Concluye con éxito torneo de bodyboard en Puerto Vicente Guerrero

TECPAN. Se reunieron las expectativas del torneo juvenil denominado bodyboard, celebrado este 2 de marzo del año en curso, en Puerto Vicente Guerrero, destino de playa perteneciente al municipio de Tecpan .

Por ello, surfistas de los núcleos poblacionales vecinos a este destino turístico, compitieron en la pasada justa deportiva acuática, en donde los competidores más que buscar un sitio en el pódium, participaron por amor a este deporte ícono de esta región. 

Un promedio de más de diez jóvenes se presentaron para llevar a cabo los movimientos sobre la tabla de surf en esta disciplina alterna. 

Al respecto uno de los instructores de este deporte, Jorge de la Peña, ha sido uno de los promotores que ha llevado importantes torneos con la finalidad de que la actividad continúe dando pasos agigantados. 

Jorge Reynada Galeana. 

EDITORIAL

La democracia desesperada

En los últimos meses, para nuestra angustia y preocupación, hemos presenciado muchos ejemplos de lo que Klijn y Koppenjan (2016) llaman “complejidad substantiva”. Para estos autores, la complejidad substantiva se genera cuando un problema común produce percepciones que no son compatibles entre sí, en un entorno en el que la información no es confiable, y en el que el conflicto es alto. Piense Ud. en las discusiones recientes sobre los feminicidios y el movimiento del 9 de marzo. La sociedad se enfrenta a un problema gravísimo que pone en riesgo su sostenibilidad y existencia futura. Sin embargo, éste es percibido de muy diversas maneras y los(as) diferentes actores(as) políticos(as), económicos(as) y sociales involucrados(as) ofrecen explicaciones que parecen mutuamente excluyentes, y que compiten por recursos gubernamentales y no-gubernamentales. Cualquier propuesta de solución es descalificada por el bando opuesto; y los análisis técnicos, que deberían funcionar como árbitros que ayuden a discernir las posibles soluciones, se perciben con sospecha y cuestionamientos. Adicionalmente, las instituciones políticas y sociales que nos hemos dado para lidiar con la complejidad substantiva no están funcionando. El Presidente de la República polariza, en lugar de unir. Los(as) ciudadanos(as) privilegian la ideología sobre el bien común.

¿Qué hacer ante tal situación? Ciertamente se trata de un asunto complejo, que trae a la mente cómo se originó la democracia. En un magnífico capítulo que describe el asunto desde la perspectiva de las ciencias políticas, Ober (2007) argumenta que la democracia no nació como el resultado de aplicar un tipo ideal diseñado por filósofos o políticos; ni tampoco como consecuencia de decisiones de grandes líderes perspicaces que supieron interpretar al pueblo. Nació, más bien, como una solución práctica para un problema concreto, implementada de manera auto-organizada por un gran número de ciudadanos(as).

La democracia fue la respuesta de personas cansadas, horrorizadas ante la posibilidad de volver a vivir lo que ya habían sufrido. Era una respuesta pragmática, experimental y sujeta a ajustes -como nos dice Ober (2007)-, que tenía en el centro el principio de la absoluta igualdad de todos(as) los(as) ciudadanos(as). Es cierto que el modelo no era perfecto, y que la democracia ateniense tuvo defectos importantes que han sido señalados constantemente. Sin embargo, resalta el hecho que los(as) habitantes de esta ciudad-Estado decidieron no entregar todo el poder a una sola persona para que ésta los(as) rescatara de sus problemas. Escogieron la vía difícil, de construcción de un entramado institucional que dispersara la toma de decisiones entre un gran número de personas, combinándola con modalidades de democracia que, una vez desarrolladas en sus potencialidades, dieron por resultado lo que ahora conocemos como “democracia representativa”, “democracia participativa” y “democracia deliberativa”. El experimento ateniense también puso las bases para lo que después sería conocido como la “división de poderes” y los “balances y contrapesos”.

Maravilla que ante la crisis, los atenienses tomaron este camino. Nosotros(as) también estamos llamados a dar una respuesta pragmática, experimental y sujeta a ajustes que, sin embargo, parta del supuesto de la absoluta igualdad en valor y dignidad de cada uno(a) de nosotros(as). Sin este requisito, será imposible remontar la complejidad substantiva que parece haberse instalado en nuestro discurso político, lo que causa que (sin importar qué estemos discutiendo) terminamos más divididos(as).

ESTRICTAMENTE PERSONAL

Por favor, señor Presidente

Raymundo Riva Palacio

El presidente Andrés Manuel López Obrador cree que las alertas sobre el coronavirus son propaganda. A veces parece confundir los términos, porque maneja la palabra alerta como sinónimo de alarma, y las utiliza indistintamente. De ahí la retórica épica de que la economía mexicana está fuerte y no va a haber mayor impacto, que el peso no tuvo afectación, y que no va a tomar decisiones como las que tomaron en 2009 el presidente Felipe Calderón y el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard, al paralizar la actividad económica para evitar contagios del AN1H1. Él no cometerá el error de aquella vez, dice, cuando a su juicio se “exageraron” las medidas.

