Cuauhtémoc Rea Salgado
ATOYAC. Sin vigilancia trabajan las casas de empeño en el municipio, saquean a los ciudadanos que van a empeñar sus cosas sin que nadie haga algo por el cobro de altos intereses.
Federico Lorenzana Rebolledo dijo que las casas de empeño, a diferencia de los bancos, son instituciones auxiliares de crédito, que, de forma rápida y fácil, te proporcionan el crédito que requieres sin tanto papeleo ni trámites burocráticos tardados.
” Para la protección y defensa de los intereses y derechos de los usuarios, éstas empresas son reguladas por el gobierno a través de la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) y no por la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
Como que hay cierta confusión, puesto que las casas de empeño son empresas financieras pero que les quitan a las personas; pero bueno, ese es otro tema.
Una Ciudad tan importante como lo es Atoyac de Álvarez, bien merece contar con estos servicios”.
Señalo que en Atoyac hay varias casas de empeño; “algunos dicen que esto es señal de pobreza, que la economía local anda mal; otros afirman lo contrario. Lo cierto es que las casas de empeño juegan un rol importante en la economía en nuestros días”.
” Hay varias versiones sobre el surgimiento de lo que ahora conocemos como casas de empeño. Se dice que fueron los monjes franciscanos quienes, al ver las necesidades y carencias de los campesinos y personas muy pobres, buscaron la forma de apoyarlas con préstamos en dinero y a pagar sin intereses. Durante mucho tiempo este tipo de ayuda prosperó a tal grado de que se hizo una institución de beneficencia, pasando a formar parte de lo que se llegó a conocer como Montepío (Montón-piadoso)”.
Dijo que Montepío apoyaba a las personas con problemas económicos, haciéndoles préstamos sin intereses, solo recuperando el monto prestado. “Al paso del tiempo, fue tan grande la demanda que ya no alcanzaba el dinero, debido a que muchos beneficiarios dejaban de pagar, ocasionando que los recursos financieros obtenidos de las limosnas, diezmos, apoyos que eran brindados por la corona real y los diferentes ingresos que se obtenían a través de las diferentes celebraciones religiosas, dejaron de ser suficientes”.
Agrego que eso obligo a cambiar las reglas de ésta casa de beneficencia, puesto que, de ahí en adelante, quienes pedían un préstamo tenían que dejar en prenda el valor de lo solicitado y pagar el préstamo más los intereses que éste generaba.
“He visto varios trabajos de tesis de profesionistas en administración, sobre el funcionamiento, la clase de servicios que prestan, así como cuales son las prendas que tienen mayor demanda, los intereses que cobran, entre otros servicios; llegando a las conclusiones de que algunas no se ajustan a las normas, puesto que prestan con altos intereses; otras que el valor de las prendas deben ser muy superiores al préstamo; otras son eficientes en servicios y dan buen trato a los clientes”. Finalizó.