Ellos son los mexicanos fallecidos en Texas

Agencia Reforma

CIUDAD DE MÉXICO. Una maestra y un matrimonio están entre los mexicanos que murieron en el ataque ocurrido el sábado 3 de agosto en un centro comercial de El Paso, Texas.

Sara Esther Regalado y Adolfo Cerros Hernández

Eran esposos. De acuerdo con la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), ella era originaria de Ciudad Juárez y él de Aguascalientes.

Ayer, tras el ataque en Cielo Vista Mall, su hija Sandra Ivonne Cerros alertó en redes sociales sobre la desaparición de sus padres y pidió apoyo para contactar a la Policía de El Paso o de Ciudad Juárez.

Elsa Mendoza

Maestra de profesión. Según la SRE, la docente, quien residía en Ciudad Juárez, era originaria de la comunidad de Yepómera (Municipio de Temósachi), Chihuahua.

Su esposo, Antonio De la Mora, la despidió con este mensaje.

“Despido a mi compañera, la más maravillosa de las mujeres, un ser lleno de luz que seguirá iluminándonos nuestro caminar por el tiempo que así disponga la vida… te vamos a extrañar amor!!!!”, compartió en Facebook.

Gloria Irma Márquez

De acuerdo con la Cancillería, la mujer era originaria de Ciudad Juárez, Chihuahua.

María Eugenia Legarreta Rothe

Proveniente de Chihuahua. En redes sociales se informó que es hermana de la pintora y escultora Martha Legarreta.

Según reportes, Legarreta Rothe se dirigía al aeropuerto de El Paso a recoger a un familiar, pero se detuvo a realizar compras en el Walmart del área de Cielo Vista Mall, donde murieron 20 personas.

Iván Filiberto Manzano

Originario de Ciudad Juárez, Chihuahua.

Jorge Calvillo García

De acuerdo con la Cancillería, el hombre era de Torreón, Coahuila.

Juan de Dios Velázquez Chairez

Según los últimos informes de la SRE, originario de Zacatecas.

Urgen indagar conflicto de interés de amlistas

Agencia Reforma

CIUDAD DE MÉXICO. El presidente de la Comisión Anticorrupción del Senado de la República, Clemente Castañeda, y el panista Gustavo Madero urgieron a la Secretaría de la Función Pública (SFP) abrir una investigación por el presunto conflicto de interés en que incurrieron el director de Pemex y la directora de Cenagas.

 “La Secretaría de la Función Pública está obligada a iniciar una investigación y a deslindar responsabilidades”, reclamó Castañeda.

 “Hay que exigir una investigación en estos casos para que se aclare por qué se está evadiendo la declaración del conflicto de interés, porque es una obligación de la persona que tiene a su responsabilidad de estos cargos informar sobre estos asuntos”, sostuvo Madero.

 Clemente Castañeda, líder nacional del Movimiento Ciudadano, deploró que el discurso anticorrupción se haya quedado en mera retórica.

 “En todo lo que hemos venido escuchando en los últimos meses, lo que hay sobre el combate a la corrupción, y al potencial conflicto de interés, son meras declaraciones, no hay acciones específicas”, advirtió.

 En su edición de este lunes, REFORMA informó que el titular de Petróleos Mexicanos (Pemex), Octavio Romero Oropeza, y la directora del Centro Nacional de Control del Gas Natural (Cenagas), Elvira Daniel Kabbaz, omitieron declarar la existencia de empresas en las que la funcionaria y los hijos de ambos son socios.

 El legislador chihuahuense lamentó que este tipo de situaciones pasen virtualmente desapercibidas en la opinión pública.

 “En el pasado, ninguno de estos casos hubiera sido tolerado. Hubiera habido una reacción de todos los actores. Y ahora todo esto se pone en un lugar de la zona de tolerancia, de complacencia”, expresó.

 “Me tiene muy sorprendido que hoy en México hay una nueva vara para medir las cosas. Una vara muy laxa, muy relajada; los reflejos sociales están muy atrofiados para indignarse, para reaccionar, para exigir, para reclamar. Este efecto que se da con la llegada de Andrés Manuel, también está generando en la sociedad un relajamiento que no corresponde a los intensivos reclamos que tenemos en el pasado. Algo está pasando”.

