En riesgo la tradición teja de barro en Atoyac ante la preferencia por materiales modernos

Atoyac de Álvarez, Gro.— Fabricantes tradicionales de teja de barro alertaron que la demanda de este material para la construcción ha disminuido drásticamente en los últimos años, debido al auge de materiales más ligeros y económicos como lámina galvanizada, asbesto y otros productos industrializados.

Don Carlos Martínez Ortega y su familia, con más de 30 años dedicados a este oficio en la comunidad de El Humo, explicaron que trabajan en un predio rentado en la zona conocida como “El Japón”, donde construyeron un horno y extraen la tierra necesaria para la elaboración, misma que debe cumplir con características específicas para garantizar calidad.

El proceso, señaló, es artesanal y laborioso: cada día producen entre 700 y 800 piezas, que permanecen al sol durante cinco días antes de ser cocidas con leña y concha de coco. El millar se vende en promedio en 5,500 pesos en horno, incrementando por gastos de traslado.

Martínez Ortega advirtió que la competencia desleal de algunos ejidatarios —quienes al ser dueños de las tierras producen teja a menor costo— agrava la situación. A ello se suma la falta de apoyos gubernamentales, pese a que esta actividad genera empleos locales.

“Hoy las ventas han bajado mucho. Aun así, tenemos que invertir lo poco que tenemos para fabricar millares de teja por si aparece un cliente”, lamentó.

En la década de 1970, la mayoría de las viviendas en Atoyac y la región se construían con paredes de adobe y techos de teja, lo que las hacía frescas y amigables con el medio ambiente. Actualmente, esas construcciones han sido sustituidas por edificaciones modernas de losa de concreto, poniendo en riesgo la permanencia de esta tradición artesanal.

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