El presidente tendría que ser más responsable y evitar ser tan determinista o mentir, porque puede resultar contraproducente. El peso sí sufrió afectación, la mayor de las divisas en los países emergentes, pero no por una razón atribuible a él, sino por la sobrevaluación de la moneda mexicana. El coronavirus no va a afectar a la economía mexicana; ya la afectó, y era inevitable. El turismo fue la primera víctima de la epidemia, que se contagió al sector financiero, como la minusvalía de las afores por más de 24 mil millones de pesos. Habrá impacto en otros sectores de la industria, como la automotriz, aunque el presidente no quiera reconocerlo. 

La negación afecta. Desde el domingo varias naciones están realizando acciones para estimular sus economías y evitar caer en desaceleración y recesión, pero no ha instruido a la Secretaría de Hacienda para elaborar un paquete de estímulos de emergencia, ni la de Economía esta desarrollando planes de contingencia con los empresarios. El presidente no toma en serio la epidemia, y frenó el anuncio del primer paciente en México durante horas, para que pudiera darse durante la mañanera. En epidemias de propagación tan veloz como el coronavirus, los minutos cuentan.

Uno puede aventurar que López Obrador no es irresponsable a conciencia, sino que por inconsciente. El mismo día que el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, informó de los primeros casos de contagio en México y pidió que “por el momento tampoco nos demos besos ni abrazos”, el presidente viajó a Tabasco donde realizó un acto multitudinario saludando a todos. López-Gatell actuó de acuerdo con protocolos internacionales, que incluye “mantener una distancia social” cuando menos de un metro de distancia de aquella persona que pueda estornudar o bostezar, sin siquiera saber si está contagiada o no.

El presidente, que no se fija en ello porque todo su pensamiento lo cruza la política y la paranoia del extraño enemigo, tiene otra lógica. A pregunta expresa, dijo recientemente que haría cambios en su agenda ni cancelaría eventos, tomando como referencia lo que se hizo en 2009, con lo que entonces como hoy, estuvo en desacuerdo. Nadie está tomando las cosas a la ligera en el mundo salvo él, de lo que se conoce. El papa Francisco, supuestamente con resfriado, fue recluido en su residencia en Roma para mantenerlo alejado de toda posibilidad de contagio en Italia. 

El presidente francés, Emmanuel Macron, canceló varios de sus eventos programados debido al coronavirus. La canciller federal alemana Angela Merkel, elogió la prevención un ministro cuando se negó a saludarla de mano. En la campaña presidencial en Estados Unidos ya se está hablando de que se tendrán que hacer ajustes y utilizar tecnología para sustituir mítines. Países en tres continentes han emitido recomendaciones para evitar contacto físico. La reunión de Primavera del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, no se hará presencial. Las grandes corporaciones cancelaron los viajes de negocios de sus ejecutivos y realizarán sus reuniones en teleconferencias. 

López Obrador tendría que entender que es el líder de la nación y que lo que haga y diga va a ser atendido por millones de personas. Si ante las recomendaciones de los funcionarios de Salud a quienes confía plenamente, él las desoye y reparte besos, abrazos y saludos por todos lados, el mensaje que envía a millones es que ignoren las medidas de prevención. Lo ha tomado tan a la ligera, que ha instruido campañas de prevención del coronavirus. El presidente no tiene ni debe proyectar alarma, pero es irresponsable no prender las alertas.

El descuido, cuando se gobierna un país, es negligencia política. Descuidarse a sí mismo, es un alto riesgo para la nación. ¿Se ha puesto a pensar qué sucedería si se contagia del coronavirus? El presidente tendría que salir de circulación para ser atendido durante varios días, lo que dejaría un enorme vacío político en la comparecencia pública diaria en Palacio Nacional. Si la gobernabilidad depende exclusivamente de él y en su gabinete dominan los incompetentes, ¿quién tomaría las riendas mientras está ausente? No hay provisiones legales en caso de enfermedad y ausencia temporal, y el artículo 84 constitucional sólo prevé la falta absoluta del presidente. Sería un tránsito muy difícil y complejo mientras se recupera y regresa a las mañaneras.

López Obrador no puede ausentarse de la arena pública ni jugar con su suerte. Bastante irresponsabilidad, por lo que significa para la seguridad del país, es la forma como se transporta a sus giras, para que ante las fijaciones anacrónicas de su pensamiento político piense que el coronavirus es propaganda y que no lo va a afectar. Por favor, señor Presidente. Seriedad y responsabilidad en un jefe de Estado es lo menos que puede exigírsele. El coronavirus no es invento sino realidad. Lo único increíble sobre él, es que haya un dignatario que no crea que la epidemia sea de verdad, y prepare a sus gobernados para enfrentarla.

