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Confían en que certificación de La Ropa atraiga mayor derrama económica

Víctor M. Alvarado

En la actualidad playa La Ropa ha dejado de ser una cantina y cocina al aire libre y se ha convertido en una zona certificada, esto ha molestado a algunas personas, sin embargo, era necesario el ordenamiento porque eso atrae turismo con poder adquisitivo alto, lo que se convierte en derrama económica con la generación y sostenimiento de empleos, dijo en entrevista el vocero del comité de Playas Limpias, Carlos Gutiérrez Farías.

Es un poco incómodo comentarlo, pero es una realidad, pero hay turistas que no generaban derrama económica y es que, en los restaurantes no se necesita muchos clientes, un 60 por ciento que acudan es suficiente, pero con poder adquisitivo.

Se que esto ha causado molestias y reclamos, dijo el entrevistado, sin embargo, ya era urgente que se controlara por ser esta una de las playas más hermosas de la república mexicana y no se requiere de miles de bañistas, no es necesario una playa abarrotada de paseantes.

Dijo que durante la temporada vacacional de verano la ocupación ha sido aceptable y será difícil que durante este y los demás periodos, esta playa se vuelva a llenar como hace unos dos o tres años, esto por las políticas de uso que se han implementado para mantener la certificación y en miras de lograr el galardón para la segunda etapa.

Insistió al remarcar que en esta playa manejan calidad en el servicio y no volumen, esta zona no necesita estar llena, lo que requiere es que llegue turismo que sea amigable con el medio ambiente para mantener los niveles de limpieza que se han marcado para la certificación.

El índice de ocupación hotelera ya no es un indicativo de buena derrama económica, no tiene caso tener 5 mil turistas que no gastan, es mejor que sean menos pero que compren en los puestos de artesanías, que coman en los restaurantes y se hospeden en los hoteles.

Playa La Ropa tiene otro “rostro” ya no es una cantina, porque había personas que no disfrutaban el mar, entraban con hieleras, bocinas y anafres generando agentes contaminantes e impidiendo que otros turistas disfrutaran de estas bellezas naturales, las que, por fortuna, se han recuperado, y eso, molestó a muchos que ahora ya lo están entendiendo.

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