Datos duros de cómo era y qué es hoy CDMX

Ciudad de México era hasta hace dos años la entidad con mayor independencia financiera del país. Las organizaciones internacionales de la materia, así como todas las calificadoras de inversión, coincidían en que sus niveles de suficiencia le otorgaban los márgenes de maniobra adecuados para lograr sus objetivos.

Autonomía presupuestaria y capacidad financiera eran los goznes sobre los que giraban una amplia oferta de programas sociales, sanitario asistenciales, laborales, de seguridad pública, comedores comunitarios, infraestructura y equipamiento para la movilidad y oferta de vivienda popular, por encima de los estándares generalmente aceptados.

Ciudad de México generaba el 17% de toda la riqueza nacional, incrementaba año con año en más del doce por ciento la inversión acumulada en bienes y servicios para la población, producía uno de cada cinco empleos formales que se ofrecían en el catálogo de los puestos de trabajo de todo el país.

Su gasto social beneficiaba de manera inédita al ochenta por ciento de la población del Valle de México, la mayor concentración demográfica metropolitana. Era catalogada por diarios, revistas y publicaciones especializadas, como “La Ciudad para hacer negocios”, debido a la confianza y certidumbre que producía entre los emprendedores y la transparencia relativa en el ejercicio de sus haberes.

Certidumbre que atraía inversión… sin alharacas populistas

Tomaba decisiones para acudir en rescate de las zonas marginadas. Los programas que aplicaba se originaban en sus propios recursos. Los beneficiarios, en la mayoría de los casos, eran los que a través de Consejos y Comités decidían su asignación. Sin necesidad de alharacas populistas.

La certidumbre no sólo atraía inversión económica suficiente, sino también corrientes turísticas de la mayor importancia. Todos los años superaba los trece millones de visitantes que derramaba 25 mil millones de pesos en la Ciudad, mantenían un promedio de 72.2% de ocupación hotelera, producía un millón de empleos en el sector y 4 mil millones de dólares en ese afán.

Era la ciudad más visitada de América Latina. Según el buscador Google, uno de los cinco mejores destinos para viajar, junto con Tokio, Toronto y Reikiavik. Asimismo, The New York Times y la revista londinense Time Out, le concedían la sexta posición turística, por encima de París, Singapur y Barcelona.

Opinaban que por “su dinamismo, sociabilidad y equilibrio, además de su gastronomía, arquitectura emblemática, ofertas sociales y culturales, es uno de los lugares que inspiran para vivir”.

Era la tercera ciudad más grande del mundo, y también la sede de más de 30 eventos deportivos de talla mundial. Competidores de Fórmula 1, NFL, NBA, Fórmula E, MLB, UFC, LPGA, Tour de France y el Maratón de CDMX se daban cita regularmente aquí.

La capital federal brilló por sus acciones en los cinco continentes

Gracias a la confianza financiera y a su estabilidad fue la primera ciudad latinoamericana en colocar bonos verdes para dedicar los recursos a transporte público sostenible, infraestructura hidráulica y operación en plataformas de alumbrado público.

Tuvo el liderazgo del Grupo C40 de Alcaldes mundiales en la lucha contra el cambio climático, amén del liderazgo latinoamericano de las redes de ciudades arcoíris y de ser condecorada por alcaldes estadunidenses como Ciudad Santuario, refugio y defensora de los derechos de los migrantes deportados, junto con un grupo de gobernadores de la Conago.

Fue la primera Ciudad en el mundo en cerrar un esquema de colaboración con la Alianza Open Contracting Partnership, la Fundación World Wide Web, el Banco Mundial, Oxfam, Integrity Action y Transparencia Internacional para implementar un estándar de contrataciones abiertas, para asegurar confianza y credibilidad en todas las acciones de gobierno. En un panorama de opacidad generalizada no es fácil decirlo.

La creación de instrumentos como la Unidad de Cuenta CDMX y la figura del Proveedor Socialmente Responsable, significaron pasos importantes hacia la desindexación del salario mínimo y el mejoramiento del poder adquisitivo de los trabajadores, con la visión de ensanchar el mercado interno, independientemente del panorama recesivo de la economía internacional.

