Ruth Tamayo Hernández
El turismo aumentó 3.8
por ciento respecto al verano pasado
“El
racismo es la mayor amenaza para el hombre, lo máximo del odio por el mínimo de
razón”: Abraham J. Heschel.
Las
masacres en Estados Unidos, mis estimados, pusieron al descubierto lo
vulnerable que a los problemas el país más poderoso del mundo. Aunque el
gobierno estadunidense lo niegue, les repitieron la subversión sus acérrimos
enemigos; y aunque ellos lo nieguen y traten de ocultarlo, los dos tiroteos
fueron actos terroristas y de racismo también.
Sin
embargo, lo que quiero subrayar con esta entrega, es que en México también
estamos pagando facturas por el problema del racismo y discriminación, pues
varios mexicanos, si no es que la mayoría, somos racistas y discriminatorios. Y
más lo son los funcionarios gubernamentales; por eso no nos les conviene decir
nada del tiroteo de los Estados Unidos, menos rasgarse las vestiduras y juzgar
a la ligera, porque estamos igual o peor que los vecinos del Norte en ese tema del
racismo.
Aunque
lo nieguen los funcionarios mexicanos, son racistas y discriminatorios, y para
muestras un botón: hace algunos meses el destino puso a prueba a los
gobernantes mexicanos con el arribo de miles de migrantes centroamericanos a
nuestro país, sin contar a los centenares de migrantes asesinados en su
tránsito hacia Estados Unidos.
Vimos
un cuadro deprimente hace algunos meses, cuando centenares de migrantes
suplicaban ayuda y el gobierno se mantuvo ciego, sordo y mudo. Trataron mal a esas
personas; todo por quedar bien con el presidente de los Estados Unidos, Donald
Trump. El gobierno mexicano no pasó la prueba del servicio al prójimo que tanto
cacaraquean en los foros políticos.
Y
esto apenas comienza. Lo malo es que los mexicanos seguiremos sufriendo por
nuestros propios errores; por eso el país está teñido en sangre por el racismo
y discriminación entre los propios connacionales.
Los
mexicanos negamos que seamos racistas, pero sí lo somos. El país tiene problemas
añejos de racismo y discriminación, que a pesar de los varios programas para
erradicarlo no se ha logrado eliminar.
Y
lean por qué se los digo: Según el Consejo Nacional para prevenir la
discriminación (Conapred), seis de cada diez personas reconocen que se les
insulta por el color de su piel, por su forma de hablar o por la región de
donde proviene. Además, un 40 por ciento cree que es excluido de empleos,
incluso de clínicas al solicitar un servicio, por su color de piel o por ser
pobres.
El
organismo indica que los más afectados son los pueblos indígenas que se
encuentran también en las zonas de mayor pobreza en el país.
¿Y
saben de dónde proviene tanto crimina? Precisamente de las regiones indígenas y
serranas.
¿Y
saben por qué se vuelven delincuentes esas personas?
Porque son excluidos y rechazados de muchas
cosas y también abandonados por los gobernantes.
Ahí tienen una prueba, mis estimados, de cuan
racistas y discriminatorios somos en México.
Y
es en serio. Además, varios somos burlones y hasta del dolor ajeno nos
burlamos; pero no olviden que estamos todos en la tabla del jabonero, donde el
que no cae, resbala.
Por
favor, no se esponjen, no es nada personal, pero si a alguien le viene el saco,
pues pónganselo, tal vez es de su medida.
En
estos tiempos críticos no es bueno juzgar a la ligera a ninguno y menos señalar
con el dedo a las personas de lo que sucede en nuestro municipio, estado o
país. No tienen buen fin las calumnias. Mejor que cada cual se haga responsable
de la parte que le corresponde como ciudadano, porque todos somos responsables
de la casa que tenemos y somos también responsables de la tierra que pisamos. Por
eso en este espacio les he dicho que todos somos responsables de cuidar el
puerto turístico, y cuando digo “todos”, entramos parejos al costal.
