejos de aquellos agoreros del desastre económico, de quienes decían que el país se iba a caer.

Lo más preocupante de estos primeros doce meses es sin duda lo político. La concentración de poder en manos del Presidente no tiene antecedentes en la era de la democracia. La ruta que ha emprendido López Obrador para eliminar todo aquello que él considera un estorbo para el desarrollo de su proyecto debe ser motivo de preocupación, pero más aún debe serlo la incapacidad de la oposición no digamos para articular un discurso alternativo de nación sino simplemente una visión de país que les permita actuar congruentemente.

Un años después tenemos un Presidente popular, un gobierno de medio pelo, un país con urgencias y una ciudadanía todavía con esperanza. Ah, y una realidad terca como una mula que no va a cambiar con discursos moralistas sino con acciones y políticas públicas sustentadas y sostenibles a largo plazo.

SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Morenistas, petistas, pesistas y verde ecologistas, se constituyeron el lunes en un frente nacional, ante las evidencias de reagrupación de la oposición, integrada por el PRI, PRD y PAN, sobre todo.

Diputados federales de Morena, PT, PES y PVEM, integraron formalmente la Asociación Nacional de Legisladores Constituyentes de la Cuarta Transformación.

A este organismo se integrarán también diputados en los estados y senadores, haciendo una red nacional que actúe de manera coordinada.

“Sabemos que la derecha está tratando de reagruparse; como dice el Presidente, están moralmente derrotados, y nosotros tenemos que aprovechar para seguir creciendo, para seguir desdoblando el movimiento, para ganar nuevos espacios, para convencer a más grupos, a más actores de la sociedad, abrigar más causas y que sigamos siendo el motor de la transformación”, aseguró Mario Delgado, coordinador de los diputados morenistas en San Lázaro.

Y, en efecto, es una respuesta al intento de reagrupación de la derecha, que en lo sucesivo actuará en conjunto, para remontar su propia derrota y tratar de recuperar el poder federal en 2024, algo que por el momento se antoja imposible, pues los números todavía no les dan para eso, y porque se tienen análisis serios en los que se afirma que el lópezobradorismo gobernará el país por lo menos dos sexenios, tal y como lo hizo el PAN, luego de lo cual la oposición –sea en conjunto o como partidos individuales-, tendrán la oportunidad de comenzar a crecer.

Y este crecimiento será paulatino, tal cual le sucedió al PRI con la llegada del PAN al poder, en el año 2000. Fue hasta las elecciones federales de 2009, cuando los priístas se despegaron del panismo –con el que se habían mantenido en alianza política para frenar al PRD-, y comenzaron a ganar posiciones en el ámbito legislativo, luego en gubernaturas, hasta que finalmente retomaron la Presidencia de la República en 2012.

Claro que eran otras circunstancias, pues cuando Fox, el PRI no quedó tan diezmado como ahora. Y para 2006, aunque quedó en tercer lugar –luego del presunto fraude contra AMLO que reposicionó al PRD como segunda fuerza-, el tricolor pudo mantener sus privilegios gracias a los acuerdos con el partido en el gobierno.

Actualmente, en cambio, a ningún partido le da para ir solo a la escena electoral, sin sufrir nuevas y estrepitosas derrotas. Por eso la recuperación de la oposición tendrá que ser en conjunto.

Los veremos, por ejemplo, ir juntos a las gubernaturas, incluso con el PRD, que es el partido más desdibujado de todos y al que no le conviene mantenerse en la pose de su dignidad ideológica.

Guerrero será una especie de experimento, en el que el PRI y el PRD ensayarán una alianza política, para evitar que la gubernatura caiga en poder de Morena.

No es de gratis que el ex gobernador Ángel Aguirre Rivero ya haya limado asperezas con el ex alcalde de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre, y pronto lo hará también con Carlos Reyes Torres.

