Agencia Reforma
CIUDAD DE MÉXICO. Como director de Petróleos Mexicanos
(Pemex), Emilio Lozoya, no sólo compró plantas “chatarra” de
fertilizantes, sino también un astillero en España que estaba en proceso de quiebra
y hoy registra pérdidas por 50 millones de euros.
La transacción registró tantas irregularidades que la
petrolera presentó una denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR),
en septiembre del año pasado, por el posible delito de administración
fraudulenta.
Octavio Romero, director de Pemex, reveló que, entre
abril y noviembre del 2013, a propuesta de Lozoya, el Consejo de Administración
de Pemex Comercio Internacional (PMI) aprobó la compra de acciones en el
astillero español Hijos de J. Barreras S.A..
“Aprobó la compra en un escenario en donde estaba
por iniciar proceso de quiebra”, aseguró.
Desde Palacio Nacional, el funcionario relató en
conferencia de prensa que, entre noviembre y diciembre de ese mismo año, PMI
celebró un contrato de inversión con el que adquirió el 51 por ciento de las
acciones del astillero.
Sin embargo, dijo, la empresa nunca participó en la
administración, por lo que el control total de la compañía quedó en manos del
resto de los accionistas.
“(Los otros accionistas) no sólo tomaron las
decisiones importantes, sino el control de la empresa”, aseveró.
Según el funcionario, a estas malas decisiones se sumó
que, en febrero del 2014, PMI contrató al astillero para la construcción de una
Unidad Habitacional Flotante (flotel) para dar servicio al personal de Pemex
Exploración y Producción (PEP) que trabaja en las instalaciones ubicadas fuera
de la costa.
Romero reveló que el flotel, que tuvo un costo de 145
millones de euros, ni siquiera ha sido utilizado a su máxima capacidad y no se
ha podido vender, ya que su avalúo arroja cantidades menores al costo de
construcción.
Pemex informó que, sólo en el 2016, el astillero registró
una pérdida de 5.5 millones de euros y, para 2017 y 2018, la empresa celebró
cuatro contratos de construcción de buques que incluyeron un crucero de lujo de
Ritz Carlton.
Para este negocio, detalló, se tuvo que comprometer una
garantía 16 millones de euros, de la cual, el 50 por ciento es responsabilidad
de Pemex.
El director de la petrolera refirió que, en octubre del
2018, PMI recibió una oferta de compra de acciones, misma que fue rechazada por
las condiciones desventajosas de la misma.
En la revisión de la Cuenta Pública del 2017, la
Auditoría Superior de la Federación aseguró que Pemex nunca manifestó los
motivos por los cuales decidió mantener esa inversión y, para la del 2019,
incluso recomendó realizar investigaciones e iniciar un procedimiento
administrativo por las irregularidades detectadas en el caso.
“La inversión no correspondió a una actividad que
debiera realizar Pemex, se omitió información de su justificación y se
reportaron pérdidas, ya que Pemex no ha obtenido ninguna ganancia de su
inversión en el astillero”, expuso.
Romero explicó que, tras conocer la situación, envió personal
a España para analizar las condiciones de operación de la empresa.
El reporte recibido señala que el astillero tiene un
patrimonio negativo, riesgo de insolvencia, ya entró en concurso mercantil o de
quiebra y presenta un desequilibrio patrimonial de 50 millones de euros.
El director de
Pemex manifestó que existen negociaciones para la venta de las acciones, pero
con la condición de que la petrolera pueda recuperar la inversión realizada por
5.1 millones de euros y la garantía de 8 millones más.