(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)
Se acerca el día en que las mujeres tomarán las calles de
este país. Mejor dicho, serán dos días (8 y 9) en que las féminas mexicanas se
harán notar, y sólo esperemos que no hagan como lo que suelen hacer en sus
marchas, que se dan el quien vive destruyendo y pintarrajeando edificios
históricos.
Y no es que no lo deban hacer, es que con eso nada van a
conseguir, porque habría que recordarles que serán sus congéneres las que al
día siguiente (ese día no, porque estarán de paro nacional), tendrán que
limpiar el atascadero que resulte.
También habría que recordarles que destruyendo puertas y
ventanas de negocios, no van a conseguir su propósito principal, que es poner
en la agenda nacional el feminicidio, para que las autoridades se ven
obligadas, ahora sí, a resolverlo.
Antes que todo, hay que decir que la matanza de mujeres no es
de ahora, sino que en este país así ha sido siempre, aunque en proporciones
menos escandalosas. Vaya, tenemos canciones que hablan del asesinato de mujeres
que fueron todo un éxito, como el corrido de La Martina, aquel donde el marido,
al llegar a su casa, encuentra un caballo y una pistola que no son de su
propiedad, y la cuestiona: “¿De quién es ese caballo que en el corral relinchó?
Ella le miente, avisándole que se lo mandó su padre, para que fuera a la boda
de su hermana la menor.
Llega el punto en que la Martina no puede sostener más su
mentira, y le dice: “Si me tienes desconfianza, no te separes de mí”.
Corroborado el engaño, el sujeto lleva a Martina con sus
padres, la devuelve pues, como si fuera mercancía. Pero los padres no la
reciben; le dicen: “Llévatela tú mi yerno, la iglesia te la entregó”…y entonces
concluye ese famoso corrido mexicano: “Hincadita de rodillas, nomás 3 tiros le
dio”. Y tan tan, la mató y con la anuencia de los suegros.
Hoy en día hay un corrido que se protagonizó en video, con
la misma trama, con la diferencia de que el sujeto ahorca y encajuela a su
esposa.
Basta encender la radio para escuchar canciones machistas de
todo tipo, pues ya no hay género donde no se explote esta realidad. ¿Alguien
recuerda a Maluma y a sus 4 babies?
Acaso también hemos oído de las presas del narco, las
mujeres de los capos que viven presas y vigiladas. Pero no necesitamos irnos
tan arriba para percibir el machismo por todos lados. Basta entrar a un hogar y
ver cómo se desempeñan sus miembros, para saber que los hijos varones tienen
plenas garantías de no hacer nada dentro de la casa, pero sí todo lo que puedan
fuera de ellas. En el caso de las niñas es todo lo contrario; para ellas son el
trabajo y las reglas y los horarios.
¿Cómo queremos entonces una sociedad que respete y quiera a
las mujeres, si desde los hogares lo fomentamos?
Ese es el México en que hemos nacido y crecido. México es un
país feminicida. Todos en nuestra infancia conocimos de casos de engaños, que
fueron cobrados por el cornudo con la muerte.
Pero dirá usted, amable lector, lectora, ¿a qué viene todo
este embrollo? ¡No!, ni se complique la vida, no es porque esté yo en contra de
las mujeres que van a parar el próximo lunes, sino todo lo contrario. Si mi
mujer y mis hijas quieren participar, tienen el día libre.
Sólo deseo que nos demos cuenta que la violencia contra la
mujer, la peor de todas, está dentro de los hogares y las cifras oficiales lo
demuestran: 99 por ciento de los casos de violencia contra la mujer, en todas
sus variantes, incluida la violencia económica, se ejerce en el hogar. Y sólo 1
por ciento de los feminicidios, ocurre fuera del hogar.
Es un asunto cultural, es algo que hemos venido arrastrando
por décadas, centurias, y debe ir cambiando. Esto tiene que ver con que el
hombre en este país, considera a la mujer como de su propiedad. Incluso, desde
el noviazgo comienza a controlarla, lo que hoy se conoce como “violencia en el
noviazgo”.
Pero, ojo, las feministas se están apoderando de esta lucha
que debiera ser de todas las mujeres, pero ellas mismas no escapan del rol de
víctimas y victimarias. ¿Han oído eso de que una mujer gay es mucho más
agresiva que un hombre? Tal vez no sea general el asunto, pero sí se cumple
esta premisa en muchos casos. Este tipo de damas son controladoras, celosas y
están dispuestas a todo por sus hembras. Conozco un caso de una de ellas, que
tenía una taquería, quien se atrevió a matar a un jovencito que le dijo piropos
a su mujer. Era un niño de unos 13 años, quien pensó que la despachadora era
una mujer sola. La chica de la que hablo le permitió cenar, pagar la cuenta, y luego
lo siguió con un arma entre sus ropas, y al darle alcance lo asesinó.
Así que, mujeres, que el paro del 9 no sea una llamarada de
petate, sino el inicio de un cambio de paradigmas, un cambio real de
conciencia, que, insisto, debe comenzar en los hogares.