Nota: En la columna de ayer, por un error manual atribuible al autor, se escribió ontología en lugar de oncología, el nombre correcto de la patología.

rrivapalacio@ejecentral.com.mx

twitter: @rivapa

Justicia, no lamentos

Dolia Estévez

La timorata respuesta de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) al fallo de la Suprema Corte de Justicia, coartando el derecho de los mexicanos a defenderse de la violencia de la Patrulla Fronteriza en tribunales estadounidenses, manda el mensaje de que, pese a la retórica en sentido contrario, el compromiso con las comunidades transfronterizas termina donde empieza el talante acomodadizo de la política exterior mexicana.

En una de las decisiones más significativas en la lucha por los derechos humanos, el máximo tribunal negó a los padres de Sergio Adrián Hernández Güereca demandar a Jesús Mesa, el patrullero que lo ultimó en Ciudad Juárez en 2010. La opinión mayoritaria negó extender la protección constitucional a extranjeros que acusen a sus agentes por hechos que ocurrieron en otras naciones (Hernández v Mesa 02/25/2020). Hernández, que a la sazón tenía 15 años, perdió la vida de dos balazos que Mesa disparó desde Estados Unidos.

Pese a la gravedad del precedente, la SRE sólo dijo “lamentar” la decisión tomada el jueves pasado con los votos de cinco magistrados conservadores contra cuatro liberales. La dependencia a cargo de Marcelo Ebrard expresó “profunda preocupación” por los efectos que tendrá en otros casos de mexicanos también muertos a tiros en la frontera (Comunicado No. 56, 25/02/2020).

Nietzsche decía que las lamentaciones no valen nada, proceden de la debilidad.

La denuncia más fuerte vino de Joaquín Castro, Congresista demócrata descendiente de mexicanos. Tras calificar al fallo como “despreciable” por ser un “ataque a los derechos civiles y humanos más básicos”, Castro acusó a la Suprema Corte de haber “legalizado matar sin causa”. El también presidente del Caucus Hispano del Congreso, dijo que la decisión envía el mensaje de que, “no valoramos las vidas humanas de nuestros vecinos del sur” (Comunicado 25/02/2020).

Por su parte, más de 70 organizaciones no gubernamentales en ochos países, Estados Unidos incluido, firmaron una declaración advirtiendo que el veredicto genera impunidad y más violencia contra las comunidades en la frontera. “El fallo establece un precedente peligroso en cuanto cierra la puerta a la responsabilidad legal de agentes estadounidenses por violaciones de derechos humanos transfronterizos”, aseveró el grupo liderado por el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Comunicado 02/28/2020)

Con base en el “recurso Bivens”, que permite la denuncia de acciones ilegales de agentes gubernamentales y la reparación de daños para las víctimas, los padres de Hernández acusaron al patrullero de violar la Cuarta Enmienda constitucional que prohíbe el uso excesivo de fuerza letal sin justificación y la Quinta Enmienda sobre el debido proceso.

En nombre de la mayoría, el Magistrado Samuel Alito defendió el papel que juegan los agentes fronterizos en la protección de la seguridad nacional. Sostuvo que el “recurso Bivens” no aplica por tratarse de un caso de política exterior que corresponde al Congreso definir. Los jueces Clarence Thomas, cercano a Landau, y Neil Gorsuch, nombrado por Trump, fueron más lejos abogando por la completa desaparición del “recurso Bivens”.

A nombre de los cuatro votos de la minoría, la magistrada Ruth Bader Ginsburg contrapuso que el uso de la fuerza letal para disparar a un niño no tiene nada que ver con la defensa de la seguridad nacional. El atacante, recalcó, es un “agente sin control”, que se fue por la libre. Vaticinó que la exclusión de ciudadanos mexicanos del sistema de justicia estadounidense tendrá un efecto negativo en las relaciones con México.

El tibio comunicado de la Cancillería anuló la preocupación de Ginsburg. El Gobierno de AMLO parece más preocupado en no provocar al furibundo inquilino de la Casa Blanca que en defender a los mexicanos transfronterizos.

Al desconocer la jurisdicción extraterritorial, el fallo trunca la posibilidad de que haya rendición de cuentas y de que los responsables de los asesinatos de mexicanos en la frontera sean procesados y sancionados. No sólo eso. Refuerza el temor de que los jueces partidarios de Trump pongan fin al programa DACA que busca legalizar a 700 mil migrantes que llegaron cuando eran niños. De ser así, la decisión, agendada para junio, será un triunfo para el presidente en plena campaña reeleccionista.

Es hora de que la SRE resucite la petición de extradición contra Mesa que Estados Unidos rechazó y active la acusación penal en su contra. Si el Gobierno de Trump se niega, AMLO deberá condicionar futuras extradiciones de mexicanos a Estados Unidos a la entrega del patrullero blindado por la impunidad estadounidense. Quid pro quo. Sólo así empezaremos a resarcir el daño moral a las víctimas de la Patrulla Fronteriza y a equilibrar la balanza de la relación.

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