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SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Estamos cerrando el año a tambor batiente, estimados lectores de Despertar de la Costa. Nos vamos a nuestro periodo de asueto, como cada año, agradecidos con el Eterno porque llegamos a buen puerto, y con la esperanza de que el año 2020 traiga para todos abundantes bendiciones.

La familia Despertar de la Costa hace un alto en el camino para buscar la unidad familiar, la reconciliación y la paz que dan estas fiestas en que el mundo festeja el nacimiento de Jesús de Nazareth, el salvador de toda la humanidad.

Son momentos en que las empresas y el sector público declaran también un receso, quedándose únicamente vigente los servicios esenciales, para servir a quienes se movilizan para llega al hogar, o a quienes salen de sus ciudades de origen para disfrutar de otros lugares y recibir el año nuevo en un ambiente distinto.

¿Cómo no hacerlo? Este periodo es cuando nuestro estado de Guerrero, que es de una profunda vocación turística, renace con la llegada de los visitantes de todo el mundo.

Durante meses, los habitantes de los destinos turísticos de Guerrero se preparan para recibir a los visitantes, con lo mejor de nuestra gastronomía, de nuestras tradiciones, de nuestros eventos artísticos y deportivos, para que su estancia sea placentera.

¿Qué podemos decir del año que está por terminar? Juntos lo vivimos y mal que bien lo sufrimos. No fue un año fácil, esa es la realidad. Aunque a nivel general podemos decir que nos fue bien, porque estamos aquí para contarlo, no podemos obviar que en muchos aspectos 2019 fue un año con mucho rigor, sobre todo en el aspecto económico, pero también en la seguridad.

Al final, se fue imponiendo una calma chicha, que aún prevalece. El gobernador afirma que el índice de homicidios dolosos bajó este año en términos reales un 26 por ciento, con relación a 2018, y por eso la palpable recuperación turística, con la apertura de nuevas rutas aéreas y marítimas.

Salvo algunos sustos en regiones aún violentadas, el resto del estado se fue calmando. Y aunque nadie puede cantar victoria, es verdad que desde hace muchos años no veíamos una reducción palpable de la violencia, sino que era todo lo contrario, aumentaba,

Esperemos que para 2020 este control de la violencia continúe, y que podamos dentro de un año escribir de que la paz ha llegado por fin a nuestro estado, que suma ya 13 años convulsionado, sometido a un constante estrés.

En el sector turístico hay buenas expectativas, pues Zihuatanejo tendrá nuevo muelle, y eso repondrá algo de lo que hemos perdido al paso de los años, cuando la infraestructura portuaria local perdió su vida útil, y el puerto comenzó a decaer.

Sigue pendiente, sin embargo, detonar las zonas turísticas aledañas, que son una alternativa para que Ixtapa-Zihuatanejo frente un poco su crecimiento, en tanto no se solucione el problema del abasto de agua, porque si siguen concentrando todo en este puerto, sin revisar el abasto del vital líquido, no nos gustaría escribirles dentro de poco un “se los dije”.

El crecimiento y desarrollo de los centros turísticos debe ser algo planificado. No basta presumir cifras de incrementos del flujo turístico, que obligan a aumentar la capacidad hotelera y de servicios, cuando eso carece de la garantía de disponibilidad del agua.

Tarde o temprano, el gobierno estatal y federal tendrán que meter mano en este problema, pues de lo contrario Ixtapa-Zihuatanejo no tiene viabilidad.

Entre tanto, lo que más conviene por el momento es ir distribuyendo el flujo turístico hacia los destinos de los municipios aledaños, pero eso implica también atención oficial y la inyección de recursos, mejorar las vías generales de comunicación y la infraestructura turística.

No nos resta más que desearles a nuestros lectores y amigos, una muy feliz Navidad y un próspero, pacífico y bendecido 2020. ¡Felices fiestas!

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