Pero si se piensa que Aguirre depuso las armas y fumó la pipa de la paz con el representante de la mayoría de las tribus perredistas. Ese fue sólo un acercamiento para limar asperezas, pero el plan de una alianza PRI-PRD continúa. Aguirre les pondrá los números enfrente y tendrán que decidir entre una alianza, o una derrota anunciada. Al tiempo.

Palabra de Mujer

Ruth Tamayo Hernández

Gobernadores serán exhibidos

Estados con la soga al cuello

“Lo que más me indigna es la indiferencia con que se contemplan las cosas, en general. Y en los dirigentes la ignorancia y la soberbia”: José Luis Sampedro.

Mis estimados, por más que quiero ser positiva y ver el lado bueno a los escenarios que vivimos los mexicanos, en relación a la crisis económica y de inseguridad que azota al México lindo y querido, no logro ver nada efectivo. La inseguridad golpea con furia los hogares pobres y ricos, y lo grave es que persiste el silencio oficial o la salida más fácil: la de buscar culpables.

El presidente Andrés Manuel López Obrador, dijo que no pretende culpar a los gobernadores de la inseguridad, pero dijo que tienen que aplicarse, comprometerse y cumplirle a la sociedad, participando gobernadores, alcaldes y policías estatales y municipales, pues ya reciben buenos salarios y no están actuando.

Sin embargo, el mandatario federal se puso el zapato antes recortarse, ya que su reclamo va acompañado de exhibición. Es decir, va ventanear a los gobernadores cada mañana en su conferencia, va a dar nombre y apellido del gobernador que se haga patito en el tema de la inseguridad y violencia de sus estados.

La advertencia es directa para los gobernadores; incluso, hizo público el reconocimiento al gobernador de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme, pues el mandatario estatal hizo frente a un grupo criminal que ingresó a su estado, a balear una comandancia. La policía respondió a los criminales y dio un resultado de 22 personas matadas, en su mayoría civiles armados. Eso le gustó mucho al mandatario federal y puso al gobernador coahuilense como ejemplo de aplicación en tema de inseguridad y violencia.

Es decir, ahí no existió el guácala, fuchi, te voy acusar con tu abuelita. Tampoco hubo abrazos, hubo balazos, no fregaderas. Les respondieron las autoridades a los criminales también con balas. Como ellos proceden, así deben responder las autoridades, y dejarse de andar con hipocresías guajiras.

Esos malvados se la van a pensar dos veces antes de volver a ir a balear las dependencias de ese gobierno estatal.

Pues les cuento que de ese suceso se agarró el mandatario federal, para decir: “Ustedes, señores gobernadores y presidentes municipales, con sus policías municipales bien pagados, hagan el trabajo y yo los felicito por su trabajo cada maña desde Palacio Nacional”. Jojojo. Qué bonito es lo bonito.

Bueno, dentro de lo que cabe, la nueva decisión oficial cambia el panorama. Sí hay línea para hacer frente al canijo canguro que andaba muy suelto, brincando a diestra y siniestra con toda impunidad en estados y municipios, y ahorita con esa orden no será fácil entrar al campo, pues donde haya huevos de avestruz no creo que se quieran aventar los muchachos a comerse esas bolas. Aparte de grandes, tienen mucho colesterol y se pueden infartar.

Pero vamos a ver en qué paran estas disposiciones del mandatario federal, pues a ningún gobernador, por muy cínico que sea, le va a gustar que lo exhiba el mandatario federal cada maña en sus conferencias.

Digo, porque ya conocen al presidente AMLO. Y cuando dice que los va a exhibir de irresponsables, los va a poner en evidencia, no lo duden.

El presidente les decía que se puso el zapato antes de cortarse y adelantó que con la nueva decisión no estaba culpando a ningún gobernante de la inseguridad y violencia, y menos lo quiere evidenciar. Lo expresó de la siguiente manera: “Vamos a presentar un informe de seguridad y queremos mostrar lo que pasa en cada estado, porque hay autoridades locales que se aplican y están con nosotros, como por ejemplo, la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum, todos los días está atendiendo los problemas de inseguridad ;y otros no se levantan temprano. Vamos a dar a conocer la lista de las reuniones de coordinación y es lamentable que en donde no participan, es donde tenemos altos índices de violencia e inseguridad.

