Ruth Tamayo Hernández
Violencia contra mujeres
no da tregua
“Rompe
el silencio. Cuando seas testigo de la violencia contra las mujeres no te quedes
de brazos cruzados. Actúa”: Ban Ki-moon
Mis
estimados, bien poco han logrado las instituciones oficiales contra la
violencia hacia las mujeres, pues las cifras expuestas por medios nacionales en
el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres,
exhiben que no hay avances en el tema, ni siquiera con la alerta de género que
tanto cacaraquean los gobernantes.
Más
bien, las cifras de mujeres matadas exhiben un terrorismo pavoroso contra las
féminas que no da tregua, aunque el Instituto Nacional de Estadísticas y
Geografía (INEGI) revela que pese a contarse por miles los asesinatos, las
cifras están lejos del número de homicidios que se registraron en 2018, en el
caso de los hombres, que llegó a 32 mil 765.
La
distinción está, sin embargo, en que las mujeres son asesinadas con mayor
violencia y saña, en actos donde se utilizan herramientas para descuartizarlas
vivas, que les produce dolor y prolonga su sufrimiento antes de morir.
Desgraciados
cobardes, se ensañan cortando en pedacitos a una mujer.
Es
cierto que la mayoría de homicidios fueron cometidos con armas de fuego; no
obstante, la encuesta del INEGI dejó ver que 3 de cada 10 mujeres fueron asesinadas
a golpes, estranguladas, ahogadas, ahorcadas, quemadas o descuartizadas. Las
damas son asesinadas con más violencia que a los hombres.
La
investigadora de la Universidad Autónoma de México, Patria Valladares, expone
que a la violencia genérica del país, se suma una cultura que asume como
propiedad privada a las mujeres, al grado de que un 70 por ciento de los
asesinatos son cometidos por personas que conocían a la víctima.
Ella
explica que en los homicidios por crimen organizado, a las mujeres se les usa
como “botín de guerra” en un negocio del tráfico de tóxicos que tiene carácter
masculino.
Con
cifras altísimas, el INEGI exhibe que de los 46.5 millones de mujeres de 15
años y más que hay en el país, dos de cada tres (30.7 millones), han enfrentado
violencia de cualquier tipo y de cualquier agresor, por lo menos una vez en su
vida.
La
especialista revela que 49 por ciento de mujeres son violentadas
emocionalmente; sexual 41.3 por ciento; física 34; laboran 21 por ciento y en
el trabajo han sido discriminadas más de 12 por ciento de las mujeres; por ejemplo,
por estar embarazadas.
Según
el estudio Jalisco, Estado de México, y la Ciudad de México se ubican como las
entidades con mayores casos de discriminación a la mujer.
Sin
duda que la violencia contra las mujeres es un problema de grandes dimensiones
que no lo podrán corregir los gobernantes con alertas. Tiene que haber un
programa de políticas públicas dirigido a este sector, ya que se ha comprobado
que la violencia surge en el hogar, entonces el gobierno debe emplear métodos
para prevenirlo desde casa.
Y
para no variar, el estado de Guerrero ocupa el segundo lugar nacional en
violencia intrafamiliar, según la Secretaría de Salud (Ssa), con 7 mil 327
atenciones a mujeres con este problema.
El
primer lugar lo ocupa el Estado de México, con 13 mil 516 casos; de ahí sigue
el vecino estado Michoacán, con 5 mil 476 atenciones a mujeres violentadas. Luego
Guanajuato, con 5 473, y Querétaro, con 5 mil 338.
La
coordinadora del Proyecto Vive, Klaudia González, apoya a mujeres en situación
de vulnerabilidad y explica que “la violencia contra las mujeres inicia con
actos aparentemente insignificantes, como bromas, palabras hirientes, apodos; y
así va escalando hasta llegar a la violencia física, pasando por otro tipo de
violencia que puede ser psicológica o económica”, dijo.
En
México, distintas organizaciones participan en programas de prevención de la
violencia hacia niñas y mujeres. Son varios los que con sus propios recursos
han hecho una campaña para disminuir los altos índices de mujeres violentadas.
Otros
datos revelan que los factores que originan la violencia intrafamiliar y laboral,
es el machismo del hombre; sin embargo, lo que más afecta es la deteriorada economía
familiar, pues si no hay dinero en casa, se termina el amor, y en el trabajo al
hombre no le gusta que la mujer sea su jefa o le dé órdenes.
Esos
actos son terribles para una mujer; incluso hasta sufren acoso sexual; y si no
acepta, viene la violencia laboral, luego la violencia física, llegan los
empujones y palabras obscenas, y finalmente los golpes.
