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Palabra de Mujer

Ruth Tamayo Hernández

Conmociona muerte de universitarios en Puebla

Para Liz y Gaby Tapia Castro, por la muerte de su mamá Basilia Castro Rodríguez, mi más sentido pésame  

“Lo preocupante no es la perversidad de los malvados sino la indiferencia de los buenos”: Martín Luther King

Mis estimados, al México lindo y querido sino le llueve, le graniza; sin embargo, me niego a creer que somos una nación corrupta, donde impera el mal con todas sus consecuencias. Me niego a creer que la corrupción es la enfermedad que padecen gobernantes y gobernados.

Sin dudarlo podemos afirmar que México padece problemas ancestrales; somos un país con la riqueza más grande y la pobreza más cruel. Es verdad, pero eso no quiere decir que los mexicanos sean malos. Aunque así nos denigren algunas personas, no lo somos; incluso, el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador, expresaba en sus mañaneras recién recibió el cargo, que todos los mexicanos somos corruptos, mentimos y todos tenemos cola que nos pisen.

También el Papa Francisco dijo en referencia a la violencia que azota a esta nación, “que el diablo le tiene bronca a México.”

Sin duda que la violencia tiene al país en el ojo del huracán ante el mundo, pues no paran las desdichas en  la República; sino son niñas, adolescentes, madres, estudiantes, periodistas o locutores de radio, la cosa que la violencia e inseguridad tienen a México de cabeza.

Nuestro país vive tiempos impetuosos y terribles; y por si fuera poco, el Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (Inegi), ratificó que el Producto Interno Bruto (PIB) nacional, se contrajo 0.1 por ciento en 2019, provocando que sea la primera vez desde 2009 que la economía mexicana cae esta magnitud.

Se sintió el bajón el año pasado y lo corroboraron los analistas, hasta que el INEGI los puso al descubierto. Expuso el organismo que la economía sufrió el pasado año un estancamiento brusco, aunque varios analistas lo negaron y continuaron negándolo hasta no poder seguir ocultándolo.

Cabe hacer mención que en 2009, cuando el país y el mundo resintieron efectos de la crisis económica global, en México la economía cayó en un 5 por ciento.

Sin embargo, la entrega no es para hablar de crisis económica, ya ven que los especialistas en la materia son positivos y aseguran que en México no hay recesión. Entonces, contágiese del espíritu positivo de los expertos en economía.

Más bien, el tema que quiero compartir con ustedes, mis estimados, es para que seamos conscientes de los tiempos violentos que estamos viviendo y que no estamos exentos, ni nosotros ni sus hijos, de padecerlos.

Son dolorosas las noticias con las que nos despertamos cada maña. El secuestro y asesinato de tres estudiantes de medicina y un chofer de Uber en Puebla, es algo que nunca debió suceder.

Dos de ellos, José Antonio y Ximena, eran estudiantes de Medicina originarios de Colombia, que estaban de intercambio, mientras que Francisco Javier, realizaba su servicio social y era originario de Veracruz, los tres de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

Según sus compañeros, que se manifestaron el pasado martes en las calles exigiendo justicia, dijeron que los estudiantes coincidieron en Puebla, y acordaron asistir al Carnaval de Huejotzingo el fin de semana. Pero ya no volvieron, pues fueron víctimas de la violencia e inseguridad que azota al estado poblano, gobernado por Miguel Barbosa, de Morena.

Fue en la madrugada del pasado lunes que los estudiantes y el taxista fueron encontrados asesinados, en la comunidad de Santa Ana Xalmimilulco, perteneciente al municipio de Huejotzingo. Ahí, sobre unos canales de riego, encontraron sus cuerpos amontonados unos sobre otros.

La noticia consternó a la sociedad universitaria, al grado de que se manifestaron los estudiantes para exigir justicia a este artero crimen.

