Ruth Tamayo Hernández
Dia Internacional de la Mujer
“Mujer una idea maravillosa de Dios, eres única y especial creada para ser bendecida y para dar bendición: Alba Charry.
En otras naciones, así como en México, mis estimados, los gobiernos desde principio del presente mes festejan a las féminas, por el Dia Internacional de la Mujer.
El día que precisó la ONU en 1975 como Día Internacional de la Mujer es el 8 de marzo; sin embargo, desde muy temprano se escuchan seminarios para animar a las damas en su estima, para que luchen por su vida. Otros medios mencionan estadísticas de mujeres asesinadas, y la sociedad se conmueve ante el hecho cuando las matan, pero luego se olvidan del asunto y se vuelve parte del morbo cotidiano.
Pero esta entrega no será para juzgar a nadie porque finalmente todas las damas corremos peligro en este mundo convulsionado y perverso, y sólo por eso nos debemos evitar contagiarnos de perversidades. De ahí que evitaré hablar de estadísticas de mujeres asesinadas, pues es espeluznante la cifra, ya que cada 160 minutos matan a una mujer en este jodido país; y a este ritmo no quiero ni pensar en qué se convertirá el México de las mil maravillas. Pero al contrario de lo que piensan ustedes, la violencia contra las mujeres es un fenómeno que no discrimina por edad, ni por nivel económico o social. La violencia contra las mujeres es un tema que habría de ser prioritario del gobierno federal, estatal, así como el municipal. No tienen por qué escudarse los funcionarios y desentenderse de tan importante tema.
Lo preocupante del mes alusivo a las damas trabajadoras, fue lo que soltó el gobierno federal, al preguntarse mortificado ¿qué hacer para cuidar a la mujer? Figúrense, mis estimadas, ni modo que nos cuide de una por una, pues no podrá. El gobierno no tiene un plan concreto para dar seguridad a la mujer, porque ésta es violentada mayormente en su propio hogar, más que en la calle. Según datos oficiales, las mujeres son violentadas, rechazadas o discriminadas primero en casa; sigue el trasporte público y después en el trabajo. En estos lugares comienza la violencia contras la mujer. Con esos datos no se mira complicado para el gobierno federal armar un plan para cuidar a las féminas de este país; pero tienen que apurarse porque, de no hacerlo, las cifras tienden a triplicarse.
¿Cómo ven, mis estimados? A esto no se le puede llamar homenaje. Hace años que las mujeres salen a la calle para pedir justicia por los asesinatos de sus hijas, o viceversa. Cada Día Internacional de la Mujer, repiten los medios noticias que muestran el repunte de la violencia contra la mujer. ¿Será que es verdad que el gobierno no sabe qué hacer para cuidar a la mujer? Claro que sí sabe, sólo que hace falta poner el método en práctica.
Repetir lo mismo de siempre no tiene mucho caso; sin embargo, como dato es bueno saber que, desde un principio de este mundo, a la mujer la dejan en segundo término, no vale nada. Vale más el hijo mentado junior, si es varón, que la propia madre. Y esos paradigmas se han venido arrastrando de generación en generación, y lo peor es que esa discriminación se práctica en casa, en pleno Siglo XXI. Y por eso, por no dar el valor que tiene la mujer en el hogar, hoy México está sumido en la violencia, porque la mujer perdió su autoridad en el hogar.
Todo comienza en casa. El hogar es la escuela y estadísticamente está comprobado que la mujer es violentada primero en su casa. Entonces, ¿cómo canijos pedimos respeto para las mujeres en la calle, trabajo y trasporte público, si en la casa las torturan de inútiles, las golpean y les dicen que no sirven para nada, ni siquiera para ellas mismas?
Sin duda mis estimados, las damas se han abierto espacios en la política, en el medio artístico, en el ámbito empresarial y hasta científico. La mujer de hoy, a punta de manifestaciones y zapatillazos, ha logrado sobresalir, pero a la larga ese triunfo ha sido en contra de ella misma, porque además tiene que fungir como ama de casa, como madre y esposa, duplicando su esfuerzo.
Ahora mal, mientras que en México continúen esas cifras de mujeres matadas en distintos estados y municipios del país, podemos decir que no se ha logrado mucho en este rubro.