Ahí tienen, señores mandatarios estatales. Busquen el saco a su medida y pónganselo, pero pónganselo de veras, porque las indicaciones del mandatario federal son claras como el agua clara. Y cuando el presidente dice que te va a exhibir, lo cumple.

El mandatario federal dijo que con la disposición de informar lo que sucede en los estados, no pretendía culpar a los gobernadores, sino sólo de que se conozca “quién es quién” entre gobernadores y alcaldes, para combatir la inseguridad.

Así que mejor no le busquen tres pies al gato. El presidente AMLO, con ese plan quiere saber qué gobernador está con él y quién al contrario lo está boicoteando en el tema de la inseguridad y violencia. Jojojo.

Buena manera la del presidente AMLO, para responsabilizar a gobernadores y presidentes municipales del tema de la inseguridad que azota los estados y municipios. Sin duda, las palabras del mandatario dicen mucho, así que es mejor que se apliquen los gobernantes en el tema y se cuelgue en su pecho el refrán que reza. “Te lo digo a ti mijito, entiéndelo tú mi nuera”. Jejeje.

Recortes

Por cierto, les llueve sobre mojado a los gobernadores, pues aparte del tema de inseguridad que azota sus entidades, el recorte presupuestal 2020 les va a pegar duro y a la cabeza.

Al menos 15 gobernadores buscan a aminorar los recortes presupuestales aprobados por la Cámara de Diputados, con nuevos impuestos o incrementando los ya existentes, y otros buscan endeudamiento público.

Los sectores más afectados con nuevos impuestos son turismo y servicios, pues prevén incrementar impuestos a hoteles por noche, bebidas alcohólicas, juegos y sorteos y en transporte.

El otro aumento es directo a los automovilistas, mediante el remplazamiento y aumento de licencias y tarjetas de circulación.

Y lo único que le puedo decir, mis estimados, es que a Guerrero nos pasa atraer el tráiler, porque la entidad suriana tiene municipios con vocación turística y si aumentan los impuestos a hoteles -y a eso agregue la inseguridad y violencia que azota los destinos, además de la falta de promoción y la canija crisis económica-, puede que el turista cambie de destino y se aleje de los puertos guerrerenses.

Eso es lo único que nos va a faltar para cerrar el cuadro de honor. Aunque nuestros destinos, a Dios gracias, en los últimos dos fines de semana han estado rebasando el 90 por ciento de ocupación hotelera.

Muy a pesar de todas las desgracias que ocurren al puerto Ixtapa-Zihuatanejo y Acapulco, los destinos están recibiendo turistas, alcanzando cifras elevadas de ocupación. Esto indica, pues, que el turismo disfruta estas playas, porque no es secreto que no hay publicidad turística a nivel nacional ni internacional para los destinos de Guerrero. No la hay, aunque el secretario de Turismo federal, Miguel Torruco, presuma cifras alegres de turistas que arriban al país, al grado de presumir que fue una gran decisión la del presidente AMLO, el desaparecer el Consejo de Promoción Turística de México, así como la propia restructura de la Secretaría de Turismo, con la cancelación de 65 plazas que representan un ahorro de 42.5 millones de pesos.

El funcionario federal volvió a cantar cifras alegres del arribo de turistas internacionales que ingresaron al país en este 2019. Con garbo expuso que llegaron al país 32.8 millones de visitantes; esto representa un aumento de 7.6 por ciento respecto al 2018, afirmó.

Imposible contradecir al secretario federal de turismo, pues es un merolico repitiendo las mismas cifras desde que tomó el cargo, cada que le dan el micrófono.

Repiten una mentira los funcionarios con la finalidad de que se haga verdad. Miguel Torruco, de tanto que repite la misma mentira, cree que lo que dice es verdad.

