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DON DARÍO EMIGDIO GALEANA FARFÁN “EL PRIMER PRESIDENTE MUNICIPAL DE JOSÉ AZUETA

César Antonio Aguirre Noyola

Darío Emigdio Galeana Farfán había sido designado presidente del primer Concejo Municipal de José Azueta el día 1 de enero de 1954. Lo acompañarían, integrando el cuerpo edilicio, la regidora Caritina Galeana Gómez y el regidor Jesús Ávila. Como se estaba erigiendo el municipio la designación de los integrantes del ayuntamiento fue de forma directa por el Congreso del Estado de Guerrero, es decir, no fueron producto de un proceso electoral democrático.  

El uno de enero de 1954, a las nueve de la mañana, arribó a esta población el gobernador del Estado, licenciado Alejandro Gómez Maganda, en una aeronave conducida por el capitán Manuel Gómez Méndez, este último fallecería a pocos años en esta ciudad, ya como habitante de ella. El gobernador, acompañado de algunos miembros de su gabinete, así como de representantes de los poderes Legislativo y Judicial de Guerrero, realizó la toma de posesión, como estaba previsto, al señor Darío Emigdio Galeana Farfán, en el Palacio Federal de Zihuatanejo, frente a un numeroso grupo de habitantes que, reunidos en el referido edificio, presenciaron el acto oficial que encumbraba a don Darío en un puesto honorable, lo cual marcó un verdadero hito en la vida de esta población que se convertía en cabecera del nuevo municipio.

La recepción la dieron todos los pobladores de Zihuatanejo y los representantes de las comisarías de la indefectible municipalidad. Un protocolo sin etiqueta fue el preludio a la ceremonia y el gobernador se dispuso a dar posesión del cargo conferido a don Darío, el cual lo aceptó con el atuendo tan modesto que siempre usó. Más tarde, después de los agradecimientos y felicitaciones, se sirvió el almuerzo para los asistentes, preparado por un grupo de señoritas que comandaba como siempre, en estos casos, doña Rosa Farías de Bravo, esposa de don Fernando.

El territorio del municipio de José Azueta se integró con 67 comunidades que le correspondía a La Unión, pero las perspectivas respecto de su desarrollo económico no eran precisamente alentadoras, toda vez que su jurisdicción era rural en su totalidad y la mayor parte se encontraba bajo el régimen ejidal, excluyendo pequeñas propiedades que no le significaban ingresos importantes. Con la ayuda de la comunidad y su comprensión, el debutante municipio marchaba entonces dentro de su propio camino, hacia un porvenir quizá ya trazado por los hados que, de cualquier manera, han asistido a este Zihuatanejo de nuestros amores.

Algunos personajes importantes de los que don Darío cosechó su amistad, fueron el general Lázaro Cárdenas del Río —por cierto se lo presentó el padre Herrera— quien visitaba esta comunidad en las fechas en que cumplía años, y el licenciado Miguel Alemán Valdés, presidente de México; del primero consiguió la construcción del tanque que captaba agua en el arroyo de El Calechoso y se distribuía entre la población por una tubería de fierro que llegaba hasta algunos hidratantes instalados convenientemente en aquel Zihuatanejo, mientras que del segundo logró la pavimentación el antiguo aeropuerto del lugar y la construcción del Palacio Federal de Zihuatanejo donde se alojaban las autoridades locales y federales (actualmente son las instalaciones del Museo Arqueológico de la Costa grande). Se agrega a esta lista de amigos, a don Carlos Barnard Maldonado, hotelero destacado de Acapulco, quien se enamoró verdaderamente de Zihuatanejo, y adquirió algunas propiedades frente a la playa del Puerto, construyendo inteligentemente una hospedería llamada Casa Arcadia (su propiedad más querida), tuvo, entre otras, un pequeño terreno próximo a las Salinas, mismo que donó para la edificación de la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe.

Don Darío Galeana dejaría de existir, de acuerdo con datos consignados en su acta de defunción, en el puerto de Zihuatanejo el día 1 de enero de 1956 a las 13:40 horas, a causa de una insuficiencia cardíaca congestiva, y su cuerpo sería inhumado en el panteón de Agua de Correa. Curiosamente en esa fecha se cumplían dos años de haber asumido el cargo de presidente de aquel histórico primer concejo que representó al municipio de José Azueta.

El nombre de Darío Galeana, como homenaje póstumo a quien fuera el primer presidente de este municipio, está asignado a una colonia, a uno de los andadores públicos para ingresar a playa La Ropa, incluso existe un busto de bronce montado sobre un pedestal de concreto hidráulico ubicado en la margen de la escénica a playa La Ropa, justamente donde hace bocacalle uno de los accesos a la colonia Darío Galeana.

Existe información respecto de que el antiguo parque Municipal también llevó el nombre de este personaje.

Es preciso destacar que la estirpe don Darío Emigdio Galeana Farfán, mezclada con el linaje de los Allec, formarían una dinastía de gobernantes municipales que llega hasta nuestro días y que se extiende, tomando en cuenta el año 2024, por más de tres lustros… los detalles habrán de aparecer otro tratado.

Sabia virtud de conocer el tiempo.

César Antonio Aguirre Noyola

Investigador en materias política y electoral.

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