Dentro de todo lo malo, hay cosas buenas en el marco conmemorativo por el Dia Intencional de la Mujer. Les decía que distintas organizaciones dan seminarios alusivos al tema, y quiero compartirles un texto escrito por la enfermera Noemi López de Telmich; ella es originaria de Veracruz y pidió compartir con las lectoras de este espacio parte de un seminario que imparte en Zihuatanejo. Por cierto, también el DIF Zihuatanejo, en coordinación con IMUJER, celebrará a todas las mujeres con un seminario que se llevará a cabo el día 8 de marzo, a las 8: horas, en el Hotel Gamma Inn Ixtapa. El foro contiene temas trascendentales para la mujer y público en general; así como una pasarela de moda y venta, exposición de diferentes productos elaborados por mujeres emprendedoras. Son cordialmente invitadas, mis estimadas, por la presidenta del DIF municipal, Lizet Tapia Castro, y Rosa Elena Raya Álvarez, directora del Instituto Municipal de la Mujer.
Sigo con la colaboración de Noemí López: “Mujer ¿qué es lo que te detiene? ¿Por qué piensas que no puedes? ¿Por qué dices que no lo sabes? Pues en el fondo de tu ser sabes que sí puedes y que nada debe detenerte en la búsqueda de tus más grandes anhelos; pero para lograrlo necesitas ponerte objetivos, una meta y luchar por ellos con determinación y valentía. Que nadie te diga que no puedes lograr tus sueños porque con dedicación, esfuerzo y la ayuda de un Ser superior en el que todos creemos, podrás lograrlo. Cuando alguien te diga que no puedes, o tú misma lo creas así, determínate en pensar lo contrario y toma acciones que te ayuden a aprender lo que no puedes; cuando te digan que no sabes, puedes decir tal vez no lo sé, pero lo puedo aprender. No importa cuál sea tu rol en la vida, si eres esposa, madre, abuela, amiga, etcétera., ni cuales, sean tus metas: si es terminar una carrera, educar a tus hijos, trabajar, aprender una nueva receta; al final, todas queremos sentir que somos útiles en la vida y saber que lo que haces tiene valor y es digno de admiración. Y mientras nosotras trabajemos honradamente, siendo justas, tratando bien a los demás y esforzándonos con todo el corazón para salir adelante podemos sentirnos felices en lo que hacemos y dignas de ser mujeres luchadoras.
“En la historia hay muchas mujeres que sobresalieron, porque se retaron a no rendirse a pesar de las adversidades, pero hoy quiero hablarte de una; Susanna Wesley, ella fue la menor de 25 hijos de la segunda esposa del doctor Samuel Annesley. Se casó a los 19 años de edad y tuvo 19 hijos, de los cuales sobrevivieron 10. Su esposo la abandono con todos sus hijos; Susanna quedó a cargo de todo: ordeñar las vacas, cultivar la tierra, los quehaceres del hogar y educar a sus hijos y nunca descuidar su devoción con Dios. Ella tuvo una vida de luchas y pruebas, pero nunca abandonó sus principios y se los transmitió a sus hijos, quienes fueron hijos ejemplares. Tú también, como Susanna, puedes salir adelante en la vida no importando las situaciones que te toca vivir, lo que te venga a la mano hacer. Hazlo con todo empeño y con la mejor actitud y veras como todo cambia y tendrás mejores días”.
Sin duda, bastante elocuente este exhorto para que la mujer no se rinda ante las adversidades y, al contrario, luchemos siempre por mantener nuestro ser en constante evolución, pues de lo que cada mujer logre en este planeta, dependerá el futuro de las siguientes generaciones.
En lo personal, hago votos porque cambie la cultura desde el seno familiar, y que sea en cada hogar donde se reivindique a las mujeres desde su nacimiento, para que paulatinamente esto se vaya reflejando en otros ámbitos, pues insisto en que los valores se maman en el hogar, no son una imposición. Mujeres, dejen de educar a sus hijos con diferencias. Y no hablo de darles las mismas libertades a mujeres y hombres, pues habrá cosas que las mujercitas no deban hacer, sino que me refiero a impartirles las mismas obligaciones dentro del hogar, no has distingos entre lo que hace una mujer y lo que no hace un hombre, porque eso precisamente ha provocado que no se valore lo que las mujeres hacemos. De nosotros depende cambiarlo todo, para bien. Que Dios les dé sabiduría para educar con mayor justicia a las nuevas generaciones.