Lo cierto es que mermó el turismo, y mucho, en Cancún y su Riviera Maya, así como en Puerto Vallarta y Riviera Nayarit, y fue por la inseguridad y violencia que azota esos estados, aparte de la falta de promoción para limpiar la imagen de los destinos.

Al estado de Guerrero, sigue llegando el turismo internacional y nacional, no en la misma escala que antes, pero a Dios gracias están llegando y esperamos que siga la buena racha para los destinos de la entidad.

Editorial

A 100 años del Partido Comunista Mexicano

Al cumplirse cien años de la fundación del Partido Comunista Mexicano (1919), hoy inexistente, algunos ecos de aquella filosofía y aspiraciones políticas encuentran hoy débil resonancia en algunas expresiones y figuras del partido en el Gobierno: MORENA (Movimiento de Renovación Nacional). Un siglo ha pasado y el comunismo como sistema triunfador en Rusia, luego China y varios más (Cuba aquí en América Latina) se ha derrumbado o ha adquirido una distinta fisonomía. Fue un desastre social y una tragedia totalitaria. ¿Qué podemos o debemos recordar y/o celebrar? Muchas cosas sin duda y no pocas de múltiples ilusiones, afanes, esfuerzos por impulsar sus objetivos igualitarios y redentores. Hubo heroísmos notables y sacrificios encomiables, pero también desilusiones enormes. Fue el PCM por muchos años la organización emblemática de la izquierda mexicana.

Aquí interesa destacar solamente un aspecto que bien puede auxiliarnos en entender mejor qué proceso estamos atravesando en México. ¿Qué significa hoy, qué es la izquierda en México? Conceptos como “izquierda” o “derecha” están muy manoseados y con frecuencia ilustran poco, aunque son útiles para la diatriba y la clasificación del oponente. Pero aún así, veamos una o dos de sus características centrales.

Por decenios, la izquierda condensada en el PCM estuvo condicionada por al menos dos referentes: por la Revolución rusa de 1917 y las ideas de Marx-Lenin y la obligada consecuencia era la defensa de aquella gesta con la búsqueda de hacer lo mismo en el propio país. Por otro lado, el peso y trayectoria de la Revolución mexicana de 1910 que originó una ideología absorbente: el nacionalismo revolucionario que tuvo con el General Lázaro Cárdenas momentos de expresiones populares singulares –reparto agrario, por ejemplo– y momentos de antiimperialismo emblematizada por la expropiación petrolera. Tuvimos, pues, una izquierda geminada, dividida en dos cuerpos existenciales (nacionalismo y antiimperialismo).

Por años la izquierda transitó por esas dos sendas y cuando el socialismo soviético se derrumbó (1989, fecha convencional) los derroteros de lucha quedaron sin brújula pues por decenios el PCM había girado en torno a los dictados de la política exterior de la Unión Soviética, en tanto que otros giraron en torno al maoísmo o al castrismo.

Y esa izquierda se fue diluyendo para reacomodarse a los tiempos de apertura político-electoral en México. El PCM desapareció al ceder su registro a lo que sería luego el Partido de la Revolución Democrática, pero nunca esa izquierda hizo una revisión crítica de su trayectoria política e ideológica, y cómodamente se deslizó por las competencias electorales, conservando, eso sí, una postura antiimperialista, de denuncia, y combate a las políticas norteamericanas y neoliberales de predominio internacional.

Justamente por haberse desparramado en múltiples acciones de partidos competitivos, esa izquierda se desdibujó sin ajustar cuentas incluso con el sistema político y social que por años añoró impulsar en México. La arquitectura de su personalidad política, pues, quedó maltrecha y sin concluir para pervivir en contiendas con el régimen político dominante, el priísta.

SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Adrián LeBaron, junto con otros miembros de esta familia que el mes pasado sufrió la desgracia de perder a varios de los suyos en una emboscada en el norte del país, se reunieron ayer con el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Y lo que vimos es impactante: Adrián salió contento con la investigación que se realiza, pero sobre todo fue cauteloso en dar explicaciones a la prensa porque, dijo, es un asunto de mucho peligro, “incluso para nosotros”.

