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SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Se puso a peso el kilo de biuches, dijeran los costeños. Se puso la cosa color de hormiga en la entidad, ahora que pese a que no se ha realizado el cómputo de la elección para gobernador, el candidato del PRI-PRD, Mario Moreno Arcos, anunció ayer que no sólo va por el voto por voto y casilla por casilla, sin que además pedirán la nulidad de la elección.

De paso, pidió la renuncia inmediata de los miembros del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana, aunque tanto estos como los del INE sean de procedencia priísta, sobre todo los que dirigen la orquesta, pues Nazarín Vargas, el consejero presidente del IPEC, se considera que es miembro del grupo del senador Manuel Añorve Baños.

Ayer, Nazarín Vargas no quiso atender entrevistas con la prensa y más bien emitió un breve comunicado a nombre de la institución, en la que señalan que el respeto a la voluntad del pueblo está garantizado, y que el cómputo para la elección de gobernador se hará hasta el domingo.

Por lo tanto, antes de esa fecha, ninguna otra tendencia o cifra es oficial y por lo mismo es inválida.

¡Ah! Y, por supuesto, Mario aprovechó para decir que no tiene voceros, refiriéndose a los que se adelantaron diciendo que la elección no le favoreció, como el ex gobernador Ángel Aguirre Rivero, a quien obviamente se le obligó a desdecirse, y al senador Manuel Añorve Baños, quien desde el lunes diría que desafortunadamente se había perdido la gubernatura, aunque se avanzó en algunos distritos y ayuntamientos.

Lo cierto es que pese a la recuperación de algunos espacios, Morena se lleva de nuevo la mayoría en el Congreso local y retiene municipios importantes, como Acapulco, donde se jugó la madre de todas las batallas. También se pierde Chilpancingo, la perla de la corona del PRI-PRD, porque solamente estos partidos la han gobernado.

El partido lópezobradorista pierde algunos municipios y distritos, pero toma otros. Se lleva la mayoría de los distritos electorales federales, mientras que la alianza retuvo el poder en contados espacios y por el esfuerzo de los alcaldes, no precisamente por la figura del candidato a gobernador.

¿Cómo lo sabemos? Por la diferencia en la votación. La gente votó cruzado. O, mejor dicho, usando el lenguaje oficial: dieron un voto razonado. Considerar que en esto hay fraude, es hacer efectivo lo que Mario Moreno dijo en Acapulco, cuando fue entrevistado por Carlos Loret de Mola y dijo que por el bajo nivel cultural de Guerrero era algo difícil hacer campaña, cosa que por supuesto le fue harto criticada.

Mario dijo en esa misma entrevista que desde el inicio de su campaña venía con veintitantos puntos abajo, pero que había ido creciendo. También aceptó que lo estaban abaderando dos partidos políticos…. “muy cuestionados”, acotó el entrevistador, y él estuvo de acuerdo.

Con todos estos antecedentes, más la nota de que él tuvo 90 días para hacer campaña, mientras que su adversaria solamente un mes, la tercera parte del tiempo, entonces no ha lugar su intención de pedir la nulidad de la elección.

Tampoco el que renuncien los consejeros electorales, pues estos ni siquiera han realizado el cómputo de la elección.

En cuanto al Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), que costó casi 38 millones de pesos pero que falló, lo que procede es una auditoría para revisar si realmente valió la pena esa inversión y a qué se debió el error. Si se detecta que hubo corrupción; es decir, que contrataron a bisoños para clavarse una lana, pues entonces se aplicaría la ley de los servidores públicos por desvío de recursos, pero no por desvío de votos.

Los votos están ahí en las urnas, resguardados en los consejos distritales que ayer comenzaron a hacer el cómputo de distritos y municipios. Ciertamente hay inconsistencias, dicen, en la mitad de las actas y por eso los cómputos se están desarrollando demasiado lentos, pues nadie pudo recibir este miércoles su acta de mayoría. No sabemos si los resultados de las elecciones del domingo van a variar al grado de que se revierta la tendencia. Lo más seguro es que la variación sea mínima y los triunfos se confirmen, como también las derrotas.

¿Qué procede entonces? Como dijo el gobernador: Procede que los actores políticos sean prudentes y dejen que la autoridad haga su trabajo. Lo demás es meter ruido a la fase poselectoral sin bases reales. 

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