La Zapata se impone al Barcelona

ALDO VALDEZ SEGURA

El equipo de la Zapata tuvo una buena actuación, sus delanteros fueron letales y terminaron goleando 4-2 al Barcelona, para así hacerse de los puntos que dejó la jornada número dos de la liga Premier de futbol en su categoría súper máster.

Dicho enfrentamiento se desarrolló en el campo 1 de la Puerta. Una primera mitad muy intensa, en donde los dos equipos tuvieron algunas jugadas de peligro pero no pudieron concretar, esto derivado del buen trabajo de las defensivas, las cuales alejaron el peligro de su meta.

Una vez que la artillería de la Zapata le puso la suficiente tiza a sus botines, los goles comenzaron a caer, Ricardo Rojas tuvo una tarde que no va olvidar, ya que marcó los cuatro tantos para que su equipo pudiera ganar, mientras que por el Barcelona anotaron; Juan Otero y Aníbal Herrera.

Los Galácticos dieron muestra de su poderío

ALDO VALDEZ SEGURA

El equipo de los Galácticos dio una cátedra de juego colectivo e individual, pero sobretodo de contundencia, de manera clara se impusieron por goleada de 5-0 a la Unión, lo anterior corresponde a encuentro de la fecha dos de la liga Premier de futbol en su categoría súper máster.

De lo sucedido fue testigo el campo 1 de Blanco. Desde que el árbitro dio la orden para que la redonda se pusiera en movimiento, fueron los Galácticos quienes impusieron condiciones, ellos marcaron la pauta y decidieron a qué ritmo se iba a jugar, también fabricaron las opciones más claras de anotar.

Solo fue cuestión de tiempo para que el invitado de honor hiciera acto de presencia, Saúl Figueroa hizo un doblete, mientras que con una diana colaboraron; Víctor Abarca, Manuel Bahena e Iván Hernández, la Unión no pudo marcar ni el de la honra.

Un gol fue la diferencia

ALDO VALDEZ SEGURA

Una solitaria anotación fue más que suficiente para que el equipo de la Raza se embolsara los puntos que dejó la jornada número dos de la liga Premier de futbol en su categoría súper máster, derrotaron teniendo como escenario el campo 2 de Blanco a los Renegados.

Fue una primera mitad en donde los dos equipos se enfrascaron en una batalla en medio campo para imponer condiciones, pero nadie pudo lograrlo así que la redonda cambio de dueño constantemente, pocas fueron las oportunidades que se les presentaron a los gatilleros de hacer daño.

En ceros se fueron al descanso, para la parte complementaria, la misma tónica, nadie cedía nada, por lo que se estaba viendo en el cotejo, los dos equipos estaban conforme con el empate, pero tuvo que venir desde la banca Israel Gutiérrez para darle el triunfo a la Raza.

ESTRICTAMENTE PERSONAL

Desgaste presidencial

Raymundo Riva Palacio

Quienes observaron al presidente Andrés Manuel López Obrador durante su conferencia de prensa el lunes desde Valle de Bravo, pudieron haber apreciado a una persona que se veía desaliñada, con ojeras notorias y un rostro de fatiga. Se podría entender porque sus horas de sueño, para las cuales es muy disciplinado, se alteraron por la matanza de mexicanos en El Paso. Gobernar a México ha resultado bastante más complejo de lo que pensaba el presidente, aunque públicamente dice lo contrario. La permanente molestia contra la crítica en los medios exuda frustración ante la observancia de sus yerros, limitaciones y contradicciones, lo que se ha reflejado intramuros. Uno de sus más leales colaboradores admitió que ya prácticamente nadie le dice nada en las sesiones masivas previas a las mañaneras, porque no quieren que los regañe y descalifique en público.

El presidente sufre un desgaste pronunciado. En febrero, López Obrador alcanzó un máximo de aprobación al llegar a 81%, que representaban 27 puntos arriba del porcentaje de mexicanos que votaron por él en la elección presidencial. Para la medición de junio, había caído 15 puntos, una tasa que se mantuvo estable en julio, de acuerdo con la encuesta de aprobación presidencial publicada por El Financiero este lunes. Es un margen importante que mantiene el consenso para gobernar, pero está lejos de ser una cifra extraordinaria. De hecho, es apenas un punto más de lo que tuvieron Vicente Fox y Felipe Calderón al medirse el primer semestre de sus presidencias. Fox cayó durante su primer año de gobierno, pero Calderón se mantuvo. La duda es qué sucederá con López Obrador.