Miembros de la Comunidad Económica Europea se interesaron en establecer vínculos de negocios y cooperación con la Central de Abasto capitalina, el mayor mercado surtidor, el centro mayorista más grande del área, ejemplo de mecanismos de comercialización en aquellos tiempos, dijeron. Lo mismo opinaban inversionistas norteamericanos.

La capacidad financiera de Ciudad de México daba para enfrentar cualquier desafío, por grande que fuera. La educación, la vivienda, los nuevos hospitales de especialidades, la seguridad, la alimentación, la cultura, el meticuloso cuidado del medio ambiente, los recursos energéticos y el agua formaban el haz de políticas públicas, replicada en varios continentes.

Hoy, el gobierno de México y de su Ciudad son los peor evaluados

‎Los anteriores son sólo datos duros, derivados de la acción de los gobiernos del PRD de los últimos doce años en la Ciudad. Antes de que las omisiones criminales, que empezaron en el Colegio Rébsamen, más la voracidad electoral desenfrenada, más la obediencia lacayuna de la que se cree la favorita, cayeran sobre nuestra doliente especie.

Hoy, el gobierno de México y de su Ciudad son los peor evaluados del mundo. La certidumbre, la confianza y la gobernabilidad quedaron en manos de los batallones falangistas de chairos ignorantes que van a aplicar, junto con la soldadesca, las vacunas salvíficas contra una pandemia que cayó “como anillo al dedo” de las ambiciones dictatoriales.

Pero que, por desgracia, tiende a ser el nuevo jinete del Apocalipsis en el pellejo de una población engañada. ‎Un jinete de la peste, alimentado por la ignorancia, la ambición y la total ineptitud demostrada en sólo dos años.

Antes, mucho antes, de que se convirtiera en tendencia nacional e internacional el hashtag “enfermo mental”, que califica los atributos del hombrecillo de Tepetitán. Antes de que cualquier pequeño logro agigantado se usara en simulacros como pasto electoral de los ingenuos.

Inimaginable lo que pudiera suceder tras un sismo o inundación

Y es que el abandono de los sistemas de operación y mantenimiento del Metro, el drenaje profundo y las estructuras y procedimientos de protección civil contra cualquier terremoto o inundación, y las catástrofes consecuentes, son asuntos que nadie siquiera imagina.

Junto con todos los problemas provocados por el instinto electoral del solitito de Palacio Nacional, y los perjuicios sociales, económicos y anímicos nadie los podrá olvidar. ¡Clientelismo electoral en plena pandemia!

¿De qué desconocido planeta llegaron estos bodrios?

¿Sobre qué pueblo creen que mandan?

¿No cree usted?

Índice Flamígero

Todos coinciden: Claudia Sheinbaum atraviesa sin gran fortuna la peor de su primera gran tormenta. La pandemia a todo lo que da, por haberse negado a cambiar el naranja del semáforo al rojo inevitable… incendio del centro de control del Metro… paralización durante meses del funcionamiento de tres de sus líneas, las principales por cierto… su selección de funcionarios incapaces ya no sólo para dar mantenimiento al sistema de transporte colectivo metropolitano, incluso para responder preguntas en una conferencia de prensa… reveses judiciales en sus persecuciones políticas a funcionarios del sexenio pasado… más las que se le acumulen en las siguientes horas.

+ + + Y en lo político es la presidenciable que quedó peor parada en los estertores del 2020. Perdió su apuesta por la dirigencia de Morena, toda vez que ella tenía como favorita a Berta Luján. Pero la consultaron –también lo hicieron con Ricardo Monreal—y el ganador de la rifa del tigre fue el candidato de Marcelo Ebrard, Mario Delgado.

A doña Claudia le dieron como “premio” de consolación la Secretaría de Seguridad Pública –que dejará vacante Alfonso Durazo– para Rosa Icela Rodríguez.

Así que ya tiene dos broncas, dos: CDMX y la delincuencia organizada. ¿Cuál de ellas acabará primero con “la científica” Sheinbaum?

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