(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)
En
su lucha por mayores recursos, los presidentes municipales aglutinados en la
Asociación de Autoridades Locales de México AC., (AALMAC), de la que forma
parte la alcaldesa de Acapulco, Adela Román Ocampo, lograron mucho más mediante
el diálogo con los diputados federales que aquellos que fueron a tronar
cohetones al Palacio Nacional.
Y
no estábamos hablando de más dinero, aunque sí consiguieron una bolsa de
alrededor de 35 mil millones de pesos, en diversos rubros; sino que estamos
hablando de un momento histórico en el que por primera vez los presidentes
municipales se hacen oír, sin necesitar de ningún “líder político” disfrazado
de representante social.
En
la reunión vimos, por ejemplo, al ex gobernador de Guerrero, René Juárez
Cisneros, que está acotado por las nuevas formas de gobernar, y su papel fue el
de escuchar a los alcaldes y respaldar finalmente el acuerdo de 10 puntos que
alcanzaron, para derivar más dinero a los municipios.
Por
primera vez, decíamos, los alcaldes se organizaron para ir por más apoyos,
exigiendo que se le dé mayor importancia a los municipios, que son la célula
del federalismo, y que se revise la crítica situación económica que enfrentan,
merced a numerosos adeudos heredados.
Entre
los logros que se plasmaron en un acuerdo de 10 puntos, destacan la
reasignación de recursos en materia de seguridad a través del Fortalecimiento
para la Seguridad (Fortaseg), y para el fondo de infraestructura social, así
como la atención a los pueblos mágicos, comunidades indígenas y fondo migrante.
El
Fortaseg, por ejemplo, en este 2019, tuvo un monto de 4 mil millones de pesos y
para el 2020 se proponían 3 mil millones de pesos. Los alcaldes lograron que se
mantenga el presupuesto de 2019; esto es, 4 mil millones.
En
cuanto al fondo migrante venía en ceros en la propuesta, estaba prácticamente
desmantelado; ahora se destinarán alrededor de 300 millones para atender la
crisis migratoria que viven varios municipios del país, merced a las políticas
impuestas por el gobierno de Estados Unidos, que desde hace años ha venido
acelerando los procesos de deportación de connacionales.
En
términos reales, se van a mantener las participaciones y aportaciones federales
para el 2020 a estados y municipios. Es decir, que no van a perder recursos, no
se les harán descuentos.
Lo
que sí, es que se revisará el Fondo de Aportaciones a Infraestructura Social
(FAIS), lo cual viene siendo una exigencia de los ayuntamientos, para que se
flexibilicen las reglas de operación, ya que actualmente se constriñen muchas
obras; es decir, no se contemplan un sinnúmero de obras, pues el fondo está
diseñado únicamente para obras básicas.
Pero
eso no es todo: Los alcaldes también lograron que se revisen los adeudos que
los municipios tienen con la Comisión Federal de Electricidad, el ISSSTE y el
IMSS; así como la revisión en el PEF de los pasivos con Conagua y Hacienda en
materia de retención de ISR de los trabajadores, lo cual, como todos sabemos,
ha provocado una severa crisis económica en la mayoría de los municipios, que
junto con los laudos los tienen al borde de la quiebra.
Incluso,
los diputados le pedirán al gobierno federal que revise las obras inconclusas
en los municipios, para que se asignen recursos y se concluyan.
Adicionalmente,
a los municipios de Jojutla, para atender la reconstrucción por los sismos de
2017, y Tlahuelilpan, que sufrió los estragos del huachicol.
Como
podemos ver, se trata de logros históricos, porque por primera vez los
gobiernos municipales se hicieron escuchar por quienes parten y recomparten el
pastel en el país.
En
dos o tres horas de diálogo no se puede arreglar el mundo, máxime cuando no hay
recursos contantes y sonantes. No olvidar, por ejemplo, que el presupuesto de
egresos siempre es hipotético, pues dependerá para su cumplimiento de los
ingresos que el gobierno federal reciba.
De
lo contrario, simplemente se harán recortes donde sea necesario. Luego
entonces, los alcaldes deberán cuidar los aspectos de recaudación, y también el
asunto de la transparencia y honestidad. Porque ciertamente les están dando un
poco más de lo que ya tenían, y al menos no les están recortando (como era el
temor) pero todo estará supeditado al despeño que demuestren; de lo contrario,
los diputados no dudarán en dar marcha atrás a su apertura.