ARTÍCULO DE OPINIÓN 17 – Tixtla a salvo de inundaciones cíclicas 

Ricardo Castillo Barrientos

La histórica ciudad de Tixtla, la primera capital del estado de 1850-1870, y cuna de los insignes próceres tixtlecos, Vicente Ramón Guerrero Saldaña e Ignacio Manuel Altamirano Basilio, siempre ha contado con un esplendoroso espejo de agua, al paso del tiempo se transformó en la “Laguna Negra”, por su oscuro lecho y la principal fuente de contaminación: el desague del drenaje urbano, jamás concluido por los tres órdenes de gobierno.

La población tixtleca ha sufrido cíclicamente grandes inundaciones, afectando a miles de hogares, hasta dos metros de altura han llegado las aguas pluviales y residuales, que han permanecido hasta tres meses como sucedió en 2013, con los huracanes Ingrid y Manuel, y en 2024, con John, bajando los niveles del cuerpo lagunar debido a la operación de emergencia de plantas de bombeo móviles de CONAGUA y la instalación de líneas de conducción para el desfogue de agua hacia el Norte a dos kilómetros, rumbo a Apango y al Sur a 500 metros, hacia Mochitlán.

Para el aprovechamiento de esos excedentes de agua, debería contemplarse algún proyecto de represas para uso agrícola, muy susceptible por la generosidad de las tierras abundantes en siembras de hortalizas, legumbres y frutas.

Un hecho sin precedente en la vida comunitaria de esta ciudad, ocurrió el viernes 17, con la operación del nuevo equipo de bombeo para regular los niveles de agua en temporadas de lluvias y huracanes, que evite en lo sucesivo las tremendas inundaciones que afectan a más del 60% de las familias, cuyas pérdidas de su patrimonio son cuantiosas y deplorables.

La gobernadora Evelyn Salgado Pineda y el equipo de la CAPASEG, visualizaron la solución definitiva al eterno problema y pusieron manos a la obra, inyectando recursos por un monto de 7.6 millones de pesos, para el requipamiento del Sistema de Cárcamo de Bombeo Norte de la Laguna de Tixtla, que permitirá regular los niveles de agua, mitigando el riesgo de inundación ante fenómenos meteorológicos y lluvias torrenciales, y así garantizar la seguridad de las familias y sus bienes.

Para el año 2026, está considerada una inversión similar para el Cárcamo Sur, con esa obra, la población de Tixtla quedaría a salvo por completo de nuevas inundaciones, como ha sido el anhelo de sus habitantes, dejando atrás y para siempre las angustias y zozobras perturbadoras por el mal tiempo.

La histórica Tixtla estará en condiciones de vestir sus mejores galas como “Pueblo Mágico”, con la ejecución de un proyecto integral: turístico, ambiental, histórico, gastronómico y artesanal. Alrededor de la Laguna podría realizarse una ciclopista para el deleite de la niñez, juventud y visitantes.

El Gobierno del Estado debería transpolar el ejemplo de Tixtla para dar una solución definitiva a las inundaciones de Punta Diamante, Cayaco, Llano Largo, Puerto Marqués y fraccionamientos populares.

Ya se vio qué si se puede y Tixtla, el mejor ejemplo de erradicar las inundaciones cíclicas. Avancemos y abreviemos el futuro. Vamos en el camino correcto en la materia.

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