Ser
responsable es ser solidario y disciplinado. Insisto: de este puerto comemos
todos y lloraremos cuando acaben de matar a la gallina de los huevos de oro, porque
con las fiestas que protagonizan bien rápido van finiquitar al destino de playa
y nos cargará el payaso a todos, incluidos los creativos de las pachangas sin
refresco ni dulce.
Aumenta turismo
Pese
a todas las circunstancias negativas que hemos vivido en el estado de Guerrero,
los puertos turísticos, sobre todo los del Triángulo del sol (Acapulco-
Ixtapa-Zihuatanejo y Taxco de Alarcón), son los preferidos del turismo
nacional, al grado de que este verano aumentó el turismo 3.8 por ciento en relación al verano del año
pasado.
Según
datos de la Secretaria de Turismo estatal, a casi tres semanas que termine el
periodo vacacional de verano, los índices de ocupación hotelera reflejan un
importante crecimientos de 3.8 por ciento, con respecto al mismo periodo del
2018, en los tres destinos turísticos del estado de Guerrero.
Sin
duda, esto es un aliciente para los guerrerenses, pues también se fortalece la
economía local y en general de los guerrerenses, pues no sólo se beneficia el
empresario hotelero, restaurantero y discotequero, sino que también son
beneficiadas centenares de familias de los prestadores de servicios turísticos,
esas personas que atienden a los turistas que nos visitan.
Entonces
ya vieron que debemos cuidar a la gallina de los huevos de oro, al precio que
sea.
Por
cierto, la semana pasada una familia de turistas de al menos 15 personas
provenientes de Querétaro, dieron una queja a este diario. Denunciaron que en
Playa La Ropa, en un conocido restaurante los meseros los habían humillado. “Nos
trataron mal, fueron agresivos y groseros, no son modos de decirnos que no
podemos entrar a su restaurante con una hielera, discriminan al turismo,
pensaron que no llevábamos dinero, por el simple hecho de llevar una hielera,
donde llevamos leche y comida de los niños porque son pequeños y ellos no comen
mariscos, pero estos señores fueron muy groseros con nosotros, no nos dejaron
entrar. Muy mala onda porque dinero sí traemos, y todos somos familia; se
supone que consumiríamos comida para todos y platillos fuertes, pero nos
echaron como si fuéramos pordioseros. No queremos dañar a nadie, venimos con
ustedes para que valoren si publican o no lo que decimos, pues eso daña al
destino, porque nosotros no volveremos a Zihuatanejo. Nos vamos tristes porque
han cambiado mucho este puerto, ya no vendremos aquí, nos vamos a otros
destinos donde nos traten bien y valga nuestro dinero”.
¡Uuufff!
En serio que esas palabras avergüenzan.
No la chiflen, señores, es poco el amor y ustedes desperdiciándolo en
celos. ¿Qué les cuestas tratar bien al turista? El dinero de todos vale igual;
incluso los dólares porque los tienen que convertir a pesos.
Traten
bien al turismo, nada les cuesta explicarles por qué no deben entrar con
hieleras a su negocio, pero no nieguen el servicio. ¡Caramba!
Siempre
repetimos “cuidemos al turismo”, pero seguimos cometiendo los mismos errores
temporada tras temporada. No olviden que la mejor promoción del destino es la
que se hace de boca en boca. De plano somos testarudos. Ya estamos como el titular
de la SECTUR, Miguel Torruco Marqués, quien sigue cantando como loro de abril
que México y sus destinos de playa están en las grandes ligas en cuanto al
arribo de turistas americanos, canadienses y europeos.
Para
el funcionario federal, la derrama económica por actividades turísticas es
extraordinaria. Lo cierto es que los destinos del caribe, Cancún y su Riviera
Maya, reflejan cifras diferentes a las que presume Torruco Marqués.
En
Guerrero, como les decía, al menos creció el turismo en 3.8 por ciento y
esperamos seguir avanzando en materia turística en la entidad suriana. Y,
claro, deseamos que Ixtapa-Zihuatanejo avance con el Nuevo Muelle que
tentativamente estará listo en diciembre.