¿Qué se le informó a los LeBaron que cambiaron de opinión tan pronto?

Ellos estaban dispuestos a “echar chingadazos”. También promovieron en una marcha en Estados Unidos que los narcos mexicanos fueran declarados como terroristas, lo cual sería el preámbulo para que el gobierno vecino incursionara en nuestro territorio con el pretexto de defender sus intereses económicos y su soberanía nacional.

Los LeBaron, incluso, encabezaron una marcha en la Ciudad de México, mientras que el presidente encabezaba un mitin en el zócalo capitalino, para celebrar un año del inicio de su gobierno.

Los LeBaron fueron acompañados en su desgracia por panistas vestidos de civil (por aquello de que no se les acusara de llevar agua a su molino); y por perredistas inconformes con el gobierno lópezobradorista. Asimismo, grupos civiles que se han caracterizado desde la campaña por estar en contra del proyecto de AMLO, estuvieron presentes.

La marcha era de chile, de dulce y de manteca. Se juntaron muy diversas expresiones y exigencias. Pero el hilo conductor o el pretexto para asistir era el caso de la masacre de mujeres y niños de la familia LeBaron en la frontera entre Sonora y Chihuahua.

Se escucharon voces como “Renuncia López”, y otros reclamos contra la CNDH, el INE y la política de seguridad del país.

Un día después, sin embargo, todo cambió. Los LeBaron que se reunieron con el presidente en Palacio Nacional, salieron por una puerta alterna a donde los esperaba la prensa, sin decir palabra.

Solamente Adrián Lebaron atendió algunas preguntas, y dijo que están contentos con la investigación, que ya hay detenidos de la emboscada contra sus familiares, y que no podría abundar sobre el caso por cuestiones de seguridad.

Lo que es más, agregó: “Estamos contentos con la investigación pero no nos vamos a meter”.

Además, tienen programada otra reunión con el presidente en enero próximo, para conocer de primera mano los avances de la indagatoria.

¿Eso fue todo? ¿Y las exigencias de cambiar la política de seguridad? ¿Y el sainete armado un día antes? ¿Tanto ruido para tan pocos resultados?

Se esperaba que en esa reunión los LeBaron le plantearan al presidente su exigencia de cambio en la política de seguridad. Se esperaba que junto con el morelense Javier Cicilia le hicieran manita de puerco al mandatario federal, so riesgo de consumar su plan de llamar al pueblo a la autodefensa, como han venido amenazando en las últimas semanas.

Se esperaba que, por lo menos, mostraran inconformidad contra AMLO.

Al contrario, salieron “contentos”, “satisfechos” y anunció Adrián LeBaron que van a esperar.

Esa es una buena noticia, de hecho. Porque por su doble nacionalidad, los LeBaron tienen la capacidad de hacer que intervenga el gobierno de Estados Unidos, pretextando ataques de uno de sus connacionales.

La otra posibilidad de lo que sucedió en esa reunión privada, es que se les haya mostrado a los LeBaron su propio historial, que no es nada limpio. Detrás de esa familia hay historias de violencia muy marcados (incluso homicidios), tanto hacia dentro de la congregación mormona, como hacia fuera, en contra de los campesinos que colindan con sus tierras, porque se han venido apoderando del agua para sostener sus plantaciones de diversos cultivos, que son de exportación.

Su protagonismo exagerado podría hacer que el gobierno abra todos esos expedientes, y comience a revisar, por ejemplo, las concesiones de agua, que según los campesinos afectados son ilegales y se obtuvieron bajo corrupción de la Conagua.

Vaya usted a saber, amable lector. El caso es que los LeBaron reculan. Se van a esperar, dijeron. Y, sobre todo, se van a callar sus bravuconadas.

Como hemos dicho en este espacio, su desgracia fue terrible, no se le desea a nadie. Pero ciertamente no son los únicos que han sufrido algo así. Hay cientos de miles de hogares enlutados en este país, y lo que nos debe de unir, está siendo utilizado para separarnos.

