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LA INICIATIVA DE REFORMA POLÍTICA ELECTORAL DE AMLO / Parte 2

César Antonio Aguirre Noyola

“ALGUNOS TEMAS ACERTADOS Y OTROS CON DESPROPÓSITO”

La iniciativa de Reforma Política y Electoral que el presidente Andrés Manuel López Obrador envió a la Cámara de Diputados del Congreso General que, a decir de él, en esencia tiene el propósito de garantizar elecciones limpias y libres; la aplicación plena de la democracia para que la ciudadanía elija a sus representantes y se procure la participación de todas y todos los mexicanos.

“Que dejemos atrás de una vez y para siempre, la historia de fraudes. Ese es nuestro propósito. (…) No hay la intención de que se imponga un partido único. Lo que queremos es que haya una auténtica democracia en el país, que se terminen con los fraudes electorales, que sea el pueblo el que elija libremente a sus representantes”, argumentó.

Como ya lo he comentado en repetidas ocasiones en otros temas de naturaleza política o electoral que he tratado, el presidente de la República goza de un formidable manejo de la comunicación política. Lo que me permití calcar de una conferencia mañanera en los párrafos primero y segundo del presente trabajo desde luego que representa el discurso público, la fachada, el maquillaje, el disfraz, lo que la gente quiere oír: es música para sus oídos.

El objetivo real es apoderarse de los órganos autónomos que le representan un contrapeso, tales como el Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación: le faltan esas dos piezas para armar su rompecabezas. La idea, como la de cualquier gobernante en turno, es preservar el poder más allá de la conclusión de su periodo: ese deseo irrefrenable por perpetuarse en el poder per saecula saeculorum (máxima latina aplicada en la religión católica, que castellanizada significa por los siglos de los siglos o por siempre).

La legislación en que descansa el entramado político y electoral del país se perfecciona continuamente. Las normas que rigen actualmente estas dos materias en el nivel nacional tienen su origen básicamente en los años noventa, producto de recurrentes conflictos políticos y electorales que generaban inestabilidad e ingobernabilidad en una multiplicidad de estados y municipios que configuran el territorio mexicano. El Instituto Federal Electoral (IFE) y el Tribunal Federal Electoral (TRIFE) aparecen precisamente para dar certeza, legalidad objetividad, imparcialidad, independencia, transparencia y autenticidad a los procesos electorales. En otras palabras, estos dos entes nacieron precisamente para encauzar las tomas de edificios públicos, las manifestaciones poselectorales y la polarización política de la sociedad, canalizándolas por la vía institucional. En 1996 el TRIFE se perfecciona y se convierte en un órgano especializado en impartir o administrar justicia electoral llamado Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF); mientras que en 2014 el IFE se transforma en Instituto Nacional Electoral (INE).

Por supuesto que se puede lograr la disminución de muchos de los gastos pero antes se tendría que formular la interrogante ¿hay garantía de que no aparecerían los conflictos y las dudas sobre esta nueva armazón, siendo que es el partido que actualmente detenta el poder el que controvierte o polemiza los resultados?

El concepto de la División de Poderes tiene una connotación distinta para el Ejecutivo federal y al Poder Legislativo lo saca del sistema de pesos y contrapesos, para reducirlo a un instrumento para ratificar o validar las decisiones presidenciales, y aquí basta citar la arenga que de memoria y al unísono los legisladores del MORENA, PT y PVEM suelen pronunciar en el recinto legislativo: “es un honor estar con Obrador”. Son los nietos del Partido Revolucionario Institucional y los hijos del Partido de la Revolución Democrática. Sus prácticas son al rancio estilo priísta, pues, por ejemplo, el presidente no quiere discusión, ni análisis y tampoco argumentos, es más, no quiere que se le cambie “ni una coma” a sus iniciativas, sino que las aprueben íntegras.

“¡No importa por quién vote; lo extraordinariamente importante es quien cuenta los votos y cómo!”- José Stalin…

Sabia virtud de conocer el tiempo.

César Antonio Aguirre Noyola

Investigador en materias política y electoral.

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