Lilia Arellano
*A los periodistas:
“cooperan o cuello”
*Camino: la máquina, el
micrófono, o la tumba
*“No les pago para que
me peguen” y …se oyeron pistolas
El penoso asunto sobre Sergio Aguayo no hizo sino recordar
todas las demandas contra periodistas llevadas a cabo en los últimos sexenios,
en aquellos en donde reinó el nepotismo, la corrupción, tiempos en los cuales
el enriquecimiento paso de inexplicable a perfectamente comprobable junto con
el manto de inmunidad de medidas inmensas y de grosor impenetrable. La labor
del periodista tiende a volverse cada vez más peligrosa. Al afectar intereses
tanto de políticos como de mafiosos -la línea divisoria es casi invisible-
muchos han perdido la vida, pero otros tantos fueron abandonados a su suerte
por las empresas de comunicación en un afán de no perder al cliente -gobierno-
e inclusive evitar auditorías.
Carmen Aristegui es el ejemplo con mayor publicidad. MVS la
empresa en la cual se desempeño fue demandada por haber publicado en su página
web toda la investigación hecha por su equipo relacionada con la Casa Blanca,
misma no transmitida por instrucciones de Joaquín Vargas, propietario del
medio, por “daño moral” ¿El daño fue hacia el medio en donde decidieron no
revelar todo lo existente en esta propiedad escriturada a nombre de Angélica
Rivera? O ¿la afectación fue directo a la familia presidencial y MVS los
protegió y por qué? No contentos con esta demanda, la interpusieron contra la
editorial Random House por la publicación relacionada con el mismo tema. Se
llegó al colmo de solicitarle pedir perdón al Presidente.
Sonia Cuevas, ex líder de la CNC de Campeche, demandó a
periodistas de “La Opinión de Campeche” y los sentenciaron a pagar 6 millones
de pesos, cantidad ya reducida por el juez Lanz Gutiérrez de Velasco, porque
originalmente era de 25 millones. Como asesino confeso quedó el sobrino de
Sonia y, al final, el juez determinó que los datos utilizados en la información
partieron de un hecho cierto y comprobado.
Santiago Vasconcelos la emprendió contra Santiago Pando. El
banquero Roberto Hernández la emprendió en contra de Mario Renato Menéndez,
Renán Castro, Santos Gabriel Uc, disque por ataques a la vida privada y
allanamiento de morada. ¡El socio de Alfredo Harp Helú no soporto los Diarios
POR ESTO! revelaran detalladamente en sus páginas la incautación de droga en
las playas propiedad de Hernández. Informó el periódico: de las 30 toneladas de
cocaína decomisadas oficialmente por la PGR, el 30 por ciento aparecieron en
playas del banquero ubicadas en Sian Ka´an. Perdió don Roberto en los
tribunales mexicanos y recurrió con otros señalamientos a los de EU y también
fue derrotado.
El campechano Jorge Carpizo fue más allá durante su
desempeño como titular de la PGR al enviar a prisión a Mario Munguía,
columnista policiaco, con decenas de miles de lectores en su haber y mejor
conocido como “Matarili…liri lon” acusado de narcoperiodista y evasión fiscal,
cuando lo único cierto y publicado fue nombrar al inmueble de la Procuraduría como
“La jaula de las locas”. Salió totalmente absuelto tres meses después de su
encierro. También la emprendió contra Anabel Hernández y la editorial Random
House por las menciones hechas a su persona en el libro Los señores del narco.
Sobre las afirmaciones hechas de quedarse con dinero del narco y repartirlo
aclaró este fue a parar en las arcas de diversas naciones, pero no dijo cuales
ni cuánto tocó a cada una. Dijo a receptores del dinero tanto como al país al
tener en la nunciatura a los Arellano Félix y no actuar en consecuencia por
aquello del “escándalo internacional”.
Marta Sahagún se fue de lleno en contra de la escritora
argentina Olga Wornat por lo revelado sobre su vida personal y la conducción de
sus vástagos en el libro Crónicas Malditas. La señora de Fox abrió las puertas
de su intimidad al programar en las cabañas del amor construidas en Los Pinos,
muchas conferencias de prensa. Quería se viera, se hiciera público cómo vivía y
ella misma reveló el entonces presidente la llamaba “mi cisne”, nadie sugirió
si esta cariñosa expresión se debía a un cuello largo o a una garganta
profunda.
Loret de Mola acumula varias denuncias contra su labor
periodística: la de Florence Cassez quien ahora pide 36 millones de dólares de
indemnización. Fausto Vallejo y su hijo intentaron el mismo camino y todo por
un video en el cual nada más aparecía el junior del ex gobernador al lado de la
célebre “Tuta”, del líder de los Caballeros Templarios originarios de la
entidad en donde intentó gobernar. Elba Esther Gordillo hizo lo propio molesta
por haber grabado y difundido el momento de su detención. De entre las últimas
sobresale la de Guillermo Álvarez, presidente del Cruz Azul.
De acusaciones conocidas en contra de Joaquín López Dóriga
sobresale aquella en la cual se incluye a su esposa Teresa Adriana Pérez Romo,
presentada por María Asunción Aramburuzabala y aunque tal demanda no
correspondía a informaciones periodísticas sino a un asunto particular sobre
terrenos, permisos, inconformidades y una supuesta extorsión, la empresaria ex
esposa de uno de tantos y tantos embajadores de EU en nuestro país, hizo las
ligas suficientes como para lograr este caso influenciara en la estancia del
llamado Teacher dentro de la barra de noticias de Televisa.
Alejandra de la Sota, ex vocera de Felipe Calderón recurrió
a las autoridades de EU para interponer una demanda en contra de la periodista
Dolia Estévez por haber publicado en la revista Forbes el artículo “Los 10
mexicanos más corruptos del 2013” en el cual incluyo su nombre. La corte
estadounidense desestimó la demanda presentada por difamación.
Periodistas del medio del espectáculo no se han quedado
atrás en interponer demandas: Alfredo Adame, aquel presentador cuyo diente
salió volando cuando se encontraba en plena conducción de un matutino de
entretenimiento en el Canal de las Estrellas, la emprendió contra Carlos Trejo;
Gaby Spanic, contratada brevemente por Televisa demandó a Gustavo Adolfo
Infante; Sonia Infante fue tras otro comunicador por revelar la demanda
existente durante un largo tiempo en contra de su hijo; Isabel Arvide tuvo que
rematar su casa para pagar la sentencia impuesta en su contra al perder el
juicio en contra de Sasha Montenegro. El juez considero demasiado fuertes las
palabras con las cuales, simplemente, la describía junto con sus vástagos.
A los reporteros de la fuente policiaca, no los demandan,
los matan.
Así las cosas y gracias a Sergio Aguayo podemos recordar
tantos ataques a la libertad de expresión. Humberto Moreira, Rubén Moreira, son
los de la escandalera de hoy, pero incontables resultan los del ayer, y de
anteayer y los del siglo pasado sin por ello dejar de lado a los actuales.