Cuidado, porque soplan vientos de guerra, y cualquier chispa puede desencadenar escenarios peores.

Estado de los ESTADOS

Lilia Arellano

* Cuarta Transformación, decepcionante

* Economía no crece; inseguridad pública predomina

* “Vamos bien”, sostiene López Obrador con sus datos

* Incertidumbre causa su estilo personal de gobernar

Sin duda, no hay peor ciego que quien no quiere ver. Ante la crisis de seguridad, el estancamiento económico y la escasez de bienestar social resentido durante prácticamente todo el primer año de su gestión, el presidente Andrés Manuel López Obrador insiste: entre los mexicanos impera la felicidad, el entusiasmo y la esperanza, y no hay decepción. Para él, presume, la recesión técnica de la economía padecida en el primer semestre, la previsión de 0% de crecimiento al cierre del año; la continuación de la carnicería en el país, con 100 muertos diarios y alcanzando ya más de 30 mil sólo en su gestión; el nulo crecimiento del empleo y la ausencia de mejoras sociales a la población en general, no le han pegado a su aceptación entre los ciudadanos.

Por supuesto que la confianza en su liderazgo nacional está mermada y no sólo por cinco momentos “difíciles”, por él recordados en una entrevista publicada hoy en La Jornada, como fueron la explosión del gasoducto en Tlahuelilpan, Hidalgo, donde perdieron la vida 137 personas; la “guerra de cuatro horas”, en Culiacán, para detener a Ovidio Guzmán, el hijo de “El Chapo”, donde las fuerzas armadas fueron derrotadas en toda la línea por los narcotraficantes; ; el asilo a Evo Morales; el amago de Estados Unidos de imponer aranceles; y el asesinato de integrantes de la familia LeBarón.

Existen mucho elementos más: su decisión de cancelar el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), lo cual dio al traste con la confianza de inversionistas a su administración; la política de austeridad; la concentración de compras en la Oficialía Mayor de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP); la focalizada lucha contra la corrupción sólo contra adversarios o enemigos políticos, con la premisa: “gracia para los amigos, ley para los enemigos”; los crecientes subejercicios y la cancelación o incumplimiento integral de programas gubernamentales; la utilización de los mismos para fines partidistas a favor de Morena; la fallida estrategia de seguridad pública con la utilización, una vez más, de las fuerzas armadas, ahora aglutinadas en la Guardia Nacional; su desviación a la captura de migrantes para darle gusto al presidente de Estados Unidos y la violación de derechos humanos de centroamericanos; su pacto de “abrazos no balazos” con las organizaciones delincuenciales, quienes siguen conquistando territorios a placer, sin encontrar quien los enfrente.

En el tema económico, AMLO admite no se ha obtenido el crecimiento esperado, pero hay confianza en la población y presume “así lo reflejan las encuestas”. Según sus datos, hay una mejor distribución del ingreso, hay bienestar, y poco a poco se va a ir incrementando la economía.

Acepta la seguridad es una asignatura pendiente y su gobierno es responsable de atender el problema, pero no el culpable de la situación desatada por haber declarado la guerra al narcotráfico. “Las bandas no surgieron a partir del 1 de diciembre del año pasado y a veces se olvida eso”, justificó y destacó la importancia de la lucha por la vía pacífica. “Por eso también lo de la revocación del mandato. ¿Para qué golpes de Estado? ¿Por qué? Nada, eso es un retroceso, eso es lo peor que puede haber, es agraviar al pueblo, imponerse por la fuerza y destruir un país”, dijo.

De los problemas graves enfrentados en su gestión, destacó la explosión en enero pasado en el gasoducto que cruza por Tlahuelilpan, Hidalgo, el episodio más doloroso, el cual, dice, le pegó en lo íntimo, lo más lamentable, lo que más le afectó. En segundo lugar, la “amenaza unilateral” de Estados Unidos de imponer aranceles a las mercancías mexicanas si el país no contenía el flujo migratorio. Según el mandatario, “salimos bien, cumplimos los compromisos y se alejó la amenaza, lo cual ayudó mucho a la estabilidad económica del país”.

