Se desarrolló la jornada tres de la liga Ejidal del Coacoyul

ALDO VALDEZ SEGURA

Duelo de alto poder se vivieron en la jornada número tres de la liga Ejidal del Coacoyul, los equipos lucharon hasta el último instante para poder conseguir la victoria y así ir escalando posiciones dentro del torneo, aunque todavía falta mucho camino por recorrer, los enfrentamientos suelen ser a matar o morir.

La escuadra de Copreros tuvo que remar contracorriente, iban perdiendo, pero nunca dejaron de insistir y tuvieron su recompensa, le dieron la vuelta al marcador y se impusieron 4-3 a Autoclima Gómez, Ariel Panadería no tuvo piedad alguna y terminó goleando 4-1 a Miguelito.

Coacoyul JR y Deportivo Onelios empataron a dos goles, así que no tuvieron de otra más que repartirse los puntos, lo mismo paso con Deportivo el 20 y Deportivo Tlahua, al igual que el duelo que sostuvieron Deportivo Mauricio y Deportivo Aeropuerto, los tres empataron a dos tantos.

Editorial

Venganza o transformación

Sería un error de parte de la nueva fuerza gobernante hacer una cacería de brujas para ir en persecución penal contra exgobernantes. De la sed de venganza contra la corrupción no podría surgir justicia en su más alta acepción, sino una dura confrontación política que estorbaría finalmente la lucha contra el Estado corrupto.

Conocer hechos de corrupción, explicar cómo se hicieron las cosas desde el poder, fustigar los métodos de reparto de recursos y tráfico de influencias es algo necesario y lo seguirá siendo durante años. Pero esto no sería una cacería.

Incluso, proseguir las denuncias presentadas contra servidores públicos es una obligación del Ministerio Público por lo cual se deben concluir las investigaciones.

En otra vertiente se encuentran los actos de represión, la arbitrariedad y violencia del poder contra la gente. Aquí es indispensable activar investigaciones y procesos penales, pues de lo contrario habría una especie de omisión criminal.

Además, las acciones orientadas a lograr la libertad de los presos políticos deben acelerarse y multiplicarse, no sólo desde el gobierno federal sino también en los estados, incluyendo leyes de amnistía expedidas por las legislaturas. Tenemos miles de esos presos en el país y su permanencia en prisión es algo más que una injusticia, ya que expresa el autoritarismo y la represión integrados en la forma de gobierno.

Ha llegado por fin el momento en que el Congreso de la Unión y las legislaturas de los estados ejerzan sus facultades de control político, vigilen el gasto e investiguen todo lo necesario para mejorar la función pública. La tradición mexicana consiste en que el Poder Legislativo no debe asomarse demasiado a la realidad porque eso implicaría invadir funciones del Ejecutivo. Sin embargo, es al contrario, la vigilancia está a cargo del parlamento en un sistema republicano.

Cuando no funcionan los mecanismos de control político y vigilancia, no sólo hay impunidad sino también se produce ese dañino fenómeno de que las denuncias suelen ser publicadas como si fueran sentencias. Todo eso es expresión del mal funcionamiento de las instituciones o de su ausencia.

Un fenómeno muy conocido consiste en que la Auditoría Superior descubre desvíos y otras malas prácticas, las informa a la Cámara de Diputados y presenta denuncias ante el Ministerio Público, pero no se vuelve a mover la hoja de un árbol.

Para de verdad descubrir y enjuiciar las tramas de corrupción dentro de la administración pública es preciso activar el juicio político. Aunque éste se realiza contra personas en lo individual, su ámbito es mucho más amplio que un juicio penal pues lo que en el fondo se enjuicia son los actos y omisiones de gobierno, junto con el responsable personal. La habilitación del juicio político podría poner al descubierto el funcionamiento de los sistemas de gestión pública articulados a la corrupción. Esto es mejor que la venganza.

SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

A propósito de los censos del Bienestar que desde hace varios meses realiza el gobierno federal, usando para ello cuadrillas de los llamados “Siervos de la Nación”, conviene que en la Costa Grande se haga lo que se hará en la Costa Chica: que estos siervos sean presentados ante los Cabildos municipales, y ante la sociedad en general, para que se les identifique y se conozca sus modos de trabajar.

Todos hemos visto a estos muchachos –muchos de ellos voluntarios- que portan el chaleco guinda del gobierno federal, aplicando los censos del Bienestar, que servirán de base para orientar los programas sociales del régimen lópezobradorista.

Sin embargo, también se sabe que esos “siervos” trabajan por grupos, y que algunos responden a los jefes políticos de Morena en el estado, quienes a su vez están empeñados en ganar terreno uno al otro, de cara a la elección local y de gobernador en 2021.

Así las cosas, los grupos se han acusado mutuamente de trabajar mal y a favor de sus jefes, siguiendo criterios políticos, como sucedió en la Tierra Caliente, previo a la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador, el pasado 8 de febrero.

A petición del presidente municipal de Ometepec, Efrén Adame Montalván, se anunció ayer que los servidores de la nación, encargados de realizar censos para implementar programas sociales, serán presentados ante los cabildos municipales de la región de la Costa Chica, para evitar cualquier sesgo político que se le pueda dar a esta actividad.

El alcalde priísta hizo esta solicitud ante el delegado de gobierno federal en el estado, Pablo Sandoval Ballesteros, quien le dio cauce a la petición y ordenó al delegado regional, que haga lo propio.

Los siervos de la nación serán presentados en los municipios costachiquenses, a partir del próximo jueves 28 de febrero, por el coordinador regional de dicho programa en la zona, Alberto Salgado, quien hará un recorrido en cada ayuntamiento.

De verdad que esto es algo que debió hacerse desde un inicio, sobre todo desde la llegada al poder del presidente Andrés Manuel López Obrador, porque se presta a confusión la forma en la que están trabajando los “siervos”, ya que algunos están siendo regenteados por ex candidatos a las presidencias municipales, y se entiende que estos –aunque estén censando parejo a todos los ciudadanos-, su sola presencia ayuda a que capitalicen políticamente ese trabajo.

Otro problema que enfrentan los “siervos”, es que les prometieron a algunos un sueldo fijo, y a otros, los voluntarios, darles apoyos durante el proceso, pero en varias regiones persiste la queja de que a seis meses de que comenzaron sus actividades, no les han cumplido.

El conflicto en Tierra Caliente surgió porque un grupo acusó al delegado federal de estar privilegiando a su grupo, mientras que a los demás les dijo que no hay dinero y que, por lo tanto, no habría pago.

Pablo Sandoval desmintió la nota, por supuesto. Alegó que se trataba de un golpeteo político en su contra. Pero eso no obsta para desmentir que, en efecto, los “siervos de la nación” son un ejército de voluntarios –asalariados o no- que bien pueden ser utilizados desde el punto de vista político-electoral.

La recomendación es que estos hombres y mujeres, jóvenes en su mayoría, sean presentados ante los Cabildos, donde están los representantes del pueblo, pero también ante la sociedad en general, para que los miembros de los diversos sectores los conozcan y sepan a qué equipo pertenecen.

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