Si se realiza una proyección a partir de la encuesta de El Financiero, la probabilidad de que López Obrador siga cayendo es alta. Esta afirmación es casi un pleonasmo. Cuando se ha llegado tan alto en las encuestas, se aplica la mecánica clásica de Isaac Newton: todo lo que sube, tiene que caer. La gravedad política de López Obrador muestra claramente esa caída. El porcentaje de aprobación de 66% es el principal dato duro del estudio, pero no refleja el desgaste. Para verlo hay que comparar los resultados de esta última medición con la que hizo el periódico al cumplir el presidente 100 días en el cargo.

En los rubros torales donde existe la pregunta expresa, la aprobación de López Obrador cae y el desacuerdo sube. El más pronunciado, paradójicamente, fue su caballo de batalla durante tres campañas presidenciales, la corrupción. A la pregunta si veían muy bien/bien (MB/B) el combate a la corrupción, 53% aprobaron las acciones presidenciales en su corte a los 100 días, mientras que 24% lo desaprobaban y lo calificaban de muy mal/mal (MM/M). En la encuesta de julio, la respuesta MB/B se desplomó 37 puntos (21% aprobaron), y la MM/M se elevó 27 (51% desaprobaron).

A los 100 días de gobierno, 58% de los encuestados calificaron la seguridad pública como MB/B, contra 22% que la pensaban MM/M, pero en julio, las cifras se habían invertido: 33% respondieron MB/B y 42% dijeron MM/M, lo que significó una caída en la aprobación de 25 puntos, y un incremento de 20 puntos en la desaprobación. En el tema de la economía, a los tres meses el 53% dijo que la conducción económica era MB/B contra 24%, que al responder MM/M reprobaba esa gestión. Tres meses después, la respuesta MB/B cayó 30 puntos (23% de aprobación de los encuestados) y la respuesta MM/M subió 27 puntos (51% de desacuerdo). Los niveles de satisfacción cayeron 16 puntos en la aprobación, y se elevaron 12 puntos en el desacuerdo.

La encuesta de julio reflejó insatisfacción en cómo está enfrentando la pobreza – otro de sus compromisos históricos-, la salud, los apoyos sociales, la educación y la obra pública, que de alguna manera se pueden explicar por los recortes presupuestales en todas las áreas, las deficiencias en la asignación de recursos para la compra de medicinas, el subejercicio y la desorganización dentro del gobierno que impacto en la no entrega de los programas sociales, así como al parar la construcción, se deshidrató la economía. Dos datos duros del estudio que refuerzan estos desacuerdos tienen que ver con la percepción de los colaboradores del presidente, donde 39% respondieron a la pregunta cómo calificaría al presidente, con MM/M contra 35% que dijeron MB/B, y la forma como perdió respaldo en su capacidad para dar resultados, donde si bien el 45% respondió MB/B, el 35% dijo MM/M.

El presidente mantiene altos niveles en sus principales atributos, honestidad (58% de aprobación contra 24% de desacuerdo), y liderazgo (53% de aprobación contra 32% de desacuerdo), pero al revisar los resultados en el manejo de los temas, cabe la interpretación de que el discurso del presidente de que todo lo malo que existe es culpa del pasado, está perdiendo efectividad. Los mexicanos le han empezado a no creer a López Obrador, y a cuestionarlo sobre promesas incumplidas, como muestra la mala calificación que le dan a su lucha contra la corrupción. No le ayudaron para mejorar esa percepción, según refleja la encuesta, los procesos contra la ex secretaria de Estado, Rosario Robles, el ex director de Pemex, Emilio Lozoya, y el abogado de las élites, Juan Collado.

