César Antonio Aguirre Noyola
“Un maravilloso rinconcito del Pacífico guerrerense”
CAPÍTULO SEGUNDO
EL GENTILICIO
En ese orden de ideas, verbigracia, al originario del municipio de Chilpancingo de los Bravo no se le llama “braveño” o “bravense” sino “chilpancingueño” o “chilpancinguense”; al de Acapulco de Juárez no se le menciona como “juarense” sino como “acapulqueño”, al de Taxco de Alarcón no se le conoce como “alarconiano” sino como “taxqueño”, al de Coyuca de Benítez no se refiere como “benitense” o “beniteño” sino como coyuquense, al de Técpan de Galeana no se le dice “galeanense” sino “tecpaneco”; al de Atoyac de Álvarez no se le denomina “alvarense” sino “atoyaquense”, etcétera.
Por las justificaciones expuestas, concluyo que el gentilicio “zihuatanejense” aplicado al oriundo y por extensión al residente de estas tierras —si se observan los criterios de los gentilicios confeccionados para las demás municipalidades del Estado— sería el adecuado, congruente y uniforme; sin embargo, si se atiende a que los gentilicios no están ceñidos a normas absolutas, el de “azuetense” también podría ser válido. Ahora bien, de acuerdo con una interpretación particular, comulgo con el de “zihuatanejense”, no tan sólo por estar acorde a la forma en que se han diseñado los gentilicios de los otros municipios que integran la geografía estatal, sino también para diferenciarlo del gentilicio aplicado a los habitantes del municipio de José Azueta ubicado en la zona sur del estado de Veracruz, una de las 212 municipalidades de esa entidad federativa y fundada en la década de los setenta de la centuria inmediata anterior.
EL LOCALISMO:
Como todo concepto tiene su definición, o una aproximación a ella, considero necesario partir del significado de la palabra “localismo” en el sentido que aquí se pretende utilizar, con la finalidad de tener los elementos indispensables para construir una noción.
La idea que nos interesa rescatar para tratar el tema que nos ocupa, es la que tiene relación con la forma de dirigirse entre sí los habitantes de un determinado lugar.
En los diccionarios comunes podemos encontrarla, palabras más palabras menos, como aquella expresión, frase o giro propio de una determinada localidad o región.
Lato sensu, se está frente a palabras, expresiones o atribuciones de significados cuyo uso es exclusivo de un área geográfica determinada (habitualmente un término municipal o una población), es decir, su uso se limita a una localidad o región que en las demás no se utiliza porque existe un equivalente o bien que tienen un significado diferente al que se le asigna.
Enseguida cito algunos localismos encaminados a tratar amistosamente, afectivamente o generar empatía, entre las personas en determinados municipios del estado de Guerrero, a saber: en Acapulco es común escuchar “brodi”, “ese” o “ese men”; en Tecoanapa usan “vale”; en Ciudad Altamirano utilizan “mi hermano”, “compadre” o “cocho”; en Atoyac emplean “primo”; en Cuajinicuilapa dicen “nito” o “nita”; en Ayutla “compa”; etcétera.
A decir de varias personas zihuatenejenses de avanzada edad el término “zanca”, característico de este municipio, es muy añejo. Paulatinamente ha entrado en desuso, a grado tal que su existencia se halla, desde mi modo de ver, en peligro de extinción, dado que las nuevas generaciones de jóvenes emplean otras expresiones para comunicarse.
No obstante lo anterior, son notables los esfuerzos que realizan ciertos sectores de la sociedad orientados a la permanencia de este localismo que nos identifica y que nos diferencia de otras zonas geográficas.
La palabra “zanca” acompaña actualmente denominaciones, entre otras, tales como ZANKAS BIKE ZIHUATANEJO (club de ciclismo de montaña creado en 2015), Hamburguesas y Wings PALO ZANCAS (restaurante bar); Vegano Entre Zankas (restaurante); Agrupación de pesca de orilla Zankas; y yo@soyzanca.com (correo electrónico).
El licenciado Rodrigo Campos Aburto, cronista municipal en Zihuatanejo de Azueta, en su Diccionario de Regionalismos ASÍ HABLAMOS LOS ZANCAS, nos comparteque la palabra zanca significa “Amigo con el que se tiene cierta intimidad. Ej. Víctor es un buen zanca, ya que siempre está dispuesto a ayudar a sus vecinos”.1
Hago votos para que continuemos con esa tradición de decirnos zanca, pues ello entraña cierta familiaridad con nuestras paisanas y nuestros paisanos, nos distingue del resto de los habitantes del Estado, y robustece la calidad de pertenencia que tenemos respecto con este hermoso municipio (que es, por decir lo menos un maravilloso rinconcito del Pacífico guerrerense).
1 Vid.CAMPOS ABURTO, Rodrigo, Diccionario de Regionalismos ASÍ HABLAMOS LOS ZANCAS, México, Tacnographics S.A. de C.V., 2020, pág. 77.
Sabia virtud de conocer el tiempo.
César Antonio Aguirre Noyola
Investigador en materias política y electoral.