Para AMLO otro momento difícil fue en octubre pasado, durante el operativo para detener a Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán. “Una guerra breve, yo creo que es la guerra más breve en la historia, una guerra de cuatro horas. Fue también complicado porque tomamos decisiones en circunstancias difíciles, pero consideramos que fue lo adecuado, que se actuó bien”. Los reporteros le recordaron también la matanza de la familia LeBarón, la pérdida de tres mujeres, seis niños. Y los asesinados, agregaron los periodistas. También fue mencionada la decisión de otorgar asilo a Evo Morales.

El estilo

de AMLO

Desde el arranque de su administración, López Obrador plasmó su sello de gobierno con la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM), en el cual ya se habían invertido 5 mil millones de dólares. La estimación para terminarlo era de otros 8 mil 300 millones de dólares y cancelarlo acabará costando más de 9 mil millones de dólares. Como los fierros y piedras regadas del proyecto, así quedó ante los ojos de los empresarios la promesa de AMLO de ser una administración pragmática y guiada por los datos duros, en vez de la ideología y las viejas rencillas. La cancelación del proyecto aeroportuario fue clave para elevar el nerviosismo de los inversionistas, quienes se guardaron el dinero a lo largo del año.

La poca claridad de las intenciones del nuevo gobierno en cuanto a su política económica ocasionó el sector privado no quiera aventurarse con más capital. La menor inversión, la incertidumbre y un entorno global desfavorable hicieron caer las expectativas económicas, del 2 por ciento de crecimiento esperado para este año, la previsión promedio es de una contracción de 0.2 por ciento. Para el segundo año del gobierno de AMLO, la expectativa es que la economía no crezca más allá del 1 por ciento.

Estas contradicciones en materia de política económica llevaron a la renuncia de Carlos Urzúa al frente de la SHCP, quien fue sustituido por Arturo Herrera, quien ha logrado mantener el déficit controlado, la deuda sin crecer, y ha reactivado el gasto a partir del segundo semestre, pero aún no es suficiente para dejar atrás los subejercicios. Incluso los programas insignia de la Cuarta Transformación han sufrido la “austeridad republicana”, lo cual se ha resentido en la Secretaría de Salud, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, la Secretaría del Trabajo, la Secretaría de Educación Pública, el Inegi, entre otras dependencias.

Para el próximo año el panorama no pinta mejor. Se entregó un presupuesto difícil de cumplir, aunque la mayoría de los especialistas lo califica como “prudente”, pero está lejos de ser una herramienta para detonar el crecimiento económico o aminorar de alguna forma el impacto de una desaceleración global. Analistas internacionales advierten las medidas para impulsar la economía pueden llegar a expensas de las finanzas del gobierno y, por lo mismo, recomendaron a los inversionistas reducir su apuesta en el país, precisamente lo que la SHCP ha tratado de evitar.

Por si fuera poco, también está abierta la interrogante sobre la aprobación del T-MEC, el cual tanto México como Canadá han pasado en sus respectivos congresos, pero se ha atorado en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, donde en estos momentos se debate el posible juicio político a Donald Trump.

La débil economía y la falta de gasto han trabado la relación con la Iniciativa Privada. Las molestias de los empresarios se han acumulado también por la tendencia de AMLO de acaparar y centralizar cada día más poder, lo cual se ha resentido especialmente en su relación con los órganos autónomos. La Comisión Reguladora de Energía (CRE), la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), han caído en el creciente espectro de poder del presidente, y ahora esta en la mira el Instituto Nacional Electoral (INE). El tabasqueño acumula poder, sin contrapesos ni voces críticas y ciudadanas.

