Ruth Tamayo Hernández
Gobierno federal empobreció al campo
“La verdadera ignorancia no es la ausencia de conocimientos, sino el hecho de rehusarse a adquirirlos”: Karl Popper
Mis estimados, el campo en México no fue abandonado hace seis años; la agricultura y la ganadería, y en general todo el sector agropecuario, fue abandonado por los gobiernos desde hace por lo menos 35 años, cuando fue anulado todo programa de financiamiento para la producción, se cerró el banco que sustentaba la producción rural, se anuló a las empresas del Estado que regulaban los precios de las cosechas, y se optó por un diseño de subsidios mata-hambre, que nunca impactaron de manera positiva en el campo, y que sólo han servido como nidales de corrupción.
Cierto que podremos decir que el Banrural era, como se decía, “bandidal”. Pero eliminarlo no era la opción, sino solamente sanearlo.
En realidad, todo eso se desmanteló para dar paso a una política de apertura global, que diezmó al campo mexicano, no por la capacidad de los productores nacionales, sino por la falta de mercados, pues los productores internacionales se tragaron el mercado nacional, y los productores locales no pudieron ir a conquistar mercados fuera del país, por falta de apoyos a la comercialización.
Se abandonó la producción porque resultaba incosteable, ya que se liberaron los precios de los insumos, mientras que se anulaban los precios de garantía. Eso hizo incosteable la siembra de maíz, frijol y otros cultivos.
La porcicultura nacional, que era una de las mejores, cayó casi en 90 por ciento durante los años 90. Los mercados internacionales estaban cerrados para el ganado, a causa de las enfermedades como la brucelosis y la tuberculosis.
Y así sucesivamente, cada sector enfrentó sus propios desafíos, y la mayoría no los cumplieron. Lo que sucedió es que los hijos de los campesinos se fueron de braceros, sus padres se quedaron solos hasta que envejecieron, vendieron sus tierras y ahora lo que se tiene es un despoblamiento grave del campo, desarraigo, migración y pobreza, mucha pobreza, además de violencia al mil por ciento.
No se necesita ser sabio para entender que todo esto se propició gracias a una política económica equivocada, de gobiernos que abandonaron al sector primario de este país, el que nos garantiza la seguridad alimentaria, y ahora dependemos –como sucede con las gasolinas y el diésel-, de lo que se produce en el extranjero.
Cómo olvidar cuando los ganaderos del país fueron a tirar su leche a las carreteras, porque Liconsa prefería importar sueros de Estados Unidos; es decir, ni siquiera leche, sino subproductos lácteos que en el vecino país se utilizaban para consumo animal.
Raúl Salinas, hermano del presidente Carlos Salinas de Gortari, hizo lo mismo en Conasupo, al desmantelar los centros de acopio de granos que les garantizaban a los campesinos la venta de sus cosechas, y en cambio trajo maíz viejo y barato de Estados Unidos, maíz para consumo animal, además contaminado.
Todo esto ha venido sucediendo desde que finalizó el gobierno de Miguel de la Madrid y se dio paso al régimen salinista, al grado que la mayoría de los mexicanos hoy no producimos ni lo que nos comemos, y consumimos lo importado teniendo tierras para sembrar y para criaderos.
Por otra parte, la política de subsidios a la pobreza generó otro caos. Los programas sociales volvieron flojos a los hombres y a las mujeres del campo, que se conformaron con recibir los apoyos federales.
Es cierto que no podemos generalizar, que no todos los estados participaban de los regalos oficiales, pues había entidades con buenos productores de grano y ganado, como Tamaulipas y Sinaloa.
¿Tiro de
Gracia?
Decíamos que la decadencia y desmantelamiento del campo no es de ahora. Pero con la llegada del gobierno lópezobradorista se esperaba una actuación distinta, porque la promesa fue, de hecho, reactivar el campo mexicano.
Sin embargo, el gobierno no hizo análisis ni revisó censos para conocer los estados productores, que proveían producción para miles de mexicanos. Los gobernantes, sin ningún estudio, ordenaron el recorte al Presupuesto de Egresos de la Federación 2020, otorgando a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Seder), únicamente 47 mil 576 millones de pesos para el próximo año.
Según productores, el recorte es de 27 por ciento, que tocaría en 17 mil millones de pesos menos.
Este recorte es el más fuerte de la historia al jodido campo mexicano. Sin duda, los recorte al campo agravará la crisis al pueblo mexicano, pues si no hay apoyo a los productores del acampo, si no les garantizan precio para granos, se traduce en insuficiencia productiva y, por ende, en pobreza.
Ahí no acaba el asunto, pues los más golpeados del sector son los pequeños productores que en México representan un 45 por ciento de la agricultura comercial en el país.
Entonces, podemos augurar que habrá insuficiencia alimentaria en el México lindo querido, para 2021, cuando se llegue el tiempo de la verdad al recoger las cosechas.
Afirman los tamaulipecos, por ejemplo, que la desaparición de este subsidio afectará a los productores de los cinco estados graneros, pues sin apoyo ya no será negocio el cultivo que se está sembrando, ya que aparte hay estados graneros que están lejos del lugar de comercialización de sus granos, que aparte deben cubrir el costo del flete del traslado.
¡Me lleva la que me trajo!
El campo, la ganadería, apicultura, y acuicultura, son de los sectores que más inversión deben recibir del gobierno, porque son clave para el sustento de la gente. Un pueblo no debe dejar nunca de producir, por lo menos lo que se come, y en México no producimos ni lo que comemos hace ya muchos años.
Con este gobierno que se pensó recuperarían la producción, pero le dieron el tiro de gracia al campo, ningún programa va a sustituir la producción de granos.
Del programa Sembrando Vida, no tengo duda que es un excelente proyecto, al cual destinó la Federación para 2020 28 mil millones de pesos, más del doble de los 13 mil 472 millones de pesos que ejerció en 2019, esto es porque pretende el presidente Andrés Manuel López Obrador ampliar el programa a más entidades, ya que este año se puso en marcha en Campeche, Chiapas, Durango, Puebla, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán.
Cabe hacer mención que para el próximo año, incluyen al estado de Guerrero al programa. Es generoso el proyecto, pues pueden participar productores asegurando un ingreso de 5 mil pesos mensuales; sin embargo, esto aplica únicamente a propietarios de tierras ejidales, comunales o pequeña propiedad. No obstante, insisto, el campo produce y se debe invertir, no escatimar recursos, porque de ahí depende la alimentación de la población.
El pasado lunes, el presidente de la Comisión de Infraestructura en la Cámara de Diputados, Alfonso Ramírez, dijo que el Congreso debe aprobar en este periodo de sesiones la nueva financiara agropecuaria, para la que ya se tienen autorizados 2 mil 500 millones de pesos.
Lo cierto que el sector agropecuario nada quiere saber de acuerdos, se sienten traicionados por los diputados, pues hicieron a un lado el campo, y prefirieron aprobar 181 mil 457 millones de pesos a la Secretaría de Bienestar, le dieron 33 mil millones de pesos más que este año. ¡Chispas, cuánta lana! Ahora hay que ver de donde canijos van a salir tantos millones de pesos para regalar a la gente.