La noticia corrió como reguero de pólvora. De inmediato corearon: “Matan a estudiantes, son malos los mexicanos, no brindan seguridad a estudiantes”.

También el cónsul de Colombia en México, exigió esclarecer el crimen de los estudiantes de su país, y de inmediato el secretario de Seguridad de Puebla informó que ya habían detenido a presuntos involucrados en el crimen y que presumían fue por el robo de carro. ¿Qué tal?

El problema apenas se divisa, pues la familia del estudiante José Antonio habían estado comunicándose con su hijo, pero de buenas a primeras perdieron el contacto.
La madre del muchacho dice que se preocupó porque el celular de su hijo mostraba un paraje desconocido y “ahí fue donde nos preocupamos; sabíamos que mi hijo andaba con una amiga colombiana, con un mexicano llamado Javier, que habían ido a ese poblado por invitación de un compañero. Buscamos a un compañero de residencia de mi hijo y le contamos lo del teléfono y él inmediatamente dio parte a la policía. Nosotros pensamos que mi hijo había botado el celular o lo había perdido, pero nunca esta tragedia que hoy vivimos”, dijeron sus padres.

¡Qué terrible! Y lo grave del cuadro es que algunos medios revelaron que los estudiantes tenían el tiro de gracia.

El joven colombiano traía su celular en la bolsa, por eso dieron con su cuerpo. Por fortuna, el GPS del celular mostró dónde estaban. Entonces se descarta el robo, como dijo el secretario de seguridad.

Ya ven que hasta reza el refrán: Piensa mal y acertarás.

También en Guerrero se cuecen bien las habas, pues continúan los asesinatos. En Iguala de la Independencia asesinaron al locutor de radio Rosendo Arroyo y a su esposa Banca Alicia. El matrimonio fue asesinado en su propia casa en la colonia Paraíso, cerca de las instalaciones del 27 Batallón de Infantería y de los terrenos de la feria.

Colonos hablaron al 911 para reportar detonaciones de arma de fuego en una casa de la calle Azucenas, a unos 100 metros de la escuela primaria Teófilo Rivera Vega.

El locutor era hermano de Raymundo Arroyo Delgado, actual rector de la Universidad Tecnológica de la región Norte, el cual fue el primero en llegar a la casa de su hermano, pero tanto él como su cuñada estaban muertos, tirados en el patio de la casa.

Un amigo, dijo: “Con una desgracia de éstas, la vida te cambia demasiado”. Y es verdad, ya no eres igual.

Por eso, no sean indiferentes.

En otro tema, no puedo dejar de contarles que en la Ciudad de México jóvenes drogaron con galletas  a señoritas en la Plaza Reforma 222. Los chicos dijeron a las chicas que les compraran las galletas ya que ocupaban el dinero para mantener sus estudios, y ellas accedieron a comprarlas; sin embargo, cuando las comieron se dieron cuenta que tenían alguna sustancia toxica; se asustaron y hablaron a su familia, para que fuera por ellas.

Las muchachas se pusieron mal, las llevaron al hospital y ahí les dijeron que fueron drogadas. Las sustancias que encontraron en el sistema de las jóvenes fueron mariguana, benzodiacepina y barbitúricos, que usan para sedar y tranquilizar.

En este otro caso las chicas lograron avisar a su familia y un tío de una de ellas puso la denuncia a la Fiscalía y la subió a Twitter, donde pidió a los cibernautas compartir para alertar a la ciudadanía de estos jóvenes que abundan en la capital vendiendo estas galletas.

¡Uuufff y recontra uufff! Siempre me gustaba apoyar a esos jóvenes comprando las galletas; sin embargo, ya no les compraré. Ni modo, van a pagar justos por pecadores.

Mis estimados, hablen con sus hijos que no reciban ningún dulce, ni galletas, nada a nadie, al menos que sea usted.

Realmente estamos ante graves problemas de inseguridad.

¡Feliz miércoles para todos!   

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