Por
eso, mujeres, deben poner límites, tanto en el trabajo como en casa para sus
hijos, que haya igualdad entre hombres y mujeres; esto si quieren formar
caballeros y no machos, pero tampoco críen mujeres sumisas, que aprendan a
respetar y respetarse.
Por
otro lado, las autoridades de los tres órdenes de gobierno piden que la
sociedad se involucre y coopere para terminar con la inseguridad y violencia.
Pero también ellos tienen que exigir compromiso a las instituciones. Si bien es
cierto que las mujeres son clave para la educación de sus hijos, si no tienen
medios no lo pueden hacer; por eso, el gobierno debe emplear programas y
talleres, entre otras actividades, para que las mujeres aprendan un oficio y
puedan obtener empleo que no sea de sol a sol, sino de medio tiempo, para que
cuiden de sus retoños. O también las que tengan habilidades para las
artesanías, que les presten para un negocio y ellas generen su propio dinero y
no dependa económicamente del marido, pues eso las vuelve más vulnerable con los
hombres machistas.
La
falta de dinero y de oportunidades ha orillado a las mujeres a irse a enrolar
las filas del crimen organizado, donde son engañadas vilmente, porque es
mentira que les pagan; al contrario, las usan como trapos viejos y se las
comparten entre ellos, y luego las acusan de traidoras y las matan cruelmente.
Y no contentos con eso, las descuartizan y las desaparecen, y nunca más saben
su paradero sus madres e hijos.
Ya
no más discursos ni encuestas que revelan cifras de mujeres violentadas y
asesinadas, en el Día Internacional de la Violencia contra la Mujer. Deben actuar
y aplicar estrategias para integrarlas a ellas y enseñarlas a que se valoren
por ellas mismas. Es horrible escuchar a una mujer decir: “Me golpeó feo, pero
yo tuve lo culpa, lo provoqué, lo hice enojar, me gaste el dinero en ropa para
los niños y eso se enojó y me pegó, me dejó marcada por los golpes, pero me
ama, me dice que para la próxima le debo consultar en qué gasto el dinero”…
¡Qué horror de tipo cobarde!
Señoras,
el amor no es condicionado; el hombre que ama, no golpea y menos como lo hacen,
sin misericordia.
Por
cierto, mis estimadas, nosotros como sociedad, si conocemos a una mujer que es
golpeada por su marido, no se calle, actúe de inmediato, hable a la policía y
denuncie al tipo cobarde, porque si ocurre una desgracia, que el hombre
borracho o drogado le dé un mal golpe a la señora y la mate, esa muerte caerá
sobre su conciencia.
Actúe,
denuncie, no se calle. Si todos apoyamos ese plan, bien pronto acabaremos con
la violencia intrafamiliar, y esto incluye a los niños y niñas violentadas.
Es
tiempo que se aprecien ustedes, mis señoras hermosas, vivan para ustedes,
déjense querer, apréciense, háganse cariños y no se dejen engatusar por
garañones cobardes y vividores, que les endulzan el oído, diciéndoles que se
vayan con ellos porque con su negocio van a ser ricas de la noche a la mañana.
No,
mis señoras, preferible comer tortilla con sal o frijoles, que acabar en la
cárcel, si bien te va; o en un ataúd o en enterrada en una fosa clandestina donde
nadie nunca te encuentre.
No
dejes a tus hijos abandonados por el amor a un tipo cobarde, que no se le puede
llamar hombre. Son malvados, malos, desde el momento que te involucra en
negocios ilícitos. Esa persona es mala y peor te abandona a tu suerte, porque
son hasta cobardes, cuando se ven amenazados hasta ellos mismo te matan, porque
esas personas no tienen corazón, no aman a nadie, ni a ellos mismos, ni a sus
propios hijos, desde el momento que aceptan hacer cosas malas.
Es
muy triste lo que revelan las estadísticas en Guerrero: indican que padres e
hijos están involucrados en negocios ilícitos, y esto es más grave de lo que
imaginamos. La mayoría de los muchachos huérfanos de madre, o con padres
separados y cuya mamá trabaja de día y noche para llevar sustento a casa, y
llega en la madrugada a dormir, no sabe qué hacen sus hijos, mientras los
chavos delinquen en las calles.
Este
cuadro se presenta no sólo en Guerrero y sus municipios violentados, es una
realidad de todo el país, esto es lo más triste del tema.
Mis
señoras hermosas, entiendan, no se involucren con criminales. Noten cómo han
sido asesinadas centenares de mujeres por esos actos que en verdad son una
barbarie en México.