Ruth Tamayo Hernández
Guerrero y la detención del General Cienfuegos
Coronavirus, principal muerte de guerrerenses
“Las tres cosas más difíciles en este mundo son: Guardar un secreto, perdonar un agravio y aprovechar el tiempo.” Benjamín Franklin.
Mis estimados, el fin de semana para su servidora fue triste y decepcionante, pues fue letal para mí conocer la detención en Los Ángeles, California, del ex secretario de la Defensa Nacional, General Salvador Cienfuegos Zepeda.
Sin duda que debe haber más personas con el mismo sentir que su servidora, pues he de confesarles que una de las instituciones que más merece mis respetos es el Ejército y la Marina. Siempre que escuché que había antecedentes oscuros de algunos Generales, me resistía a creerlo; incluso, discutía con personajes en el sentido de que eso no podía ser posible por las reglas estrictas que había en la milicia; sin embargo, durante la historia gris que arrastra el país y con la detención del ex secretario de la Defensa Nacional, a pedido de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos, para ir a un juicio a la Corte de Nueva York, donde enfrentará 5 cargos por narcotráfico y lavado de dinero, poco a poco se ha descubierto lo negro y corrompido de las instituciones que creímos honestas. Y eso, por donde se le vea, es un duro golpe al ánimo de nuestro país, máxime ahora que la seguridad de todos está en manos precisamente de mandos militares.
Quiero que sepan que me duele la detención del General Cienfuegos, por lo que respecta al estado de Guerrero, donde dirigió la Novena Región Militar en los tiempos en donde nuestra entidad se sumió en la peor de las violencias. Y luego vino lo de Ayotzinapa, en Iguala, con elementos del Ejército involucrados en la protección del cartel que secuestró y desapareció a 43 estudiantes normalistas, hace ya 6 años.
En serio, mis estimados, nuestro estado no se merece ser tan desdichado. ¡Cuánto daño le han causado al estado suriano! ¿Qué pecado cometieron los guerrerenses para pagar tan semejantes crímenes? No hay palabras para interpretar estos actos, sobre todo los del General y sus alianzas oscuras con un cartel específico, que ni siquiera era el de mayor importancia en el país, ahora conocido como el Cartel H2, que es lo que fue quedando del cartel de los Beltrán Leyva.
Y estoy segura que no toda la institución está corrompida, pero tratarse de un ex secretario de la Defensa Nacional y sobre todo implicar a Guerrero en sus sucias negociaciones, convirtiendo esta tierra en una zona de guerra constante, es sumamente lamentable, es doloroso por lo que ha pasado la entidad desde hace diez años a la fecha, en relación al crimen organizado y a los miles de muertos y desaparecidos, por eso me siento moralmente decepcionada y engañada.
Pero también, recuerden lo que reza el refrán, que no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista. Y eso es lo bueno que hay en esta vida, que nadie se va de este mundo sin pagar sus facturas. Aunque a veces vemos que el mal triunfa sobre el bien, pero ya vieron que no, tarde que temprano, todos pagamos las deudas que adquirimos.
Es cierto que la entidad suriana es un estuche de monerías, de eso usted no dude. Recuerde al Guerrero Bronco que ya no existe, sólo quedan los recuerdos.
Sin embargo, hoy vivimos tiempo distintos en los que cada ciudadano debe tomar su rol responsable y dejemos de ser indiferentes, pues debido al Covid-19, la vida de todos los guerrerenses está en riesgo. A ningún guerrerense le parece grandioso que el estado, o su municipio o región, retroceda al semáforo epidemiológico rojo, aunque esta semana del 19 de octubre al 25 del mismo, no habrá cambios ni avances del semáforo.
De acuerdo con la Secretaría de Salud, hay 17 estados, entre ellos Guerrero, que se establecieron como color naranja; no obstante, debido a que han subido los contagios del virus en la entidad, existe el riesgo que el estado retroceda al semáforo rojo. Y sería muy lamentable que esto ocurriera, pues volveríamos al confinamiento general, incluidas las playas. Y no sería culpa del gobierno, más bien es el virus que está recobrando fuerzas, no sólo en México, también en Europa, donde está haciendo estragos.
