Ruth Tamayo Hernández
Diputados guerrerenses van
a fumar la pipa de la paz
“En
política no hay amigos, no hay más que cómplices”: Rafael Barrett.
Mis
estimados, lo que nos faltaba a los mexicanos para cerrar el cuadro de honor a
tanta desdicha que ocurre al México lindo y querido, y habiendo otras
iniciativas más importantes que resolver, algunos senadores se fueron por la
más cómodo, y las Comisiones de Justicia, de Salud y de Estudios Legislativos, aprobaron
en lo general el uso lúdico de la marihuana.
Dicho
dictamen establece aumentar de 5 a 28 gramos la cantidad permitida en la
aportación del enervante y hasta 200 gramos con derecho a una multa, pero sin
ir a la cárcel. Es decir, que cada persona podrá portar hasta casi un kilo de
mota, sin riesgo de ser detenido por ello, si acaso multado.
Los
diputados del PAN votaron en contra del dictamen, mientras senadores del PRI se
abstuvieron, pero hay que decir que los tricolores están muy de acuerdo con la
legalización de la cannabis para fines recreativos, científicos y médicos; sin
embargo, se abstuvieron porque comentaron que el dictamen aún se puede mejorar,
y eso lo harán cuando se presente en el pleno, en una fecha todavía por
definir.
¿En
concreto, qué quieren los priístas? Que se le dé a los estados mayor
participación en el tema, primero. Además, que se le dé prioridad a la salud,
en lo cual estoy completamente de acuerdo, pues para vicios no hace falta
reglamentar mucho, simplemente definir cuánto será lo que cada vicioso pueda
tener en su poder, para evitar ir a la cárcel por narcotráfico.
Recordemos
que la ley actual sólo permite la posesión de 5 gramos, lo suficiente para un
cigarrillo. Entonces el dictamen aprobado cita que se le podrán autorizar hasta
lo de 6 cigarillos. Pero si porta 800 gramos no hay problema, nomás paga la
multa y se acabó.
¿Qué
tal? Estos canijos senadores se volaron la barda, están sintiendo el temblor y
no se hincan; ni viendo la descomposición familiar que hay en el país, la
violencia que deriva en feminicidios, infanticidios, parricidios, matricidios y
obviamente homicidios, porque hay que reconocer que por cada mujer que muere,
98 varones encuentran la muerte.
¡Caray!,
parecen tarados los senadores. En vez de poner trabas para que los jóvenes
dejen de drogarse, les abren las puertas de par en par, para que se atraganten.
Digo,
¿no están viendo lo que ocurre al país por tanto veneno que hay al alcance de
la juventud divino tesoro?
Sean
serios, señores senadores, hay tanta maldad en el país que ustedes no pueden
seguir fomentándola, legalizando el consumo de uno de los enervantes de mayor
producción y consumo en el país. Bastante tenemos con el uso excesivo de
alcohol que se vende en cualquier lugar y a cualquier persona, sin ningún
control. No quiero ni imaginar lo que va a ocurrir en las escuelas con la
aprobación del consumo de marihuana. Se necesitará un control estricto de parte
del gobierno, en sus tres niveles, para que la situación no se desborde.
En
otro tema, mis estimados, no puedo dejar de contarle, ya que por fin les dieron
ganas de trabajar a los diputados guerrerenses, que el pasado martes en sesión
ordinaria se convocaron mutuamente los angelitos a superar diferencias y conflictos
políticos, pues es su última oportunidad para definir el legado político de la
62 Legislatura.
Imagínense,
mis estimados, que a más de año y medio en el cargo, los diputados echaron de
ver que no están trabajando, que están calentando la curul y peleándose entre
sí por los chelines.
Los
coordinadores parlamentarios de Morena, PRI y PRD vieron la urgencia del
relanzamiento del trabajo legislativo hacia la construcción de una agenda común.
¿Cómo ven?
Claro,
viene el 2021 y todos aspiran nuevos cargos.
El
diputado Jesús Villanueva Vega, coordinador del grupo parlamentario de Morena, convocó
a sus compañeros legisladores a desplegar un intenso trabajo legislativo que
privilegie el diálogo para la construcción de una agenda común en todas las
fuerzas políticas representadas en el Congreso, con temas prioritarios y que
respondan al reclamo social.
El
estado de Guerrero se enciende en grandes llamaradas, y los diputados sin
lograr acuerdos. Tienen en su cara la inseguridad y violencia que azota con
furia el municipio de Chilpancingo, por ejemplo, donde los presidentes de las cámaras
de comercio y empresariales piden auxilio para sus agremiados, pero ellos en
sus cubículos echando la chorcha.
Además,
el pueblo sufre de una terrible carestía, porque no hay circulante y la
economía no camina, los precios de los productos básicos están por las nubes, y
los legisladores en Bavia, y no precisamente España.
