Armando Ríos Piter
EXCELSIOR
10.10.2020
Por una #SociedadHorizontal
El presidente ha decidido realizar un juicio público a quienes le antecedieron en la titularidad del Poder Ejecutivo, bajo el argumento de que el período neoliberal sirvió para enriquecer a unos cuantos, a costa del pueblo. Desde Carlos Salinas de Gortari hasta Enrique Peña Nieto serán juzgados por sus acciones como presidentes de la República, una vez que la Suprema Corte de Justicia apoyó la moción política de AMLO. No importa si hay legalidad o no, el juicio será mediático, a mano alzada y en la plaza pública.
La ambigua redacción aprobada por el Poder Judicial para desahogar la consulta popular, ha dejado abierta la puerta para que desde el púlpito presidencial, a lo largo de los siguientes meses, se exalten todos los “agravios” generados por los mandatarios. Sin duda alguna ésta será la columna vertebral del posicionamiento político de Morena y sus aliados, para la elección intermedia. López Obrador exaltará las emociones de los mexicanos en torno a los “villanos que nos gobernaron”.
No se buscará justicia, sino la revancha de los oprimidos. AMLO entiende bien la psicología de sus gobernados y sabe que poner contra la pared a quienes han conducido al país, le garantizará mantener adhesiones a su proyecto. “Hacer lo que nadie había hecho”, poner a “los malos” en la hoguera por parte del “pueblo bueno”, es la forma más contundente de generar la sensación de justicia. En realidad será la venganza popular contra todos los males que le aquejan a México.
Al final, ¿qué nos dejará todo esto? Seguramente muy poco. Es muy probable que el lopezobradorismo se beneficie electoralmente de la puesta en escena. Muchos dirán que esta es una forma profunda de sanar las heridas que causaron los viejos privilegios. Los seguidores de AMLO ensalzarán el compromiso histórico con la transformación. Sin embargo, todo esto poco abonará a la construcción de un mejor sistema político.
Mas allá de si los ex presidentes gobernaron bien o mal al país, es necesario entender el problema de fondo. Necesitamos comprender, ¿qué pasó con nuestro sistema? ¿Porqué durante más de 30 años, el entramado político, social y económico imperante en el país, generó cinco liderazgos que hoy podrían servir de leña para la hoguera populista?
El sistema postrevolucionario permitió estabilidad a lo largo de unas cinco décadas, hasta que en 1968 dio muestras contundentes de agotamiento. La revuelta estudiantil y el procesamiento autoritario de la misma, dejaron en Tlatelolco las huellas de sangre de una clase media -producto del “Desarrollo Estabilizador”- que ya no cabía en el modelo corporativo priísta.
Pese a que se requería una transformación profunda, tanto Luis Echeverría como López Portillo incrementaron el gasto público para paliar las tensiones sociales de un sistema que no lograba procesar la problemática creciente. Desafortunadamente el gasto sin control trajo consigo la crisis de la deuda y con ello, la imposición del consenso de Washington y la importación del modelo liberal democrático en pleno.
Con Carlos Salinas de Gortari, se posicionó como una nueva tesis que buscaba sustituir al modelo posrevolucionario. La economía de mercado, los derechos humanos y la democracia electoral, surgieron como respuesta. Desafortunadamente, fue una modernización excluyente que no logró incorporar a las grandes masas populares. Desde Zedillo hasta Peña Nieto, pasando por Fox y Calderón, el mercado de “cuotas y cuates, la democracia que pronto se comieron las cúpulas partidistas y los intereses, los derechos “universales” que solo fueron útiles para la clase privilegiada.
Sirvan estas consideraciones para apuntalar que la insatisfacción tuvo mas que ver con un sistema excluyente política, económica y socialmente, que con el perfil de los mandatarios. Por eso, la propuesta de juzgar a los ex presidentes es carente de miras. Servirá para focalizar la rabia popular e impulsar los intereses electorales del grupo en el poder. No será útil para regenerar el sistema mexicano.
Este episodio será una muestra más de que el gobierno de López Obrador sirve para evidenciar simbólicamente los errores y contradicciones del sistema, pero no para resolverlos realmente. Encontrar verdaderas soluciones es la misión de la #SociedadHorizontal, para alcanzar una modernización incluyente de las masas sociales.