De las entidades que están en color amarillo, figuran Michoacán y Morelos. En estas dos entidades vecinas con las que compartimos varias penas y desdichas, están siendo más responsables los ciudadanos para mantenerse en color amarillo y buscan el semáforo verde. En cambio, los guerrerenses hacemos todo por retroceder al semáforo rojo. En esos estados, la gente -sobre todo empresarios, restauranteros, hoteleros, comerciantes, transportistas y centros comerciales-, cuida su zona; ahí los clientes, así como los empleados, andan con su cubrebocas y no te permiten entrar a ningún negocio sin antes tomar las medidas sanitarias recomendadas por la Secretaría de Salud. Me impresionó el orden en el restaurante, pero no es nada que no se pueda aplicar en este destino de playa, donde han sido recurrentes las denuncias en relación a los bares, en donde no hay orden. Incluso las quejas en redes son que hasta menores de edad aceptan en esos establecimientos y los reportes alcanzan a varios restaurantes ubicados en la playa. Las quejas de algunos internautas son que no están guardando la sana distancia, pues están repletos de comensales, incluidos niños y ancianitos.
Pero lo que más reportes tienen son los bares, ahí no hay control de nada; inclusive, hay quejas directas contra misceláneas, las señalan de vender alcohol dentro del establecimiento sin ninguna protección ni medida sanitaria. Seguro que ya se relajaron los dueños de los negocios, pero no hay motivo para hacerlo, pues los rebrotes del virus parecen ser más fuertes que antes.
En marzo pasado no esperamos muchas recomendaciones, nos espantamos y nos aislamos y nos refugiamos en casa, no salíamos ni a que nos diera el aire, muchos en Zihuatanejo respetamos el confinamiento; desgraciadamente este virus es letal, y aun no se sabe todo de su comportamiento, pues ya se habla de reinfecciones en personas que pensaban que tenían inmunidad. Y por si algo faltara, el país está en alerta por la llegada también de la temporada de influenza AH1N1, y de cuadros gripales, que por sí mismos incrementan el riesgo de gravedad en caso de que se junten con el Covid-19.
Por eso debemos cuidarnos y tomar las medidas que dicen las autoridades de salud, y no poner en riesgo nuestra vida.
En el municipio de Zihuatanejo, para no decirles de la región Costa Grande, han crecido los contagios del virus en porcentajes alarmantes, y han fallecidos varias personas que no padecían enfermedades crónico-degenerativas; simplemente se contagiaron y fallecieron. Por lo tanto, nadie está exento de padecer la enfermedad y tampoco nadie está libre de un posible cuadro de gravedad.
Pero no sólo el municipio de Azueta puede retroceder a semáforo rojo, habrá de ser todo el estado de Guerrero, pues en la conferencia del domingo el gobernador, Héctor Astudillo Flores, reveló que había bastante turismo en Acapulco y la mayoría sin cubrebocas.
Es verdad, los turistas no usan cubrebocas. Es cierto que para entrar a la playa no deben usarlo, pero sí al salir de la playa y al andar en la calle y al ir de compras.
Les confieso que fui a una playa de Zihuatanejo con unos amigos a tomarse una foto, y había personal de una dependencia del ayuntamiento regalando gel y cubrebocas, explicaban que no podíamos entrar a la playa con alimentos. Mis amigos llevaban unas manzanas y regresamos al automóvil a dejarlas. No hay porqué molestarse por la recomendación, fueron amables los chavos, pero a algunos turistas no les gusta que les prohíban o les recomienden nada, pues había unos visitantes que no aceptaron el consejo, dijeron que ellos iban a pasar pues las playas eran libres y además sin cubrebocas; sin embargo, las autoridades no deben ceder, las reglas de sana distancia, uso de gel y cubrebocas, son para todos, no sólo para los locales.
Cuando vi la actitud negativa de estos vacacionistas que quieren hacer en el destino de playa lo que les viene en gana, entendí por qué se ahogan turistas que visitan el puerto, pues no escuchan ninguna recomendación, se meten al mar sin medir las consecuencias, no respetan los letreros ni las banderas.
Es cierto que los prestadores de servicios turísticos de cada playa deben cuidar de los visitantes, avisando que su lugar es mar abierto. No es culpa del gobierno que se ahoguen los turistas, como se han venido señalando en las redes, que el gobierno municipal es culpable de tanto ahogado, porque no ponen salvavidas. Esta actividad es compartida, es una labor de concientización de todos los prestadores de servicios turísticos de cuidar el área de la playa que les corresponde, porque los únicos afectados en caso de turistas ahogados en su zona, son ellos mismos, el turismo deja de ir a esa playa, ya que los turistas temen acercarse a ese lugar después que se ahoga una persona. Por eso deben trabajar juntos, autoridad y prestadores de servicios, para evitar que se sigan ahogando los visitantes, porque nunca será un error de los turistas, que entran a nadar sin ninguna precaución, la culpa siempre será de los prestadores de servicios y de las autoridades locales del puerto. ¡Feliz lunes mis estimados!