(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)
Conviene
revisar, amable lector, el modelo de control que se impuso no sólo en los
municipios de la Tierra Caliente, Costa Chica, y algunos de la Costa Grande,
Zona Centro y la Montaña.
El
cierre total de las cabeceras municipales, por ejemplo, en una fase que no lo
amerita pues no estamos ante contagios masivos aún (estos van a venir, cierto,
pero dentro de dos o tres semanas), es parte de un desgaste que a la larga
traerá consecuencias económicas fuetes para las regiones, pues lo poco que aún
está funcionando y que puede seguir operando, lo están cerrando antes de
tiempo.
En
Tierra Caliente, por ejemplo, cada municipio se encerró desde hace dos semanas.
Nadie entra ni sale de sus fronteras. Los propios vecinos que trabajan en otros
municipios deben quedarse en un solo lugar. Y a estas alturas las líneas de
camiones que conectan hacia México y Morelia, y otros puntos de la entidad,
están cerradas.
Esas
cuarentenas son tan duras, que, por ejemplo, ni siquiera a nuestra propia gente
estamos recibiendo, por temor a ser contagiados.
¿Qué
era prudente hacer y qué no, atendiendo las fases epidemiológicas de la
enfermedad?
Revisando
la opinión de epidemiólogos, acerca de este tipo de cuarentenas totales, como
la que hizo el gobierno chino en Wuhan, epicentro de la pandemia de este nuevo
coronavirus, se deduce que se decretan cuando se tiene algún contagio, y es
para que ese brote se contenga en la zona en que surgió. Esa es la lógica.
Lo
hacen para el control del dengue, por ejemplo. Donde se detecta un caso, de inmediato
se debe fumigar dentro y fuera de las cosas y vigilar varias cuadras a la
redonda. Si hay más, ya se considera brote y se fumiga todo el pueblo. Pero lo
que se ataca es el foco de un posible brote epidémico.
En
China, Wuhan fue cuarentenado, precisamente para que la enfermedad se
concentrara en esa región, sin llegar a Shangai y otras ciudades importantes de
ese país, pues habría sido un verdadero desastre para China que sus centros
financieros se contagiaran.
De
ahí que se diga que en Wuhan murieron alrededor de 60 mil personas y no 4 mil,
como reporta el gobierno chino, porque de algún modo se les encerró, evitando
entradas y salidas, para no dispersar el virus.
Incluso
los cuerpos de los muertos fueron incinerados, y pasada la pandemia les entregaron
las cenizas a los familiares, para que las fueran a llevar al panteón.
Podemos
decir que China cerró Wuhan para sacrificar a esa zona, y salvar a otras. Aunque,
a decir verdad, una vez que China ocultó de esta nueva cepa de coronavirus,
justo en el marco de las fiestas de año nuevo en occidente, permitió el libre
tránsito de personas, y el confinamiento de Wuhan lo decretó hasta mediados de
enero. Fue así que el virus se dispersó en cuestión de un mes por todos los
continentes, hasta la historia que hoy estamos contando.
En
Guerrero, sin embargo, se están cuarentenando zonas libres, pero se les está
dejando sin cuarentenar a las zonas afectadas. Posiblemente ciudades como
Acapulco y Chilpancingo no puedan cuarentenarse, pero sí pueblos chicos como
Cocula y Taxco, Tixtla y Huamuxtitlán.
Todo
lo contrario, todo está en santa paz en esos lugares, aunque el alcalde de
Cocula ha pedido que se vigile su municipio, porque siguen llegando migrantes y
ya se tiene el caso de una mujer que llegó de Chicago con la enfermedad, razón
por lo cual 20 de sus parientes y amigos estaban bajo observación.
Los
gobiernos municipales están tomando por su cuenta estas acciones de protección,
aunque los que deben dictar todo lo relacionado con la pandemia son la
Secretaría de Salud federal y estatal. Ya se cansaron de reuniones y reuniones
con los jefes jurisdiccionales.
Cada
quien anda toreando la ola como puede, por falta de información, por presión
social, y también por que la gente no está acatando del todo la sana distancia.
Incluso por temor al contagio.
Pero,
además, porque los alcaldes saben que se tienen servicios de salud muy
deficientes en las regiones del estado, donde ni los hospitales generales están
debidamente equipados para atender casos graves.
Se
informó ayer de la intención de cerrar la frontera con Michoacán por este lado
de la Costa Grande, para mantener a Zihuatanejo libre de contagios. La idea es
buena, aunque los que sufren son los de las comunidades, que dependen de las
cabeceras municipales. Además, aunque se impida el paso de vehículos,
generalmente se permite el paso de personas, y son las personas las que tienen
el virus, no los coches. Entonces, ¿Cómo para qué cerrar?