Seguridad Pública es la otra gran asignatura pendiente de AMLO, pues continúa el empeoramiento de las cifras de criminalidad. La Guardia Nacional ha tenido pocas pruebas de fuego y en las enfrentadas no ha salido bien librada, como en el caso del llamado “culiacanazo”, donde fue evidente la estrategia de seguridad de la actual administración aún no toma la forma deseada. En los primeros 10 meses del año, 28 mil 741 homicidios dolosos se registraron, la cifra más elevada para un arranque de gobierno, de acuerdo a datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Y la carnicería sigue…

Editorial

Presidente pugilista

No pasa un día sin que el presidente de México se pelee con alguien, descalifique a alguien, reproche a alguien, critique a alguien. No pasan ni 24 horas antes de que adopte un tono altisonante o recurra a un adjetivo agresivo. Andrés Manuel López Obrador dice ser pacifista y humanista, pero más bien parece peleonero y pugilista. Siempre al ataque, pocas veces conciliador, rara vez unificador. Mañanera tras mañanera abre grietas entre los mexicanos, ahondando sus diferencias, exacerbando sus desacuerdos. Y sí, México padece una polarización social, étnica, de clase, de raza desde su fundación como República. Pero ahora al frente de ella está un hombre al que le gusta gobernar enfrentando, construyendo hombres y mujeres de paja para después quemarlos en la hoguera de la ostensible superioridad moral.

Como hizo en estos días con Alberto Athié, el valiente activista que denunció la pederastia clerical y ayudó a encararla. Como hizo en esta semana con Javier Sicilia, quien perdió un hijo a manos de la violencia criminal y ha promovido la paz, la justicia y la dignidad toda su vida. Ambos, criticados injustamente. Ambos, denostados deshonestamente. Ambos, víctimas de un estilo personal de gobernar basado en la creación diaria de supuestos enemigos del cambio, supuestos derechistas responsables de “golpes blandos” en puerta, supuestos privilegiados ahora resentidos. Los nuevos enemigos del pueblo contra quienes se vuelve necesario volcar la enjundia presidencial y el enojo de sus acólitos. Y así, pasamos a un escenario perverso, en el que la 4T agrede a quienes encabezaron luchas sociales y democráticas que le permitieron a la izquierda llegar al poder.

Que triste paradoja que la 4T defienda a Manuel Bartlett mientras arremete contra Alberto Athié. Que justifique a Jaime Bonilla mientras caricaturiza a Javier Sicilia. Que guarde silencio sobre Ricardo Salinas Pliego mientras grita en contra de las feministas que denuncian la violencia con pintas. Que descalifique a periodistas críticos mientras ensalza a periodistas domesticados. La incongruencia es el signo de estos tiempos, donde se impone la visión moral de un solo hombre al que sus seguidores consideran infalible, irreprochable, por encima de quienes fueron sus compañeros de lucha y le ayudaron –causa tras causa– a llegar a donde está. México visto y juzgado a través del cristal lopezobradorista, y en ese país el pueblo se contrapone a quienes son clasificados como corruptos o, de alguna manera, moralmente inferiores.

Ante la crítica, AMLO no debate; denuesta. Tantos años de vivir a la intemperie, sujeto al peso inmisericorde del aparato del Estado sobre él, han dejado huella. Sus reflejos y reacciones no son las de un estadista que promueve la paz; son las de un luchador social que ya no sabe cómo dejar de serlo. No ha logrado transitar de la oposición beligerante al poder responsable. Conserva el talante de un rebelde permanente; despliega el temperamento de un indignado invariable. No comprende la crítica como un ejercicio para impulsar la rectificación; la percibe como un intento destructivo.

Cada mes que transcurre es más violento que el anterior y –de seguir así– 2019 será el año más terrorífico de nuestra historia posrevolucionaria. Y en lugar de la deliberación y el debate propios de cualquier democracia que se precia de serlo, tenemos a un presidente enconado con todos, siempre. Resta y aliena, en lugar de sumar y escuchar, como se espera de él. Parafraseando a Nietzsche, AMLO lleva tanto tiempo peleando contra monstruos, que no se da cuenta cuando empieza a parecerse a ellos.

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