La medición no prende los focos rojos al presidente, pero sí es una llamada de atención que requiere su atención. El desgaste tiene que ver con el discurso y su comunicación política, que empieza a mostrar vacuidad e ineficiencia. Los sofismas también han perdido efectividad. La ventaja es que apenas lleva siete meses en el gobierno, y tiene suficiente tiempo para corregir y administrar de manera más inteligentemente las expectativas—si admite que está mal y va mal.

rrivapalacio@ejecentral.com.mx

twitter: @rivapa

Editorial

Gato por liebre

López Obrador prometió un gobierno de izquierda. Sus seguidores se dicen progresistas. Uno esperaría que quien ofrezca eso fortalecería al Estado, no lo vejaría; se rodearía de funcionarios públicos capaces, que garanticen que éste funcione; querría fortalecer programas sociales públicos, no eliminarlos; jamás les daría un mando militar a las funciones policiacas del Estado; protegería al medio ambiente, no revertiría el avance de energías renovables en aras de energéticos contaminantes; apoyaría con firmeza la función de agencias reguladoras que mantienen a empresas privadas fuera de prácticas oligopólicas que afectan más a quienes menos tienen; apoyaría el derecho de las mujeres a elegir sobre sus cuerpos; no se aliaría con el PES casi fascista.

Las acciones de López Obrador en sus primeros 100 días lo ubican lejos de un proyecto “de izquierda”, pero sigue gozando del apoyo inquebrantable de intelectuales y votantes “progresistas”.

López Obrador tiene una sola prioridad: hacerse de tanto poder, tan rápido como pueda. Tiene dos enemigos poderosos: su necedad y su ignorancia. Éstas se manifestaron a gritos en dos decisiones carentes de lógica económica y política. Primero, la cancelación del aeropuerto. Estimemos que el costo de esa decisión fue al menos de 270 mil millones de pesos. Eso excede en 40% al total asignado en el Presupuesto de Egresos de 2019 a los siete programas prioritarios de AMLO. Si en vez de cancelarlo hubiera continuado con la obra, manifestándose contrariado por el proyecto, enajenando los terrenos cuestionables que la rodean, auditando y levantando cargos contra casos de corrupción evidentes, habría ganado credibilidad, tiempo valioso y tendría muchos más recursos para su proyecto político.

Segundo, su insistencia en continuar la obra de la refinería de Dos Bocas, contradiciendo las razones expuestas por el subsecretario Arturo Herrera en su entrevista con el Financial Times; tenía sentido cancelar (o al menos posponer) la obra porque sabe que Rocío Nahle lo engañó. La refinería costará el doble de lo previsto y no estará lista este sexenio. Como dijo Cuauhtémoc Cárdenas, lo sensato sería utilizar sus escasos recursos para recuperar producción, apuntalándola con “farm-outs” a empresas privadas. Pero por terquedad tirará a la basura 15 mil millones de dólares, el doble del presupuesto de sus programas sociales, sólo para regalarles esa obra a los tabasqueños. Cree que puede presionar para que las condiciones originales prevalezcan, a pesar de que jamás tuvieron sentido. Su necedad romperá a Pemex, el eslabón más débil de su enclenque programa económico.

López Obrador no ve que fortalecerse a costa de debilitar al Estado hará su proyecto insostenible, y le pasará factura pronto. Sus Siervos de la Nación levantan un censo para él, no para Morena, con fines puramente electoreros, y financiados con recursos que son todo menos transparentes. Eso debería preocupar a quien crea que la democracia importa, como debería inquietar su tramposa “revocación de mandato”. Su confirmación de haber “presionado” a la Suprema Corte para interferir en un fallo debería importarle a quien le atañe la separación de poderes. Su uso de la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda para atacar a sus críticos debería quitarle el sueño a quien crea que la libertad de expresión es vital para llamar a cuentas a quienes tienen el privilegio de un cargo público.

López Obrador no es de izquierda ni demócrata. Cree tener el derecho de amordazar a sus críticos. Habla contra la corrupción, pero sus dos caprichos costarán 555 mil millones de pesos (sin contar el Tren Maya), más que los 500 mil millones que dice costó la corrupción anualmente el sexenio pasado. Todo por necedad.

Entiendo el voto de castigo. Políticos y oligarcas impresentables nos dañaron. No entiendo el silencio cuando los reemplazamos con otros peores. No entiendo que gente inteligente siga apoyándolo y que los liberales no vean que les está dando gato por liebre.

Quienes decían que no podíamos estar peor, finalmente confirman que se podía.

SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

En abril de este año, el presidente de la República anunció la cancelación definitiva de las zonas económicas especiales, que había lanzado el ex presidente Enrique Peña Nieto en 7 puntos de la región Sur-Sureste del país, entre ellas la frontera de Michoacán y Guerrero, denominada Puerto Unión-Lázaro Cárdenas, zona en la que presumiblemente se desarrollarían proyectos de gran calado empresarial, nacionales e internacionales.

Es el caso que hasta ahora no sabemos qué avances se tienen en esta ZEE que trajo grandes esperanzas para Guerrero y para la Costa Grande en General, como ayer lo citó el diputado Zeferino Gómez Valdovinos, quien anunció que está organizándose un grupo de legisladores de Guerrero y Michoacán para reunirse con el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, con la intención de solicitarle que retome el proyecto.

Pero poco se supo, decíamos, del impacto de la cancelación, porque sencillamente no ha habido información relativa a los proyectos de inversión ya “amarrados”. Convendría, por lo tanto, que el diputado Zeferino Gómez informe primero qué avances se tenían hasta abril de este año, tanto en lo que toca a las cartas de intención de inversión de los empresarios y consorcios nacionales e internacionales, como en lo que toca al gobierno, sobre todo la compra de terrenos –que no olvidemos que son ejidales en su mayoría y se les tendría que dar total seguridad de la tenencia de la tierra-, la adecuación de las vías de comunicación y, algo importante, la seguridad.

Los gobiernos estatales involucrados en este plan, de hecho, muy poco dijeron, y le permitieron al presidente de la República tomar una decisión quasi unilateral. Vamos, ni la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), dijo gran cosa al respecto, y más bien los gobernadores dejaron hacer y dejaron pasar, como si nada se hubiese perdido, y eso es algo que llama mucho la atención, sobre todo conociendo que lo belicosos que se tornan cuando algo les afecta o no les parece bien.

Lo que sí trascendió por diversos medios fue que estas ZEE fueron ocasión para que los gobernadores desviaran recursos en la compra-venta de terrenos en los que se desarrollarían los proyectos, y nada más. El caso más sonado fue el de Tabasco.

Las promesas

Veamos qué nos prometieron con las ZEE. Un informe del diario El Economista del 26 de abril de este año, se especifica que el potencial de inversión de las 7 zonas económicas especiales programadas por el gobierno anterior, tenía un potencial de inversión a largo plazo de 42 mil millones de dólares, generando alrededor de 368 mil empleos formales.

El monto que se dejaría de captar por la cancelación de las ZEE equivale a la inversión extranjera directa que han captado en los últimos 20 años los 8 estados involucrados en el plan de las ZEE.

Pero ¿qué tanto avance se tenía de este plan tan ambicioso? Según otras fuentes, apenas se identificaron 86 actas de intención de inversión de igual número de empresas, que habían comprometido inversiones por 8,200 millones de dólares, lo cual permitiría la creación de 31 mil empleos formales en las siete ZEE. Es decir, que se tenía un avance de la sétima parte de lo programado. Y estamos hablando únicamente de “cartas de intención” de inversión; es decir, nada concreto todavía.

Estas zonas son Lázaro Cárdenas-Puerto Unión en Michoacán y Guerrero; Coatzacoalcos, Veracruz; Puerto Chiapas, en Chiapas; Salina Cruz, Oaxaca; Tabasco: Campeche; y Progreso, Yucatán.

De la zona que nos involucra, no tenemos –decíamos-, grandes datos. Sólo se sabe que tenía un potencial de inversión de 9 mil 741 millones de dólares, y 75 mil empleos. Pero ignoramos qué tanto se avanzó, cuántos inversionistas estaban ya apalabrados para venir a manejar sus empresas desde nuestras tierras, en las que gozarían de grandes ventajas, pues automáticamente estarían libres del pago de impuestos.

Pero López Obrador fue muy tajante al señalar la realidad de este plan: Que estas zonas incumplieron con sus metas y propósitos. “Era para supuestamente ayudar, pero nunca hicieron nada por ayudar; hicieron negocios, compraron terrenos y derrocharon recursos. No se benefició en nada”, dijo escuetamente.

Ojalá que en el caso de Puerto Unión-Lázaro Cárdenas se consiguiera algo, pero lo dudo. Zeferino Gómez tendría que tener números reales que convenzan al presidente para conseguir su propósito. De lo contrario, que le vaya diciendo adiós a la que dice fue su gestión.

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