Además
de las matazones a diario en la capital, se tiene el temor por la llegada del
coronavirus, y ellos ni sudan ni se abochornan.
Estamos
en problemas, dicen los dirigentes de las cámaras en Chilpancingo, porque aparte
los bloqueos en avenidas y en la Autopista del Sol, por distintos sectores y estudiantes, no
circula el dinero. “Muchos no podremos seguir mantenido abiertos los negocios,
aunque queramos”, recalcan. Con todo esto, los diputados, apenas dialogan para
lograr acuerdos entre ellos y sacar adelante el trabajo legislativo.
El
coordinador parlamentario del PRD, Bernardo Ortega Jiménez, concedió unir
esfuerzos y dejar las diferencias de lado para sacar el trabajo, sobre todo el
que tienen rezagado.
Por
su parte el coordinador parlamentario del PRI, Héctor Apreza Patrón, convocó a
la inteligencia de cada legislador para determinar cuáles son los temas más
urgentes que necesitan atender, “porque es mucho lo que falta por hacer y es
poco tiempo”.
Sin
que se arruguen, señores diputados, pero a la fecha no hemos visto que saquen la
cara por sus representados. Los mismos legisladores morenista aceptan que han
dejado temas pendientes, importantes asuntos legislativos por sus diferencias o
desacuerdos, y apenas plantean unirse. Y para eso se van a llevar otro mes dialogando,
y el tiempo vuela. El 2021 está a la vuelta.
Recuerden,
señores diputados, que los cargos se ganan con votos en las urnas, no con
salivazos.
Tienen
frente los legisladores una prueba que deben pasar. Por ejemplo, el conflicto
del diputado Celestino Cesáreo Guzmán, con el perredista Raúl Chávez Flores,
quien lo está acusando de amenazas de muerte. Es un tema fuerte al que le deben
responder con prontitud, pues se habla de palabras mayores, y en estos tiempos
violentos en que vivimos ni siquiera deben mencionar la palabra muerte, ni de
broma.
El
tema es muy complicado, ya que Raúl Chávez es el alcalde suplente del
ayuntamiento de Cochoapa El Grande, donde mataron al alcalde titular, Daniel
Esteban González, y el PRD apoyó a su esposa para que le sucediera, dejando al
suplente fuera de la jugada.
Recordemos
que al presidente electo de Cochoapa lo desaparecieron poco antes de que tomara
posesión del cargo, y fue encontrado su cadáver en una fosa clandestina en
noviembre del año pasado.
Ahora,
el suplente pidió que le sea concedida por el Congreso local la conclusión de su
solicitud de licencia, con el fin de estar en disponibilidad de asumir la
presidencia de ese muncipio.
Sin
embargo, el perredista acusa a su compañero de partido, Celestino Cesáreo
Guzmán, que en complicidad con la actual alcaldesa, Edith López Rivera, viuda
de Esteban González, lo están amenazando para que no reclamen la presidencia
cochoapeña.
Por
ley, le correspondía ser presidente al suplente, Raúl Chávez, pero el mismo
Chávez Flores indica que por un arreglo político, el PRD decidió en septiembre
del 2018 que ese cargo lo ocupara la esposa del difunto, Edith López Rivera, y
se vio obligado a solicitar licencia.
Entonces,
las amenazas de muerte a Chávez Flores serían por pedir su reincorporación al
cargo, y él señala como responsable de esas amenazas al diputado Celestino
Cesáreo, y a la alcaldesa Edith López. “Son ellos los responsables directos de
lo que pueda pasar a mi familia y a mí; ellos son los mayores beneficiados con
la desgracia del asesinato de Daniel Esteban González”, recalcó en conferencia
de prensa el pasado martes.
¡Uffff
y recontra uuufff! Estos perredistas ya se parecen a los panistas de Acapulco,
que se han venido matando entre ellos por los cargos.
En
serio, señores, ¿de verdad vale la pena matarse o morir por una alcaldía
pequeña como lo es Cochoapa el Grande? Acepto que un ayuntamiento grande entra
mucho dinero, ¿pero vale la pena morirse por ese cargo?
Nunca
olvido las palabras de un amigo que estaba compitiendo por la presidencia. Dice
que les sale un ego dentro de ellos, que no los deja entrar en razón, sino que
quieren ser presidentes a costa de lo que sea y por eso comenten horrores,
porque se alucinan con el único propósito de ser presidentes. Afortunadamente
mi amigo perdió, sino también ya no estuviera vivo y lo dice él.
Chávez
Flores pide a los diputados que saquen la mano del tema Cochoapa.
Sin
embargo, y si le sirve a don Raúl, vale más vivo que en una tumba, porque tarde
que temprano esos malvados le pueden dar cuello y de nada va a servirle haber
sido alcalde de su pueblo. ¡Feliz jueves para todos!