(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)
Los partidos políticos en
México tendrán acceso a 5 mil 239 millones de pesos, tan sólo de
recursos federales, si nadie lo impide y si la iniciativa para reducir 50 por
ciento ese gasto se atora en el Congreso de la Unión, pues se espera que en
esto no haya consenso de los partidos, aunque el debate comenzó desde el año
pasado y es inevitable.
Tarde o temprano los partidos, el INE y el mismo gobierno, tendrían que abrir este
debate, porque la fórmula actual para el financiamiento de los partidos es
fija, no se modifica ni siquiera cuando se esté en crisis económica, y esto es
de algún modo absurdo, porque todas las políticas públicas están sujetas a
cambios. Al contrario, el dinero para partidos aumenta cada año, pues está en
función del padrón electoral, el cual crece todos los años, y porque la fórmula
establecida es fija.
Dado que la iniciativa de Morena que ya se votó a favor en
comisiones y que esta semana, posiblemente desde mañana martes, se presentará
ante el Pleno de la Cámara de Diputados, se trata de una reforma
constitucional, requiere de una mayoría calificada, así como el voto de la
mitad más uno de los congresos locales. Por lo tanto, es urgente que desde
todos los partidos surjan gente con cierta vergüenza y decoro, y se sometan al
cambio que, como decíamos, es inevitable. Porque resulta indignante que seamos
un pueblo pobre, con partidos ricos.
Obviamente, por el número de personas que votaron en las
elecciones de 2018 por Morena, éste será el partido que más dinero reciba, 1,700
millones de pesos (85 millones más que en este 2019), en un año que no es
electoral, y sin contar los recursos que les aporten los gobiernos estatales, utilizando
la misma fórmula establecida en la Ley General de Partidos Políticos.
Le siguen el PAN, el PRI y el PRD, en ese orden.
La ley indica que para definir las prerrogativas de los
partidos se multiplica el número total de ciudadanos inscritos en el padrón
electoral local, por el 65 por ciento del salario mínimo vigente en la Ciudad
de México; esto para la fórmula nacional; y en cada entidad federativa, para lo
local, se hace lo mismo, tomando como base el salario mínimo vigente en cada
estado.
Con la iniciativa morenista, ese porcentaje se reduciría de
entrada al 32.5 por ciento y se sustituye la referencia al salario por la
Unidad de Medida y Actualización (UMA), para evitar que esto sea exponencial.
Pero, incluso la propuesta es que se llegue al 50 por ciento menos.
Anuncian que este cambio le permitiría al gobierno federal ahorros
hasta por 2,500 millones de pesos, y obligaría a los partidos a modificar sus
formas de hacer política, indudablemente. Pues el dinero es indispensable para
las campañas, pero no es garantía de triunfo para nadie, y eso lo vimos en
2018, cuando los partidos de oposición traían la mayor cantidad de recursos,
pero no pudieron franquear el avance de Morena y sus candidatos.
Por lo tanto, el tener acceso a menos dinero, obligará a los
partidos a modificar sus esquemas internos, y empujará a sus cuadros a estar
más de cerca con la gente. También los obligará a reeducar a los electores,
sobre todo los llamados líderes, quienes son expertos en pedir dádivas
políticas, obligando a los aspirantes a cargos de elección popular a
entregárselas a cambio del voto. Es decir, que queramos o no reconocerlo,
tenemos una democracia prostituida de origen.
El 14 de agosto pasado, El Consejo General del Instituto
Nacional Electoral (INE) aprobó destinar 5,239 millones de pesos para el
financiamiento público de los siete partidos nacionales en 2020.
Esto implica que los institutos políticos tendrán 273
millones de pesos más respecto del presupuesto que se les asignó este 2019, que
fue de 4,965.8 millones de pesos.
Veamos. Morena tendrá 1700 millones de pesos; el PAN 950
millones; el PRI, 896 millones; el PRD 445 millones; el PVEM, 426 millones; MC,
411 millones; y el PT 391 millones.
Cantidades muy atractivas para todos, claro. Aplicando los
descuentos, todos los partidos quedarían con la mitad de ese dinero, y eso lo
consideran injusto, porque Morena quedaría con harto dinero aún con la
reducción.
Mañana comienza este debate en San Lázaro. Veremos de qué
están hechos los diputados de todos los partidos. Si deciden mantener sus
prerrogativas, o se solidarizan con este país que dejaron en ruinas, endeudado
y violentado.