Cuauhtémoc Rea Salgado
TECPAN. Artesanos de los municipios de cholula Puebla venden juguetes de madera para no dejar perder la tradición de hacer juguetes de madera para los niños aunque lamentaron las pocas ventas que hay en ese tipo de juguetes.
De entre los locales instalados en el zócalo de Tecpan, un pequeño puesto sobresale de los demás por las pocas visitas de la gente.
Es el negocio de Antonio Martínez González, quien vende juguetes de madera, los cuales, asegura, han perdido mucho terreno en el gusto de los niños, porque éstos ahora prefieren los electrónicos o los teléfonos celulares para pedirle a Papá Noel o a los Reyes Magos.
En el local del originario de Cholula, Puebla, se pueden ver baleros, trompos, yoyos, pirinolas, juegos de ajedrez, dominos, carros y camiones.
Además de pequeñas camas y roperos de muñecas, todos hechos de madera, los cuales hasta hace aproximadamente 30 años eran buscados por los papás para regalar a sus hijos porque éstos sabían jugarlos, a diferencia de hoy que los menores no conocen ni su nombre, apuntó el fabricante.
Su pequeña fábrica se ubica en su natal Cholula, dónde elabora juguetes y objetos de madera con la ayuda de maquinas especiales, que le facilitan la elaboración más que si las hiciera de la manera tradicional, a mano, según contó y abundó que trabaja en coordinación con otros artesanos de Morelia, Michoacán, con los que intercambian los productos que ofrecen al público.
Por la noche, en el establecimiento ubicado en la calle Enrique Angón del centro de la cabecera municipal de Tecpan, se ve un poco más de gente. Sin embargo, no es la que desea el artesano.
Él quisiera que las personas salieran y entrarán frecuentemente como lo hacen en la tienda departamental que está a unos pasos de su local.
“Este tipo de juguetes han perdido mucho terreno frente a los electrónicos y los teléfonos celulares. Han dejado de tener demanda. La gente ahora busca otro tipo de productos como los celulares, tablets, videojuegos o juguetes con control remoto. Son muy pocas las personas que se acuerdan de los baleros, de los trompos o los yoyos, y menos los que recuerdan cómo jugarlos. Cada día se pierden más en el tiempo”, asentó con tristeza el poblano.
Afirmó que en Guerrero vende más sus juguetes que en Puebla. Sobre todo en los pueblos de la Costa Grande como Atoyac o Tecpan, que son lugares en los que los padres inculcan a sus hijos sobre el uso de los objetos, es decir, que los papás enseñan a jugar el balero o los trompos a sus hijos, mucho más que en pueblos del norte del estado o en la misma Puebla.
El hombre aseguró que cada vez son menos las personas que se dedican a fabricar juguetes de madera, sin embargo, cuando se le preguntó si consideraba algún día dejar de elaborar esos productos, respondió que no, “ni pensarlo. Es una actividad que ha formado parte de la familia por muchos años, algo así como una tradición. Y mientras tenga fuerzas voy a seguir haciéndolos”, asentó.